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TESTIGOS DEL PERONISMO REAL por Esteban Lijalad (cuarta entrevista)

Ernestina Gamas | 24 septiembre, 2012

 

Néstor Grancelli Cha

Esteban Lijalad:  Yo lo conocí a Rodolfo Pandolfi en una  de las charlas que el Profesor Rubén Zorrilla organizaba semanalmente. Nos hicimos amigos y hablábamos todas las semanas por teléfono. Me parecía muy interesante todo lo que contaba de sus inicios, en el primer gobierno de Perón y le dije que me gustaría grabar esas charlas. El accedió y me dijo que conocía mucha gente que podría participar. Así me conectó con Emilio Gibaja y otras personas. Y así llegué a usted en la cena de la Fundación 5 de Octubre.

Néstor Grancelli Chá: Pandolfi  ha sido testigo de muchos episodios políticos y gestiones de gobiernos, fue  un periodista de primera línea. y funcionario público además.

El:.   Bueno, yo le hice una entrevista a y a la semana siguiente falleció…

NGC:  Si, yo me enteré por el diario al día siguiente, por el aviso en La Nación.

EL:   Los diarios ni lo comentaron

NGC :No, eso me llamó la atención porque se trata de un periodista enorme. Yo creo que no se enteraron. Porque solo salió el aviso  de Milo Gibaja. Y lo leí porque me avisaron, yo no suelo leer las necrológicas porque aparecen muchos conocidos o  amigos  y  prefiero ignorar esas noticias penosas. Lo cierto es que yo estoy vinculado desde hace muchos años a la actividad política y ello ha venido creando muchos vínculos. No olvidemos que tengo 91 años, eh. Cuando llegó el primer Perónismo yo era estudiante universitario.

EL:   Quisiera una breve referencia autobiográfica: cuando nació, donde estudió, cuál fue su trayectoria pública, etc.

NGC:  Nací en Diamante, Entre Ríos, en 1920. En aquella época solo contábamos con escuela primaria en  pueblos de poca población, de manera que terminada la primaria, estudié en el Colegio Nacional de Paraná. Allí empecé a militar un poquito en política, como adolescente,  si bien mi infancia estuvo bastante influenciada por la política porque mi padre y mis tíos eran activos radicales.  Estuvieron involucrados en los movimientos revolucionarios de la década del 30,  contra  los gobiernos dictatoriales de Uriburu y fraudulentos que le sucedieron. . Hubo un levantamiento en Entre Ríos encabezado por  los hermanos Kennedy, y otro similar en Corrientes dirigido por el Coronel Pomar.  Mi padre y  los tíos Cha estuvieron vinculados a esos movimientos.

EL:   Usted ya lo mamaba de chico…

NGC  : Sí, tengo un recuerdo muy nítido de mi padre angustiado, frente a una radio a galena, que eran una especie monstruos largos sobre una mesa,  que  perdía la onda a cada rato. . Un recuerdo penoso del día 6 de septiembre de 1930. Yo tenía diez años y vi a mi padre desesperado por conocer noticias del golpe militar. Lo notaba muy dolido,  y amargado porque era un fervoroso yrigoyenista . 

Además  en mi casa vivía una señora, Sara Gallo, asistente de mi madre que no gozaba de buena salud  Era una muchacha  trabajadora y muy  alegre. Ya adolescente, supe que  en una oportunidad, creo que en 1927, Yrigoyen pasó por Diamante y Sara me alzó en  brazos e hizo que tamaño personaje me tocara la cabeza como expresión de afecto. Estaba convencida de que por ese hecho de apoyar Yrigoyen su mano en mi cabeza , se operaba un milagro: “este chico va a ser Intendente del pueblo” repitió durante años …. Son esas cosas un poco absurdas que ocurren y se difunden en los pueblos . Sara fue como una segunda madre para mí.

Bueno, sigamos; en el Colegio Nacional ya tomé cierta conciencia política. Lo conocí a Perette, que estaba en quinto año cuando ingresé y que fue vicepresidente de la Nación cuando integró la formula radical con Arturo Illia. Carlos Perette  pertenecía a un grupo y yo formé parte de otro sector.  No estábamos muy de acuerdo, ya en esa época. Además la “ interna radical,” …… ¿Puedo hacer un paréntesis? ¿Usted conoce ese chiste de las características de los radicales? Es bastante irónico y algunos radicales no lo aceptan ni como en broma afectuosa….

Dice  que los radicales se caracterizan, primero, por la atemporalidad, es decir, que la noción del tiempo para ellos es relativa, porque citan a una Convención para  las seis de la tarde de un sábado y se inicia la sesión recién a las seis pero de la mañana del día siguiente. Y tienen la gran paciencia de esperar porque  las cosas son así, las horas no cuentan en los largos conciliábulos  y negociaciones de “la interna”.

Otra característica radical es la no-prioridad  en la selección para ciertos cargos: un radical auténtico prefiere ser presidente de un comité de parroquia que ser, por ejemplo, Subsecretario de Relaciones Exteriores.

Y una tercera característica esencial  es la concepción de la Doctrina Radical: para un auténtico hombre del partido, la Doctrina no es otra que “ la interpretación razonada de los silencios de Yrigoyen”….

EL :   Alguien algún día me va a tener que explicar el misterio del radicalismo, que como el Peronismo, son misteriosos y escapan a la interpretación desde los textos de teoría política clásica.

NGC : Es que, después de la “implosión del 2001”,ni siquiera  son partidos políticos,  son movimientos,  muy maleables y, según quien sea su  ocasional líder, toman una línea o su antítesis y hasta de un extremo a otro. Son un sentimiento casi y hasta conviven en sus espacios  muchas líneas. Con todo, ambos movimientos parecen necesarios para un equilibrio democrático en el país, si entendemos por democracia un juego político de alternancias que todavía tiene que madurar. Hace muchos años que seguimos sin avances significativos para consolidar una república democrática.

EL:   El  hecho es que usted ya a los diez años recuerda el golpe contra Yrigoyen y eso le queda grabado

NGC:  Sí, son cosas muy fuertes. Quedan registradas en la memoria. Pero volviendo a su pregunta inicial.  Después del Colegio Nacional ingresé a la Universidad Nacional del Litoral, en la Facultad de Ciencias Económicas, Comerciales y Políticas, en Rosario. La rama política incluía el Doctorado en Ciencias Políticas y la Licenciatura para el Servicio Exterior. Yo terminé la primera etapa, con título de Licenciado en 1942 y después continué los estudios de Ciencias Políticas,  aunque no presenté la Tesis. En  la Facultad, el Decano era Rafael Bielsa, abuelo de quien fue Canciller en 2003. El decano era un jurista muy conocido como especialista en derecho administrativo. Hacía trabajar a los alumnos en los cursos y seminarios y él publicaba libros notables reconocidos internacionalmente. También tuve profesores de mucho prestigio, como  Mario Antelo, profesor de derecho internacional y  dirigente del partido demócrata progresista, al igual que Horacio Tedhy, profesor de derecho constitucional…  En el Colegio Nacional también había tenido como profesor a González Calderón, que nos hacía estudiar en un resumen del  tratado de otro famoso Calderón, el constitucionalista siempre citado por los abogados.

Como mi hermano mayor estudiaba medicina y ya estaba viviendo en Rosario, me instalé en la casa que él compartía  con varios estudiantes de ciencias médicas,   muy cerca de su Facultad… yo era un sapo de otro pozo, pero adopté las costumbres y la manera de vivir de ellos, incluso en una ocasión llegué a sustituir a  mi hermano, para dar el presente en una clase práctica.

Lo cierto es que así me vinculé desde el punto de vista político con el Movimiento Reformista de Medicina, que era muy fuerte. Además, la Universidad del Litoral tenía estas características: era la Universidad más nueva, fue creada después de la Reforma Universitaria del 18 y reconocía los Centros de Estudiantes institucionalmente. Existía la agremiación obligatoria: todo estudiante debía ser socio del Centro para poder rendir examen. Pagábamos muy poco pero había que pagar al Centro para su mantenimiento.

Los fondos recaudados por los Centros, eran controlados por dos  auditorias.

Teníamos Delegados al  Consejo Directivo de la Facultad, cosa que era un triunfo reformista, pero era la única Universidad que tenía además  Delegados estudiantiles al Consejo Superior de la Universidad.

Nosotros  fundamos el Movimiento Reformista en mi Facultad, con Eduardo de la Fuente que después fue Presidente de la Unión Industrial Argentina y Subsecretario de Economía en el Gobierno de Frondizi cuando Alemann ocupó el Ministerio de Economía. Yo lo había llevado al Gobierno de Frondizi como asesor de la comisión de inversiones externas donde pudo demostrar su capacidad y eficiencia.

EL:  El Movimiento Reformista con quien tenía relación política , con el radicalismo?

NGC:     No, los movimientos estudiantiles reformistas no metían a los partidos políticos en el medio universitario. Cada dirigente estudiantil podía  ser afiliado del partido político que quisiera. Había demócratas progresistas, partido que era muy importante en la provincia, había radicales, socialistas,  y muy activos militantes de Insurrexit, del Partido Comunista. Yo no me afilié a ningún partido mientras actué en el reformismo y aunque mantenía vínculos con jóvenes radicales, nunca una  actuación política partidaria. Políticamente, en la Facultad peleábamos por lograr la conducción del Centro,  lo que no conseguimos en el primer intento.. Los  adversarios eran más bien nacionalistas y estaban apoyados por el Decano. Eran  anticomunistas y algunos partidarios del eje Berlín- Roma.

Poco a poco fuimos ganando posiciones y así como perdí unas elecciones para Delegado ante el Consejo Directivo de la facultad, al año siguiente,  conseguí un gran cargo ya que si bien, no conseguimos ganar  el Centro,  pude relacionarme con la Federación,  organismo representativo de todos los  Centros instituidos en cada una de las Facultades.

En  1941  fui electo Secretario de la Federación del Litoral; en 1942,   Vicepresidente del Congreso Nacional Universitario realizado en Córdoba, y a fines de ese mismo año Presidente de la Federación Universitaria Argentino, organismo máximo del movimiento reformista, integrado por Delegados de todas las Federaciones regionales.

Meses después  se produjo el golpe del 43 y el nuevo gobierno del Gral. Ramírez disolvió la FUA por Decreto de PEN .

En respuesta a esa arbitrariedad redacté un documento  manifestando que al disolver la FUA, y todos los centros universitarios del país que la integraban, el gobierno militar se había convertido en un régimen policial..

Fue una gran batalla para mantener en la clandestinidad y activos los centros de estudiantes y la misma FUA .

Ese documento   fue  transcripto en un libro que acaba de publicar la Editorial Claridad y que titulé Eslabones de Militancia. Incluyo además varios documentos de las luchas reformistas que debieran leer los jóvenes que hoy militan en la vida universitaria.

EL : Me había comentado el otro día que usted ya tuvo problemas con Castillo, antes del golpe militar

NCG:   Sí, antes de ser presidente de FUA, siendo Secretario de la Federación del Litoral, las autoridades eclesiásticas habían resuelto realizar  una ceremonia importantísima en Rosario, todo con mucho bombo y platillo. Se trataba de celebrar  la Coronación de la Virgen del Rosario . Invitado el presidente Castillo llegó a Rosario con todo su Gabinete ministerial por vía fluvial en una cañonera de la Marina.  Ante tal manifestación a  nosotros se nos ocurrió  publicar una Declaración en contra de la ostentación de riqueza que demostraba la corona y el gasto estatal de la presencia del PEN,  “mientras el pueblo sufre miseria y hambre”.  Como la Declaración de la FUL  llevaba mi firma, se ordenó mi detención. Terminé en una comisaría; no me mandaron a una penitenciaría, ni sufrí torturas; era otra época. Por suerte la presión estudiantil y su movilización hizo que el Ministro del Interior dispusiera mi libertad sin procesamiento.

EL: Fuera del tema universitario, la situación del mundo, la Guerra, como los influía

NGC:   Fíjese que yo llego a la Universidad en el 39. Meses después estalla la Guerra. Ahí  sí empecé a militar, no en un partido político, sino en Acción Argentina, que era un movimiento de apoyo a los Aliados. Ahí los universitarios reformistas nos jugamos por las naciones Aliadas, mientras los comunistas apoyaban el Pacto de no agresión Stalin- Ribbentropp. En el Congreso Nacional Universitario, celebrado en  Córdoba en 1942 sancionamos un pronunciamiento reclamando la ruptura con el Eje y la liberación de los presos políticos de España.

En 1943, ya con el Gobierno militar instalado en Buenos Aires, se celebró en Chile,  el Congreso Americano de estudiantes. Me tocó presidir la Delegación argentina pero nos retiramos por problemas con delegados comunistas. Pretendían  incorporar una pequeña delegación de estudiantes norteamericanos que estaban becados Chile, como si fueran la representación de EEUU. Nosotros nos opusimos, porque no tenían  representación real y abandonamos el Congreso junto con los uruguayos. Nos retiramos ratificando la  solidaridad con los Aliados .

En nuestro país esa solidaridad se manifestaba de muy diversas formas. En lo personal, puedo referirme a un movimiento  que organizó el ingeniero Julio Noble, hermano de fundador del diario Clarín. Esta iniciativa tendía a la  “Formación de 5000 pilotos”, para ir a combatir como voluntarios en Europa.

Yo, con el entusiasmo veinteañero, me presenté  y resulté elegido entre los primeros para hacer el curso, dispuesto a incorporarme después, como los restantes postulantes, a la RAF en Gran Bretaña. . No se si me jugaba la vida pero yo estaba embalado y quería ir a combatir a los fascistas.  Finalmente  mi intención se esfumó: necesitaba, por ser menor de edad, la autorización expresa de mis padres, que no la otorgaron.

EL: En el radicalismo era tan unánime la posición pro aliada

NGC:   No, no. El radicalismo tenía divisiones. Había un gran movimiento, el de  los unionistas, que estaban a favor de los aliados. Yo, casualmente, estaba relacionado con ese grupo porque cuando me radiqué en  Buenos Aires,  empecé a trabajar en el Estudio del presidente del Comité de la Capital, el Doctor Eduardo Araujo y así pude conocer a la plana mayor del unionismo.

En discrepancia con los unionistas, se venía gestando otra agrupación que terminó titulándose intransigentes. Yo mantuve buenas relaciones con algunos participantes de esa tendencia que se reunían en El Ateneo,  como Luis Dellepiane,  varios militantes de Forja, algunos artistas famosos como Petrone  y Muiño.  Yo también frecuentaba  la confitería Jockey Club,  en mesas  nocturnas para comentarios, con participación de políticos y  periodistas sobre la marcha de la guerra y temas locales.

EL:   Como caracterizaron el Golpe del 43

NGC   El grupo militar que comandó el golpe de junio del 43 respondía a un movimiento  muy confuso. La Marina no tenía la misma posición del Ejército. Hubo una rápida sucesión de generales en el sillón presidencial.

Al poco tiempo comenzó a sobresalir el nombre de Perón, a partir de su acción desde el Departamento de Trabajo que  ocupaba, y desde el cual empezó su campaña personal.

En ese entonces como se había disuelto la FUA  yo estuve un tiempo en la clandestinidad. El presidente de la Universidad de la Plata, Alfredo Palacios, que como opositor estaba controlado por una consigna policial permanente en su domicilio, optó por el exilio en Uruguay . Cuando la policía suspendió ese control, pensé que el lugar más seguro era su casa, y me instalé en ella. Desde ahí yo manejaba los hilos de las huelgas universitarias y varias tareas más.  Pude superar así las persecuciones de esa época, aunque lo único que podía pasar fuese  una temporada de cárcel. No había tanto riesgo de vida,  como ocurrió en los años del Proceso.

Con el tiempo  la ofensiva contra la democracia en  las universidades fue perdiendo el impulso inicial y llegaron a cambiar los interventores menos repudiados . En el 43 fue la del Litoral la primera intervenida, pero años después la de Buenos Aires también tuvo problemas. Nosotros tuvimos esos problemas nueve años antes. Por eso algunos nos identifican como “la generación del medio siglo” a los militantes de dos décadas, la del 40 y la de los 50.

EL: Como empiezan a enterarse del nombre de Perón

NGC:  Empieza cada vez más a sobresalir como el personaje que reunía a dirigentes gremiales de todo tipo, como al líder del sindicato de la carne que después  metieron preso, Cipriano Reyes, como Gay, de los telefónicos, Diskin, de los empleados de comercio, y cuanto dirigente importante del mundo gremial podía atraer como fue el caso de  Borlenghi , que después fue su primer Ministro del Interior.

Perón actuaba con una gran habilidad y constancia para manejar políticamente el Gobierno y a las fuerzas armadas.

Se sucedieron ministros y planes. Pero siempre hubo muy fuertes enfrentamientos entre el gobierno y los estudiantes En cierta etapas, nosotros tuvimos muchos detenidos e incluso muertos. Bravo fue uno de los casos mas detonantes  por el empleo de tormentos y torturas, quizá el de mayor repercusión pública.

Otro caso que conmovió fue el asesinato de  Salmún Feijoo en diciembre de 1945.

También se sigue recordando  un acto de gran repercusión pública en el que me tocó  hablar en representación de la juventud. Se realizó desde un palco levantado  en las escalinatas de acceso al Congreso y fue considerado  el primer acto de la Unión Democrática , sin que todavía estuviera constituida , pero que ya se gestaba. Oradores: Alfredo Palacios y Alicia Moreau de Justo, por el Socialismo; Díaz Arana, Demócrata Progresista; Lanus, Círculo de la Prensa; Tamborini y Mosca,, por la UCR, los dos integrantes de la fórmula de la Unión Democrática.

Ese acto se realizó contra el Gobierno, con pedido de llamado a elecciones , apoyo a las potencias aliadas, y otras consignas de la época.

Se vivía un clima muy politizado y de acciones diarias en la calle. La policía  montada reprimía brutalmente pero los estudiantes les tirábamos balines y los caballos patinaban perdiendo toda eficacia. Ya los choques  se hicieron más duros , hubo sangre.

En ese acto de Plaza  Congreso – acá puede  verme en esta la foto ocupando la tribuna –  hubo cuatro muertos: dos radicales, un comunista y un socialista. Fueron atacados por una patota que salió de unas oficinas de la calle Cevallos, una repartición del Departamento de Trabajo; fue un provocación sin sentido; portaban armas y las usaron. Fue una batalla campal con  el lamentable saldo de cuatro muertos y numerosos heridos.

EL::    Usted pronunció el discurso fúnebre en el entierro de un estudiante?

NGC : Si;  fue con motivo de la muerte de Feijoo, que ocurrió en la Facultad de Ciencias Exactas. La Facultad había sido tomada por los estudiantes . El hecho ocurrió en la calle Perú, frente a la facultad.,  Algunos compañeros les llevaban víveres a quienes  llevaban tres o cuatro días adentro. Se cumplía una huelga  y Salmún Feijoo, acompañado por su hermano fue a llevarles comida ,  pero un grupo al grito de “viva Perón” se lo impidió con un mortal  balazo en la cabeza.

Si;  hablé en el cementerio. Cuando terminé de hablar varios estudiantes me sacaron por una  puerta secundaria porque la policía estaba enardecida. Horas antes había intentado arrancar el féretro durante cortejo fúnebre para impedir esa manifestación en las calles, porque era todo una multitud  protestando  a los gritos por el crimen. Fue un episodio muy fuerte; ya se estaba creando odio entre los opositores, porque la policía era extremadamente brava:  machetazos sin discriminación, tiraban los caballos sobre  los manifestantes… Eran  verdaderos combates abiertos, no se trataba de secuestros nocturnos como fue  después  con los Falcon  del Proceso.  Era otra metodología, otro tipo de lucha. Pero fueron años muy encarnizados porque la Segunda Guerra incentivaba la división de los argentinos, como en todos los países, neutrales o partícipes de la conflagración. Nosotros estuvimos con los Aliados desde el comienzo; entendíamos que el fascismo, al  aliarse con el comunismo-en 1939-  dominaría toda Europa. Ese era el proceso inicial. Si la Unión Soviética no hubiese sido invadida por Hitler, yo creo que todavía  reinarían los dos totalitarismos …

Además empezábamos a conocer los campos de concentración, el furor del antisemitismo. No fueron pocos los muchachos judíos que  empezaron a definirse y optaban por las izquierdas.

En fin, fueron años de lucha.  Cuando terminó la Guerra, fui invitado  a conocer Gran Bretaña, pero decliné el convite. Las Embajadas, sobre todo la  del Reino Unido  y la de EEUU sabían lo que pasaba en la Argentina. El Embajador Braden, que se metió demasiado en temas políticos locales fue quien le brindó el mejor regalo a Perón:  el ingenioso eslogan electoral: “Braden o Perón”.

Sin dudas  hubo relaciones del mundo político argentino con las embajadas, eso era notorio, no se puede negar. No porque fuesen “vendepatrias” como se los calificó, sino porque querían que Argentina se definiese en el conflicto bélico  por la causa de los Aliados.

Fue muy fuerte el movimiento: los diarios estaban muy definidos, La Nación, La Prensa, diario, este último,  que después fue confiscado por  el gobierno Peronista..

Probablemente Perón , con los años, se habrá arrepentido cuando dijo “con  los diarios en contra ganamos las elecciones y con los diarios a favor las  perdimos” Al parecer hoy algunos se olvidan de esa experiencia….

EL:   Usted ya había terminado los estudios

NGC:   Yo me recibí de Licenciado el 21 de julio de 1942, a los 22 años. No  presenté la tesis del doctorado.

EL:   El 17 de octubre, el apoyo popular a Perón, ustedes lo tomaron como algo sorpresivo

NGC:  El apoyo a Perón nosotros no lo supimos evaluar . Creíamos que era un golpe militar, que tenía la fuerza de los nacionalistas que  lo apoyaban, como Queraltó y otros nada democráticos por cierto, pero nunca tuvimos noción de la fuerza y la intensidad con que se iba a comprometer políticamente la clase obrera desde los sindicatos y organizaciones populares.

El 17 de octubre fue realmente un golpe de agua fría para la oposición. No se pensó que se iban a movilizar esas masas, como lo hicieron, en defensa y apoyo a Perón. La dirigencia de los partidos políticos al igual que empresarios, intelectuales y estudiantes, estábamos un poco enceguecidos por consignas inconsistentes como “el Gobierno a la Corte”. Se gestionaba una salida con la asunción del PE por el general Ávalos. En fin, todos esos movimientos no fueron exitosos … no supimos manejar la situación. En cambio Perón la manejó con habilidad extrema, como buen estratega militar controló todos sus movimientos.

En la campaña electoral yo hice una parte del viaje en lo que llamaban el “Tren de la Libertad” con Tamborini como candidato a Presidente y no me daba cuenta, no comprendí que iba a perder las elecciones en casi todo el país.

Después, con el tiempo, advertí que ese candidato era muy resistido, era una fórmula muy resistida por el pueblo. Tamborini- Mosca.

Los pocos jóvenes que viajábamos en ese tren con los candidatos,  tomábamos en broma  el observar que, cuando se reducía la velocidad al acercarnos a las estaciones , aparecían algunos parroquianos con gestos de librarse de las moscas, bombeando  los clásicos aparatitos de Flit, como espantando al Doctor Mosca y a sus acompañantes. Una cosa que tomábamos en broma, pero era un sentimiento popular muy visible..

Tamborini había sido ministro de Alvear, un hombre del Jockey Club, tendiendo a conservador. Integraba el sector  unionista de la UCR…

A  la vez el radicalismo se había fracturado. El grupo Junta Reorganizadora apoyó a Perón, por eso Quijano fue su candidato a Vice. Pero de todas maneras la política era distinta a la de hoy. Por ejemplo, la bancada opositora, que se constituyó en esas elecciones también de legisladores, estaba integrada por los más capacitados hombres del radicalismo. Eran de notable  nivel intelectual. La oratoria era algo muy importante. Y en el bloque había oradores extraordinarios, como Ernesto Sammartino,  gran expositor, pero que se malquistó la opinión pública al calificar el movimiento Peronista  como “aluvión zoológico”. Otros diputados, en cambio, brillaron por sus aportes en los debates y sanción de importantes leyes.

EL:   Nosotros, los jóvenes de los setenta esta historia la conocíamos contada desde el Peronismo y siempre se hablaba de Sammartino como el ejemplo de lo más granado del gorilismo.

NGC  Eso fue una frase, nada más. Sammartino era un abogado entrerriano, buen orador, entusiasmaba. Balbín era también un consagrado orador. Pero eran palabras…mientras Perón  hablaba por sus resoluciones: el Estatuto del Peón, el Aguinaldo, etc.  Todas  cosas concretas, de un hábil político. Pero  esos “44”, no sé si solo 30, como dice Gibaja, eran de primera: sobresalían Alfredo Vítolo, Nerio Rojas, Arturo Frondizi, Ricardo Balbín, Santander, Rodríguez Araya, Sobral., Uranga por citar algunos.

A Balbín lo desaforan y lo meten preso en una cárcel de  Rosario, y el que hace su defensa, como abogado, fue Frondizi, una gran defensa. En mi último libro incorporo un escrito que presentó Frondizi ante los magistrados judiciales pertinentes.

La Cámara de Diputados desaforó a Balbín y permitió así que lo procesen. Al Congreso  el Peronismo llevó muchos improvisados.  El colmo, un señor Astorgano que tenía instrucciones: si a los pocos minutos de iniciada la exposición de un opositor no daba término a su intervención, lo interrumpía pidiendo cierre del  debate. Era una mordaza, no podían hablar más de lo que permitía Astorgano. Tenían mayoría y la imponían…era una democracia muy renga la que se estableció. Perón cubrió algunos cargos con militares, como Mercante en la Provincia de Buenos Aires,  que constituían toda una logia. Realmente actuaban disciplinadamente y en no pocos casos con notoria obsecuencia..

EL:   Y a Evita cómo la veían ustedes

NGC:  Creíamos que era una aventura, nada más, una “partiquina” que  lo había seducido . No se la respetaba como política y menos como líder. Pero después ella fue ganando posiciones por méritos propios y hubo que reconocer  que se estaba frente a una mujer con condiciones poco comunes en el ámbito de  la farándula.. Se discutía si la había traído Magaldi de Junín. Pero no se la consideraba digna de ser  Primera Dama en un país lleno de  prejuicios sociales.. La “gente de bien”  como se decía, no la quería. En mi caso, que procedo de inmigrantes, los muchachos de “bien” me aceptaban, aunque me consideraban medio comunista porque hablábamos de la distribución de la renta  y denunciábamos la pobreza .  Yo hablaba de la “emancipación americana”,  y comentaban  que eran ardores juveniles… consignas…Nosotros éramos la izquierda de una democracia muy incipiente.

EL    Volvamos a los años de Perón. Usted ya se había recibido, así que no estaba más en la actividad universitaria…

NGC   Al radicarme en Buenos Aires, empecé  a defenderme económicamente;  tenía que vivir sin ayuda paterna, quería una vida independiente.

En  esos años  llegaron muchos inmigrantes italianos, algunos empresarios que querían radicarse en el país. Entre otros, recuerdo que  conocí  a Agostino Rocca, el fundador de Techint, que representaba a Dalmine de Italia, a Salustro  y Miniatti, de Fiat , al Ing. Orsi de SADE y muy especialmente a Salvatore Manchinu, de Ormas S.A. de Milan, empresa italiana dedicada a la construcción de usinas eléctricas, de la que fui apoderado desde 1949  hasta que renuncié en 1958  para  ocupar un cargo en el Gobierno de Frondizi.

Después que dejé la presidencia de FUA me pareció que debía dejar abierto el camino para nuevas generaciones; mantuve siempre algunos contactos pero no era por cierto el militante que había sido hasta el 45.

En 1955,  con motivo del primer intento de junio para derrocar  a Perón,  tuve que “desaparecer” momentáneamente porque figuraba en las listas de presuntos “golpistas”. No actué en nada, pero mis antecedentes seguían registrados en la Sección Especial de la Policía,  dirigida  por los torturadores Lombilla y Amoresano. Yo estaba casado y con un hijo, de un año. No tenía teléfono y esa noche de junio de 1955 pasó a buscarme un amigo que me dijo “vos estás loco; no podés  quedarte aquí esta noche. O querés que te llevan preso. Vamos a casa”.  Nos llevó a dormir a su departamento y, a la mañana siguiente, cuando me acerco al mío tratando de  tomar ropa para algunos días,  media cuadra antes de llegar, me encuentro con una señora polaca que vivía en el mismo edificio.  Muy nerviosa  me advierte :“No suba que hay un policía adentro, se  obligó al portero a abrir el departamento y ahora hay un  policía”. Así que volví rápido por los míos y, como no podía vivir en el departamento de mi amigo, con mujer e hijo a cuestas, nos fuimos a una casita de fin de semana  que tenía en Parque Leloir, cerca de Castelar. Tres días después,  mi hijo padeció una toxicosis, y dos médicos amigos que convoqué resolvieron internarlo en un sanatorio de la Capital. Por la urgencia del caso, terminamos internándolo en Morón, con nombre ficticio. Tras una larga una semana,   pudimos considerarlo en recuperación.

Después de septiembre, ya triunfante la Revolución que derrocó al gobierno, pude volver a la Capital . Me mudé  a otro departamento y reinicié de vida, declinando todo ofrecimiento de cargo en el flamante gobierno.

Yo fui un antiperonista muy definido, pero nadie  podrá  decir que fui un “gorila”. No conspiré nunca contra el gobierno peronista electo por el voto popular, aunque me manifesté siempre opositor.

Escribí muchas páginas críticas y, en determinado momento, ya colaborando con Frondizi, tuve una participación secundaria en el acuerdo conocido como el “ Pacto  Perón-Frondizi”. No tuve una participación directa, como protagonista  o gestor, pero yo fui quien vinculé a Frondizi con el hombre que fue el verdadero gestor del pacto, Ramón Prieto, un personaje,  al que poco se le conoce no obstante ser el autor del  libro que tituló “El pacto” .

Prieto,  un hombre que para el Peronismo fue muy importante,  escribía cada tanto unos  artículos que el presidente Perón firmaba  como “Descartes” en una columna del diario Democracia.  Trabajó con Apold en la Secretaría de Prensa .  Ignoro  cómo llegó ahí,  no lo sé… sus antecedentes eran de otro tipo. Fue un  militante de la izquierda marxista, estuvo con Prestes en la gran marcha, en Brasil, participó en la Guerra Civil española como miembro de las Brigadas Internacionales, terminó en la batalla del Ebro con una esquirla en la cabeza, pero sobrevivió – cuando lo iban a llevar por muerto, empezó a parpadear para avisar que aún vivía – para terminar en un campo de refugiados en Francia. En suma,  la historia de un  militante internacional de las buenas causas, para quienes mas lo conocieron.  Un  fabuloso aventurero para otros. Pero nadie puso en dudas su honestidad.

Vivió en Paraguay y en España hasta que se radicó en Uruguay, donde daba clases de marxismo. Clases a las que asistió, cuando era estudiante,  quien luego fue mi mujer.  Años después, alumna y profesor, se reencontraron en  Buenos Aires.  Por ella y en esa circunstancia, conocí y me vinculé a Prieto. Mantuvimos durante años una  calida amistad.

Triunfante la revolución  en mayo del 55,  Prieto pasó a ser el perseguido- yo lo había sido en junio- y ¿dónde encontró refugio? : en mi casa…

Cuando el país entró en el proceso electoral, en 1957,  creí oportuno presentar a Prieto al Dr. Frondizi.  La primera reunión fue suficiente para acordar que colaboraría en la campaña electoral. Frondizi lo vinculó  a Frigerio. Ese paso fue el inicio de gestiones que meses después culminaron con el voto Peronista en favor del  candidato de la UCRI

EL:    Bueno! Esa es la historia desconocida…Pero hay cosas que no me cierran, ¿Qué hace un marxista republicano español trabajando para Perón?

NGC¸  Bueno, recuerde a Juan José  Real, que del comunismo se acercó al Peronismo. Lo mismo Abelardo Ramos, trotskista, que termina apoyando a Perón  Hay gente que siendo marxista creyó aprovechar el movimiento de masas que era el Peronismo creyendo, quizá, acercarlo después a sus posiciones. Otros, en cambio,  se mantuvieron en la oposición y soportaron  persecuciones. En otros niveles, en el orden internacional, no olvide que Stalin , en determinado momento, apoyó al Peronismo y alentó relaciones comerciales de conveniencia para la Unión Soviética. No siempre todo es lineal en los trazos de la política.

Recuerdo que cuando  vinculé a Prieto con Frondizi , le dije “Frondizi, este hombre tiene una gran experiencia en campañas políticas  y quiere darnos una mano aquí”.  Cuando Frondizi dispuso vincularlo a Frigerio sabía muy bien que  se encontraría con  varios excomunistas  trabajando en las oficinas de Luis María Ocampo – la usina – donde operaba Frigerio.

Nunca apareció en nada; nunca ocupó un cargo público. Además, olvidaba comentar que  Prieto estuvo preso con Cooke en el Sur- yo le envié varios libros durante el cautiverio – y que las negociaciones del pacto las iniciaron en Chile estos dos personajes…

EL  Pero, a ver: usted había sido perseguido o por lo menos, muy opositor del gobierno de Perón, y él colaboró con ese gobierno. ¿Eso lo hablaron, dijeron, “al pasado, pisado”?

NGC   No, no. Se daba por sentado que había que terminar con el Gobierno de  la Libertadora y el único candidato que ofrecía garantías de que no se iba a perseguir a los Peronistas y pacificaría al país, era Frondizi.  Era el único candidato que pregonaba la consigna “legalidad para todos”,  mucho antes de haber llegado a un acuerdo  con Perón. Nosotros durante la campaña teníamos instrucciones  de tener contacto con los peronistas. Yo los tuve con  varios, sobre todo con  dirigentes gremiales . Elaboramos incluso planes para la recuperación de los bienes que les había  confiscado el gobierno de la Libertadora..

Volviendo a Prieto, omití mencionar que Prieto había sido  director del  un semanario “De Frente”  atribuido a  Cooke  y el órgano que expresaba la izquierda mas revolucionaria  del Peronismo

Por último, debo aclarar que, a mi juicio, Frondizi  no firmó ni intervino en el Pacto; solo dejó hacer.

Negociaron el acuerdo, en la parte inicial en Chile,  William Cooke y Ramón Prieto.  En los tramos finales  en Caracas, Rogelio Frigerio y Juan Domingo Perón.

En el libro  “El Pacto”,  Prieto cuenta que la propuesta de Perón, el primer avance, lo iba a traer su mujer,  Margarita, en la creencia de que yo la esperaría en el aeropuerto para contactarla de inmediato con Frigerio. Seguramente hubo algún mal entendido porque yo no conocí a tiempo el vuelo y hora de llegada ese día 31 de diciembre de 1957. Por suerte, la mujer de Prieto me localizó por teléfono desde Ezeiza y combinamos el encuentro en un Hotel  céntrico donde nos reuniríamos con Frigerio a quien informé de inmediato la novedad.  A las 22  horas estábamos en el hotel y luego de comentarios iniciales sobre el viaje, me retiré con la excusa de compromisos familiares. Retorné a casa justo para el brindis de fin de año. Quedaba atrás el 57.

EL   Es cierto que hubo una valija de dólares que llevó Frigerio?

NGC:    No tengo la más mínima información sobre este interrogante.  Unos meses atrás, leí que ex funcionario de Cancillería que estuvo trabajando con Frondizi , Albino Gómez,  escribió su versión al respecto. Afirma  que  Frigerio le encomendó llevar un sobre con dinero, pero no se si sólo lo dice por darse corte  con la actuación de  mensajero de  confianza en una  misión que se supone de extrema confiabilidad.

Mi impresión es que Perón, para firmar, exigió el cumplimiento de varias condiciones. Entre sus demandas se habló de la devolución de la CGT, entonces intervenida, el reconocimiento de su grado de militar, el  pago de los sueldos de General durante su exilio. No descarto que haya pretendido  “fondos políticos”… Pero no me consta, si los hubo, y cómo se negoció ese tema en caso de haberse planteado.

Perón lograba ventajas objetivas de ese pacto.  Frondizi también: sin los votos del Peronismo, probablemente no  hubiera llegado a la presidencia en 1958.  Este interrogante queda como especulación.

Esto  es, en síntesis y por lo que yo conozco,  la historia del pacto, que fue un hecho histórico muy importante, porque sin ese pacto, quizá no hubiese habido un gobierno desarrollista. Y también es cierto, a mi entender, que si no hubiese caído el gobierno desarrollista, otro hubiera sido hoy el país. Pero esa especulación que se llama “rumonía”;  es una ficción de la historia, la historia ficta , es decir, lo que podría haber ocurrido si no sucedía algún episodio que acaeció .

Por mi parte, soy un convencido  que el país hubiera sido otro muy distinto hoy, porque lo que se pudo lograr en sólo cuatro años fue extraordinario.

  

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