• INICIO
  • EDITORIALES
  • PLURIMIRADAS
  • ESPACIO CULTURAL
  • ESPACIO DE HUMOR
  • CARTAS DE LECTORES
  • ARCHIVOS
  • ENVIAR TEXTOS

A SESENTA AÑOS DEL DERROCAMIENTO DEL PRESIDENTE ARTURO FRONDIZI por Albino Gómez *

Con-Texto | 20 marzo, 2022

A fines de marzo de 1962 un pronunciamiento  de las Fuerzas Armadas puso fin al gobierno del líder radical que había puesto en marcha el desarrollismo argentino. Una evocación de su política exterior, de gran calidad.

Al cumplirse a  fines de marzo 60 años del lamentable derrocamiento del presidente Arturo Frondizi, he creído necesario recordar a las jóvenes generaciones hechos que incluso sus propios padres no llegaron a vivir, sino que supieron de aquellas circunstancias por diversos ensayos históricos. Por  lo cual, recorridos ya más de 93 años de vida me permito al haber sido testigo  presencial y a veces actor de ellas, dar un verdadero testimonio.  Por eso, a una gran mayoría de lectores    de medios gráficos de hoy, no solo carentes de vivencia de esos breves cuatro años  que fueron  entre 1958 y 1962, sino también ajenos a esos años aunque más recientes, pero también históricos, no estuvieron en los programas de estudio de la enseñanza media, ni que decir ahora con los egresados durante la pandemia.  Sin embargo es muy importante que sepan sobre la conducta de los partidos políticos, de las fuerzas armadas, de los sindicatos y de otros factores de poder en ese período,  que les llegarán  como de pura fantasía o algo de caracterizado por  un surrealismo más propio de la literatura fantástica que de un quehacer político honesto, prudente y racional.  

Además, en mi caso, que no soy historiador sino un embajador de carrera retirado y un escritor y periodista todavía activo, tuve el honor de ser parte de un equipo de gobierno que intentó llevar a cabo el último proyecto integral de desarrollo político-social y económico de nuestro país, para lo cual, una política exterior que lo acompañara como uno de sus principales instrumentos de ejecución, era insoslayable. Una cosa que los gobiernos peronistas que gobernaron nuestro país muchos más años que los radicales, que solo uno – Marcelo T. de Alvear- logró cumplir su mandato completo entre1922 y 1928-   olvidaron  que para Perón, la única verdadera política era la exterior, la internacional, el resto era pura administración.  

Así  las cosas, por lo menos a ella intentaré referirme si el espacio me lo permite.

Transición

Comenzaré  por señalar que ese tiempo se caracterizó por presentar un mundo en transición, con John F. Kennedy en los Estados Unidos, con Nikita Kruschov en la entonces Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas denunciando en el XX Congreso del Partido Comunista  los horrendos crímenes de Stalin. Con Juan XXIII, el Bueno, en el Vaticano, con Konrad Adenauer en Alemania, con Charles De Gaulle en Francia, con Alcides de Gasperi en Italia, que tenía un opositor de lujo, el comunista Palmiro Togliati. Y en nuestro Continente, un hombre de Estado en Brasil como era el presidente Juscelino Kubitchek,  fundador de Brasilia, con Eduardo Frei (padre) en Chile, con Rómulo Betancour en Venezuela, y en nuestro país, con Arturo Frondizi, el último estadista que tuvimos.

Y qué pasaba mientras tanto en Buenos Aires, en nuestra cabeza de Goliat donde para bien y para mal se planteaban, soslayando siempre las disquisiciones ideológicas o abstractas.

       Además, Frondizi tenía una visión completa del mundo, una mentalidad que hoy podríamos llamar global.

Y los conceptos principales de su discurso que se referían a la legalidad interna e internacional, al derecho a la autodeterminación política y al desarrollo económico, con el objetivo de facilitar la lucha contra el subdesarrollo económico y la dependencia, expresados en su primer viaje a Río de Janeiro, fueron inmediatamente asimilados por el gobier­no brasileño, inaugurando simbólicamente un acercamien­to con sus dirigentes que luego habría de manifestarse en la relación bilateral, pero también en los foros multinacio­nales regionales  y mundiales de manera muy importante.

     Así se inició esta relación con Juscelino Kubitschek, el presidente desarrollista del Partido Social Demócrata y su grupo de asesores.  Fruto de esas conversaciones fue la Operación Panamericana propuesta al Presidente Eisenhower como una suerte de programa de desarrollo de base para toda América Latina. Enseguida se generó el “Comité de los 21” dentro de la Organización de Estados Americanos –para darle vida a este anquilosado organismo-  para dar prioridad a los temas de desarrollo económico por sobre los ideológicos y jurídicos, acerca de los que abundaba la retórica tradicional de la Unión Panamericana.

La relación bilateral con Brasil debía ac­tuar como pivote de ordenamiento capaz de proyectarse y articular con coherencia a todo el Cono Sur. Esta peculiar relación se plasmó  en el Tratado de Uruguayana, que aun­que fuera en definitiva suscripto por Frondizi y Janio Quadros, había sido negociado durante el gobierno de Juscelino Kubitschek.

    Hay que señalar que si bien Frondizi y Quadros estaban unidos por afinidades intelectuales, nuestro presidente no compartía las inclinaciones “tercermundistas” o “terceristas” líricas del brasileño. Su posición era más pragmática y sin duda menos impregnada de principios ideológicos. 

     Quadros profesaba realmente una muy auténtica admiración por Arturo Frondizi, lo cual facilitó e incrementó la gran influencia argentina -única en la historia argentino-brasileña – sobre aquél.

    El propósito de ambos presidentes era no sólo consolidar o desarrollar los vínculos bilaterales entre ambos países sino, sobre todo, coordinar una acción internacional común, tanto frente a los grandes centros de poder mundial como en los organismos internacionales e instituciones multilaterales de financiamiento.

    Cuando Frondizi y Quadros se reunieron en la ciudad fronteriza de Uruguayana, ambos tenían conciencia de que estaban protagonizando un episodio excepcional en la historia de las relaciones bilaterales entre ambos Estados, que dejarían atrás muchos años de competencia y rivalidad.

     En los diálogos de esta reunión, que duró varias horas,  Frondizi delineó una serie de posiciones muy importantes aceptadas por Quadros:

 

·    Brasil y Argentina formaban parte de Occidente y América, lo que implicaba, como consecuencia, determinadas obligaciones y responsabilidades.

·    La posición occidental y cristiana coincidía con los intereses nacionales de nuestras respectivas naciones.

·    La posición de tipo neutralista podía dar satisfacciones a la opinión pública durante un tiempo, pero si no se aseguraba el desarrollo del país, el presidente que la adoptase quedaría como un teórico más, que no había  sabido interpretar las necesidades de su pueblo.

·    No se trataba de mantener el prestigio de los presidentes sobre la base de declaraciones de tipo general, sino de dar soluciones a los problemas concretos que planteaban las exigencias del desarrollo nacional.

·   Ese desarrollo se fundaba en el esfuerzo nacional, pero también dependía de la ayuda extranjera.

·   No se podía pretender negociar desde una posición política de supuesta fuerza, como la adoptada con actitudes de tipo neutralista.

·   La fuerza del planteo argentino, que deseaba coordinar con Brasil, debía resultar de la razón que asistía a ambos países para demostrar a Estados Unidos y Europa la urgente necesidad del desarrollo y de ayudas concretas que lo posibilitaran.

·    La razón era que si no se nos aseguraba el desarrollo, ni la fuerza de las armas ni posiciones teóricamente correctas podrían contener el reclamo de los pueblos de América y en consecuencia, la democracia correría serio peligro.

Finalizada dicha reunión quedaron ratificados los siguientes puntos:

 

·   La amistad argentino-brasileña, con la introducción de una novedad en la política americana: el Acuerdo de Intercambio de Información y Consulta.

·   La responsabilidad continental asumida por ambos países.

·   El principio de que los problemas políticos y sociales planteados en el continente deben resolverse con la participación de los países americanos.

·   Repudio a la injerencia directa o indirecta de factores extracontinentales y reafirmación de la autodeterminación.

·   Amplio respaldo a la Alianza para el Progreso.

·   Replanteo del intercambio argentino-brasileño, incorporando el proyecto de la industrialización.

·    Política común respecto de Paraguay y Bolivia en previsión de acciones subversivas y tensiones sociales.

·   Ampliación de la capacidad de negociación en el plano internacional, coordinando la acción en cuestiones de común interés y operando mancomunadamente en los centros mundiales, principalmente en los organismos económicos y financieros. 

El 22 de abril de 1961, los dos presidentes suscribieron, finalmente, lo que se conoce como Declaración de Uruguayana.    

A partir de ese momento,  las instrucciones que recibía desde nuestra Cancillería la representación permanente de nuestro país ante las Naciones Unidas eran traducidas al portugués y también las recibía como propias, por orden del presidente Quadros, la representación del Brasil ante las Naciones Unidas.

 Estados unidos

Con respecto a la relación con los Estados Unidos y la política interamericana, podemos recordar que en septiembre de 1958 tuvo lugar en Washington una reunión de ministros de relaciones exteriores del continente, que tenía por objeto pasar revista con agenda abierta a las cuestiones interna­cionales mundiales y analizar el funcionamiento de los organismos interamericanos agrupados en la Organización de Estados Americanos.

     Fue allí donde nuestro país formuló una posición muy diferenciada frente a la de los Estados Unidos que, acotado por la guerra fría, ponía énfasis en la seguridad. Nuestro enfoque, en cambio, acentuaba la oportunidad para multilateralizar realmente el funcionamiento de la organización y sobre todo, dar prioridad al problema del desarrollo en América Latina. Acerca de este tema, la delegación argentina ante el Comité Interamericano Económico y Social (CIES), presidida por Cecilio Morales, había preparado un trabajo sobre los problemas económicos básicos interamericanos, que fue presentado en la conferencia de cancilleres y mereció su aprobación.

     Esto fue realmente importante porque permitió la creación de la Institución Financiera Interamericana, vale decir, el actual Banco Interamericano de Desarrollo. Hoy una importante sala de su edificio en Washingont DC lleva el nombre de Cecilio Morales.

    Al dar prioridad a los problemas de desarrollo económico por sobre los de seguridad, la Argentina preanunciaba lo que años más adelante iba a ser el lema del secretario de Defensa de los Estados Unidos y presi­dente del Banco Mundial, Robert Mac Namara: “sin desa­rrollo económico no hay seguridad”.

Quisiera ser muy claro que durante el lapso que corre desde los años 1958 a 1962, la Argentina inició una apertura externa tendiente a reubicarse en el mundo de posguerra.

Por otra parte, predominó un estilo de conducción política inédita, porque exhibía una suerte de vocación pedagógica de gobierno, con frecuentes comunicaciones públicas que las crisis hacían más fre­cuentes todavía,  lo que confor­maba un tipo de liderazgo reflexivo y no autoritario que buscaba hacer popular y aceptable aquello que se consi­deraba favorable al interés nacional.

   Sin embargo, si nuestra política exterior se vio afectada, ello ocurrió dentro del país por las malsanas manifestaciones de la opera­ciones encubiertas y de la conspiración.

 Pero aun a pesar de ello, la Argentina, a lo largo de los cuatro años tomó decidida posición en el exterior, tanto en los foros multinacionales, en especial desde su banca en el Consejo de Seguridad, como también en otros, y en negociaciones bilaterales, con actitudes y cursos de acción claros y posi­tivos, que fueron mucho mejor comprendidos en el exterior que en nuestro propio país, ya que esa política exterior fue la que terminó motivando los planteos más agresivos e irracionales de las FFAA.

Han transcurrido ya sesenta años, pero cada vez que evoco aquellas circunstancias, me asombra la enorme cuota de falta de inteligencia y de exceso de mala fe que había que tener, para atacar una política exterior que fue verdaderamente ejemplar para respaldar un proyecto nacional de desarrollo e integración en paz y democracia.

*El autor es periodista, escritor y diplomático

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

LA CARA OCULTA DE UCRANIA por Francisco M. Goyogana*

Con-Texto | 18 marzo, 2022

Este artículo fue escrito en junio 2014.Su difusión masiva se hizo a través de www.grupoayacucho.com y su autor lo manda para recordar su publicación y con un apéncide al pie de fecha reciente

De modo similar a la enseñanza de las astronomía que advierte sobre la visión constante de una sola cara de la luna en su rotación constante alrededor de la Tierra mientras la otra permanece oculta para la observación desde nuestro planeta, también existen figuradamente otras situaciones que no revelan otras realidades a las observaciones corrientes.

Los sucesos que se desarrollan en Ucrania se han atribuido a una serie de causas variadas, preferentemente locales, sin perjuicio de que la influencia de ellas sea de peso en los hechos relacionados con el conflicto. La existencia de apreciaciones de aspectos de la realidad, aún a fuer de corresponder a aspectos de la verdad, tiene también otras exteriorizaciones cuando se someten las observaciones a análisis más profundos. Por eso, cuando más allá de las informaciones circunstanciales de los episodios de un conflicto se indaga sobre las causas subyacentes, se constata que a modo de estructura de los hechos históricos, existe una malla sobre la que descansan manifestaciones con raíces muy profundas. La proliferación informativa relativa al actual conflicto de Ucrania no ha preparado en un aspecto fundamental y particular como la medida del Parlamento de Crimea que ha votado por su anexión a Rusia. Atrás ha quedado el capítulo del derrocamiento del gobierno pro ruso de Viktor Yanukovich y el encumbramiento del sector político que pretende su participación futura en el mundo a través de la Comunidad Europea.

La realidad ucrania, de encontrarse dividida en dos sectores fundamentales conduce a un conflicto en el cual la parte adepta a Moscú participa en un juego geopolítico que es fundamental para Rusia. La condición de ésta de no disponer de puertos de aguas cálidas, sino por medio de las posibilidades que le presta el Mar Negro para articular los movimientos de su flota, tiene en Crimea su salida al Mediterráneo con las facilidades navales con que cuenta en los puertos de Siria, y consecuentemente a los océanos del mundo.

Desde la más remota antigüedad, el acceso al mar es una condición altamente favorable para la expansión de un país. Cabe también pensar que es necesaria para alcanzar cierto grado de poder mundial, inconcebible cuando el Estado debe valerse de intermediarios parta sus relaciones exteriores. Si bien existen ejemplos de gran poder obtenido sin ella, Rusia se encontraría en este caso físicamente encerrada y, en consecuencia, en una situación limitadora de su potencial. De ahí los esfuerzos rusos para acceder al poderío naval en cuanto a su conciencia para elevarse al rango de gran potencia europea y planetaria después.

Ya desde Pedro el Grande, Rusia y los rusos parecen haber estado casi obnubilados por esta idea, incluyendo a los monarcas zaristas, el sistema posterior a 1917 y ahora la realidad post URSS.

El cambio de sistema operado con la destitución del presidente ucraniano Yanukovich puso en riesgo las posibilidades de expansión del poder central, que deberá ser contrarrestado con la benevolencia del lado opuesto, representado por la República de Crimea. Rusia y parcialmente Ucrania, en período de crisis, parecen decididas a aumentar su espacio vital, En esencia, el poder central experimenta la necesidad de expansión y su complejo de encierro, y en el caso presente resulta difícil decir cuán peligroso para la paz puede resultar el conflicto.

A partir del siglo IX, el territorio conocido en la actualidad, una organización política ha sido compartida por las naciones ucrania y rusa. Desde entonces se sucedieron una cantidad de variables en su evolución histórica con los principados, aparición y desaparición de dinastías, la expansión polaca y los movimientos de ida y vuelta sucesivas de las fronteras.

Luego, en el siglo XVI ocurrirían las excursiones de los tártaros, la intervención de cosacos, producto de la organización militar de los reyes polacos y los grandes príncipes moscovitas, seguidos por antagonismos sociales y la aparición de un separatismo nacional al que no era ajena la intervención de los opuestos religiosos ortodoxos y romanos. La pretensión de ganar territorios se manifestó por los Romanov a mediados del siglo XVII y en esa misma época ocurrió el sometimiento de Ucrania al zar, con la reserva de  mantener los derechos y privilegios de los cosacos ortodoxos. Después de 1667, por el tratado de Andrusovo tuvo lugar la partición de Ucrania entre Polonia y Rusia a lo largo del Dnieper y ambos gobiernos prohibidos por Petro Doroshenko, que aspiraba a contar con un Estado vasallo. Ocurrió entonces la intervención de los turcos con el sultán Mohamed IV que tomó a Ucrania bajo su protección y su liberación al fin de ese siglo por Juan III Sobieski en la región de la Ucrania polaca.

Por el lado de la Ucrania rusa, Ivan Mazepa, que servía al zar Pedro I, planeaba la unión de las dos partes, y a principios del siglo XVIII acordó una alianza con Carlos XII de Suecia para que Ucrania fuese un Estado independiente con el gobierno efectivo de Mazepa.

La victoria del zar Pedro I sobre los suecos a principios de los años 1700 terminó con esa orientación de una nueva Ucrania. Hubo luego tres caudillos cosacos, todos ellos nominados por Rusia. A mediados de la segunda mitad del siglo XVIII los cosacos fueron desarmados y la Ucrania rusa dividida en tres partes hasta casi fines de siglo en que se reunió a las partes dispersas, pero como parte de Rusia, y desapareció la autonomía política y aún su propio nombre.

Para 1846 renacería el nacionalismo ucranio y Lviv, capital de Galitzia, anexada a Austria en 1772. A los ojos del gobierno zarista, la población de Galitzia oriental y la Rutenia subcarpática era rusa, afirmado en 1914 cuando el ejército ruso ocupó Lviv hasta la confusión revolucionaria de 1917, en que los ucranianos advirtieron que se les presentaba una nueva oportunidad para alcanzar la unidad y la independencia.

La historia señala que el 30 de diciembre de 1922 en el Congreso de los Soviets fue votado el plan para una federación entre cuatro repúblicas socialistas soviéticas: Rusia, Bielorrusia, Ucrania y Transcaucásica, y su constitución final el 6 de julio de 1923,

Desde esta última fecha, en adelante, se trata de episodios modernos que no afectan demasiado la historia anterior, sino destacar la transformación de Rusia en una potencia rectora con raíces profundas en la historia, a caballo de Europa y Asia, y apuntando al poderío terrestre.

Gran parte de la descripción previa de los episodios históricos y su relación con una situación determinada en el tiempo, serviría para que sir Halford John Mackinder (1861 – 1947), uno de los padres fundadores de la geopolítica y de la geoestratégica moderna, abordara el análisis de la historia con la idea de ver cómo la teoría de la evolución aparecería en el desarrollo humano.

Entendía Mackinder que el sistema cerrado característico de su tiempo era, con la movilidad casi ilimitada que le ha acompañado, tanto por tierra como por aire, la era en que el dominante poderío marítimo había terminado. Si eso fuera verdad, entonces habría llegado una era de poderío terrestre. ¿Dónde estaba el centro natural para la nueva época? En las mayores masas terrestres del mundo.

De los cinco mapas utilizados por Mackinder para ilustrar su célebre ensayo The Geographical Pivot of History, presentado en la Royal Geographical Society de Londres, el 25 de enero de 1904, de sólo veinticuatro páginas, el último lleva por título Sitios Naturales del Poderío y delimita el área eje. Mackinder considera situado el eje geográfico al Norte y al interior de Eurasia, extendiéndose desde el Ártico hasta los desiertos centrales, continuando hacia el Oeste hasta los anchos istmos entre el Báltico y el Mar Negro. Según el análisis histórico, al cual se refiere gran parte del ensayo, Europa y el resto del mundo han estado, desde siglos, bajo presión constante del área eje. Fue bajo la presión exterior de los bárbaros como Europa creó su civilización. Por tanto pido que consideren por un momento a Europa y a la historia asiática, pues la civilización europea es, en su verdadero sentido, el resultado de la lucha secular contra la invasión asiática. El contraste más notable en el mapa de la Europa moderna es el presentado por la vista aérea de Rusia ocupando la mitad del continente y un grupo de territorios más pequeños en posesión de las potencias occidentales.

Trazando el flujo y el reflujo de la primitiva historia de Europa, Mackinder sostenía que: Durante un millar de años, una serie de pueblos montados a caballo, surgieron de Asia a través del ancho territorio intermedio entre los Urales y el mar Caspio, cruzaron los espacios abiertos del Sur  de Rusia y se instalaron en Hungría, en pleno corazón de la península europea, moldeando, por la necesidad de oponérseles, la historia de cada uno de los grandes pueblos que los rodeaban: los rusos, los alemanes, los franceses, los italianos y los griegos bizantinos.

Desde el punto de vista de la influencia permanente, según Mackinder, las invasiones mongolas de los siglos XIV y XV dejaron la más profunda huella devastando gran parte de Europa, Rusia, Persia, India y China. Estas invasiones procedían de lo que Mackinder llamó el área eje, y todas las márgenes del Mundo Antiguo sintieron, más pronto o más tarde, la fuerza expansiva originada en la estepa.

Proyectando la historia hacia nuestros tiempos, Mackinder veía que el área eje, al aumentar su peso en los asuntos mundiales, desarrollaba paralelamente su poderío económico y militar. Desde una perspectiva histórica, consideraba evidente cierta persistencia de las relaciones geográficas, pues: ¿No es la región eje de la política del mundo esa vasta área de Eurasia inaccesible a los barcos, pero abierta en la antigüedad a los nómadas a caballo y que hoy día va a quedar abierta por una red de ferrocarriles?    Hubo aquí, y hay, las condiciones para una movilidad de poderío militar y económico de carácter amplio pero limitado. Rusia reemplaza al imperio mongol. Su presión sobre Finlandia, Escandinavia, Polonia, Turquía, Persia, India y China reemplaza las invasiones centrífugas de los hombres de la estepa. En el conjunto del mundo, ella ocupa la posición central estratégica ocupada por Alemania en Europa. Puede atacar y ser atacada por todas partes, menos por el Norte.

Fuera del área eje, Mackinder delimita dos crecientes. En un gran creciente interior están situadas Alemania, Austria, India y China, mientras en un creciente exterior se encuentran Gran Bretaña, Sudáfrica, Australia, Estados Unidos, Canadá y Japón.                             En realidad, el poderío del área eje no era equivalente al de los Estados periféricos, pero, y ahí proclamaba Mackinder su desconfianza, eso podría ocurrir si Alemania se aliara con Rusia. Si eso ocurriera, el Estado eje podría expandirse sobre las tierras marginales de Eurasia, utilizando vastos recursos continentales para la construcción de barcos y entonces tendríamos a la vista el imperio del mundo.

Al finalizar la primera guerra mundial, Mackinder escribía: que la guerra había afirmado, en vez de resquebrajar, mis primitivos puntos de vista. Desarrollaba su teoría con mucho más detalle en Democratic Ideals and Reality, aunque sin modificación esencial de su tesis original. Prosiguió con su concepto del área eje a la que en adelante llamaba heartland o sea corazón de la tierra, situado en el centro de la Isla Mundial. Puesto que el pensamiento del hombre estuvo dominado por el mar, esta área masiva no fue considerada como isla, porque era imposible circunnavegarla. Sin embargo, excepto por el hecho de su vasta dimensión, no difiere de otras islas.                                                                                                                          Tanto en área como en población, la Isla Mundial sobrepasa al resto de la tierra. La Isla Mundial ocupa dos tercios de la tierra firme, mientras que América del Norte y del Sur, Australia y otras regiones menores ocupan el resto. Además, según Mackinder, alrededor de siete octavos de la población mundial están contenidos en la Isla Mundial, mientras otras tierras tienen solamente un octavo.                       Consideraba entonces Mackinder, que el continente antiguo es incomparablemente, la unidad geográfica mayor de nuestro globo. Sus argumentos fueron reducidos en una fórmula citada infinidad de veces: Quien rige el Este de Europa domina el corazón de la tierra. Quien rige el corazón de la tierra domina la Isla Mundial. Quien rige la Isla Mundial domina el mundo.                                                                                                    Esta fórmula parecía una definición vuelta a aplicar después por el almirante ruso Sergei Gorshkov, que en la Segunda Guerra Mundial impulsaba una marina fuerte, a compás de los estudios del Instituto de Economía y Política Mundiales de Moscú, comprometido en los tiempos de la Guerra Fría con el conflicto entre los Estados Unidos y la Isla Mundial, en el cual la Unión Soviética aspiraba prevalecer, como ahora se vislumbra en la política de Vladimir Putin.

El paso del tiempo produce alternancias con respecto a ideas que se incluyen en el campo de una filosofía geopolítica perenne, y así las voluntades a ser aplicadas se fortalecen y debilitan alternativamente hasta repetir indefinidamente ese ciclo a través de las distintas épocas.                                                                               A veces, como ocurrió en 2014, aparecen como novedades las noticias viejas; precisamente Halford J. Mackinder llega a elaborar su concepción del Eje Geográfico de la Historia en este respecto, luego de un proceso histórico recurrente.

 En el caso de Rusia, ya en los tiempos modernos, sus aspiraciones para ocupar un lugar prominente entre las potencias rectoras tuvo las interrupciones provocadas en el mismo siglo XX, debidas a la revolución de 1917 y el colapso de la URSS como entidad política en 1992, circunstancias ambas que, sin embargo, no trastornaron las bases de la teoría geográfica de Mackinder.

Los sucesos de 2014 en Ucrania y la consecuente escisión territorial autonómica ucraniana de Crimea constituyen una reaparición activa de la voluntad de Rusia en el heartland para obtener otra vez por medio del desarrollo agrícola-ganadero e industrial, explotaciones mineras y fuentes energéticas de petróleo y gas, infraestructura, redes viales y ferroviarias, aeródromos, etc., los elementos para dominar una de las zonas más fuertes del mundo, económica y militarmente. No obstante, aunque intenta el gobierno del heartland, Rusia está aún lejos de su meta de dominar la Isla Mundial, y mucho más alejada todavía de dominar el mundo.

Es interesante recordar la opinión de Mackinder sobre Rusia en 1919, cuando el gobierno comunista era reciente. Mackinder estaba seguro de que el leopardo jamás cambia sus manchas. La característica de los gobiernos norteamericano y británico, y los ideales de la Sociedad de las Naciones, decía: …se oponen a las políticas acuñadas en los moldes tiránicos de la Europa oriental y del corazón de la tierra, ya sean dinásticas o bolcheviques. Puede que la tiranía bolchevique sea la reacción extrema contra la tiranía dinástica, pero no es menos cierto que Rusia, Prusia y las llanuras de Hungría, con su extendida uniformidad de condiciones sociales, son igualmente favorables para la marcha del militarismo y la propaganda sindicalista. En los tiempos que corren, Putin formado en la disciplina de la Inteligencia Estratégica, ha decidido invadir Crimea, con la consecuencia de cercenar a Ucrania en dos segmentos, y ha dejado de lado la debilidad de las grandes democracias, que consideran a la geopolítica como una óptica humanista que rige la convivencia internacional y el respeto de los derechos humanos. Vladimir Putin conoce por oficio la importancia de Ucrania, que fue explicada por Zbigniew Brzezinski, asesor de la Seguridad Nacional de los Estados Unidos durante la presidencia del presidente Carter, al sostener en su libro de 1977, El Gran Tablero, la supremacía estadounidense y sus imperativos geoestratégicos, que sin Ucrania, Rusia deja de ser un imperio. Pero que con Ucrania, automáticamente se convierte en un imperio.

______________________________________________________

Apéndice marzo 2022

Dentro de la probable evolución del conflicto Ucrania-Rusia se encuentra el fin de la confrontación en un acuerdo conjunto que incluya el alto el fuego y la retirada de las fuerzas de Rusia de suelo ucranio, con la condición de la neutralidad de las fuerzas ucranianas dentro de límites a determinar, pero con la dificultad de una eventual exigencia para que Ucrania reconozca la anexión de Crimea en 2014, además del reconocimiento de la independencia de los dos actuales estados  ucranianos separatistas de la región fronteriza oriental,  Donetsk y Luhansk, que Kiev ha negado hasta ahora.

 

(1)  Francisco M. Goyogana, La Geopolítica Global. Mahan y Mackinder, Boletín del Centro Naval (Primera parte Nº 715 – 716, Abril – Septiembre 1978; Segunda Parte Nº 717 – 718, Octubre 1978 – Marzo 1979; Tercera Parte Nº 719, Abril – Junio 1979)  

 

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

FAKE NEWS Y CENSURA ALREDEDOR DE LA GUERRA RUSIA – UCRANIA por Oscar Guisoni*

Con-Texto | 14 marzo, 2022

La injerencia de Rusia en las elección de Donald Trump en Estados Unidos. El apoyo ruso a los medios de extrema derecha en Europa. Censura y libertad de expresión. 

En su comparecencia, el pasado martes, ante la Eurocámara, el jefe de la diplomacia europea Josep Borrell, anunció un “mecanismo para sancionar actores nocivos que desinforman” y pidió ante la Eurocámara establecer “garantías para que la información no sea un elemento que contamine las mentes”. Una manera elegante de sugerir la puesta en marcha de mecanismos destinados a limitar de forma severa la libertad de expresión en el continente, como advirtieron en forma inmediata diversas organizaciones que velan por el derecho a la información a nivel global.

El pedido del alto dirigente comunitario es el corolario de un proceso que comenzó a tomar forma institucional en 2015 cuando la UE creó la East Strategic Communication Task Force para poner freno a las divulgación de fake news que, según los europeos, Rusia puso en marcha con foco en las democracias occidentales, y que tuvo su efecto más notorio en el resultado del referéndum que tuvo como consecuencia la salida del Reino Unido de la Unión.

En la misma dirección, la UE elaboró en 2019 un Plan de Acción contra la Desinformación y puso en pie en 2020 el Observatorio Europeo de Medios Digitales. La principal preocupación es el aumento de la presencia política en todos los países de la región de fuerzas de extrema derecha alentadas y sostenidas económicamente por Moscú, que “socaban la democracia” y son “funcionales a intereses foráneos”.

No existen dudas sobre la injerencia de Rusia en los procesos políticos de las democracias occidentales. Cualquiera que las tenga puede recurrir a la excelente serie documental “Agentes del Caos” dirigida por Alex Gibney y estrenada en 2020, en la que se documenta el modo en que Moscú intervino en las elecciones presidenciales norteamericanas de 2016 que llevaron a Donald Trump a la presidencia. El objetivo de Putin, en ese sentido, es claro: provocar desestabilizaciones en el interior de los países que operan contra sus intereses.

Pero la manera en que la Unión Europea y EEUU han elegido para responder a esta nueva “guerra híbrida” esquiva una cuestión fundamental. En todo proceso comunicacional hay quien emite mensajes, pero también hay quien está predispuesto a recibirlos. El bloqueo, luego del inicio de las hostilidades de Rusia contra Ucrania, a las emisiones vía You Tube de los canales rusos Sputnik y RT y la desactivación de miles de cuentas falsas llevadas a cabo por Facebook y Twitter con la excusa de que fueron generadas en Rusia con el objetivo de incidir en el debate interno de los países de la OTAN, es un manotazo de ahogado con el propósito de matar el mensajero (ruso), que ha llegado demasiado tarde.

En toda esta discusión, que huele a censura lisa y llana con la excusa de la guerra, tanto europeos como norteamericanos no se han detenido a pensar sobre las razones que llevan a numerosos ciudadanos de sus propios países a prestar oído a discursos como los que se emiten a través de estas redes y canales. Atribuir la aparición de partidos de extrema derecha, o de fenómenos políticos como el que expresa Trump, sólo a la injerencia rusa, deja fuera del debate las causas profundas del malestar en las sociedades occidentales que ha hecho posible este fenómeno.

La creciente desigualdad social que ha mermado el poder adquisitivo de vastos sectores medios tanto en la UE como en EEUU es un factor poderoso para explicar las razones por las que cuelan estos discursos de odio. Acentuarlos, como ha hecho Rusia, desde las redes sociales, no es más que un hábil aprovechamiento de las debilidades percibidas en sus adversarios. Y ahora que el monstruo ha cobrado vida ya es demasiado tarde para lágrimas.

Esta ofensiva contra las noticias falsas deja al desnudo otra cuestión fundamental: ¿quién es dueño de la verdad y qué poderes tienen legitimidad suficiente para atribuírselas? Si finalmente la UE aprueba estas normas restrictivas de la libertad de expresión con la excusa de combatir las fake news, cabe preguntarse: ¿estarán dispuestos a aplicarlas también contra sus propios medios de comunicación, que abusan del recurso del mismo modo en que lo hacen los rusos?

En un reciente documental estrenado por Netflix que aborda la cuestión de los atentados del 11 de marzo de 2.004 en España y que se titula “11M”, una de las cuestiones que más llaman poderosamente la atención es la reflexión en torno a las mentiras que los medios de la derecha española (El Mundo y la Cadena Cope, principalmente) publicaron durante meses con el objetivo de vincular a ETA con un ataque que era obra sólo de Al Qaeda. ¿Estará dispuesta la UE a ir contra esos grandes grupos mediáticos basándose en estas nuevas leyes que intentan aprobar? No por nada, han sido precisamente estos grandes medios los primeros en poner el grito en el cielo cuando el parlamento europeo comenzó a tratar esta normativa.

Como afirmó el senador norteamericano Hiram Johnson en 1917, “la primera víctima de una guerra es la verdad”. Aunque en pleno siglo XXI podríamos afirmar que la verdad ha muerto mucho antes que comenzaran a caer las primeras víctimas en los campos de batalla de la realidad. 

*Periodista, productor de contenidos y guionista de documentales. Corresponsal en España del diario Página 12

 

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

VLADIMIR PUTIN HA CALCULADO MAL por Michael R. Krätke*

Con-Texto | 14 marzo, 2022

Para hacer la guerra se necesitan tres cosas: dinero, dinero y más dinero. El presidente ruso, Vladimir Putin, parecía tenerlo en abundancia. Pero la guerra está durando más de lo previsto. Las reacciones, las sanciones y las contramedidas económicas llegan más rápido y resultan más duras de lo que se esperaba. Putin ha cometido un gran error de cálculo.

La exclusión de los bancos rusos del sistema de pagos y comunicaciones bancarias SWIFT -se decidió finalmente el fin de semana pasado tras titubeos iniciales, especialmente de los gobiernos alemán, italiano y húngaro- aísla a la economía rusa de sus socios comerciales en Occidente. El rublo cayó en picado. El lunes, el banco central se vio obligado a duplicar el tipo de interés básico hasta el 20%. La paga de los soldados rusos ha perdido la mitad de su equivalente en dólares desde que comenzó la guerra. Y las sanciones contra el banco central ruso conducen a que Putin pierda su caja destinada a la guerra. El banco central ruso ya no tiene acceso a sus reservas de divisas ni a sus cuentas en el extranjero.

Al comienzo del ataque de Rusia a Ucrania, parecía que las reservas de divisas del banco central, más de 460.000 millones de dólares, permitirían al país sostener un prolongado periodo de sanciones económicas. Pero entonces la UE, Estados Unidos y el Reino Unido decidieron congelar los saldos de Rusia en cuentas de bancos centrales en el extranjero. Éstas, junto con los préstamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), constituyen el grueso de las reservas de divisas. Y como el FMI, según sus estatutos, no puede cofinanciar guerras, tiene que bloquear los saldos de los derechos especiales de giro de Rusia. Esto significa que partes sustanciales del fondo de guerra de Putin han volado, a excepción de unos 130.000 millones de dólares en oro que están en Moscú. El régimen ya no tiene crédito en el extranjero. Y China no apoyará financieramente en absoluto la guerra de Rusia en Europa.

La recuperación económica tras el coronavirus está aplazada

La guerra de agresión contra Ucrania no es sólo un paréntesis en la política mundial. También desbarata los proyectos de todos aquellos que habían apostado por una rápida recuperación de la economía mundial tras la larga y continuada crisis debido al coronavirus, la cual ha supuesto la mayor caída de la economía mundial desde el final de la última guerra mundial. Porque esto es seguro: habrá pérdidas significativas en el crecimiento. Así pues, el Banco Central Europeo y también la Reserva Federal de Estados Unidos aplazarán probablemente sus ya anunciados virajes en los tipos de interés. Es muy posible que, en lugar del fin de la tan denostada compra de bonos del Estado, le siga una nueva edición.

La economía ucraniana sufrirá los peores daños sea cual sea el resultado de la guerra. En el mejor de los casos, si Ucrania sobrevive como Estado independiente, necesitará muchos años y una ayuda financiera masiva de la UE para reconstruir el país devastado por la guerra. Se pueden reparar los ferrocarriles y los puertos, restablecer las cadenas de suministro y las redes comerciales, pero a un alto precio. Y si Ucrania permanece bajo la ocupación rusa, degenerará en el pantano del capitalismo gansteril ruso.

Rusia es un enano económico con ambiciones de gran potencia y un ejército completamente sobredimensionado. Su economía, que ya ha experimentado dos considerables caídas en 2015 y a partir de 2020, y que ya sufre una tasa de inflación superior al 15%, se verá gravemente dañada por la guerra y las sanciones. En este año y en los siguientes, la economía rusa seguirá disminuyendo, al igual que la población rusa. El éxodo de jóvenes rusos bien formados hacia Occidente continuará. Si Putin sigue en el poder, los rusos seguirán escuchando anuncios del Kremlin sobre grandiosas reformas económicas, mientras que más del diez por ciento del producto interior bruto irá a parar al presupuesto militar. Esto se subestima sistemáticamente y se oculta en los presupuestos en la sombra.

Antes de esta guerra, la economía nacional rusa representaba un escaso tres por ciento de la producción económica mundial. Como consecuencia de las sanciones, esta cuota se reducirá, puesto que para la economía mundial, Rusia solo es importante como proveedor de materias primas y energía. Rusia es grande, pero Estados Unidos y los países de la OPEP son mucho más grandes. Si caen las importaciones rusas de gas y petróleo debido a la guerra, otros países exportadores las sustituirán, en primer lugar Estados Unidos. Ganarán con ello: El cambio al gas licuado, aún más dañino para el medio ambiente, es más caro.

Los precios de la energía seguirán subiendo porque los comerciantes y especuladores aprovecharán la oportunidad. Mientras los gobiernos de Europa y América se lo permitan. Entretanto, sería muy posible liberarnos de nuestra dependencia autoinfligida del gas y el petróleo rusos. Para Europa sería un cambio molesto y costoso, pero cualquier cosa menos una catástrofe económica. Sin embargo, para la economía rusa se trata de un escenario de hundimiento: si los ingresos de las exportaciones de gas, petróleo y carbón se desploman, el Estado ruso se queda desnudo. Más de la mitad de sus ingresos regulares provienen del negocio internacional con materias primas y energía.

¿Ayudará China a sacar del apuro a Rusia? A Pekín le molesta mucho la guerra de Putin y no quiere verse arrastrado a un enfrentamiento con la OTAN bajo ningún concepto. Compartir la posición de Rusia como paria de la política mundial es algo que China no desea. En el Consejo de Seguridad de la ONU, China se abstuvo en lugar de votar con los rusos. China no reconoció la anexión de Crimea y no reconocerá una conquista de Ucrania por parte de Rusia. Pero a China no le viene mal que su adversario geoestratégico, Estados Unidos, tenga que concentrarse por completo en Rusia.

Lo que incomoda a China de la guerra de Rusia contra Ucrania

China, una potencia económica mundial, necesita materias primas, pero no necesita que los precios de la energía y de las materias primas sean permanentemente altos y crecientes. Aprovechará la debilidad de Rusia para bajar los precios. También necesita productos intermedios y semiacabados de alta tecnología, pero no de Rusia. Como mercado de consumo, Rusia no es interesante para China. No hay comparación con los mercados de consumo de Europa, Asia y América. No hay comparación con las inversiones de o en los países occidentales. Aparte de algunos sistemas de armas, Rusia tiene poco que ofrecer a China.

Sin duda, Rusia intentará vender a China más materias primas, gas, petróleo y carbón. Puesto que China ha desarrollado su propio sistema de pagos internacionales, al que Rusia está conectada, las importaciones de gas y petróleo pueden pagarse sin necesidad de SWIFT. Pero China no puede sustituir la previsible caída de inversiones extranjeras de Occidente.

Además, la propia China tiene intereses económicos en Ucrania que se ven perjudicados con cada día de guerra. El gigante de las telecomunicaciones Huawei está  involucrado con fuerza en Ucrania, y China es el socio comercial más importante de Ucrania desde 2017. Esta última suministra ante todo productos agrícolas; un tercio de las importaciones chinas de maíz proceden de allí. Pero también productos de alta tecnología de la construcción de máquinas y aviones ucranianos. La guerra en Ucrania no encaja en absoluto en los planes de China.

En cambio, Europa puede prepararse para una nueva fase de la carrera armamentística. El gasto en fines militares aumentará en todas partes, a medio y largo plazo. El cercano auge de la producción de armamento de alta tecnología, que incluye la producción en masa de municiones, armas cortas y equipamientos, debería alegrar a los fabricantes de armas alemanes, franceses, belgas, británicos y suecos. Occidente puede mantener una coyuntura armamentística financiada con créditos durante algún tiempo. En cualquier caso un tiempo más largo del que dispone Rusia.

                                                        09/03/2022

 

 

*Es miembro del Consejo Editorial de Sin Permiso, profesor de economía política en la Universidad de Lancaster y colaborador asiduo de Der Spiegel

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

LA GUERRA CONTRA UCRANIA PODRÍA DESENCADENAR UNA CATÁSTROFE NUCLEAR por Amy Goodman y Denis Moynihan.. *

Con-Texto | 14 marzo, 2022

La incursión rusa podría desencadenar más catástrofes, incluidas la fusión de alguno de los 15 reactores nucleares de Ucrania o, incluso, una inimaginable guerra nuclear. Cuando las fuerzas armadas rusas comenzaron los ataques el 24 de febrero, el presidente Vladimir Putin dio a entender claramente que cualquier país que considerara intervenir en la guerra podría enfrentar una respuesta nuclear. El mandatario ruso dijo: “[Quien se interponga] debe saber que la respuesta de Rusia será inmediata y acarreará consecuencias nunca antes afrontadas en su historia”.

 

La situación empeoró pocos días después cuando, ante el aumento de las sanciones contra Rusia y los reveses de la invasión, Putin ordenó poner a las fuerzas de disuasión nuclear de su país el “régimen especial de servicio de combate”. Estados Unidos no respondió de la misma manera y canceló una prueba programada de lanzamiento de misiles balísticos por precaución.

Bielorrusia, que participa activamente con Rusia en la invasión, celebró un referéndum a nivel nacional, ampliamente calificado como fraudulento, que revirtió la neutralidad y el estatus no nuclear del país. El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko —un aliado de Putin descrito como “el último dictador de Europa”— ha dado a entender que está dispuesto a albergar misiles nucleares rusos en su país.

Los datos más recientes del Boletín de Científicos Atómicos indican que Rusia tiene 4.477 ojivas nucleares, de las cuales 1.588 están distribuidas en misiles balísticos, bombarderos de largo alcance o submarinos y están listas para ser lanzadas en cualquier momento. Como Estados Unidos tiene aproximadamente la misma cantidad de ojivas nucleares que Rusia, ambos países tienen suficiente potencia de fuego nuclear para destruir de raíz la civilización humana (tal como la conocemos hoy en día).

En una entrevista con Democracy Now!, el doctor Ira Helfand, expresidente de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW, por sus siglas en inglés) y cofundador y expresidente de la organización Médicos por la Responsabilidad Social (PSR, por sus siglas en inglés), expresó. “Nos parecía casi imposible imaginar, 30 años después del final de la Guerra Fría, que podría haber una guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia. Sin embargo, la crisis en torno a Ucrania está poniendo esa posibilidad de nuevo sobre la mesa. Si el conflicto se extiende, si la OTAN y Rusia entran activamente en combate, la doctrina militar de ambos bloques contempla recurrir al uso de armas nucleares en caso de que las cosas no vayan bien en una guerra convencional”.

El Dr. Helfand también habló sobre el llamado “invierno nuclear”, el fenómeno climatológico que seguiría a una guerra atómica total: la atmósfera se llenaría de partículas de ceniza y polvo que impedirían el paso de la luz del sol y provocarían un descenso en picada de la temperatura terrestre. Al respecto, el Dr. Helfand expresó: “Los ecosistemas que han evolucionado a lo largo de los últimos 10.000 años colapsarían, la producción de alimentos se detendría y la gran mayoría de la raza humana moriría de hambre”.

La guerra nuclear no es la única amenaza. Ucrania tiene 15 reactores de energía nuclear en cuatro centrales asentadas en el país, así como los reactores desactivados de la planta de energía nuclear de Chernóbil. En 1986, uno de los cuatro reactores de Chernóbil explotó y provocó el peor accidente nuclear de la historia. La semana pasada, las fuerzas armadas rusas tomaron el control de la planta, presumiblemente para habilitar el paso a través de la llamada “Zona de Exclusión de Chernóbil” —un área fuertemente contaminada con radiactividad— y permitir el avance militar ruso hacia Kiev, la capital de Ucrania. Según se informa, las autoridades rusas han ordenado que el personal ucraniano que trabaja en la planta permanezca allí para continuar con sus tareas y mantener segura la planta nuclear cerrada. Se detectó que la radiación gamma en Chernóbil aumentó temporalmente por encima de los niveles habituales debido al paso de los cientos de vehículos militares pesados rusos que se dirigían hacia Kiev, que provocó que el polvo radiactivo depositado en el suelo se elevara al aire.

Otro riesgo enorme es la posible interrupción del funcionamiento de las 15 plantas nucleares operativas de Ucrania. Como detalló la organización Greenpeace en un informe publicado el miércoles sobre la vulnerabilidad de las plantas nucleares durante la guerra, los reactores nucleares y las reservas de combustible nuclear gastado requieren una operación continua e intachable de sistemas complejos que consumen mucha energía y agua para enfriar adecuadamente los reactores y evitar fusiones y explosiones. Cualquier cosa, desde un proyectil de artillería disparado de manera indiscriminada hasta el colapso de la red eléctrica, podría precipitar un desastre nuclear superior a los que sucedieron en Chernóbil o en la planta japonesa de Fukushima.

El miércoles, las autoridades rusas informaron al Organismo Internacional de Energía Atómica que las fuerzas armadas de Rusia habían tomado el control del territorio circundante a la planta de energía nuclear Zaporiyia de Ucrania, la instalación nuclear más grande de Europa. Sin embargo, hay informes que indican que cientos de trabajadores y personas que se les sumaron impidieron el paso de los militares rusos formando barricadas con vehículos y con sus propios cuerpos. Actualmente no está claro quién tiene el control de la planta de Zaporiyia.

“¿Estamos al borde de la Tercera Guerra Mundial?” preguntó un periodista de la cadena Al Jazeera al ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, esta semana. “La Tercera Guerra Mundial solo puede ser nuclear”, respondió Lavrov.

Esta semana, Ichiro Ogasawara, embajador de Japón ante la Conferencia de Desarme de la ONU, hizo una advertencia: “Como único país del mundo que ha sufrido bombardeos atómicos durante una guerra, Japón es plenamente consciente de las catastróficas consecuencias humanitarias del uso de armas nucleares. Recalcamos una vez más que una tragedia como esa nunca debe repetirse”.

Traducción al español de la columna original en inglés. Edición: Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org

*Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.

 

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

PETER POMERANTSEV*: “LO PEOR ES QUE PUTIN PARECE HABERSE CREÍDO SU PROPIA PROPAGANDA”. ENTREVISTA por Emanuele Martino

Con-Texto | 14 marzo, 2022

Emanuele Martino, del diario il manifesto, entrevista a Peter Pomerantsev*, conocido estudioso de los sistemas de comunicación de Moscú. "La desinformación rusa es bien conocida, pero me parece que anda escasa de ideas. Hasta ahora, el líder del Kremlin ha mitificado a su ejército, pero acaso sin fundamento real alguno".

En su libro Nothing is True pone de manifiesto la paradoja de un nacionalismo ruso que quiere ser un imperio étnicamente puro sometiendo a todos los territorios circundantes. ¿A qué tipo de paradoja asistimos en Ucrania?

Putin afirma que quiere "liberar" a Ucrania, cuando en realidad la está sometiendo, y que su objetivo es "desnazificarla", pero es él quien utiliza la propaganda y la retórica "nazi": que los ucranianos no forman parte de una verdadera nación, mientras refuerza su identidad nacional. Quizás esta sea la paradoja más evidente: cuanto más insiste en la unidad entre ucranianos y rusos, más exagera sus diferencias. Otra paradoja es que esta misión consistente en imponer su legado mediante la violencia puede suponer su fin.

La hipótesis de la invasión fue calificada por Lavrov [ministro ruso de Exteriores] de "histeria occidental". Usted, que ha estudiado a fondo la propaganda de Moscú, ¿notó algún cambio?

La desinformación rusa es bien conocida, pero me parece que se ha quedado ahora sin ideas. En esta guerra quizás habría que preguntarse si Putin no es víctima de su propia propaganda. La posibilidad de que sea el primero en sobrestimar la capacidad de su ejército y mitificar su papel no carece de fundamento.

¿Esperaban los periodistas y analistas con los que usted trabaja que Putin invadiera realmente Ucrania?

Me encuentro ahora mismo en Washington, y aquí estaban todos convencidos de que realmente invadiría el país. Personalmente, por como he visto siempre a Putin y a Europa, me resultaba, en cambio, difícil de creer. Pero hay un aspecto en el que los analistas estadounidenses no se ponen de acuerdo: ¿cuánto territorio quiere Putin? ¿Toda Ucrania? ¿Quiere un tercio o le basta con una parte?

Tomando prestado el título de otro de sus libros, This is not Propaganda: Adventures in the War Against Reality, ¿sigue en pie la otra guerra, la guerra contra la realidad?

Aquí, en los Estados Unidos, la mitad de la gente vive en otra dimensión: un enorme porcentaje de personas piensa de todos modos que Trump ganó las elecciones y que lo que ocurrió después fue pura maquinación. En general, diría que las cosas pintan mal. En Rusia la situación es mucho peor que cuando yo trabajaba allí: mucha gente cree que no hay guerra en Ucrania, sino una pequeña intervención militar en la parte oriental, nada más. Así que sí, vamos mal.

¿Qué esperamos después de la invasión rusa?

El peor escenario es que Ucrania deje de existir como Estado independiente, que se convierta en una especie de país colonizado. Para mantener el control, Putin podría apuntar no sólo a los nacionalistas, sino también a toda clase de personas que miran a Europa con simpatía. Podríamos ver entonces persecuciones de diversa índole, detenciones masivas y una nueva oleada de refugiados como no ha visto nunca Europa. Así que la instalación de un gobierno populista rusófilo permitiría a Putin centrarse en Moldavia, y empezar luego a amenazar también a los países bálticos.

 

 

*Peter Pomerantsev, escritor y periodista experto en propaganda, es un brillante ejemplo de la “intelligentsia” de la oposición a Putin entre la diáspora rusa fuera del país. Hijo del poeta soviético disidente Igor Pomerantsev, criado en Alemania Occidental y afincado en Gran Bretaña, es miembro del Institute of Global Affairs de la London School of Economics. Trabajó de 2001 a 2010 en Moscú como productor de televisión y es autor de Nothing Is True and Everything Is Possible; The Surreal Heart of the New Russia [La nueva Rusia – Nada es verdad y todo es posible en la era de Putin, RBA, Barcelona, 2017] y This is not propaganda: Adventures in the War Against Reality.

 

Peter Pomerantsev 

Emanuele Martino, del diario il manifesto, entrevista a Peter Pomerantsev, conocido estudioso de los sistemas de comunicación de Moscú. "La desinformación rusa es bien conocida, pero me parece que anda escasa de ideas. Hasta ahora, el líder del Kremlin ha mitificado a su ejército, pero acaso sin fundamento real alguno".

En su libro Nothing is True pone de manifiesto la paradoja de un nacionalismo ruso que quiere ser un imperio étnicamente puro sometiendo a todos los territorios circundantes. ¿A qué tipo de paradoja asistimos en Ucrania?

Putin afirma que quiere "liberar" a Ucrania, cuando en realidad la está sometiendo, y que su objetivo es "desnazificarla", pero es él quien utiliza la propaganda y la retórica "nazi": que los ucranianos no forman parte de una verdadera nación, mientras refuerza su identidad nacional. Quizás esta sea la paradoja más evidente: cuanto más insiste en la unidad entre ucranianos y rusos, más exagera sus diferencias. Otra paradoja es que esta misión consistente en imponer su legado mediante la violencia puede suponer su fin.

La hipótesis de la invasión fue calificada por Lavrov [ministro ruso de Exteriores] de "histeria occidental". Usted, que ha estudiado a fondo la propaganda de Moscú, ¿notó algún cambio?

La desinformación rusa es bien conocida, pero me parece que se ha quedado ahora sin ideas. En esta guerra quizás habría que preguntarse si Putin no es víctima de su propia propaganda. La posibilidad de que sea el primero en sobrestimar la capacidad de su ejército y mitificar su papel no carece de fundamento.

¿Esperaban los periodistas y analistas con los que usted trabaja que Putin invadiera realmente Ucrania?

Me encuentro ahora mismo en Washington, y aquí estaban todos convencidos de que realmente invadiría el país. Personalmente, por como he visto siempre a Putin y a Europa, me resultaba, en cambio, difícil de creer. Pero hay un aspecto en el que los analistas estadounidenses no se ponen de acuerdo: ¿cuánto territorio quiere Putin? ¿Toda Ucrania? ¿Quiere un tercio o le basta con una parte?

Tomando prestado el título de otro de sus libros, This is not Propaganda: Adventures in the War Against Reality, ¿sigue en pie la otra guerra, la guerra contra la realidad?

Aquí, en los Estados Unidos, la mitad de la gente vive en otra dimensión: un enorme porcentaje de personas piensa de todos modos que Trump ganó las elecciones y que lo que ocurrió después fue pura maquinación. En general, diría que las cosas pintan mal. En Rusia la situación es mucho peor que cuando yo trabajaba allí: mucha gente cree que no hay guerra en Ucrania, sino una pequeña intervención militar en la parte oriental, nada más. Así que sí, vamos mal.

¿Qué esperamos después de la invasión rusa?

El peor escenario es que Ucrania deje de existir como Estado independiente, que se convierta en una especie de país colonizado. Para mantener el control, Putin podría apuntar no sólo a los nacionalistas, sino también a toda clase de personas que miran a Europa con simpatía. Podríamos ver entonces persecuciones de diversa índole, detenciones masivas y una nueva oleada de refugiados como no ha visto nunca Europa. Así que la instalación de un gobierno populista rusófilo permitiría a Putin centrarse en Moldavia, y empezar luego a amenazar también a los países bálticos.

                                                                  13-3-22

 

*Peter Pomerantsev, escritor y periodista experto en propaganda, es un brillante ejemplo de la “intelligentsia” de la oposición a Putin entre la diáspora rusa fuera del país. Hijo del poeta soviético disidente Igor Pomerantsev, criado en Alemania Occidental y afincado en Gran Bretaña, es miembro del Institute of Global Affairs de la London School of Economics. Trabajó de 2001 a 2010 en Moscú como productor de televisión y es autor de Nothing Is True and Everything Is Possible; The Surreal Heart of the New Russia [La nueva Rusia – Nada es verdad y todo es posible en la era de Putin, RBA, Barcelona, 2017] y This is not propaganda: Adventures in the War Against Reality.

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

!NO A LA GUERRA! ( «Conmoción y verguenza» título original) por Alexey Kovalev*.

Con-Texto | 14 marzo, 2022

Las ciudades por las que pasan los vehículos blindados rusos, captadas en videos temblorosos y acompañadas de gritos de horror, podrían ser Vorónezh o Krasnodar o cualquier ciudad rusa. La invasión de Ucrania es una auténtica pesadilla, horrible y absurda.
Y se está haciendo en nuestro nombre. El 24 de febrero, cuando el presidente Vladimir Putin anunció la invasión, fue el día en que Rusia se convirtió en una nación marginada y despreciada, no solo se nos aisló en lo económico sino que el resto del mundo actuó para excluirnos —de los deportes, la ciencia y de casi todo tipo de cooperación internacional. Sin importar la “victoria” militar que a Putin le parezca aceptable en su mente retorcida, Rusia ya sufrió una aplastante derrota moral.

Y hasta cierto punto, parece que el pueblo ruso lo sabe. Aunque la disidencia ha sido sofocada con eficacia, miles de personas se han arriesgado a manifestar su repudio a la invasión. Y no se trata solo de los sospechosos de siempre, los insatisfechos ya conocidos por el Kremlin. Importantes figuras públicas, periodistas y artistas destacados se han pronunciado en contra de la guerra.

Puede que estemos lejos de un movimiento antibélico a gran escala, pero las semillas se han sembrado. Y una vez que florezcan y se conviertan en un desafío abierto, podrían ser un problema para Putin.

Para muchos de nosotros, el horror es visceral y personal. Mi tío, por ejemplo, es ucraniano y la abuela de mi esposa, nacida en la ciudad ucraniana de Vinnytsia, sobrevivió a la ocupación nazi de Kiev. Es difícil encontrar una familia rusa que no tenga parientes y amigos, maridos y esposas, novias y novios, compañeros de ajedrez y colegas ucranianos. Muchos de ellos se esconden ahora en refugios antibombas en Kiev y Járkov.

Están siendo atacados por un ejército ruso cuyos soldados —jóvenes que han pasado toda la vida bajo el mando de Putin— se ven desesperados y confundidos. Sus comandantes les dijeron que iban a la frontera ucraniana para participar en ejercicios logísticos, solo para encontrarse en una guerra. Putin parecía soñar con una victoria rápida en la que los ucranianos rusófonos recibieran a sus “libertadores” con flores, el ejército ucraniano se rindiera en masa y los dirigentes del país huyeran despavoridos. Nada de esto está ocurriendo.

En lugar de ello, mientras los ucranianos resisten con valor el ataque, los rusos sienten el dolor de las sanciones y represalias internacionales de gran alcance. Como ningún país de la Unión Europea acepta vuelos procedentes de Rusia y Estados Unidos cerró su espacio aéreo, miles de rusos se quedaron varados en los aeropuertos, mientras otros hacen largas filas en los cajeros automáticos al tiempo que el rublo se desploma. El pueblo ruso, más empobrecido y aislado que nunca, pagará caro el ataque de Putin.

La propaganda estatal aúlla histéricamente, haciendo todo lo posible para que la gente apoye la guerra, aunque se niegue a llamarla así. De hecho, el ministerio de censura está castigando a los pocos medios de comunicación independientes que quedan, entre ellos Meduza, donde yo trabajo, que se atreven a llamar a la guerra de Rusia por su nombre. El martes, el gobierno sacó del aire a Eco de Moscú y TV Rain, la última radiodifusora y el último canal de televisión independientes que quedaban. Las demandas de castigar a los “quintacolumnistas” y “traidores” —en la práctica todo aquel que simpatice con Ucrania— se hacen cada vez más fuertes. La represión política sin duda se intensificará.
Al Kremlin le gustaría sugerir que a la mayoría de los rusos no les importa la miseria que ya está recayendo sobre ellos. Según una encuesta estatal, el 68 por ciento de los ciudadanos apoyan la guerra. Con una gran salvedad: la encuesta nunca mencionó la guerra en absoluto. En su lugar, preguntaba a los ciudadanos si apoyaban lo que el gobierno llama una “operación militar especial”, destinada, entre otras cosas, a “impedir que se establezca una base de la OTAN en Ucrania” y a la “desnazificación de Ucrania”. Lo que la encuesta muestra en realidad es el dominio de los medios estatales sobre la opinión pública.

Pero no puede acallar por completo las opiniones disidentes. La semana pasada, miles de personas de todo el país salieron a las calles para protestar contra la guerra. El día de la invasión, una multitud de manifestantes se reunió en San Petersburgo, la ciudad natal de Putin, coreando consignas de paz mientras era rodeada por vehículos policiales. En vista de los riesgos que conlleva —casi 7000 personas han sido arrestadas, en trece ciudades— se trata de una asistencia impresionante. Desde 1999, cuando los rusos salieron a manifestar su apoyo a Yugoslavia durante la campaña de bombardeo de la OTAN, no se habían registrado protestas antibélicas tan sostenidas en el país.

Otros están llevando a cabo formas de protesta más sutiles con la esperanza de no ser arrestados enseguida. Algunos están cubriendo las paredes de Moscú con un llamado simple y directo: “No a la guerra” (las autoridades borran los mensajes, pero vuelven a aparecer al día siguiente). Otros depositan flores en el monumento de Kiev, cerca de la Plaza Roja, que conmemora la valentía de sus defensores en la Segunda Guerra Mundial.

Fuera de las calles, el activismo continúa. Una petición que condena la guerra ya recibió más de un millón de firmas, y arquitectos, trabajadores sanitarios, estudiantes universitarios e incluso sacerdotes de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que suele mantenerse al margen, están firmando cartas abiertas que exigen el fin inmediato de la guerra. Grandes figuras como Yuri Dud, el bloguero en video más conocido de Rusia, el popular cantante Valeri Meladze e incluso varios miembros de la Duma estatal e importantes oligarcas se han pronunciado públicamente en un insólito coro de voces.

Todavía no hay un movimiento antibélico masivo. Pero estas señales prometedoras iluminan la oscuridad. Mientras el país sigue bombardeando y aterrorizando a Ucrania, cada vez más rusos podrían despertar a algo que solo unos cuantos se atreven a decir en público: que esta opción de Putin es un peligro existencial no solo para ellos, sino también para el mundo. Y hay que detenerlo.


*Alexey Kovalev es el editor de investigaciones de Meduza, un medio de comunicación ruso independiente.

 

 

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

EL TRASFONDO GEOPOLÍTICO DEL CONFLICTO EN UCRANIA  Alexander Dugin*.

Con-Texto | 14 marzo, 2022

Entramos en este proceso aceptamos la identidad occidental, hemos abandonado la identidad soviética, hemos olvidado totalmente la identidad prosoviética zarista y tratamos de ser como todo el mundo. Y en ese momento, al no estar demasiado comprometido con este sistema soviético, ni con el sistema liberal, he descubierto la geopolítica formulada por autores británicos como Halford Mackinder, que trató de explicar el Gran Juego entre el Imperio Británico y el Imperio Ruso en términos de Poder Marítimo y Poder Terrestre.

Tal vez fue en su tiempo sólo una parte de la agenda imperialista británica, su manera de pensar el mundo, pero en mis ojos que era la explosión de la verdad real y profunda eterna. Desde entonces he seguido a Mackinder y he descubierto que en los años 20 había un movimiento euroasiático en Occidente entre la población blanca con posiciones similares. También existía la escuela alemana de geopolítica. Así que la geopolítica en mis ojos se ha convertido en la herramienta para descifrar el mundo. Estábamos entonces en el comienzo de la década de 1990. A partir de ese momento empecé a desarrollar la Escuela Euroasiática de Geopolítica, la principal y única escuela geopolítica rusa. Desde este punto de vista, basándome en la visión anglosajona del mundo, en la que los principios fundamentales eran el poder del mar contra el poder de la tierra, he formulado una estrategia simétrica: Poder terrestre contra poder marítimo. El Poder Terrestre, el Heartland, Eurasia en esa teoría era considerado como el Sujeto, no el Objeto.

¿Qué es el poder del mar según Mackinder? no es sólo Occidente, es la modernidad, es la tecnología desencadenada, es el capitalismo, es la sociedad de mercado, es Cartago contra Roma o Atenas contra la Spata o Venecia contra el Imperio Bizantino. Por lo tanto, una civilización (Cartago) basada en el enfoque económico materialista del mercado, y estratégicamente en el dominio de los mares, en las actitudes coloniales contra la otra civilización (Roma) con valores totalmente diferentes. En el poder terrestre la dignidad, el poder militar, la tradición, el conservadurismo, los intereses nacionales, la familia, la religión (a partir de cierto momento el cristianismo) se pusieron en el centro de la vida. La geopolítica trata de ese par: la Modernidad contra la Tradición inscrita en el espacio. Así que tras el descubrimiento de la Geopolítica apliqué esta metodología a Rusia. Así llegué a la conclusión de que la geopolítica explica todo lo que tenemos ahora y todo lo que vendrá. Así que desde ese momento aplicando este método al análisis de la Federación Rusa en la etapa inicial deduje de esta aplicación que habrá la Gran Guerra de los Continentes, confrontación inevitable entre el Poder del Mar y el Poder de la Tierra. El poder terrestre representado por Rusia, por el Heartland, el poder marítimo representado por el Occidente moderno globalista o liberal postmoderno.

Iba radicalmente en contra de todo lo que pensaba el Gobierno ruso en los años noventa, pero los militares rusos me escucharon desde principios de los años noventa, cuando empecé a dar clases de geopolítica en la institución del Estado Mayor ruso, y para ellos era absolutamente necesario, porque habían perdido la explicación de lo que estaba pasando en términos ideológicos y necesitaban urgentemente algo como alternativa. No podían entender por qué la OTAN se acercaba cada vez más a nuestras fronteras mientras nosotros abandonábamos nuestra ideología comunista. Sinceramente, no podían entender por qué. Pero con la geopolítica introducida en el Estado Mayor todo fue teóricamente, al menos lógicamente, puesto en el contexto. Ese fue el comienzo del ascenso secreto del Sr. Putin al poder. Putin trató de lograr la reafirmación de la soberanía de la potencia de la tierra y el corazón y Eurasia en la forma pacífica durante 20 años, nadie le importaba. Dijo que nadie le escuchó, trató de plasmarlo en algunas medidas geoeconómicas, nadie entendió lo que ha estado haciendo.

Por último, sólo hay una explicación de lo que estaba sucediendo en Maidan en Ucrania en el espacio post-soviético en general: el Poder del Mar tomó el impulso de la caída de la Unión Soviética – y ahora nos estamos acercando al discurso de nuestro Presidente, pero en el contexto – el Poder del Mar tomó el impulso de la caída de la Unión Soviética con el fin de tomar los mares, para controlar el espacio liberado. No se trata de ideología, raza, etnia o religión, sino que se trata de un juego geopolítico, del Gran Juego renovado una vez más. En esa situación Putin cuando llegó al poder comenzó a revertir la caída de la Unión Soviética. Claramente para él fue la catástrofe geopolítica. «Geopolítica» – es la palabra clave: «Catástrofe Geopolítica» no ideológica ni nacional ni racial ni religiosa, Catástrofe Geopolítica. Esta catástrofe consistió en el hecho bruto o grosero: imponer el control de la Potencia Marítima en los territorios alrededor de Rusia que lógicamente pertenecían a la Potencia Terrestre. No hay neutralidad en la Geopolítica y Putin comenzó a recuperar el control sobre el espacio postsoviético siguiendo la línea de Brzezinski.

Brzezinski había dicho: Rusia no volverá a la soberanía sin volver a adquirir la influencia sobre el espacio postsoviético y, en primer lugar, sobre Ucrania. Así que la batalla por Ucrania se acercaba desde ese momento desde la elección de Putin como líder histórico de Rusia tratando de defender nuestros intereses geopolíticos. Esa es una explicación de lo que está pasando, pero el Poder del Mar procedió, continuaron tratando de quitarnos la parte del espacio post-soviético. Y cuando un líder neutral o un líder pro-ruso o no tan anti-ruso es como era necesario para el Occidente llegó al poder – como Yanukovich por ejemplo – comenzaron a derrocarlo y ponerlos por medio en la operación de cambio de régimen, llamado Maidan. Putin ha respondido a Maidan mediante la readquisición de Crimea y la parte de Ucrania oriental, pero eso no era suficiente, que era sólo la acción defensiva de Heartland contra el poder del mar, pero las fronteras eran tan críticos para Rusia, que la siguiente etapa del conflicto era inevitable absolutamente por la lógica geopolítica.

* Filósofo e ideólogo ruso euroasiático. Asesor gubernamental

 

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

Editorial 6-3-2022 por Ernestina Gamas*

Con-Texto | 14 marzo, 2022

Estimados lectores de con-texto:

Es muy difícil escribir cuando la velocidad de los acontecimientos supera toda reflexión sobre  los mismos. Destrucción, muerte y el destino del planeta en manos de un psicópata megalómano. Un personaje oscuro entrenado en  el espionaje, la persecución y asesinato  de todo opositor, tiene bajo su órbita la propaganda del Estado que se difunde entre la población. De acuerdo a la convención número 260  de la Asamblea General de Naciones Unidas del 9 de diciembre de 1948 que entró en vigor el 12 de enero de 1951, se reconoce el genocidio perseguible por el Derecho Internacional. Es la aniquilación o exterminio sistemático de un grupo social o pueblo. Estamos hablando del pueblo ucraniano a merced de  un genocida y un criminal de guerra.

La prensa libre con sus valientes corresponsales, expuestos al peligro de los bombardeos, registran minuto a minuto cada avance de las tropas rusas sobre poblaciones que  resisten con gran determinación la defensa de su tierra, su patria y sus libertades. Esta difusión periodística debe ser responsable, cautelosa y sobria. Alejada de todo amarillismo ya que de por sí los hechos son por demás dramáticos.

Las alertas de “URGENTE” sobre las pantallas deben ser justificadas por verdadera  urgencia y no ser usadas para el anuncio del escándalo de algún personaje mediático o de un accidente de tránsito. Todo debería tener en este momento  una gradación de importancia y no siempre pensando en mayor rating para  una audiencia en permanente estado de alerta, traumatizada por una pandemia que no ha dejado de existir.

En este momento  la población necesita serenidad y respeto (la ataraxia griega) porque está expuesta a estas imágenes perturbadoras que atraviesan un mundo que ya no es tan distante con la trasmisión instantánea de escenas de una guerra con miles de víctimas y gran dolor.

En 1993, George Ritzer publicó “La MacDonalización de la Sociedad”. Este libro que se convirtió en un clásico mostraba como a través de nuevas modalidades  de comida al paso, “Fast Food”, no ofrecía a los norteamericanos sus formas habituales de consumo sino moldeaba nuevos gustos al servicio de los fines de un negocio. Esto se contagió a distintas formas empresarias donde la importancia era la eficacia, la cantidad por sobre la calidad y la búsqueda de nuevos medios para conseguir objetivos. Sin darnos cuenta el sistema nos ha ido encerrando. La tecnología no reflexiona como reflexiona el hombre.

Lejos está este artículo de criticar la libre  labor periodística y la imprescindible presencia para informar, investigar y publicar. No se trata de ideologías ni de tendencias. Sólo destaco que así como una empresa moldeó el gusto de comida en todo el mundo, la forma de transmitir las noticias también impacta sobre las audiencias. Y el desenfreno de una farándula frívola no pueden interponerse sobre los distintos enfoques y visiones de algo de extrema gravedad y que reviste la prioridad de la palabra “URGENTE”. Todos de alguna manera estamos al borde de una guerra  que debemos repudiar sin eufemismos porque todos estamos en peligro.

 

*Ernestina Gamas

Editora

 

 

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
EDITORIALES
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

UCRANIA EN EL BANQUITO DE BONAVENA por Andrés Ferrari Haines[1]Matheus Ibelli Blanco[2]

Con-Texto | 8 marzo, 2022

Rusia y Ucrania tendrán un segundo encuentro diplomático para establecer un acuerdo que ponga fin a la guerra en curso.

Rusia mantiene su exigencia de que Ucrania acepte que no será parte de la OTAN. El presidente ucraniano Zelensky ha solicitado que la Unión Europea acepte como miembro a su país, que fue apoyado por la UE. Particularmente, tendrían que encontrar una solución para Donetsk y Lugansk, las regiones de Ucrania con más poblaciones rusas.

Estados Unidos y Europa han expresado un apoyo abierto y decidido a favor de Ucrania, que se ha extendido gran parte del hemisferio occidental. Sus monumentos más simbólicos han sido coloreados con luces de los colores de la bandera ucraniana, se ha excluido a Rusia de eventos deportivos y culturales internacionales, y, la Universidad Milano-Bicocca llegó a prohibir a Dostoievski, aunque volvió atrás—hasta la participación de gatos rusos ha sido banida. Más importante, se han abierto excepciones para recibir refugiados ucranianos, y concedido ayuda económica. Además de haber implementado fuertes sanciones directamente a Rusia.

Pero militarmente, el apoyo ha sido menos decisivo. Alemania abandonó una práctica establecida desde la Segunda Guerra Mundial, sumándose fundamentalmente a EE.UU. y el Reino Unido, al entregarle armamentos a Ucrania.

Zelensky venía reclamando este apoyo de este tipo al denunciar que “los habían dejado solos” luego de la entrada rusa a Ucrania. Al principio los países de la OTAN no aceptaron, pero luego respondieron a este pedido.

Sin embargo, hasta ahora, la OTAN viene manifestando que no se involucrarán militarmente más que de esa forma. El presidente de EE.UU. JoeBiden afirmó que no enviará tropas a Ucrania—las que están y llegaron son para proteger a los miembros de la OTAN. El Reino Unido también, ha afirmado lo mismo, aunque su ministra de relaciones exteriores, Liz Truss, ha incentivado a sus compatriotas que voluntariamente vayan a sumarse al ejército ucraniano si lo desean.

Apoyar más que eso se trataría de un paso fuerte que no se cree que Biden dará. Según Boris Johnson acercaría a la OTAN a una guerra directa con Rusia que podría escalar hasta ser nuclear.

 

Georgia en mi recuerdo

Si Ucrania no recibe más apoyo militar, la evolución de esta guerra puede terminar siendo semejante a la de Georgia en 2008.

Un año antes, en la 43ª Conferencia Internacional de Seguridad (Munich), Putin pronunció un discurso histórico, contradiciendo los continuos movimientos de expansión del bloque occidental. Defendiendo el "establecimiento de un orden multipolar", condenó, sobre todo, la política unilateral de Estados Unidos en el mundo y la continua expansión de la OTAN hacia Europa del Este y el Cáucaso.

Las palabras de Putin vinieron en respuesta a la incorporación de países de Europa oriental –Polonia, Hungría y la República Checa en 1999 y Bulgaria, Rumania y Eslovaquia en 2004, y luego en ese año,Estonia, Letonia y Lituania.

En 2008, en la Cumbre de la OTAN en Bucarest, Ucrania y Georgia fueron invitadas a unirse a la alianza. Para el Kremlin, ambos países estaban gobernados por regímenes títeres occidentales, derivados de las llamadas “revoluciones de color”. Además, documentos de política exterior y seguridad nacional de Rusia las considera regiones de influencia histórica.

En el documento en que reconoce la independencia de las regiones ucranianas de Lugansk y Donetsk, Moscú repitió, casi palabra por palabra, los tratados que había firmado previamente con las provincias escindidas de Georgia, en 2008.En ambos casos, Rusia expresó temores de pérdida de influencia en su entorno inmediato, mientras que la presencia de poblaciones de etnia rusa proporcionó al Kremlin unarazón para intervenir como protector de estas regiones.

En referencia al actual caso de Ucrania, Wesley Culp afirma que “quince años después de Munich, a Putin le mueven los mismos miedos”.

 

El caso Georgia

La operación militar de Rusia en el Cáucaso en 2008 tuvo su origen en la llegada al poder del presidente Mikhail Saakashvili en Georgia tras la Revolución de las Rosas (2004), que derrocó al exlíder soviético Eduard Shevardnadze. Saakashvili modificó significativamente las políticas de su país, esperando ingresar en la Unión Europea y la OTAN. Asimismo, el nuevo líder también buscó integrar e influir con más fuerza en las regiones de Osetia del Sur y Abjasia, que seguían siendo prorrusas.

La votación unánime del parlamento georgiano sobre un proyecto de ley para integrar a Georgia en la OTAN en 2006 aumentó las tensiones con Moscú. Contrariamente a cualquier expansión occidental hacia su periferia, Rusia tomó represalias imponiendo sanciones y deportando a los georgianos del país. Rusia también fortaleció sus lazos con las dos regiones prorrusas, incluida una mayor ayuda económica y apoyo diplomático.

Con la escalada de los conflictos, Georgia llevó a cabo una operación militar en 2008 para controlar la capital de Osetia del Sur, Tsjinvali, Moscú respondió con ataques aéreos, enviando tropas a las regiones, que rápidamente tomaron el control de Tsjinvali. El ejército ruso solo se detuvo a unas pocas decenas de kilómetros de la capital, Tbilisi.

Poco después de la victoria militar, las nuevas administraciones de Abjasia y Osetia del Sur enviaron solicitudes oficiales para ser reconocidos como estados soberanos, ratificados rápidamente por el parlamento ruso, reconociendo a los distritos disidentes como naciones independientes. Moscú todavía mantiene una fuerte presencia militar en las regiones, un movimiento que Occidente condena como una ocupación ilegítima.

Analizando el caso, Joe Lauria se pregunta  por qué el presidente georgiano Mikheil Saakashvili fue tan estúpido para comenzar esta guerra, observando que “tenía la impresión equivocada de que el ejército de EE. UU., incluso la OTAN, intervendría”. En su opinión, “parece difícil imaginar que hubiera tratado de apoderarse de Osetia del Sur si no le hubieran hecho creer que tenía el respaldo estadounidense”, observando la práctica de ejercicios militares conjuntos de EE.UU. y Georgia—y apunta al movimiento de John McCann para vencer a Obama en las elecciones.

En Georgia, en cinco días Rusia obtuvo una victoria arrasadora. Según Estados Unidos, en Ucrania una rápida y fulminante victoria rusa sería lo esperado también.

 

Por qué David pensó que tenía una oportunidad con Goliat

Rajan Menon señala que la guerra de Georgia, salvo raras excepciones, es presentada erróneamente como un ataque no provocado iniciado por Moscú. Más directo, David Faris apunta que legisladores estadounidenses enviaron señales a Georgia en 2008 como ahora hacen con Ucrania, concluyendo que “parte de esa ambigüedad fue precisamente para evitar provocar a Rusia, lo que sucedió de todos modos. En cambio, EE.UU. necesita trazar un perímetro claro alrededor de los países que está dispuesto a defender con fuerza, incluido asumir el riesgo de una guerra nuclear, y aquellos que están en su mayoría solos.”

En un largo análisis, el especialista estadounidense en defensa Michael Kofman, mientras atenúa la posibilidad que EE.UU. haya enviado mensajes de apoyo, utiliza la imagen de David contra Goliat para ilustrar que las diferencias en relación a Rusia del poder georgiano—aunque aclarado bien armado por Estados Unidos. Para él, “lo que se perdió en ese campo de batalla fue la creencia idealista de que Rusia finalmente aceptaría el marco de seguridad que Washington había establecido en Europa y el papel de la OTAN como principal agente de seguridad en la región.”

El historiador de inteligencia estadounidense Jeff Rogg afirma que en este presente conflicto la CIA debe ser honesta con los ucranianos sobre su verdadera intención, recordando el caso de 1950, cuando “en la primera insurgencia respaldada por Estados Unidos, según documentos secretos desclasificados posteriormente, los funcionarios estadounidenses tenían la intención de utilizar a los ucranianos como una fuerza delegada para desangrar a la Unión Soviética”. Por eso sentencia que si Biden dice la verdad al afirmar que no enviará tropas, Estados Unidos estaría repitiendo el caso anterior “alentando a los ucranianos a ir a su muerte”.

 

De los sueños a las culpas

En 2009 un informe especial de la Unión Europea sobre lo sucedido concluyó que “las afirmaciones georgianas de una presencia a gran escala de las fuerzas armadas rusas en Osetia del Sur antes de la ofensiva georgiana del 7 al 8 de agosto no pudieron ser corroboradas por la misión”. Para Rusia, ese informe resultó poco porque, mientras culpó a Georgia, negó el argumento ruso que se estaba practicando limpieza étnica rusa, concluyendo, en cambio, que "varios elementos sugieren la conclusión de que la limpieza étnica sí se practicó contra la etnia georgiana en Osetia del Sur".

Sergei Makarov, político ruso, apuntó como "un gran defecto" del informe que "no aborda el papel de Estados Unidos en el conflicto". Thomas de Waal integrante de Carnegie Europe coincidió con esa visión. No obstante según Reuters, “los hallazgos fueron particularmente críticos con la conducta del aliado de Estados Unidos, Georgia, bajo el presidente MikheilSaakashvili”.

Más aún Christopher Langton, coronel retirado del ejército británicomiembro de la comisión que elaboró el informe, "el sueño de Georgia se hizo añicos, pero el país solo puede culparse a sí mismo por eso".

Con Georgia en su cabeza, Zelensky tendrá que dialogar con Rusia balanceando sus objetivos y apoyo con las palabras del idiosincrático boxeador porteño Oscar ‘Ringo’ Bonavena: “Todos son muy amigos, pero subís al ring, suena la campana y hasta el banquito te sacan”.

 


[1]Profesor Asociado del Departamento de Economía y Relaciones Internacionales de la Facultad de Ciencias Económicas de la UFRGS. Investigador NEBRICS

[2]Estudiante de maestría en el Programa de Posgrado en Estudios Estratégicos Internacionales. Investigador de NEBRICS/UFRGS.

Comments
Sin Comentarios »
Categorias
PLURIMIRADAS
Comentarios RSS Comentarios RSS
Trackback Trackback

« Previous Entries

INGRESO

  • Acceder
  • Feed de entradas
  • Feed de comentarios
  • WordPress.org

BUSCAR

SUMARIO por categorías

COMENTARIOS

  • esteban lijalad en REPUBLICANISMO PARA EL ANTROPOCENO: ¿DÓNDE ESTÁS, CLÍSTENES?por Julie Wark* y   Daniel Raventós**
  • Juan Anselmo Bullrich en ENCUENTRO EN RAVENNA, A SETECIENTOS AÑOS DE LA MUERTE DE DANTE ALIGHIERI por Román Frondizi *
  • Juan Anselmo Bullrich en MEDITACIONES EN TIEMPOS DE PESTE Y CUARENTENA por Román Frondizi*
  • Enrique Bulit Goñi en MEDITACIONES EN TIEMPOS DE PESTE Y CUARENTENA por Román Frondizi*
  • Luis Clementi en MEDITACIONES EN TIEMPOS DE PESTE Y CUARENTENA por Román Frondizi*

SUMARIO mensual

  • febrero 2023 (11)
  • diciembre 2022 (6)
  • noviembre 2022 (4)
  • octubre 2022 (2)
  • septiembre 2022 (1)
  • agosto 2022 (6)
  • junio 2022 (11)
  • marzo 2022 (16)
  • diciembre 2021 (8)
  • noviembre 2021 (6)
  • octubre 2021 (8)
  • septiembre 2021 (1)
  • agosto 2021 (9)
  • julio 2021 (4)
  • junio 2021 (2)
  • mayo 2021 (4)
  • abril 2021 (10)
  • marzo 2021 (4)
  • febrero 2021 (10)
  • diciembre 2020 (9)
  • noviembre 2020 (8)
  • octubre 2020 (1)
  • septiembre 2020 (5)
  • agosto 2020 (6)
  • julio 2020 (5)
  • junio 2020 (3)
  • mayo 2020 (6)
  • abril 2020 (2)
  • marzo 2020 (2)
  • febrero 2020 (8)
  • diciembre 2019 (8)
  • noviembre 2019 (11)
  • octubre 2019 (2)
  • septiembre 2019 (8)
  • agosto 2019 (9)
  • julio 2019 (1)
  • junio 2019 (9)
  • mayo 2019 (3)
  • abril 2019 (4)
  • marzo 2019 (10)
  • febrero 2019 (2)
  • enero 2019 (4)
  • diciembre 2018 (7)
  • noviembre 2018 (3)
  • octubre 2018 (11)
  • septiembre 2018 (6)
  • agosto 2018 (3)
  • julio 2018 (28)
  • junio 2018 (8)
  • mayo 2018 (2)
  • abril 2018 (5)
  • marzo 2018 (5)
  • febrero 2018 (1)
  • enero 2018 (7)
  • diciembre 2017 (6)
  • noviembre 2017 (3)
  • octubre 2017 (9)
  • septiembre 2017 (5)
  • agosto 2017 (2)
  • julio 2017 (4)
  • junio 2017 (6)
  • mayo 2017 (12)
  • abril 2017 (6)
  • marzo 2017 (7)
  • febrero 2017 (6)
  • enero 2017 (10)
  • diciembre 2016 (9)
  • noviembre 2016 (9)
  • octubre 2016 (14)
  • septiembre 2016 (14)
  • agosto 2016 (13)
  • julio 2016 (19)
  • junio 2016 (9)
  • mayo 2016 (25)
  • abril 2016 (9)
  • marzo 2016 (16)
  • febrero 2016 (14)
  • enero 2016 (3)
  • diciembre 2015 (17)
  • noviembre 2015 (12)
  • octubre 2015 (14)
  • septiembre 2015 (19)
  • agosto 2015 (6)
  • julio 2015 (5)
  • junio 2015 (2)
  • mayo 2015 (7)
  • abril 2015 (10)
  • marzo 2015 (4)
  • febrero 2015 (10)
  • enero 2015 (6)
  • diciembre 2014 (5)
  • noviembre 2014 (9)
  • octubre 2014 (12)
  • septiembre 2014 (9)
  • agosto 2014 (11)
  • julio 2014 (22)
  • junio 2014 (1)
  • mayo 2014 (6)
  • abril 2014 (6)
  • marzo 2014 (4)
  • febrero 2014 (7)
  • enero 2014 (4)
  • diciembre 2013 (3)
  • noviembre 2013 (4)
  • octubre 2013 (5)
  • septiembre 2013 (3)
  • agosto 2013 (7)
  • julio 2013 (7)
  • junio 2013 (4)
  • mayo 2013 (8)
  • abril 2013 (14)
  • marzo 2013 (12)
  • febrero 2013 (8)
  • enero 2013 (6)
  • diciembre 2012 (6)
  • noviembre 2012 (7)
  • octubre 2012 (4)
  • septiembre 2012 (15)
  • agosto 2012 (15)
  • julio 2012 (14)
  • junio 2012 (19)
  • mayo 2012 (11)

 
 
 
 
 
 


© 2012 Con-texto


Diseño y desarrollo : www.juroky.com.ar

rss Comentarios RSS valid xhtml 1.1 design by jide powered by Wordpress get firefox