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AVES EN EL TANGO por Carlos Manus*

Ernestina Gamas | 18 diciembre, 2013

Ignacio Corsini dijo una vez: “Los pájaros me enseñaron la espontaneidad de su canto, sin testigos, en el gran escenario de la naturaleza; aprendí a cantar como ellos, naturalmente y sin esfuerzo". Algunos cantores tienen seudónimos con nombre de pájaros; así,  entre sus apodos, Carlos Gardel era “el zorzal criollo”,  Angel Vargas fue “el ruiseñor de las calles porteñas”, Isabel Arce es “la calandria” y Edith Piaf era “el gorrión de París” (La môme Piaf). Muchos tangos mencionan a las aves en sus letras:

Golondrinas de un solo verano
con ansias constantes de cielos lejanos.
Alma criolla, errante y viajera,
querer detenerla es una quimera…
Golondrinas con fiebre en las alas
peregrinas borrachas de emoción…
Siempre sueña con otros caminos
la brújula loca de tu corazón…

Golondrinas (1934)

Alfredo Le Pera

… Una sepultura que "entuavía" el cardo

no pudo cercarla, y en donde el "chus-chus"
de alguna lechuza se escucha, agorera,
sobre la cimera de esa vieja cruz…

Cruz de palo (1929)

Enrique Cadícamo

… Ya no cantas chingolo!…

¿Dónde fuiste a parar?
En algún lao, muy solo,
tu canción llorarás…
                Ya no cantas chingolo (1928)

Edmundo Bianchi

             

… Hace su nido el hornero

a lo largo del camino,
por sostén teniendo un poste,
el motivo es el amor…

Como el hornero (1944)

José Rótulo

 

… Blanca palomita que pasas volando

rumbo a la casita donde está mi amor,

palomita blanca, para el triste ausente

sos como una carta de recordación…

                Palomita blanca (1929)

Francisco García Jiménez

 

… Barrio… barrio..
que tenés el alma inquieta
de un gorrión sentimental.
Penas…ruego…
¡es todo el barrio malevo
melodía de arrabal!…

                Melodía de arrabal (1932)

Alfredo Le Pera/Mario Battistella

 

Por esta senda donde un bello ruiseñor
cantaba alegre sobre un viejo ventanal,
por esta senda yo he volcado de mi infancia
las arrogancias de mis años de esplendor…
(…)

… Soy un jilguero que va volando, volando,
y su canto va dejando
con infinito fervor,
pues en tu senda que está llena de esplendores,
con las más fragantes flores
hice mi nido de amor.
                Senda florida (1928)

Eugenio Cárdenas

 

Pobre gallo bataraz,

se te está abriendo el pellejo.

Ya ni pa’ dar un consejo,

como dicen, te encontrás,

porque estás enclenque y viejo,

¡pobre gallo bataraz!

                Pobre gallo bataraz

                Adolfo Herschel

 

… Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao…
Yo miro a Buenos Aires del nido de un gorrión;
y a vos te vi tan triste… ¡Vení! ¡Volá! ¡Sentí!…
el loco berretín que tengo para vos…

(…)

… Salgamos a volar, querida mía;
subite a mi ilusión super-sport,
y vamos a correr por las cornisas
¡con una golondrina en el motor!

                Balada para un loco (1969)

                Horacio Ferrer

 

… Calandrias y zorzales, de pechos escarlatas,
se ven en la espesura del monte vivaquear
colgando de las ramas los palios de sus flautas,
cual músicos cansados que vienen a nochear….

                La pena del payador

                Eduardo Escariz Méndez

 

La alondra ha sido el pájaro más elegido por los poetas del tango, pero esa mención sólo es correcta cuando el tango está ambientado en otros países porque en el nuestro no hay alondras.

 

… Tal vez allá en la infancia su voz de alondra

tomó ese tono oscuro de callejón,

o acaso aquel romance que sólo nombra

cuando se pone triste con el alcohol…

                Malena (1941)

                Homero Manzi

 

Calles donde mi lindo barrio se alzó,

calles que guardan mis recuerdos de ayer;

vuelvo lo mismo que una alondra,

trayendo en mis canciones

los ecos de las frondas…

                Barrio viejo (1928)

                Eugenio Cárdenas          

 

… Madame Ivonne,

la Cruz del Sur fue como el signo,

Madame Ivonne,

fue como el signo de tu suerte…

Alondra gris, tu dolor me conmueve,

tu pena es de nieve…

Madame Ivonne…

                Madame Ivonne (1933)

                Enrique Cadícamo

 

La vi llegar…

¡Caricia de su mano breve!

La vi llegar…

¡Alondra que azotó la nieve!

Tu amor –pude decirle- se funde en el misterio

de un tango acariciante que gime por los dos…

                La vi llegar (1944)

                Julián Centeya

 

Tu ausencia me ha encerrado entre las sombras,
oscura realidad de mi abandono.
Me llaman desde el alba las alondras
y hundido en mi dolor ya no las oigo…

                Canto de ausencia (1937)

                Homero Manzi

 

… Quereme así, piantao, piantao, piantao…
Trepate a esta ternura de locos que hay en mí,
ponete esta peluca de alondras, ¡y volá!
¡Volá conmigo ya! ¡Vení, volá, vení!…

                Balada para un loco (1969)

                Horacio Ferrer

 

… Por el milagro, la copa quiero alzar:
¡hoy es Alondra quien fue Mamboretá!
Nada pregunto ni sospecho,
¡no sé lo que habrás hecho
cansada de llorar!…

                Mamboretá

                Francisco García Jiménez

 

… Así, así te conocí

con tu pasado gris

desnudo en el teclado.

Y el corazón, alondra volandera,

abierta en flor

al filo de las penas…

                Eras como la flor (1954)

                Mario César Arrieta

Todo en esta noche se ha tornado alegre… yo no sé por qué

Me parece la luna más bella…
y mis ilusiones ¡frágiles alondras! han vuelto a crecer
¡y en sus picos titilan estrellas!
Una voz me dice: "Pronto irá a tu lado la felicidad"
…una voz que me llegó del alma…
que me lleva hasta el cielo en sus alas.
Son mis ilusiones ¡frágiles alondras que quieren volar!

                Alondras

                José María Contursi

En “No, alondras no hay” afirma Gustavo Cirigliano: se podría decir que la alondra es el ave predilecta de cierta fantasía tanguera. Posiblemente, sea su nombre una motivación poética, un recuerdo de ciertos rincones franceses y españoles ya que en esos países fue utilizado por mujeres que han transitado el medio artístico adoptándolo como seudónimo. [1]

 

* Licenciado en Administración de Empresas y Escritor

 

 

 

 

 


 

 

 

 

 

 

 


[1]  Revista Tango y Lunfardo, N° 166, julio 2000.

 

 

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EL YRIGOYENISMO (ALGO MÁS QUE «PATÉTICAS MISERABILIDADES) «RÉGIMEN FALAZ Y DESCREÍDO» O «EFECTIVIDADES CONDUCENTES» por José A Giménez Rébora

Nestor Grancelli Cha | 14 diciembre, 2013

La diferencia entre partido y movimiento es materia propia de científicos políticos; sin embargo, pese a no serlo, aportamos una visión que cree que decir «patéticas miserabilidades», «régimen falaz y descreído» o «efectividades conducentes» es menos importante que el carácter pluriclasista y pluriregional; así lo fue el radicalismo hasta su progresiva partidización desde la muerte de Yrigoyen en 1933.
Hasta entonces, no obstante el fragor de las luchas políticas, se cuidó de hacer formulaciones y acciones para no suscitar enfrentamientos sociales o regionales (Pellegrini se dijo su amigo; Figueroa Alcorta presidió la Corte cuando él fue Presidente, etc.)
Alem (1841-1896) en agosto de 1892 ubicó al radicalismo como algo diferente a los demás partidos actuantes, conservadores o liberales tradicionales y a otros en ciernes (socialismo, liga del sur en 1908, etc.), al definir los criterios a que se subordinarían sus luchas contra los privilegios se sujetarían a cuatro puntos:
1. el respeto por la libertad política,
2. la honradez administrativa,
3. el sentimiento nacional y
4. la impersonalidad de la coalición de ese año (1891)
Tales «puntos» no eran, pues, clasistas, regionalistas, elitistas o condescendientes con vivir deshonestamente o con limitarle la libertad a otro y, desde luego, no implicaban un programa al detalle según el estilo partidario en boga; implicaban sí, algo diferente a la idea de que pudiera anteponerse la defensa de lo particular a lo nacional o la autorización del agravio a otros despreciando como política de gobierno propiciar el encuadramiento de los conflictos y el desarrollo nacional con miras a resolver las cuestiones propias de la convivencia nacional e internacional.
Más tarde, Yrigoyen exigido por las alternativas que le imponía la ley electoral de 1912, tras los intentos revolucionarios radicales de 1893 y 1905, reiteró esos «cuatro puntos» mediante una formulación equivalente diciendo que su programa era la Constitución nacional de 1853, que, aunque no lo vieran sí los interesados y los doctrinarios, era un obvio pacto de diversidades de todo tipo, pacto cuyo preámbulo, justamente, señalaba objetivos aún pendientes de consumar.
A pesar de haber sido tratado de ignorante, psicópata, etc., en 1923, entre lo poco que dejó escrito Yrigoyen, que era un político y no un científico, usó estas expresiones explicativas:
«La U. C. Radical (Unión Cívica Radical) es… (un) movimiento de opinión nacional que enraíza en los orígenes de Mayo… y por eso es prenda segura de trabajo, de paz, de libertad, de progreso y de justicia… La política que apliqué en el gobierno era la que persigue la humanidad como ideal supremo de su progreso y bienestar. Aquella que hace plácida la vida de las sociedades y estimula sus actividades y venturas, en la vigencia de un ordenamiento legal equilibrado, entre las dos grandes fuerzas siempre combatientes: el capital y el trabajo. Naturalmente me sentí atraído por el drama tremendo de los que nada tienen y sólo anhelan un poco de justicia. Ese poco de justicia que representa el mínimo de felicidad a que tienen derecho los proletarios de todo el mundo. Esta política liberadora, no fue a pesar de ello, ni parcial ni partidaria, ni menos excluyente; se fundamentó en el bien común y dio estabilidad a todos los avances y al desarrollo económico y social de la Nación.» (YRIGOYEN, Hipólito, Mi vida y mi doctrina (1923), Leviatán, Buenos Aires 1981, 50/1 y 138/9; libro con prólogo de Horacio B. Oyhanarte del 3.7.1945 y estudio preliminar de Hebe Clementi a la edición de 1981)
Yrigoyen reiteraba, entonces, varias cosas útiles para reflexionar:
• el radicalismo era un movimiento de opinión nacional (no un partido en términos convencionales)
• enraizaba en los orígenes de Mayo;
• el pensamiento de Mayo equivalía a trabajo, paz, libertad, progreso y justicia;
• dicho radicalismo postulaba un ordenamiento legal equilibrado para dirimir las controversias entre el capital y el trabajo sin perjuicio de su preocupación por el drama tremendo de los que nada tienen y sólo anhelan un poco de justicia; y
• su política liberadora, no fue a pesar de tal preocupación y simpatía ni parcial ni partidaria, ni menos excluyente; se fundamentó en el bien común y dio estabilidad a todos los avances y al desarrollo económico y social de la Nación.
Consecuentemente, el radicalismo de entonces no era propiamente un partido con fines «particulares» sino algo distinto; tenía un fin nacional y por ende, sus formulaciones no debían contrariar a algún sector o región, ni ser una doctrina petrificada y facciosa ni debía propiciar políticas contrarias a la realización y dignidad nacionales.
En muchas ocasiones, a manera de definición, Yrigoyen reiteró lo del Quijote y lo de Martín Fierro repitiendo que «no es para mal de ninguno, sino para bien de todos» o «con todos y para el bien de todos» y diciendo que las ideas radicales derivaban del llamado «ideario de mayo» (de 1810) que habían sostenido los caudillos federales de las primeras décadas de la revolución como Artigas, Ramírez, Quiroga o López, u otros que no fueron caudillos en sentido «clásico» como Dorrego (cuando a Yrigoyen le preguntaron por un caudillo posterior, Juan Manuel de Rosas, gobernador bonaerense y titular de las relaciones exteriores de la Confederación Argentina que reforzó el robustecimiento del Estado nacional pero no consideraba llegado el momento de un régimen constitucional nacional, Yrigoyen se limitó a expresar algo coherente con aquello de «contra nadie y con todos para el bien de todos» sin caer en el antirrosismo militante de los anti radicales que con Rosas había corrido «mucha sangre»)
Yrigoyen ya sabía que los problemas nacionales en la segunda década del siglo XX no eran distintos de los enumerados apenas unos años atrás en un documento que él mismo en 1878 había suscrito junto a Domingo F. Sarmiento, Bernardo de Irigoyen, Luis Sáenz Peña, Roque Sáenz Peña, Leandro Alem, Aristóbulo del Valle y Adolfo Saldías; este documento decía:
«…La Nación necesita organizar su sistema de rentas; necesita levantar su crédito por medio de una economía inteligente y severa; necesita promover sus industrias que la emanciparán del dominio económico del extranjero, arrancándola además de la postración en que ha caído; necesita aumentar su población y repartirla mejor en todo el territorio; necesita valorizar sus riquezas; abrir mercado a sus productos, facilitar las comunicaciones, arrancar del aislamiento a sus centros poblados, ilustrar a sus masas y satisfacer, en fin todas las exigencias sociales, políticas y administrativas de un pueblo joven, que aspira a engrandecerse…» (transcripto en FRONDIZI, Arturo, Petróleo y política, Editorial Raigal, Buenos Aires 1954, 32)
Sin embargo, Yrigoyen también sabía que estas cuestiones no eran ni abstractas ni técnicas, aunque incluyeran aspectos teóricos y técnicos, que había intereses de por medio y que una disputa incorrecta o inoportunamente planteada en vez de contribuir a la solución de los problemas sería dañina porque generaría incomprensiones y problemas.
La observación es importante porque los radicales yrigoyenistas no vinculaban sus éxitos electorales entre 1912 (Santa Fe) y 1928 a la condición plural de sus bases sociales y regionales ni asociaban la posibilidad de repetirlos a resolver los problemas en el sentido del bien común dándole estabilidad a todos los avances y al desarrollo económico y social de la Nación; tampoco vincularon el derrocamiento de Yrigoyen a esas razones ni que las posibilidades de ser una expresión mayoritaria disminuyeran, en vez de aumentar, si se partidizaban y renunciaba a privilegiar lo nacional, agravarndo su impotencia para contribuir a resolver los problemas en sentido nacional que, enfatizamos, no es en sentido estatal.
Yrigoyen había sostenido, incluso como consigna electoral (no como explicación) aquello de que «la causa del radicalismo es la causa de la nación misma» y por eso se inclinó a creer que posiciones como la alentada en 1909 por el radical cordobés Dr. Pedro C. Molina (1855-1920) ignoraban la necesidad de conformar prioritariamente la nación.
La forma de pensar y de formular las cuestiones por parte de Molina ponía de manifiesto que ignoraba uno de aquellos «cuatro puntos» (el «sentimiento nacional» y el carácter de pacto nacional de la Constitución) y que el radicalismo fuese un movimiento político socialmente plural y no un partido «a la europea» (sectorizado)
Molina anteponía la perfección lógica y abstracta de la regla del librecambio al interés nacional o a razones de justicia aunque las partes estuvieran en condiciones demasiado desiguales de potencia económica y por esto enfrentó con dureza la pretensión proteccionista expresada por el periódico La República que dirigía José Camilo Crotto (1863-1936) y respaldaba la dirección partidaria de entonces, Yrigoyen incluido; años después la cuestión se replanteó en torno a la llamada «doctrina del deterioro de los términos del intercambio»)
Además, la vitalidad política del radicalismo también fincó en esa época:
• en su clase de su arraigo y representatividad social y regional y en el carácter carismático del liderazgo de Yrigoyen («El corralón seguro ya opinaba Yrigoyen» como expresó Borges en «Fundación mítica de Buenos Aires» y esto no era, obviamente, mérito de los «punteros partidarios» sino de la actitud de la propia gente); y
• en no enredarse en disputas divisoras e inconducentes.

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¿CÓMO RESOLVERÍA FRONDIZI EL CAOS ENERGÉTICO IMPERANTE EN LA ARGENTINA por Ernesto Poblet*

Ernestina Gamas | 7 diciembre, 2013

La empresa minera VALE (Brasileña y segunda en el mundo) acaba de huir despavorida de la Argentina con un portazo, acosada por los chantajes de De Vido y la AFIP. El potasio es un mineral importante para la industria alimenticia, la inversión que se pierde el país conlleva a una catástrofe de derrumbes, desempleo y quiebras y no sólo en Mendoza. Además deteriora la vital relación con Brasil.

El régimen demagógico existente en nuestra nación ha logrado en una década la hazaña de retrotraer o retroaccionar la situación energética actual para asimilarla a la Argentina anterior a 1958. Ahora de nuevo se importan el petróleo y el gas natural en proporciones alarmantes por tratarse de una economía cuya matriz energética se basa predominantemente en esos dos hidrocarburos, los cuales otra vez (igual que en 1957) deberán pagarse afuera a precios exagerados en inalcanzables divisas foráneas tras el drama constante y masivo de sufrir la escasez de electricidad y calor para el elemental consumo doméstico, industrial, comercial más los servicios.  Hace más de medio siglo atrás los cortes de luz programados, el obscurecimiento de las ciudades y las restricciones eléctricas al consumo decayeron en una tradición sórdida que duró más de dos décadas (anteriores a 1960) sin inversiones ni política crediticia, aunque también perturbados  por la segunda guerra mundial y los prejuicios desatados durante la larga guerra fría…

¿Cómo logró Frondizi autoabastecer el país de combustibles en sus cuatro años de gestión jaqueada por un clima golpista enardecido  de pasiones políticas intolerantes?.  Por lo cual se llegó a violentar e interrumpir tan injustamente su mandato.

ANALOGÍAS CON BRASIL

 Los brasileños lograron su hazaña en el mar mediante rondas de licitaciones que encabezó el estadista Fernando Henrique Cardoso desde 1993, primero desde el ministerio de Economía para extenderlo en sus dos mandatos presidenciales (1995 hasta 2003) y la “continuidad respetuosa” de sus sucesores en el cargo.  Resolvió con inteligencia el problema del monopolio estatal Petrobras, equivalente de nuestra obstructiva y antieconómica YPF.  No por casualidad en ambos países se sufrió por décadas el cepo paralizante del estatismo nacionalista exacerbado, el cual nunca resolvió de fondo el problema de la necesidad de inversiones y el financiamiento independiente, tanto de organismos públicos como privados.  

Cardoso empezó por desactivar el monopolio ejercido por Petrobras transformando al pesado ente en una compañía privada eficiente y competitiva, conservando el Estado brasileño un 38% de las acciones.  Tanto Frondizi como Cardoso desplegaron rondas de licitaciones transparentes convocando a los capitales privados. En el caso de Frondizi en un comienzo se optó por la urgencia de las contrataciones directas tan sólo para resolver con rapidez el problema candente del egreso de divisas que significaban las apabullantes importaciones de combustibles, tal cual ocurre en nuestro actual sincrónico intríngulis adonde nos han traído los estatistas con sus congelamientos de tarifas, subsidios y aislamiento.  Por culpa de los Kirchner y De Vido  tendremos que gatillar los argentinos en importaciones más arriba de la brutal suma de 12.000 millones de dólares en este trágico 2013 

Aún tras los ejemplos brillantes de Frondizi y Cardoso, el actual sistema "nacionalista" carecería de honestidad, capacidad, coraje, inteligencia y decisión para enfrentar el noble desafío o aventura común para recuperar el autoabastecimiento pues estamos demasiado lejos de ser y parecer una república en serio.          

LA FILOSOFÍA TRIBUTARIA DE FRONDIZI Y CARDOSO 

Ambos estadistas contrataron las inversiones para la exploración y producción en sencillos acuerdos contractuales.  El Estado de Brasil a través de la Agencia Nacional de Petróleo (ANP) y la Argentina mediante una YPF representada por el Delegado del Presidente de la Nación hasta la fecha de constitución de un Directorio formal de esta empresa.  Ante la compleja situación del estatismo cerrado de la primera mitad del siglo XX (excepción hecha de la gestión Alvear-Mosconi) Frondizi optó por inéditos contratos de “locación de obras y de servicios”  utilizando con inteligencia la presencia inevitable de YPF.  La etapa exploratoria era asumida en sus riesgos por el contratista durante cinco años a cara de perro, si en ese lapso no descubría petróleo, perdía todo lo invertido.  Las empresas sólo cobraban lo pactado cuando descubrían el petróleo y desde ahí percibían el monto pari passu con la  producción.  El precio para el contratista por sus prestaciones se calculaba rigurosamente dentro de una ecuación económico-financiera contenida en las cláusulas de las obras y servicios que realizaban para explorar, extraer el petróleo y entregárselo todo a YPF como si fuera una venta.

Las modalidades más clarividentes que encontró Frondizi para lograr las inversiones y el crédito descansaron en el eje de la política impositiva y la confianza demostrada entre ambas partes contratantes.  La descripción de lo actuado -hace más de medio siglo atrás- parece una antípoda graciosa con respecto al papelón desastroso del presente régimen importador de Kirchner y De Vido.  A juzgar por sus resultados: en 2012 se despilfarraron tan sólo en las carísimas importaciones de gas "regasificado" la friolera de  diez mil millones de dólares, con regocijado placer de los máximos titulares del Kirchnerismo y de Enarsa.  

En el inteligente sistema de los dos presidentes bastaba con sólo eximir a los contratistas de los impuestos distorsivos y absurdos, favoreciendo las inversiones y el crédito barato sin perjudicar a ningún fisco.  Frondizi le regaló al pueblo de su país el bienestar de una energía barata y abundante obtenida en plazos muy cortos, circunstancia esperanzadora para los argentinos que hoy padecen el sistema “ultratributarista” de los voraces estatistas cuya obcecación hace naufragar hasta las más mínimas posibilidades de inversión productiva y crédito barato. 

LOS IMPUESTOS DISTORSIVOS E INÚTILES

Aprovechó Frondizi -en 1958- el entonces ímpetu de la exención impositiva exagerada que gozaba por la ley de hidrocarburos la YPF estatal,  para transferir vía contractual esa misma exención a favor de los contratistas en los casos de la exploración, la cual era la etapa más riesgosa y difícil de encarar.  Le encontró utilidad a lo que constituía un privilegio amodorrante en manos de la burocracia del Estado.

Me tocó años después explicar -como representante de YPF- el alcance de estas cláusulas ante un dogmático de los impuestos como era el Subsecretario de Finanzas Dr. Carlos Tacchi y la extensión de estas mismas estipulaciones ante el fisco extranjero donde se liberaría del tributo a las empresas en su propio territorio.  La novedad consistía en superar el primer escollo económico del emprendimiento contractual: atenuar el peso mortal del riesgo minero el cual siempre atentaba contra la factibilidad y calidad de la inversión.

Estas originales “exenciones” de impuestos no constituían pérdida alguna para la Argentina ni para el país de origen de los contratistas.  Los impuestos exentos en el trabajo exploratorio nunca se pagaban si la exploración fracasaba, en tal caso el hecho imponible había desaparecido solo, pero si se descubría el hidrocarburo el cálculo del impuesto no cobrado se incluía en la remuneración por la obra y el servicio prestado.  En pocas palabras, el riesgo minero se cargaba totalmente en las espaldas del contratista privado dentro de un mecanismo inteligente que a nadie perjudicaba, lo cual es parte de su negocio desde la tradicional minería antigua, por lo tanto no es ningún misterio ni despojo al Fisco nacional ni extranjero.  Este mecanismo sería la clave del éxito del sistema contractual de Frondizi.

Ahora bien, el que opta por  hacerlo “todo por el Estado” al estilo soviético o fascista u "Ogro Filantrópico" como lo llamaba Octavio Paz, carga irresponsablemente todas las pérdidas en las espaldas del pueblo, de ahí el estruendoso fracaso de estos regímenes hoy anacrónicos en todo el mundo. Así ocurría en el México de Lázaro Cárdenas en 1938, hoy repudiado por el nuevo presidente de ese país.  Lo mismo aconteció en la Italia anterior a 1944, en la URSS hasta 1989 mientras la PDVSA venezolana sigue subyaciendo entre el colapso, la corrupción y el despilfarro del Estado burocrático.

 EL ESTADO DESPILFARRADOR E INCLEMENTE

A veces puede parecer una simpleza decir que se debe hacer todo lo contrario de lo que preconizan los actuales gobernantes K, pero la realidad es que en la Argentina se equivocaron al “invertir” -en la estatal Enarsa y en la YPF reestatizada- el dinero de AFIP, del Banco Central y de los jubilados desde la más ciega burocracia, donde no hay celo ni interés certero sobre la ganancia y el lucro ¿Qué le importa al Estado y  a sus agentes ganar , no ganar o perder escandalosamente, si ahí nadie es propietario…?  o lo son todos dentro de una  grotesca fantasía de toros enardecidos detrás de una verónica roja…  

Con los contratos de Frondizi se llegó al autoabastecimiento de combustibles en noviembre de 1961, a los  tres años. Con la política gasífera también en tres años se logró construir la línea de los gasoductos troncales en toda la extensión del territorio, salvo Mesopotamia, Chaco y Formosa.  Vale agregar, en el mismo lapso operó la construcción de cañerías urbanas en las ciudades grandes y chicas simultáneamente con las cañerías domésticas de cada familia o industria.  Esta enorme infraestructura se implementó en esos dinámicos tres años. La política del ministro De Vido en toda la década jamás logró una sola inversión de riesgo, pues impuso en los pliegos de las frustradas licitaciones a la convidada de piedra Enarsa, estatal, corrupta y sin gerenciamiento idóneo, obligando desde los pliegos al inversor a soportar un socio con el 51% de las acciones, participando como un pesado parásito estatal, de las ganancias pero jamás de las pérdidas. ¿Quién podría participar con seriedad y honestidad en esas condiciones que a nuestro país le ocasionaron la pérdida del autoabastecimiento…? 

Como colofón de estas performances del ministro De Vido en el área, debemos recordar el anuncio del ambicioso plan nuclear de 2006 sin acreditar el más mínimo cumplimiento en los últimos ocho años… más incontables anuncios, “inauguraciones  repetidas" y demás delirios sobre pintados emprendimientos energéticos.

———————————–

* El autor fue abogado de YPF, gerente de contratos en la Dirección Jurídica  y apoderado de la misma en Europa y Estados Unidos.

                                                       5 – 04 -2013

epoblet@yahoo.com.ar 

 

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