• INICIO
  • EDITORIALES
  • PLURIMIRADAS
  • ESPACIO CULTURAL
  • ESPACIO DE HUMOR
  • CARTAS DE LECTORES
  • ARCHIVOS
  • ENVIAR TEXTOS

LA OBSESIÓN POR EL CRECIMIENTO: Entrevista a Manfred Max Neef*

| 31 diciembre, 2015

Conversamos con Manfred sobre la coyuntura política actual, los debates sobre crecimiento económico, modelos de desarrollo en Chile y latinoamérica y sus propuestas sobre economía ecológica.

Realizada por la Fundación DECIDE aparecida en la revista En Torno

Buen día, Manfred. En el último tiempo hemos observado que la izquierda, o los movimientos sociales a groso modo, fueron más o menos exitosos en instalar ciertas ideas o posiciones a lo largo del siglo XX: los derechos humanos, derechos sociales, algunas reivindicaciones de género. Pero a partir de la caída de la Unión Soviética quedó bastante huérfana de ideas –de la proposición de un modelo- en el plano económico; a diferencia de lo que ocurre entre actores vinculados al mundo ambiental y a propuestas que giran en torno a la sustentabilidad, que logran escapar de los marcos de la modernidad, entendido como economías basadas en costos y beneficios.

-Bueno, parece  evidente que la economía convencional y tradicional no ha respondido a lo que debería haber respondido. De que exista una tremenda testarudez de parte de quienes son del mainstream, no quita que sea y siga siendo un fracaso tremendamente peligroso y brutal. Esta economía neoliberal mata más gente que todos los ejércitos del mundo juntos, y no hay ningún acusado, no hay ningún preso, no hay ningún condenado. Todos los horrores que estamos viendo en el mundo, gran parte de ellos, tienen un trasfondo que está anclado a esta visión de tratamiento y práctica económica.La obsesión del crecimiento, para empezar, es un disparate. Porque una elemental ley natural, que todo el mundo conoce, es que todos los sistemas vivos crecen hasta un cierto punto en que dejan de crecer. Tú dejaste de crecer, yo deje de crecer, el árbol grande deja de crecer, pero no deja de desarrollarse. Seguir forzando el crecimiento para consumir más y seguir produciendo una infinita cantidad de cosas innecesarias, generando una de las instituciones más poderosas del mundo como lo es la publicidad, cuya función es una y muy clara: hacerte comprar aquello que no necesitas, con plata que no tienes, para impresionar a quienes no conoces. Eso evidentemente no puede ser sustentable.Ahora, frente a las alternativas, desde luego para mí la más importante, es la visión de la economía ecológica. Porque a diferencia de la economía tradicional, la economía ecológica es una economía que está al servicio de la vida y tiene características fundamentalmente opuesta a la convencional. La economía convencional -que es la hija de la economía neoclásica- desde una visión ontológica, se sustenta en una visión mecánica, newtoniana: el humano, la economía y el mundo son mecánicos. Y en un mundo mecánico tú tienes sistemas que tienen partes. Partes que descompones, analizas y vuelves a armar. Del otro lado, la economía ecológica se sustenta en una visión orgánica. Los sistemas no tienen partes, sino que participantes, los cuales no son separables. Lo cual significa que todo está intrínsecamente unido y relacionado. Esto por lo demás ya es un mensaje que hace más de 90 años nos viene dando la física cuántica, pero ese mensaje ha tardado en llegar a las ciencias sociales. En este sentido, la economía ecológica o cualquier nuevo sistema económico debe en mi opinión, sustentase en cinco postulados fundamentales y un principio valórico irrenunciable. El postulado número uno: la economía está para servir a las personas y no las personas para servir a la economía. Dos: el desarrollo tiene que ver con las personas y la vida, no con objetos. Tres: crecimiento no es lo mismo que desarrollo, y el desarrollo no precisa necesariamente de crecimiento. Cuatro: ninguna economía es posible al margen de los servicios que prestan los ecosistemas. Y cinco: la economía es un subsistema de un sistema mayor y finito que es la biosfera, por lo tanto el crecimiento permanente es imposible. Y el principio valórico irrenunciable que debe sustentar una nueva economía es que ningún interés económico, bajo ninguna circunstancia, puede estar por sobre la reverencia a la vida. Si tú recorres estos puntos vas a ver que lo que hoy tenemos –en la economía neoliberal- es exactamente lo contrario. Hoy en día llegamos al extremo, comienzo del siglo XXI, que hay más esclavos de los que había antes de la prohibición de la esclavitud en el siglo XIX. Esclavos en serio, no en sentido figurado, de los cuales el 60% son niños y las demás, principalmente, mujeres.

Usted mencionaba la idea del crecimiento cero. Pero pareciera ser, cuando se le habla a gobiernos latinoamericanos, incluidos los de izquierda, que el crecimiento cero no es para nosotros: primero debemos crecer y luego podemos hablar de crecimiento cero, ¿está usted de acuerdo?

-Hay crecimientos que son necesarios y justificables, y hay crecimiento que es totalmente innecesario. Y, desde luego, no confundir crecimiento con desarrollo que son dos cosas distintas. Si usted crece para desarrollarse, se puede pensar. Pero si usted crece a raíz de agotar recursos renovables y no renovables, eso es estúpido. Fíjese usted qué es lo que ocurre en la macroeconomía convencional, es tan absurdo que la pérdida de patrimonio se contabiliza como aumento de ingreso. Si yo arraso este bosque, eso me genera crecimiento e ingreso, pero ¿cuál es el resultado? Quedamos pobres. Destruí el suelo, en ese proceso crecí, pero el resultado es que quedé más pobre. Con mis colegas planteábamos lo que se conoce como la hipótesis del umbral, que ya está completamente confirmada, y que ya deja de ser hipótesis. En toda sociedad hay un período en el cual el crecimiento económico conlleva un mejoramiento de la calidad de vida, pero sólo hasta un punto. El punto umbral. Luego del cual si hay más crecimiento empieza a decaer la calidad de vida. Hay distintos componentes de la calidad de vida, pero llegado un determinado crecimiento, la calidad de vida de la ciudad empieza a decaer, ¡pero la ciudad crece! Claro que hay países que necesitan crecer, hay países que están en la extrema pobreza, pero tiene que ser un crecimiento que efectivamente contribuya a la superación de la pobreza. Porque el crecimiento que se sustenta nada más que en el consumismo, no genera desarrollo ni mejora la calidad de vida. Hago una pregunta elemental, ¿tú crees que es necesario que hayan 185 tipos de shampoos? ¿Seríamos inmensamente más pobres si hubieran 50 tipos de shampoos? Entonces, en todo orden de cosas es lo mismo. Tú estás ocupando recursos valiosísimos para producir cosas innecesarias, eso genera crecimiento, pero no desarrollo.

La noción de “bienes comunes”, hemos trabajado en este concepto porque entendemos que viene a liberarnos del eje “bien público – bien privado” que ha perdido progresivamente el sentido que justificó su existencia en el contexto de las luchas del siglo XX.

-Para mí esas son contribuciones lingüísticas que no corresponden a la realidad. Para mí no hay ninguna diferencia entre un bien público y un bien privado: es parte de la naturaleza. Que tenga dueño, que no tenga dueño, o que tenga muchos dueños me da igual. Lo que interesa es la característica de ese bien y cuál es la función de ese bien, no el concepto de propiedad que hay detrás. Y entonces, como ya lo dije antes, se trata de entender que nosotros estamos absolutamente integrados a la naturaleza. De tal manera, que hay que entender que esos bienes son parte integral de un todo. Cualquier acto que nosotros cometamos que tiene que ver con la destrucción de ese bien, es un acto de suicidio colectivo. Tú te estás suicidando y se está suicidando la sociedad en la medida que destruyes los bienes de la naturaleza que no se pueden reponer. Por supuesto si tú cortas un árbol y facilitas que pueda volver a crecer, bueno, no hay problema, eso es lo normal, eso no es depredar. Depredar es ir mucho más allá de lo que realmente se necesita. Y en ese sentido todos los bienes son importantes y puedes decir que todos los bienes son comunes. Lo de público y privado es una cuestión leguleya que sirve para el abuso, como en el caso del agua en Chile, que es grotesco. Te compraste el agua de ese río y el vecino no puede sacar ni un vaso de agua, eso es monstruoso, te fijas. Pero eso es la parte jurídica, la parte que nosotros fabricamos, que no se corresponde a lo que debe ser nuestra relación con todos los bienes que son naturales. Luego puedes agregar la propiedad, pero debes entender que eso es parte de un todo, y si alguien tiene una propiedad, esa persona tiene una responsabilidad muy clara respecto a ese bien.Desde la izquierda, hablando históricamente, se entendió alguna vez que valía la pena reivindicar la propiedad pública en términos de recursos. En el caso de Chile, eso estaba muy claro con la nacionalización del cobre, entendiendo que detrás de eso iba a haber una redistribución, una democratización en la gestión del recurso. Pero ahora –dictadura y Concertación de por medio- vemos que de eso hubo bastante poco. Codelco, por ejemplo,  siendo una empresa pública contamina e interviene más que cualquier empresa privada.

Mucha gente se imagina que el socialismo y el capitalismo son absolutamente opuestos. Pero en términos ambientales son idénticos, como también en su relación con la tecnología. La naturaleza está ahí para ser explotada y eso es válido tanto para el socialismo como para el capitalismo. La única diferencia que hay entre los dos es en la distribución de la riqueza. En uno la distribuye el Estado y en el otro, el mercado. Izquierda y derecha a mí no me dice nada. Es una lucha histórica donde esas categorías ya cumplieron su función y ya no sirven. Hoy día yo te pregunto, ¿qué es una persona de izquierda? Hace 40 años se sabía muy bien. Ahora yo te saco 40 personas que se dicen de izquierda y les pido que en una frase digan qué significa ser de izquierda, voy a tener 40 respuestas distintas. Hoy la gente se alinea por otras cuestiones, el ambiente, el cambio climático, esas son otras preocupaciones que no vienen ni con derecha ni con izquierda. No vamos a decir que solo la derecha es culpable del cambio climático: son todos culpables del cambio climático. Entonces, hay que trabajar con nuevas categorías y no quedarse trancado en el siglo XX o, peor aún, en el siglo XIX.

Ahora, ¿cómo cree usted que se tienen que gestionar esos recursos? ¿Qué experiencias se pueden rescatar?

La única manera de hacerlo bien es en la medida de estimular y reforzar con el mayor vigor posible las economías locales, lo pequeño, el municipio, cuando mucho la región. Porque para comenzar, ahí tú tienes identidad, tú eres alguien. Porque, ¿en qué consiste ser chileno? La banderita macanuda, el himno, esa es una lesera. Tu identidad está en la ciudad donde naciste, y particularmente en el barrio donde creciste. Yo soy porteño del cerro Artillería, del paseo 21 de Mayo, ahí está mi identidad, el resto es una abstracción que no tiene más sentido. En ese sentido, las experiencias más exitosas y más interesantes son las que se están haciendo hace tiempo en Escandinavia, particularmente en Suecia. El Natural Step, el paso natural de Suecia, consiste en un gran consenso nacional que ha llevado a una economía responsable, los únicos que no están en crisis en Europa por lo demás. Y como consecuencia de eso, al movimiento de los eco-municipios hoy. Algo que empezó hace 30 años en un municipio muy pequeñito en la región del Ártico sueco, donde dijeron “bueno, nosotros somos tan pobres que no podemos esperar nada de nadie, tenemos que inventar la manera de desarrollarnos”. Y  tuvieron un éxito extraordinario, y hoy dos tercios de los municipios son así. Pero finalmente, ¿qué es un ecomunicipio? Es un municipio que tiene autonomía financiera, autonomía energética, autonomía en transporte, en educación, en cultura, autonomía completa. El 100% del impuesto que tú pagas se queda aquí, no se va al centro para que ellos decidan qué hacer con la plata. ¿Qué significa eso?, ¿cuál es el impacto psicológico que produce eso? Que tú estás viendo lo que hacen con tu plata. Si no te gusta lo que están haciendo, sabes a donde ir y a quien decirle. Aquí qué hacen con tu plata, ¿tienes idea? Cero. Aquí en Chile, acá en Valdivia, si tú quieres poner un semáforo te lo tiene que autorizar Santiago. Un chato que está en un escritorio que en su vida ha venido a Valdivia. Bueno, como esas experiencias, hay otras igualmente notables en Inglaterra, los Transition Towns, los pueblos de transición, que incluso tiene sus propios medios de pagos.

¿Cómo es eso?

-Generan sus propios medios de pagos, con su propio dinero, y ese dinero gira localmente. Todos los negocios locales compran y venden con ese dinero. Y ese dinero lo puedes convertir a moneda nacional si te vas a otra parte. Pero lo que significa es que todo lo que tú generas como excedente gira ahí mismo, y estimula ahí mismo la economía. O sea, genera un boom económico. Además no es dinero que puedas acumular con fines especulativos, porque tiene una duración limitada. O sea, es un dinero que tiene que estar activo. Esos son medios de pagos locales.

Para hacer eso, ¿cómo construimos con actores subalternos, actores sociales, alternativas que tengan posibilidades reales de disputar ese poder?

-He llegado a una conclusión hace mucho tiempo: tú no puedes confrontarlos, porque vas a perder el tiempo. Debes empezar a hacer acciones locales tú. Cuando fui candidato a la presidencia me preguntaban lo mismo, y yo decía “mire, imagínese que usted está en un potrero y a 100 metros suyo está un rinoceronte furioso, listo para atacar. Lo más estúpido que usted puede hacer es suponer que también es un rinoceronte y atacarlo, no le deja ni en polvo. Entonces, ¿cómo se puede derrotar a ese rinoceronte? La nube de mosquitos. Una nube de mosquitos puede volver loco al rinoceronte hasta que se cae al precipicio, y no puede matar a ningún mosquito, porque los mosquitos tienen dos atributos que son claves: Uno, que siempre permanecen juntos y, dos, que no hay ningún mosquito jefe, o sea, es una sociedad no descabezable. Entonces tú tienes que joder, joder y joder, ese es el rol de los movimientos sociales. Y mira como están surgiendo en España, los que están surgiendo en Inglaterra. En Inglaterra imagínate, ahora sale un sujeto de izquierda de frentón. En Estados Unidos ahora, el que está detrás de Hillary Clinton, el que está subiendo más, es un socialista químicamente puro de Vermont. Los movimientos sociales en Alemania, los Piratas. Entonces esos son los mosquitos, y esa es la única manera.

Para terminar, ¿qué está leyendo actualmente?

-Actualmente, los filósofos idealistas alemanes del siglo XVIII, especialmente a Schelling, que me ha vuelto a fascinar. Porque todo esto que ya hablamos, lo dijo él hace más de 200 años. Todo esto que es el romanticismo alemán es fascinante. Porque lo fascinante que surge en ese movimiento del este de Alemania, Leipzig, esas zonas maravillosas, es que en ese momento el ser humano descubre la naturaleza. La naturaleza es producto del romanticismo alemán. Fíjate, si tu analizas la pintura, toda la historia de la pintura, hasta ese momento la naturaleza era el telón de fondo de una persona y su retrato. Allí, por primera vez aparece una pintura de la naturaleza. Por Caspar Friedrich en Alemania, que después se extiende al resto de la pintura. En la literatura lo mismo. Más interesante todavía, recuerdo que mi gran amigo, el historiador Rafael Bernal, hizo un estudio a fondo de los cronista de la conquista de América, todos los cronistas de la conquista, siglo XVI. ¿Y sabes qué? Descubrió una cosa impresionante, no hay ningún cronista que describa la naturaleza. Cómo puedes entender tú, que alguien que viene de una zona semidesértica como Castilla o Andalucía, y de repente está frente al monte Chimborazo o al medio de la Amazonía no describa lo que ve. Lo único que describe es la fatiga, el dolor, la lucha, las dificultades, el enemigo, la batalla, pero el paisaje no existe. El paisaje y la naturaleza existen a partir del romanticismo y de la filosofía idealista, especialmente Schelling.

*Economista de la Universidad de Chile, quién elaboró ideas en torno al desarrollo sustentable, la economía ecológica y el desarrollo a escala humana- En 1983 gana el premio Right Livelihood Award, considerado el premio nobel alternativo de economía, y en 1993 fue candidato a Presidente de la República en Chile. 

Comments
1 Comentario »
Categorias
ARCHIVOS, PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

EL IMPRUDENTE RECURSO DEL ENDEUDAMIENTO por Alberto Medina Méndez*

| 31 diciembre, 2015

 

El Estado precisa de medios económicos para su normal funcionamiento. Para ello apela a los mecanismos habituales, aunque a partir de esas líneas básicas de acción, da nacimiento a algunas variantes muy similares.

Los impuestos han sido el medio más rutinario, ya que le permite al Estado apropiarse una parte importante del fruto del esfuerzo de los ciudadanos que componen una comunidad, en una suerte de saqueo legalizado.

Una forma alternativa, no menos significativa, ha llegado gracias a la cuestionable potestad de emitir moneda artificialmente, abusando de un monopolio que los circunstanciales administradores de la cosa pública han construido, y luego perpetuado, con absoluta premeditación, disponiendo entonces, a su servicio, de un manantial casi inagotable.

Una tercera chance aparece también con bastante frecuencia. Está ligada con la atribución de los gobiernos de endeudarse, obteniendo acceso a dinero en el presente, para gastarlos a mansalva ahora, a cambio de reponerlos en su totalidad en el futuro con un adicional de intereses.

No existe fuente de financiamiento estatal que despliegue bondades. Todas ellas son perjudiciales y lastiman con potencia a las libertades individuales, impactando sobre la actividad económica, alterando el sistema de precios, dañando todo a su paso, de un modo, a veces, casi imperceptible.

Pero tal vez la más patética de esas herramientas es la que le permite endeudarse al Estado. Es que la "fiesta", ese momento en el que se aplica el dinero, la disfruta una sola generación, pero son habitualmente los que vienen los que terminarán pagando ese jolgorio. Nada más ruin que gastar ahora, para que los hijos sean los que abonen los excesos de sus padres.

Algún piadoso analista dirá que cuando esa deuda se asigna para obras de infraestructura que permanecerán en el tiempo, se configuraría cierta clase de atenuante. Es materia opinable. Lo concreto es que los que pagarán, tendrán que hacerse cargo de una deuda sobre la que no han podido opinar.

Es trascendente entender que el tema de fondo es realmente otro bien diferente, que tiene que ver con el volumen y eficacia del gasto estatal, lo que supera largamente la retorcida discusión acerca de cómo efectivamente se cumplen con esos compromisos ya asumidos previamente por el Estado.

Claro que cuando las erogaciones son infinitas, la búsqueda de recursos también recorre el mismo tortuoso camino, y entonces las decisiones inadecuadas se multiplican y muestran la peor cara del sistema. Un Estado austero no tendría esta dimensión de problemas y resolvería la cuestión de un modo mucho más simple, con consensos y sin grandes complicaciones.

En tiempos de inflación, esa que se origina en un fenómeno estrictamente monetario, sin el cual sería imposible su gestación, existe una tentación casi serial por operar sobre sus efectos y no sobre sus indisimulables causas.

Los más ingenuos e ignorantes creen aún en la existencia decisiva de los formadores de precios. Los más heterodoxos recitan aquello del diálogo social con los protagonistas y apuestan todo a la utilización de sus mágicos rudimentos que permiten, invariablemente, amedrentar al mercado.

Lo cierto es que con un gasto estatal obsceno, absolutamente nada alcanza y la emisión resulta finalmente imprescindible para cubrir los dislates de los gobernantes de turno. La solución de fondo pasa por reducir el gasto de los gobiernos acomodándolo a sus demostrables urgencias. Y sobre todo, el tema pasa por comprender la naturaleza de la existencia del Estado, sus fines últimos y las razones de su aparición en la civilización contemporánea.

Lamentablemente, algunos países, demasiados tal vez, vienen recurriendo a un ardid tan inmoral como cruel. Es que una vez que se ha superado la barrera de la voracidad fiscal, cuando ya no cabe posibilidad alguna de seguir incrementando impuestos, los gobiernos deben resolver el dilema.

O disminuyen el gasto estatal, cosa que jamás hacen con convicción, o buscan otras opciones para solventar sus aventuras políticas personales. Cuando nadie les presta porque han dejado de ser serios, saben que la  emisión monetaria está siempre disponible, pero frente al primer resquicio que se abre para solicitar empréstitos, no dejan pasar esa ocasión.

El camino adecuado para resolver el problema central es abordar el indecente tamaño del gasto estatal. De lo contrario, la discusión eterna girará alrededor de decidir cuáles serán las próximas víctimas a saquear.

El razonamiento tradicional de los gobernantes consiste en evaluar si esquilmarán a los que producen y consumen vía impuestos, a los ciudadanos en general, pero en especial a los más pobres, si optan por emitir moneda artificial generando inflación, o apelan al endeudamiento hipotecando el futuro de los que jamás decidieron pagar la fiesta ajena.

En estos días se empieza a percibir un giro evidente. La idea no es bajar el gasto, sino en todo caso, cambiar la fuente de financiamiento. Siendo que los impuestos no pueden aumentarse, pues parece el tiempo de aprovechar los vientos externos favorables y un mercado de capitales generoso, para reducir la emisión monetaria y reemplazarla por el eterno endeudamiento.

Definitivamente, no es la solución. Solo se trata de otro parche más, inclusive mucho más perverso que el vigente, porque intenta disimular los incómodos efectos de corto plazo del aumento de precios y suplirlo por este artilugio camuflado, que solo se notará cuando llegue la cuenta y haya que pagarla. Si no se comprende cabalmente como funciona este mecanismo, pues se seguirá por la senda del imprudente recurso del endeudamiento

 

*Periodista.Consultor Privado en Comunicación, Analista Político,Conferencista Internacional, Presidente de la FUNDACIÓN CLUB DE LA LIBERTAD, Miembro de la Comisión Directiva de la RED POR LA LIBERTAD,Columnista de INFOBAE en Argentina,Columnista de DIARIO, EXTERIOR de España, Columnista de EL CATO de EEUU,Conductor del los ciclos radial  y televisivo EXISTE OTRO CAMINO.Ha publicado más de 470 artículos en 15 países de habla hispana

Premio a la Libertad de la Fundación Atlas 2006

Premio Periodista del Año de Corrientes, por Fundación Convivencia en 2002 y 2011

Premio Corrientes por la labor periodística en 2013


 

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

VENEZUELA ENTRE NOSOTROS por Antonio Camou* y Guillermo Castellano**

| 30 diciembre, 2015

Corría la noche del 15 de noviembre de 2015 y el debate presidencial argentino empezaba a levantar temperatura. El bloque televisivo abordaba temas de política exterior cuando Mauricio Macri aprovechó sus exiguos minutos para propinar un lance a fondo: “yo estoy comprometido con fortalecer la democracia –dijo-, con acompañar lo que viene pasando en el mundo y en Latinoamérica. La democracia es un compromiso de vida con la libertad, con los derechos… y en caso de ser electo presidente, el 11 de diciembre voy a pedir, dados los abusos que han habido en Venezuela, los presos políticos que hay y la participación de militares en el gobierno, que se ejerza la cláusula democrática suspendiendo a Venezuela”.

La estocada de Macri fue inteligente y efectiva. Con una sola jugada golpeaba fuerte en tres escenarios diferentes. En primer lugar, se ubicaba a escala internacional en un plano de compromiso consecuente con el respeto universalista de los derechos humanos: lo que se pregona aquí no puede suspenderse al aterrizar en tierras bolivarianas. En segundo término, elegía confrontar con el chavismo como arquetipo ideológico, político y económico del kirchnerismo de hueso colorado: la crisis de ese modelo servía así para contrastarla con el mensaje diferenciador de su propuesta de cambio, pero también prometía barrer con una década de complicidad diplomática lubricada –en muchos casos- con turbios negocios. Finalmente, Macri mandaba una señal por elevación a diferentes núcleos de poder a escala regional y mundial (desde Brasil a Colombia, desde Europa a los Estados Unidos), en el sentido de que el nuevo gobierno argentino replantearía el esquema de alianzas que heredaba de su cada vez más aislada predecesora.

Una vez en el poder, el presidente Macri viró hacia una posición más moderada, en parte porque el reconocimiento del resultado electoral en Venezuela permitió –hasta cierto punto- descomprimir una situación social y política muy delicada, en parte porque el resto de los países del MERCOSUR (con Dilma Rousseff a la cabeza) no acompañaría la movida más enérgica de la delegación argentina.

Pero lo que menos se ha advertido es que la postura que defendió Macri, en la reciente cumbre de Asunción, es consistente con lo que el entonces Jefe de Gobierno porteño había anunciado hace casi un par de años. En efecto, tras los hechos violentos del 12 de febrero de 2014, que llevaron al posterior encarcelamiento de Leopoldo López, el líder del PRO le envió una “carta abierta” al presidente Nicolás Maduro, donde entre cosas decía lo siguiente:

Es evidente que usted y yo vemos cosas distintas y de distinta manera. Por ejemplo, donde usted ve enemigos a los que quiere aniquilar, yo veo a venezolanos enojados que le exigen cambios a su gobierno. Donde usted ve una conspiración, yo veo cómo se llevan baleada en una moto a Génesis Carmona agonizando a los 22 años. Y no lo veo a usted. No lo vi en los funerales de esos inocentes.

Y para que no quedaran dudas de contra quién estaba confrontando, subrayó Macri:

Los otros días el gobierno argentino le ratificó su apoyo total y absoluto. No debería confundir al gobierno argentino con los argentinos, como nosotros no lo confundimos a usted con los venezolanos. No todos lo apoyamos de forma total y absoluta en sus abusos. Yo, por ejemplo, prefiero exigirle la liberación inmediata de Leopoldo López y de todos los presos políticos venezolanos. Elijo pedirle que asuma el control de la fuerzas parapoliciales que esparcen el miedo y la muerte a balazos. Prefiero pedirle que garantice la libertad y se siente a dialogar honestamente con los que piensan distinto. No son enemigos ni conspiradores los que protestan, son venezolanos.

De este modo, la nueva gestión diplomática argentina está dando un giro copernicano en su relación con Venezuela, que en ningún caso puede considerarse sorpresivo, pero que es posible que se vea sometido a nuevas pruebas en las próximas semanas. Para evaluar posibles escenarios de la relación entre nuestro país y la patria bolivariana es necesario echar una mirada a la situación política producto de las recientes elecciones legislativas.

 

La primera derrota del chavismo sin Chávez

Pese a que el oficialismo jugó el partido con la “cancha inclinada” a su favor, y la oposición  debió enfrentar gravísimas amenazas e incidentes violentos contra sus candidatos en plena campaña, incluso el asesinato de un dirigente regional, situación denunciada por Luis Almagro, secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), los comicios parlamentarios en Venezuela fueron un claro triunfo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD).

El 6 de diciembre, la coalición opositora obtuvo 112 escaños de 167 en liza, superando los dos tercios necesarios en la Asamblea Nacional (2016-2021) para cambiar el Gabinete y al vicepresidente ejecutivo, sancionar leyes habilitantes, sancionar y reformar leyes orgánicas; someter a referendo aquellos instrumentos jurídicos internacionales considerados lesivos para la soberanía; nombrar o remover a los rectores del Consejo Nacional Electoral, titulares del Poder Ciudadano (Fiscal General, Contralor General y Defensor del Pueblo) y magistrados del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ); e incluso convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.

Respecto al Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y aliados, con 55 escaños, su derrota no puede ser achacada al mito invencible –Hugo Chávez- sino a Maduro y a Diosdado Cabello, presidente del parlamento en funciones, así como a su círculo inmediato. Resulta inverosímil que Maduro achaque su derrota a una supuesta “guerra económica”, pues si algo ha practicado el chavismo en 16 años –incluso cuando tuvo bonanza petrolera- es la economía de guerra: confiscación de empresas e invasión de tierras productivas, persecución judicial y tributaria al sector productivo, entre otras medidas arbitrarias.

Si bien el gobierno dividido –inédito desde noviembre de 1998- podría representar un paso enorme hacia el restablecimiento de la institucionalidad democrática, Venezuela se encuentra en una seria encrucijada, ilustrada por las tentaciones implícitas a cada bando. En primer término, el PSUV –más allá de una seria reflexión- podría dar paso a una lucha intestina donde el ambicioso Cabello intentaría acciones desesperadas durante lo que le queda de gestión como presidente de la Asamblea Nacional.

En segundo lugar, si la purga oficialista fuese dominada por un sector civilista, podría forzarse la renuncia de Maduro para que tanto las elecciones de gobernadores como la presidencial fuesen en 2016, tratando de rescatar la esperanza y el deseo de cambios del electorado chavista. No hemos de olvidar que el PSUV gobierna en 20 de 23 estados y en 240 de 335 municipios.

La tercera opción que tiene el chavismo –y Maduro en particular- es convocar a la MUD para integrar un Gabinete de “salvación nacional”, de modo que el costo político del impacto de las temidas medidas de ajuste económico (alza de los combustibles, recorte del gasto público y revisión de la política cambiaria), así como del combate a la inseguridad y desarme de la población, sea compartido. De optar por esto, Maduro podría allanar el camino para su renuncia, concertando el nombramiento de un vicepresidente ejecutivo que completaría el sexenio 2013-2019 por el PSUV.

Con respecto a las tentaciones de la MUD, comprenderían también luchas intestinas por el control de la junta directiva y las comisiones en la Asamblea Nacional, así como la revelación de aspiraciones de los diputados de convertirse en gobernadores e incluso sumarse a López, Henrique Capriles y María Corina Machado, entre quienes sueñan con la banda presidencial. La MUD no puede adjudicarse por completo este triunfo; la realidad es otra: el 25% de abstención sería mayormente chavista, aunado a un considerable voto castigo de los sindicatos, gremios, consejos comunales y otros sectores defraudados por la cúpula del PSUV. Como contrapartida, no debe olvidarse que la MUD no tuvo la oportunidad de hacer campaña, sus candidatos fueron sacados de la pantalla y acosados en sus visitas; por tanto, el electorado -que sigue padeciendo la escasez y desabastecimiento de víveres y medicinas- aún no tiene claro cuál es su oferta programática, más allá de una amplia promesa de “cambio”.

Las reacciones inmediatas del oficialismo, tales como las amenazas de Maduro de “radicalizar la revolución” y vetar una ley de amnistía para los presos políticos, la cacería de brujas contra funcionarios y beneficiarios de programas sociales, así como la convocatoria extemporánea de sesiones de la Asamblea saliente por parte de Cabello, para instalar un Parlamento Comunal Nacional (formado por 600 militantes del PSUV), y nombrar los 13 cargos vacantes (y 21 suplentes) en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) –con el aval de la todopoderosa Sala Constitucional del mismo-, motivaron que la MUD se retractara de su oferta de incluir al PSUV en la junta directiva de la Asamblea Nacional. Lejos de frenar la polarización, la derrota parlamentaria ha radicalizado al chavismo.

 

El rol de Argentina en el concierto internacional ante la crisis venezolana

Mientras Macri debutó en el Consejo Permanente del MERCOSUR exigiendo la liberación de los presos políticos en Venezuela, el 22 de diciembre la Iniciativa Democrática de España y las Américas (IDEA), instancia formada por exmandatarios iberoamericanos alertaba al propio MERCOSUR, la OEA y  la Unión Europea sobre “graves alteraciones constitucionales”, es decir, la instalación del Parlamento Comunal Nacional –figura no prevista en la Constitución- y el posible intento de impugnación de 22 escaños de la MUD ante la Sala Electoral del TSJ durante el receso judicial.

Si bien la Sala Electoral atribuyó a rumores irresponsables la existencia de tal recurso –que haría de la bancada opositora una inútil mayoría simple-, recién el 29 de diciembre se confirmó el intento de impugnación de ocho escaños en seis circunscripciones, más que suficiente para minar los poderes propios de los 112 diputados de la MUD. En paralelo, el 22 de diciembre, la Sala Constitucional autorizó a la Asamblea saliente a sesionar incluso después que venza su mandato (4 de enero), mientras no inicie funciones la próxima legislatura.

Asimismo, Maduro está negado al diálogo con “los malos” (sic) y no es descartable que el 5 de enero grupos irregulares traten de impedir que se instale la nueva Asamblea o que el Parlamento Comunal Nacional busque usurpar sus facultades. En efecto, Maduro disolvió su Gabinete y aún no nombra sustitutos, desaprovechando la oportunidad de negociar con la MUD.

La situación venezolana es muy compleja pues el propio Chávez hizo que su país abandonara la Comunidad Andina de Naciones (CAN) para afiliarse al MERCOSUR; asimismo promovió la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) y –sobre todo- de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) para excluir a Estados Unidos y Canadá, e incluir a Cuba. También hay antecedentes preocupantes, tales como la denuncia por parte del Estado venezolano de la Convención Interamericana de Derechos Humanos en 2012 y su consecuente abandono del sistema en 2013 –a semejanza del régimen de Alberto Fujimori-; la criminalización de la protesta con la reforma del Código Penal de 2005; y la promulgación de una polémica resolución del Ministerio de Defensa (27-01-2015), que autoriza a los militares para usar armas de fuego durante el control de manifestaciones y reuniones públicas. De hecho, Maduro desacató el dictamen de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que ordena la devolución de la señal abierta, equipos e instalaciones al canal RCTV –objeto de confiscación por Chávez en 2007- y recientemente ha producido una crisis de desplazados en la frontera con Colombia mediante el establecimiento de un estado de excepción en cuatro entidades (Táchira, Zulia, Apure y Amazonas).

De modo que el flamante gobierno de Macri, para ser consistente con su posición, comenzará a enfrentar desafíos de diferente tenor en el futuro inmediato. En primer lugar, la posición argentina podría afianzarse en formar parte de una amplia coalición internacional de apoyo a la liberación de los presos políticos venezolanos, en consonancia con lo afirmado por el entonces Jefe de Gobierno porteño en su ya lejana carta abierta a Maduro y lo ratificado en la reciente reunión del MERCOSUR.

En segundo término, una eventual radicalización autoritaria del gobierno venezolano podría volver a confrontar a Macri con la promesa esgrimida en el debate presidencial. En este caso debe tenerse en cuenta que la invocación de las cláusulas democráticas de MERCOSUR (Protocolo de Ushuaia), UNASUR (Protocolo adicional sobre compromiso con la democracia), CELAC (Declaración especial en defensa de la democracia) y OEA (Carta Democrática Interamericana), exige constatar hechos que pongan en riesgo el orden constitucional en un Estado miembro, así como el consenso para aplicar las sanciones respectivas. Advirtamos de pasada que, para un régimen fuera del sistema interamericano de derechos humanos, la suspensión de una membresía tendría un cierto impacto político, pero debería calibrarse con extremo cuidado una sanción que avanzara sobre el intercambio comercial (la economía venezolana tienen una gran dependencia de las importaciones), pues  una medida de esta naturaleza podría agravar aún más la penuria de la ciudadanía venezolana.

Por último, asoma en el horizonte un tercer desafío más general para el nuevo gobierno, que consiste en definir si la lucha por el respeto a los derechos humanos que se está jugando ahora en el caso venezolano será un eje de política exterior tanto a escala regional (¿Qué actitud se tomará frente a Cuba?) como a nivel global.

Cuando en la noche del 15 de noviembre Macri ubicó en el centro del debate político argentino el caso de Venezuela, adoptó una clarísima posición que lo diferenció de largos años de silencio y complicidad por parte del kirchnerismo. Ahora le toca la menuda tarea de ser consecuente con sus propias palabras.

                   La Plata (Argentina) y Maracay (Venezuela), 30 de diciembre de 2015

* Antonio Camou. Sociólogo argentino. Miembro del Club Político Argentino.

** Guillermo Martín Castellano. Politólogo venezolano. Docente de la Universidad de Carabobo.

 

.

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

CAMBIO, CONFLICTO Y NEGOCIACIÓN por José Armando Caro Figueroa*

| 25 diciembre, 2015

Emergemos, lentamente, del reinado del “ordeno y mando”. Un ciclo en donde la regla mayoritaria se usó para fundar un régimen hegemónico.

Este régimen, siguiendo las exigencias del guion populista (J. L. VILLACAÑAS – 2015), procuró sepultar los principios republicanos y pretendió que su  circunstancial mayoría era suficiente para derogar la Constitución y concentrar todos los poderes en la persona de la Presidenta.

En un país así dividido entre amigos “progresistas” y enemigos excluidos y estigmatizados, fue desapareciendo la idea del diálogo y la negociación. Al menos, se archivó aquella idea que hace de la negociación un proceso entre iguales o entre actores paritarios que exhiben distintas legitimidades, cuentan con armas y potestades relativamente equivalentes, y dialogan procurando alcanzar acuerdos más o menos estables.

El caducado cesarismo

Durante la larga década anterior, lo normal fueron la imposición y la búsqueda del sometimiento de ciudadanos, magistrados, sindicatos, empresarios, artistas, científicos, colegios profesionales, agricultores, vecinos y organizaciones no gubernamentales. Bien es verdad que esa búsqueda incesante de vasallaje tropezó muchas veces con el valor cívico y la decisión de resistir de muchos argentinos dispuestos a defender las libertades.

Es bueno no olvidar que el régimen cesado dispuso de amplias mayorías en el Congreso de la Nación, sembró de militantes el Poder Judicial y el servicio exterior, sometió al Ministerio Público Fiscal, y logró domesticar a un buen número de actores sociales representativos que, aun a regañadientes, acompañaron sus designios.

El desprecio del régimen por los valores republicanos le permitió, además, desplegar incesantes maniobras para controlar la opinión pública. Su particular idea de la política social abrió espacios a maniobras para convertir a pobres e indigentes en clientes condenados a depender del favor de los intermediarios de las ayudas públicas.

Un tiempo de cambios hacia una república solidaria

Todas esas prácticas y discursos fueron derrotados en las pasadas elecciones generales. La mayoría de los argentinos se pronunció por un cambio que nos retorne a la república, a la cordialidad, al Estado social y democrático de derecho.

Estamos, a partir de aquellos resultados, constreñidos a avanzar hacia nuevas formas de convivencia centradas en el diálogo respetuoso de las discrepancias. Un dialogo que no podrá ser sino la antesala de generalizados procesos de negociación de conflictos y discrepancias, en donde los actores procuren encontrar zonas de consenso o acuerden medidas para compensar eventuales asimetrías.

Macri sin mayoría en el Congreso

Si bien contamos con un equipo de Gobierno que, a juzgar por trayectorias y declaraciones enfáticas, reúne las condiciones necesarias para reconstruir la república, su aparato productivo y su Estado de Bienestar, hay que tener en cuenta que la mayoría que eligió a Mauricio Macri como Presidente de la República no está reflejada en las bancas del Congreso de la Nación, ni en otros ámbitos institucionales.

A esto se añade otro dato negativo: La presencia de una oposición parlamentaria desarticulada y que tiene pendiente de resolver -entre otros asuntos- cuales han de ser las relaciones y liderazgos futuros entre las diversas familias que integran el peronismo tradicional y el kirchnerismo. Cabría esperar un reacomodamiento que ponga de un lado a los liderazgos y fuerzas proclives a negociar y acordar con Macri, y de otro a los sectores que no parecen dispuestos a digerir la derrota y prometen hacer todo lo necesario para que fracase el Gobierno salido de las urnas del 22 de noviembre.

Mientras este intríngulis no se resuelva, el Presidente Macri tropezará con severas dificultades para sacar adelante sus iniciativas legislativas. Es de esperar que -llegado el caso- los nuevos gobernantes tengan el valor y la capacidad necesarios para explicar públicamente tales trabas e identificar a sus responsables. El obstruccionismo y los reclamos espurios deben ser puestos a la luz, sacándolos de las cuevas en donde suelen moverse.

El Presidente como motor de las reformas

Sin embargo y por encima de este problema, el nuevo Gobierno cuenta con amplios márgenes para avanzar autónomamente en la restauración republicana (independencia de los jueces, democracia constitucional, federalismo, transparencia, seguridad jurídica e imperio de la ley).

Dispone también de márgenes razonables para regresar a la sensatez en las relaciones exteriores, en el manejo de la economía, y en la depuración de las responsabilidades por los crímenes de los años 70.

En varios de estos aspectos centrales, el Presidente Macri podrá poner en práctica sus ideas y sus compromisos electorales sin encontrar el escollo de una eventual parálisis provocada por la oposición política.

Es bueno apuntar aquí que, a diferencia de otras experiencias nacionales finalmente traumáticas, el equipo del Presidente Macri, en los escasos 10 días que lleva en funciones, ha mostrado contundencia, prudencia política y excelencia técnica en la formulación de las medidas.

Queda por ver cómo resolverá el Gobierno el desafío que seguramente habrán de plantearle los sindicatos oficialistas (coaligados coyunturalmente con el sindicalismo de base) y las organizaciones patronales, interesados ambos en salir bien parados de la “puja distributiva”. La inercia inflacionaria, el sinceramiento cambiario, el retorno a un comercio exterior acorde con los Tratados, así como la evolución de los Términos Internacionales de Intercambio, reclaman diálogo, prudencia y políticas salariales y de precios “socialmente responsables”.

Sobre todo si se tiene en cuenta que los acuerdos paritarios que finalmente y en libertad celebren los sindicatos oficiales con las cámaras representativas, dejan fuera a millones de trabajadores en negro y a otros tantos compatriotas que dependen de ayudas públicas para atender a sus necesidades elementales. En este sentido, si los sindicatos reinciden en una senda que mira sólo a sus afiliados (actitud propia del sindicalismo corporativo que contrasta con la del sindicalismo de clase), habrá que esperar una ola de conflictividad social no-laboral.

En donde el nuevo Gobierno tiene mucho por reformar es en el ámbito de la política social no contributiva. No basta con acabar con el clientelismo y los intermediarios. Hace falta crear servicios de apoyo a la integración en el mundo del trabajo y de las relaciones sociales pacíficas; con especial atención a las víctimas de adicciones y a los comportamientos violentos y antisociales. Una campaña de formación y concientización en favor de la cultura del trabajo, parece imprescindible luego de años sin incentivos al mérito, al cumplimiento de los deberes, y a la productividad.

El cambio en Salta

Cuando el panorama se analiza desde una óptica regionalista, surgen dos elementos centrales: La evolución del Plan Belgrano y el papel que en su ejecución tendrán los salteños con independencia de sus preferencias partidistas. Y la recuperación de las instituciones de la república que el Gobierno local desprecia. En este último aspecto cabe destacar que el propio Plan Belgrano contiene un compromiso de “hacer todo lo necesario para que se terminen los feudos, los reinados y las dinastías políticas en el norte argentino y en todo el país”. De esto también se trata.

                                                            Salta, 18 de diciembre de 2015.

*Ex Fiscal de Estado de la Provincia (1973), ex Ministro de Trabajo de la Nación (1993/1997

 

 

 

  

      

Comments
1 Comentario »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

EL DEBER DE EXPLICAR por Alberto Medina Méndez*

| 22 diciembre, 2015

 

Los que gobiernan no están allí de casualidad. Han llegado a ocupar esas posiciones porque un número considerable de individuos los ha respaldado en las urnas, asignándole la difícil labor de administrar la cosa pública.

No han alcanzado esos puestos contra su propia voluntad. De hecho, se han postulado para ocuparlos sin que nadie los obligue a ello. Han conseguido ese espacio al ser electos o indirectamente cuando fueron convocados por los que realmente contaron con el apoyo de la gente.

Solo tienen que asumir que desde el instante que empiezan a ejercer su función, dejan de trabajar para ellos mismos. Podrán imprimirle su impronta a la tarea cotidiana, pero jamás deben olvidar que no les toca gestionar lo propio sino lo ajeno.

Es por eso, precisamente, que cada decisión significativa debe ser suficientemente justificada y convenientemente explicada. No es un mero gesto del funcionario de turno hacerlo, tampoco es solo una cuestión de educación o sentido común. Es una obligación moral, un verdadero deber.

Desde hace bastante tiempo, la inmensa mayoría de los líderes han preferido continuar con el equivocado esquema vigente, apelando a la mezquindad a la hora de informar sobre el contexto de sus decisiones.

Son pocos los que se animan hoy a explicar lo indispensable. Ellos tienen que optar por algún camino y, por lo tanto, descartar otros. Pero es imprescindible que aporten claridad sobre como resolvieron el dilema, explicitando que esperan que ocurra a partir de la determinación asumida.

Ocultar y manipular es uno de los peores hábitos de la política contemporánea y una demostración empírica de que aun no se ha comprendido la exacta naturaleza de esta suerte de democracia representativa que, con matices, se ha transformado casi en universal.

Que los corruptos y delincuentes de siempre lo hagan es abominable y no sorprende para nada. Pero no menos cierto es que los que están en las antípodas de esa descripción, también repiten cierta versión adaptada de esa misma dinámica, aunque con otro estilo y de un modo menos burdo.

Es importante dejar de mirar hacia atrás, aunque es saludable tener memoria y referencias en el pasado. Pero solo se progresa cuando la meta a superar es más elevada y se logra eludir la comodidad del conformismo.

Para mejorar en esto no se puede depender solo de la voluntad de los circunstanciales gobernantes. Sin caer en la generalización, porque las diferencias son evidentes, es clave entender qué al ejercer el poder, en ciertos aspectos, lo conceptual sigue indemne, sin sufrir alteración alguna.

Algún extraño e incomprensible mecanismo, convierte a ese político que en campaña recurría a la cercanía, en ese nuevo personaje distante, que cree que no tiene sentido justificar cada una de sus decisiones.

Mientras buscaba conseguir votos para acceder al poder se esforzaba por ser carismático, brindaba largas entrevistas a los medios de comunicación y se tomaba el tiempo necesario para dialogar con la gente.

Ya en el gobierno, parece olvidar el modo en el que ha logrado ese lugar, y asume con total naturalidad que no existen motivos suficientes para estar explicando las razones que lo empujan a tomar ciertas determinaciones.

La gestión está repleta de responsabilidades y el tiempo es escaso, pero es vital que el gobernante comprenda que no le hace un favor a la gente cuando explica porque toma un rumbo y no otro, frente a cada disyuntiva.

Explicar no es una alternativa. No se trata de una posibilidad a evaluar. Es su deber hacerlo, y bien. Sus "jefes" son los votantes. Por eso, no solo debe reportarse ante los que lo consideraron el mejor candidato, sino que también debe hacerlo con aquellos que prefirieron a otros postulantes.

Es trascendente que el funcionario comprenda que no administra su patrimonio, sino el de todos los ciudadanos. Por ende, sus resoluciones deben estar enmarcadas en un proceso de profundo análisis y no plagado de las típicas improvisaciones con las que se convive a diario.

Son los ciudadanos los que tendrán que hacer el esfuerzo constante de recordarles cuales son las reglas de juego del sistema representativo. Los que gobiernan están ahí por una decisión cívica y no por arte de magia.

Lamentablemente el poder obnubila a muchos de los mortales, inclusive a aquellos que, hasta ayer, parecían distintos. Es un fenómeno demasiado habitual y casi inevitable. Los que alcanzan el poder tienden a creer, por momentos, que ahora son intocables, iluminados, seres especiales y, por lo tanto, personas que no pueden ser cuestionadas.

Por eso importa que todos los individuos asuman su cuota de responsabilidad para que esto no vuelva a suceder. Habrá que hacerlo  no solo con los más destacados, sino también con cada uno de los funcionarios, de cualquier jerarquía y jurisdicción.

Ellos deben rendir cuenta siempre. Tienen que aportar información completa, minuciosa y pormenorizada. Sus decisiones deben contar con una argumentación sólida, al punto de abundar en detalles.

Nadie espera que acierten siempre, pero sí que asuman el compromiso de brindar informes a sus mandantes, esos que los han colocado en su sitial, ya no para que se ufanen del poder del que disponen, sino para que operen los cambios que la sociedad demanda.

Son solo políticos, hombres y mujeres de carne y hueso, sin supremacía sobre los demás. Tienen en sus manos infinitas responsabilidades y, justamente, una de ellas es el deber de explicar.

 

*Periodista.Consultor Privado en Comunicación, Analista Político,Conferencista Internacional, Presidente de la FUNDACIÓN CLUB DE LA LIBERTAD, Miembro de la Comisión Directiva de la RED POR LA LIBERTAD,Columnista de INFOBAE en Argentina,Columnista de DIARIO, EXTERIOR de España, Columnista de EL CATO de EEUU,Conductor del los ciclos radial  y televisivo EXISTE OTRO CAMINO.Ha publicado más de 470 artículos en 15 países de habla hispana

Premio a la Libertad de la Fundación Atlas 2006

Premio Periodista del Año de Corrientes, por Fundación Convivencia en 2002 y 2011

Premio Corrientes por la labor periodística en 2013


 

 

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

PROCURADORA DE LA NACIÓN: UN CARGO VITALICIO por Alberto Ferrari Etcheberry*

| 22 diciembre, 2015

La señora juez de la Corte Suprema de Justicia Elena Highton de Nolasco  ha declarado recientemente que la/el Procurador de la Nación ejerce un cargo vitalicio.

Confieso mi estupor: si agregara hereditario ya estaríamos en una monarquía plena. No estamos lejos: tanto Perón como Kirchner eligieron continuarse con sus esposas. Y hoy la herencia domina en los sindicatos, el periodismo y ni que hablar de la política: Máximo K. ( además de bimillonario por derecho propio y por herencia) y en las oligarquías provinciales  la gobernadora K ( ex ministro del gobierno militar del terrorismo de estado) y los Alperovich  bastan como muestra.

Sin embargo, la señora integrante de la Corte, en algo tiene razón.

El Ministerio Público ( el Procurador General de la Nación y el Defensor General de la Nación) se rige por una ley muy reciente, 27.148,  que amplió la anterior 24.946, de 1998.  

Aunque se lo defina  como un cuarto poder el fundamento constitucional  es la escueta y concreta referencia del art. 120  de la Constitución, agregado de 1994, que se limita a establecer que es “un órgano independiente con autonomía funcional y autarquía financiera…cuyos miembros gozan de inmunidades funcionales e intangibilidad de remuneraciones.” (mi subrayado) En contraste, el art.86 de la Constitución, también de 1994, sostiene que el Defensor del Pueblo " goza de las inmunidades y privilegios de los legisladores."(mi subr)

Es por eso que el artículo 5° de la ley 27.148 establece :

                “ El Procurador General de la Nación y el Defensor General de la Nación serán designados por el Poder Ejecutivo nacional con acuerdo del Senado por dos tercios de sus  miembros presentes. Para la designación del resto de los magistrados… el Procurador General de la Nación o el Defensor General de la Nación, en su caso, presentara una terna de candidatos al Poder Ejecutivo de la cual éste elegirá uno, cuyo nombramiento requerirá el acuerdo de la mayoría simple de los miembros presentes del Senado.”

La elemental lógica y la correcta hermenéutica jurídica indican que quien designa puede remover :  parece que  se ha salvado la república y no existe un cargo vitalicio, como sostuvo la jueza de la Corte.

Sin embargo, en algo parece tener razón, porque la misma ley 27.148 establece en su artículo 18:

                    “ El Procurador General de la Nación y el Defensor General de la Nación sólo pueden ser removidos por las causales y mediante el procedimiento establecidos en los artículos 53 y 59 de la Constitución Nacional.”, esto es, por juicio político.

Por su propia ley el/la Procurador/a de la Nación se  arroga       el privilegio que la Constitución estableceexclusivamente para  “ el presidente, vicepresidente, jefe de Gabinete de ministros ,ministros y miembros de la Corte Suprema Corte, mediante acusación de la Cámara de Diputados  votada por “la mayoría de los dos terceras partes de sus miembros presentes” (artículo 53) , que el Senado juzgará y que “ninguno será declarado culpable sino a mayoría de los dos tercios de los miembros presentes” (art. 59).

Queda claro: un privilegio del que no gozan los jueces, los generales, los almnirantes, los brigadieres, los camaristas, los cardenales, los obispos, los rectores de las universidades,  etc y que corresponde únicamente a los enumerados con absoluta precisión en el artículo 53 de la Constitución.

La jueza Highton de Nolasco  no puede desconocer que la Corte  Suprema  que ella integra  ha declarado reiteradamente que no pueden extenderse por ley nacional ( ni que hablar de las provinciales ) los privilegios que la Constitución establece como estrictas excepciones al sistema republicano: las llamadas fueros ( que en realidad no lo son, artículos 68, 69,70 de la Constitución) y el sistema de juicio político

De tal modo esta extensión por ley  al/ la  Procurador/ a de la Nación ( y al Defensor/a) es  tan inválida como lo sería para una provincia  o municipio o asociación privada  ( la AFA,  ejemplo de actualidad), tanto como también significa una suerte de orden al Congreso que como es inimaginable que la tenga en cuenta y la cumpla,  el resultado es que el / la Procurador de la nación es un puesto… ¡ vitalicio ! ya que que no habría forma de remoción.

 Esto que parece una broma, no lo es.

Yo personalmente creo que quien designa al/ la  Procurador/a, esto es, el Presidente de la Nación,  está habilitado para destituirlo y sin necesidad de la venia del Senado porque la Constitución no lo exige.

Pero si no se quisiera  llegar a eso ¿ qué se podría hacer ?

 Nadie puede defender, ni siquiera la jueza de la Corte señora de Nolasco que se trata realmente de un cargo vitalicio, con más estabilidad que el que tiene la propia jueza Highton de Nolasco , ya que ella tiene el límite de 75 años ( art 99 inc. 4 )y  puede ser destituida por juicio político.

Tampoco podría discutirse que la absurda norma del artículo 18 de la ley 27.148 puede derogarse y que tratándose de eliminar el carácter vitalicio  median  obvias   necesidad y urgencia, por lo que es un caso indiscutible  para  un DNU  que podría restablecer por ejemplo que el Procurador ( o el Defensor) puede ser reemplazado a los 30, 60, 90 días de la fecha de asunción de un Presidente.

Cualquiera de esos caminos es más constitucional y legal que la negociación de la  renuncia con un funcionario ¡ vitalicio ! que si se lo aceptara como tal algún jurista podría enmendarle la plana a la señora juez de la Corte y sostener que el carácter vitalicio implica la potestad de transmitirlo por herencia o legado.

                                                                                    21.12.2015

 *Director del Instituto de Estudios Brasileños UNTREF

 

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

LOS NOMBRAMIENTOS EN LA CORTE por Alberto Ferrari Etcheberry*

| 19 diciembre, 2015

  Algunos hablan de decreto de necesidad y urgencia DNU, absolutamente no.

1.  Constitución  artículo 99 inc 19  : el texto vigente de 1994 reproduce el de la Constitución de 1853/60: "Puede llenar las vacantes  (texto anterior: El presidente tendrá facultad)  para llenar las vacantes de los empleos, que requieran el acuerdo del Senado, y que ocurran durante su receso, por medio de nombramientos en comisión que expirarán al fin de la próxima Legislatura." La reforma del 94 pudo cambiarlo y no lo hizo. El juez de las Corte Dr Maqueda y la dra Carrió fueron convencionales. 

2. Antecedentes. Solo en relación a jueces de la Corte ( hubo otras aplicaciones) mi memoria recuerda : 

3. 1) En 1963 el Dr Eduardo Bidau nombrado en comisión por el presidente Guido. No tuvo acuerdo del Senado en la legislatura siguiente y el presidente Illia  propuso y con acuerdo del Senado designó  a Carlos J.Zavala Rodríguez. 

4. 2)  En 1946 el Presidente Perón, cuyo gobierno y el mismo se proclamaban continuación de la Revolución del 4 de junio de 1943,  de la que fue secretario de Trabajo y Previsión,  ministro de Guerra y Vicepresidente,  promovió el juicio político de los miembros de la Corte Suprema y del Procurador. La principal causal fue que la Corte había legalizado la revolución del 6 de septiembre de 1930…y la del 4 de junio de 1943 , en acordadas idénticas. 

5.  Uno de los miembros de la  Corte no fue incluido en ese juicio ni destituido: el católico ortodoxo Dr Tomás Casares. Era lógico: él no había suscripto  ninguna de esas acordadas…como que había sido designado en comisión por el gobierno  militar de la revolución del 4 de junio. Casares fue fundador con Atilio Dell Oro Maini de los  cursos de Cultura Católica. Casares siguió en la Corte después de la reforma constitucional de 1949, la juró, y duró en la Corte hasta la Revolución militar  de 1955, que depuso a Perón, a pesar del conflicto con la Iglesia y la quema de la Curia y las iglesias. Esa revolución estuvo movilizada por el santo y seña "Cristo Vence"  y uno de los  ministros de Lonardi y Aramburu fue Dell Oro Maini, el socio de Casares, quien designó interventor en la Universidad de Buenos Aires  al socialista y considerado masón, José Luis Romero. Nota: no está probado que García Márquez  haya buscado este antecedente "de la Argentina "blanca y europea" y del historial peronista (como el  vicepresidente Almirante Teisaire y presidente del Partido Peronista,  denunciante de Perón en los cines a los pocos días de su destitución ) para una segunda parte de Cien Años de soledad.  

    3) Bajo Frondizi el Senado prestó acuerdo a miembros de la Corte designados en comisión por Lonardi y Aramburu, entre ellos el Presidente,                 Alfredo Orgaz. 

      4) Cuando se distinguió entre legitimidad y legalidad  vino un golpe militar, como el de septiembre de 1930. Ojo. No defiendo la decisión, ni  me compete, porque es política y legal, pero me hacen reir los juristas que hasta ayer pretendían inventar el examen médico de Fayt o que se sumaron a la redacción y sanción del nuevo Código Civil y su aplicación inmediata a una población que lo desconoce. Más para García Márquez.

      5) A García Márquez también se le podría contar que las revoluciones militares de 1966 (Onganía) y de 1976 (terrorismo de estado) echaron a  los  jueces de la Corte (que lucían impecable acuerdo senatorial) y que la del 30 (Uriburu) y la del 43 (Ramírez, Farrell, Perón) cesantearon  jueces y hasta los metieron presos. Más para García Márquez.   

             

 *Director del Instituto de Estudios Brasileños UNTREF

           

 (Ambito Financiero 17.12.2015 con el título "Corte: el recurso Macri lo confirmó reforma de 1994, 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

POLÍTICA, DERECHO Y EL SEXO DE LOS ÁNGELES por Francisco Goyogana*

| 18 diciembre, 2015

      Para el caso del sexo de los ángeles impera un criterio racional respecto a la inderterminabilidad del mismo, siempre en el caso de que los ángeles gozaran de esos atributos. Es decir, que es una cuestión desprendida, separada de una realidad concreta, no abstracta, que en resumen no afecta doctrina alguna. Para con la política y el derecho, a veces también la humanidad es pasible de caer en el vacío.

      Una situación de este tipo es aplicable a la designación de dos nuevos miembros de la Corte Suprema de Justicia por decreto. La crítica opinable con argumentos de variado peso se ha hecho oír, hasta el extremo de considerar la medida como anti  "res publica". 

      Si bien la Justicia no es una piedra cúbica perfecta y pulida, circunstancia variable que se manifiesta en las propias sentencias de la Corte con apreciaciones distintas de sus miembros, la crítica debe, por prudencia, cuidarse de tropezar en extremismos inaceptables que desborden los límites razonables.

      La decisión del presidente para designar jueces del Tribunal máximo por decreto, en forma provisoria, ha sido en principio constitucional. El respeto a la Constitución Nacional, ley suprema atada estrechamente al concepto de "Res Publica" no ha sido violado de ninguna manera y es, por consiguiente, válido y constitucional.

      El presidente de la Nación puede, constitucionalmente, cubrir esos cargos mediante nombramientos "en comisión" limitados hasta el término del siguiente año legislativo, a menos que reunido el Senado preste o rechace el acuerdo al artículo 99, inc. 19º, de la Constitución Nacional,, significando que el acuerdo convierte al nombramiento provisorio en definitivo, o, en el caso de rechazo, la cesación de los nombramientos provisorios, sin perjuicio de la validez de los  actos realizados hasta el momento del cese.

      Los constitucionalistas conocen la historia de esta cláusula constitucional desde el texto de 1853,, modificada en 1860, que tiene su fuente directa en el artículo II,, sección 2º, cláusula 3,, de la Constitución de los Estados Unidos, país en el que es frecuente su aplicación.

      La historia institucional argentina cuenta con varios casos de jueces de la Corte Suprema que fueron designados "en comisión",, entre los que se encuentran José Domínguez (1872), Onésimo Leguizamón (1877), Uladislao Frías (1878), Manuel Pizarro (1882), Luis Varela (1889), Abel Bazán (1890), Luis Sáenz Peña (1890), Benjamín Paz (1892) y José Bidau (1962).

      Tanto los presidentes Bartolomé Mitre como Raúl Alfonsín, nombraron jueces federales "en comisión" cuando no contaban con mayoría en el Senado. De todos modos,, las designaciones del presidente Macri sujetas a las cláusulas constitucionales,, contemplan la hipótesis de que el Congreso se encuentre en receso y resulta imposible, por esa razón, el acuerdo del Senado,

      El mencionado artículo 99, inc. 19º, ha tenido como propósito permitir el mejor funcionamiento del Estado al habilitar al Poder Ejecutivo para cubrir cargos durante el receso del Senado. Las designaciones para los casos de los nuevos miembros de la Corte de Justicia a través de un decreto es suficiente por decisión del Poder Ejecutivo,, que,, como acto político propio, no es susceptible de revisión judicial. La revisión respectiva queda a cargo del Senado a partir del 1º de marzo de 2016.

      Prestigiosos constitucionalistas y políticos de nota han criticado la decisión del presidente Macri para la designación de dos jueces de la Corte,, que son propias del pluralismo democrático y del debate consecuente las ideas, pero de ninguna manera pueden alcanzar el nivel de norma jurídica que colisionen con la inconstitucionalidad de la propia Constitución Nacional. El texto constitucional puede ajustarse o no a las ideas y voluntades de los ciudadanos críticos, pero de manera alguna puede ser desconocido. Lo contrario es presumir que la ley máxima es antidemocrática o lesiva para la ética de la "Res Publica" y supone una desconstitucionalización abstracta que supone intereses sectoriales. En todo caso, la disconformidad con la ley supone antes la reforma de la misma pero nunca la desobediencia de la norma. Si la decisión del presidente Macri es constitucional y válida, no infringe norma alguna.

      La disconformidad se reduce entonces a la interpretación personal de los críticos, pero que conforme a la ley, se reduce a algo tan insustancial como lo es considerar el sexo de los ángeles.

 

* Francisco M. Goyogana es Miembro de Número del Instituto Sarmiento de Sociología e Historia

 

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

ENFOCARSE EN LA TRANSICIÓN por Alberto Medina Méndez*

| 14 diciembre, 2015

 

La euforia ha ocupado un lugar preponderante en este momento político, como pocas veces antes había sucedido. Tal vez ha sido un fenómeno demasiado desproporcionado. La alegría generada por el fin de un ciclo ha empujado, casi inevitablemente, a un exitismo algo desmedido.

Lo que ha quedado atrás fue realmente lamentable, nefasto, patético. No solo lo económico ha quedado virtualmente destruido, sino que también lo institucional ha sentido el impacto de una era de absurdos dislates.

En este contexto, el punto de partida desde el que se debe emprender el nuevo viaje estará plagado de contrariedades. Es justamente por eso, que resulta imprescindible abandonar la actual dinámica de los festejos anticipados para pasar a una fase más operativa, la de la acción concreta, esa que marcará ineludiblemente el verdadero sendero a recorrer.

Todos recitan esta idea de que lo que viene no puede ser peor que lo anterior, y que inexorablemente al concluir este primer tramo, el país estará en condiciones inmejorables de mirar el porvenir con mayor optimismo.

Ese recorrido entre el presente y el futuro, ni siquiera se ha iniciado. Las emotivas celebraciones, la felicidad incontenible de muchos y las enormes expectativas de tantos ciudadanos que se gestaron desde la bisagra política que produjo el resultado electoral reciente, no ayudan demasiado a transitar este trayecto de un modo sensato, prudente y racional.

Es vital entender que no es saludable saborear el triunfo antes de lograrlo. Luego de esta etapa funesta que se ha vivido viene otra, bien diferente, repleta de sacrificios e inconvenientes. Los escollos estarán por todas partes y no todos se han explicitado de un modo transparente como para estar seguros de que solo se trata de un difícil trance sobre el que todo se sabe.

Hoy se visualiza, pero con cierta dificultad, una larga lista de problemas que se deberán afrontar. También queda claro que al concluir esa compleja instancia se estará en una mejor posición, y que desde ese momento recién se podrá construir con elementos más tangibles, el desarrollo anhelado.

Para que eso suceda falta bastante y lo que habrá que atravesar no será nada sencillo. Los tropiezos serán múltiples, los desafíos que deben ser superados son extremadamente exigentes, y las soluciones a cada uno de esos obstáculos requieren de una fortaleza enorme, ideas absolutamente claras e implementaciones muy precisas, pertinentes y atinadas.

Lo que ha quedado atrás era malo, muy malo, pero nadie puede ofrecer garantías sobre el futuro inmediato. Por eso importa comprender la naturaleza de este proceso y concentrarse con muchas energías en lo cotidiano, en el paso a paso, para sortear con perseverancia, algunos de los problemas que forman parte del extenso inventario heredado.

Administrar la transición no será nada fácil. Muy por el contrario será muy difícil, pero no solo por la inusual complejidad de los asuntos, sino porque en ciertas cuestiones no existe siquiera un acuerdo razonable, ni en la sociedad, ni en la política, acerca de cómo encarar las eventuales soluciones.

Fue posible construir un consenso relativamente sólido para vencer en las urnas al oficialismo de turno, pero gobernar requiere de un talento totalmente distinto, y la ausencia de buenas ideas, de planes debidamente diseñados, a lo que se agrega el desconocimiento de la real situación recibida, parecen ser solo una parte del intrincado escenario a enfrentar.

Es razonable que se haya festejado con entusiasmo, pero se debe tomar nota de que la batalla no ha concluido. El populismo solo se encuentra agazapado, esperando su nueva oportunidad y no se quedará inmóvil después de la derrota. Ellos son parte del juego y se asegurarán de que los que tienen responsabilidades no se salgan con la suya. Una gestión exitosa en el presente sería el verdadero final de esa generación de demagogos que gobernó tanto tiempo y no están dispuestos a resignarse a esa situación.

La lucha política será contra propios y extraños, y las dificultades se presentarán desde el primer momento, de un modo hostil, sin dar tregua alguna que permita reordenar las fuerzas para abordar cada asunto.

Se necesitará de suficiente paciencia ciudadana y, bajo esas circunstancias, será trascendente colocar las expectativas en el lugar apropiado. No menos relevante será que la sociedad toda internalice su rol esencial en este período, acompañando con vigor lo que se haga bien y señalando con idéntico énfasis cuando se desvíe el rumbo o los ritmos sean exageradamente graduales.

El tiempo de los festejos terminó y ya forma parte del pasado. Hablar de futuro como si todo estuviera resuelto, también sería un imperdonable error. Habrá que encaminar los bríos con firmeza para actuar con un astuto sentido de la oportunidad, y de ese modo solucionar los problemas uno a uno o, al menos, mitigar sus infames daños habituales.

Es indispensable poner el máximo de concentración posible en superar esta coyuntura con mucha inteligencia. Se deben orientar todas las energías en esa dirección. De nada sirve vivir hablando del pasado y mirando por el espejo retrovisor. Tampoco resulta útil cantar victoria antes de tiempo. En todo caso, bien vale prepararse con gran determinación para enfocarse en la transición.

 

*Periodista.Consultor Privado en Comunicación, Analista Político,Conferencista Internacional, Presidente de la FUNDACIÓN CLUB DE LA LIBERTAD, Miembro de la Comisión Directiva de la RED POR LA LIBERTAD,Columnista de INFOBAE en Argentina,Columnista de DIARIO, EXTERIOR de España, Columnista de EL CATO de EEUU,Conductor del los ciclos radial  y televisivo EXISTE OTRO CAMINO.Ha publicado más de 470 artículos en 15 países de habla hispana

Premio a la Libertad de la Fundación Atlas 2006

Premio Periodista del Año de Corrientes, por Fundación Convivencia en 2002 y 2011

Premio Corrientes por la labor periodística en 2013

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

EL DESARROLLO YA NO ES UN CAMINO TRANSITABLE por Iván Greco*

| 14 diciembre, 2015

Desarrollo es una palabra que ha sido construida para transmitir una idea de prosperidad y esperanza de cara a eso que denominamos futuro. El futuro, junto con el desarrollo, fueron ejes del discurso ante la asamblea legislativa del electo presidente Argentino, Mauricio Macri. Su discurso intentó dar un claro mensaje a la ciudadanía de aparente cambio,  al pronunciarse con una promesa de desarrollismo y modernización al estilo de Arturo Frondizi, como medio “para obtener pobreza cero e ingresar al siglo XXI”.

Ahora, debemos mencionar que desde 1958, cuando Arturo Frondizi asumió la presidencia de la Nación, han transcurrido aproximadamente 60 años. Este detalle no debe pasar desapercibido porque la geopolítica regional y mundial ha cambiado mucho desde entonces. Debemos recordar que algunos de los ejes del gobierno de Frondizi fueron el autoabastecimiento de recursos no renovables (hidrocarburos)  y una apertura comercial direccionada en tal sentido, de manera que la industria petroquímica pudiera contar velozmente con los insumos necesarios para afrontar la tarea de industria “satélite” que acarreaba dicha acción.

Efectivamente, el mundo en los últimos 60 años  ha seguido un patrón de desarrollo que ha sido ininterrumpido. La extracción de recursos naturales para su utilización en los ciclos económicos y productivos se ha incrementado de manera global. Asimismo se ha avanzado en la comodificación de dichos recursos, unificando lógicas que hace un tiempo hubiesen sido inimaginables, como por ejemplo, la reproducción del sistema  productivo de alimentos que sigue los criterios de “eficiencia” de los mercados financieros. Ésta ha sido una sinfonía que no se ha detenido, buscando acrecentar en la sociedad global “necesidades no necesarias” y asimismo, la percepción del miedo de no poder satisfacer las mismas, ensanchando así la frontera del consumo y de los requisitos diarios de una manera sin precedentes en la historia de la humanidad. Para acallar esos miedos hay un opio: el consumo masivo. Todo ha sido orquestado de tal manera que pareciera que un bis debe ser solicitado a como dé lugar, a no ser, claro está, que se caiga el techo del teatro.

Quienes tuvieron el privilegio dentro de las relaciones globales y asimétricas de poder, aprovecharon al máximo las capacidades del “desarrollo”, y efectivamente obtuvieron beneficios sociales para sus pueblos, siendo estos beneficios, desproporcionadamente mayores que los de aquellos a los que no se les permitió tener dicho privilegio. Claro, en un juego de suma cero alguien debe ponerse el “equipo al hombro”. No obstante, y como consecuencia de esta concepción de “progreso”, las sociedades “desarrolladas” han perfeccionado la lógica del consumo masivo, siendo responsables del 80% de las emisiones planetarias de gases de efecto invernadero.

La perduración en el tiempo de dicho coctel de “desarrollo” está a la luz y ya no es secreto que aproximadamente el 97% del espectro científico mundial ve un peligro inminente. Este masivo consenso carece en su raíz de una ideologización particular, pues parte de una realidad de supervivencia. El mensaje es claro: este sistema de búsqueda incesante de lucro individual y de crecimiento exponencial del consumo va camino, no hacia el “fin” del mundo, sino hacia una reconfiguración sin precedentes de los sistemas del planeta en el que habitamos. La amenaza de supervivencia de la especie humana es uno de los males (¿?) menores en un contexto de contaminación avanzada de recursos tan vastos como  son los océanos y la atmósfera. La consecuente pérdida de biodiversidad hace que, mientras usted lee este artículo, una especie más habrá dejado de existir en el planeta. Dicha tendencia está correlacionada con el accionar del hombre, en especial a partir de la puesta en escena del paradigma a la lógica “Sujeto-objeto” de sometimiento de la materia y los seres que rodean a la especie humana, probablemente en consonancia con el nacimiento y afianzamiento de la revolución industrial.

Estas amenazas apocalípticas ya están acá. Tarde o temprano, llenarán de pánico a estos particulares y “evolucionados” seres, cuyas mentes están hace tiempo codificadas para acallar sus miedos de múltiples maneras: Hoy el consumo parece ser el mejor de los anestésicos, pero como sabemos, el abuso a veces puede llevar a la sobredosis.

Regresando al contexto local, este opio parece haber sido uno de los engranajes del motor que impulsó a la gente a votar por un cambio que le permitiera recuperar su capacidad de alimentar la anestesia. Capacidad que efectivamente se vio lesionada en los últimos tiempos por las políticas de un gobierno  que, pese a su discurso, tenía en la mesa los mismos platos del menú desarrollista de corte extractivo. Tal vez esa retórica patriótica haya sido el condimento particular para que se les haya otorgado el título de Neo-extractivistas.

Volviendo a las intenciones programáticas del gobierno entrante, algunas preguntas surgen. Cuál es el grado de discernimiento de estos peligros globalmente denunciados dentro de los “equipos” que ingresan a la mesa del Gabinete para ejecutar ese plan de “desarrollo”.  Es muy pronto para ver los pasos que vayan dejando en claro las respuestas a este tipo de preguntas. Hay contradicciones aparentes: se elevó a nivel ministerial la cartera de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable al mismo tiempo que un ex gerente de la petrolera Shell (Juan José Aranguren) es el nuevo ministro de Energía y Minería. Se vislumbra una expansión de la frontera agropecuaria, otro de los sectores con gran responsabilidad en cuanto a las emisiones de CO2 a la atmósfera, ya que el ministerio de Agricultura pasó a denominarse ministerio de Agroindustria. ¿Todo un “no” mensaje?

La realidad global y local pronto será inapelable, habiéndose acabado los lugares donde esconderse. Argentina, debido principalmente a la extensión de su territorio, tiene una gran responsabilidad que trasciende sus fronteras geopolíticas, de la misma manera que el fenómeno de El Niño no tiene patria, cuando se origina en Borneo, para cambiar la temperatura a lo ancho del Océano Pacífico y  terminar afectando todo el Cono Sur con sus efectos.

Es lógico que surja cierta impotencia al analizar que llegamos 60 años “tarde” al mensaje esperanzador de la unión para el progreso común. Otros tomaron ventaja y sí lograron lo que hoy se denomina “progreso”. Pero nuevamente acá nos encontramos todos los ciudadanos globales afrontando el mismo problema  -los más pobres sufrirán la peor parte- peleando por vivir en una casa que de a poco se torna inhabitable. Es tiempo de estudiar regionalmente alternativas al desarrollo que permitan lograr los objetivos de bienestar común que muchos queremos. El nuevo gobierno no puede esquivar este bulto.

* Licenciado en Economía (UBA) y ha finalizado un programa de Maestría en Desarrollo Sustentable en la Universidad de Uppsala en Suecia.

 

 

Comments
1 Comentario »
Categorias
ARCHIVOS, PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

« Previous Entries

INGRESO

  • Acceder
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.org

BUSCAR

SUMARIO por categorías

COMENTARIOS

  • esteban lijalad en REPUBLICANISMO PARA EL ANTROPOCENO: ¿DÓNDE ESTÁS, CLÍSTENES?por Julie Wark* y   Daniel Raventós**
  • Juan Anselmo Bullrich en ENCUENTRO EN RAVENNA, A SETECIENTOS AÑOS DE LA MUERTE DE DANTE ALIGHIERI por Román Frondizi *
  • Juan Anselmo Bullrich en MEDITACIONES EN TIEMPOS DE PESTE Y CUARENTENA por Román Frondizi*
  • Enrique Bulit Goñi en MEDITACIONES EN TIEMPOS DE PESTE Y CUARENTENA por Román Frondizi*
  • Luis Clementi en MEDITACIONES EN TIEMPOS DE PESTE Y CUARENTENA por Román Frondizi*

SUMARIO mensual

  • febrero 2023 (11)
  • diciembre 2022 (6)
  • noviembre 2022 (4)
  • octubre 2022 (2)
  • septiembre 2022 (1)
  • agosto 2022 (6)
  • junio 2022 (11)
  • marzo 2022 (16)
  • diciembre 2021 (8)
  • noviembre 2021 (6)
  • octubre 2021 (8)
  • septiembre 2021 (1)
  • agosto 2021 (9)
  • julio 2021 (4)
  • junio 2021 (2)
  • mayo 2021 (4)
  • abril 2021 (10)
  • marzo 2021 (4)
  • febrero 2021 (10)
  • diciembre 2020 (9)
  • noviembre 2020 (8)
  • octubre 2020 (1)
  • septiembre 2020 (5)
  • agosto 2020 (6)
  • julio 2020 (5)
  • junio 2020 (3)
  • mayo 2020 (6)
  • abril 2020 (2)
  • marzo 2020 (2)
  • febrero 2020 (8)
  • diciembre 2019 (8)
  • noviembre 2019 (11)
  • octubre 2019 (2)
  • septiembre 2019 (8)
  • agosto 2019 (9)
  • julio 2019 (1)
  • junio 2019 (9)
  • mayo 2019 (3)
  • abril 2019 (4)
  • marzo 2019 (10)
  • febrero 2019 (2)
  • enero 2019 (4)
  • diciembre 2018 (7)
  • noviembre 2018 (3)
  • octubre 2018 (11)
  • septiembre 2018 (6)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (28)
  • junio 2018 (8)
  • mayo 2018 (2)
  • abril 2018 (5)
  • marzo 2018 (5)
  • febrero 2018 (1)
  • enero 2018 (7)
  • diciembre 2017 (6)
  • noviembre 2017 (3)
  • octubre 2017 (9)
  • septiembre 2017 (5)
  • agosto 2017 (2)
  • julio 2017 (4)
  • junio 2017 (6)
  • mayo 2017 (12)
  • abril 2017 (6)
  • marzo 2017 (7)
  • febrero 2017 (6)
  • enero 2017 (10)
  • diciembre 2016 (9)
  • noviembre 2016 (9)
  • octubre 2016 (14)
  • septiembre 2016 (14)
  • agosto 2016 (13)
  • julio 2016 (19)
  • junio 2016 (9)
  • mayo 2016 (25)
  • abril 2016 (9)
  • marzo 2016 (16)
  • febrero 2016 (14)
  • enero 2016 (3)
  • diciembre 2015 (17)
  • noviembre 2015 (12)
  • octubre 2015 (14)
  • septiembre 2015 (19)
  • agosto 2015 (6)
  • julio 2015 (5)
  • junio 2015 (2)
  • mayo 2015 (7)
  • abril 2015 (10)
  • marzo 2015 (4)
  • febrero 2015 (10)
  • enero 2015 (6)
  • diciembre 2014 (5)
  • noviembre 2014 (9)
  • octubre 2014 (12)
  • septiembre 2014 (9)
  • agosto 2014 (11)
  • julio 2014 (22)
  • junio 2014 (1)
  • mayo 2014 (6)
  • abril 2014 (6)
  • marzo 2014 (4)
  • febrero 2014 (7)
  • enero 2014 (4)
  • diciembre 2013 (3)
  • noviembre 2013 (4)
  • octubre 2013 (5)
  • septiembre 2013 (3)
  • agosto 2013 (7)
  • julio 2013 (7)
  • junio 2013 (4)
  • mayo 2013 (8)
  • abril 2013 (14)
  • marzo 2013 (12)
  • febrero 2013 (8)
  • enero 2013 (6)
  • diciembre 2012 (6)
  • noviembre 2012 (7)
  • octubre 2012 (4)
  • septiembre 2012 (15)
  • agosto 2012 (15)
  • julio 2012 (14)
  • junio 2012 (19)
  • mayo 2012 (11)

 
 
 
 
 
 


© 2012 Con-texto


Diseño y desarrollo : www.juroky.com.ar

rss Comentarios RSS valid xhtml 1.1 design by jide powered by Wordpress get firefox