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EUROPA PARALIZADA POR LA DIVISIÓN ENTRE NORTE Y SUR por Roberto Savio*

| 26 octubre, 2014

Fuente Other News

ROMA, oct (IPS) La nueva Comisión Europea parece más un experimento para equilibrar fuerzas opuestas que una institución que debe ser dirigida con algún tipo de gobernanza. Probablemente Europa acabará por verse paralizada por conflictos internos, que es lo último que necesita.

Durante la Presidencia de José Manuel Durão Barroso (2004-2014), la Comisión, el órgano ejecutivo de la Unión Europea (UE), se fue haciendo cada vez más marginal en el ámbito internacional, empantanada por la división interna entre el norte y el sur del bloque.

Vamos a regresar a la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), hace casi cuatro siglos, entre católicos y protestantes. Los católicos son considerados despreocupados derrochadores, mientras hay un enfoque moral de la economía desde el lado protestante.

Alemania, por ejemplo, ha transformado la deuda en un “pecado” financiero. La gran mayoría de sus ciudadanos apoyan la postura irreductible de su gobierno, de que el sacrificio fiscal es el único camino a la salvación y que la desaceleración económica que se avecina solo fortalecerá ese sentimiento.

Como resultado, el manejo interno de la crisis de gobernabilidad de la UE en gran parte ha empujado a Europa hacia las líneas marginales del mundo.

No se entiende qué interés puede tener Europa en empujar a Rusia a una alianza estructural con China y, en un momento tan frágil, imponerse a sí misma pérdidas en el comercio e inversiones con Moscú que podrían llegar a 40 mil millones de euros el próximo año.

La prestigiosa revista Foreign Affairs -la biblia de la élite de Estados Unidos- publicó un artículo largo y detallado del académico John J. Mearsheimer, titulado “Porqué la crisis de Ucrania es culpa de Occidente”, que documenta cómo la invitación a Ucrania para unirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), fue el último de una serie de pasos hostiles, que empujó el presidente ruso, Vladimir Putin, a detener un claro proceso de intrusión.

Mearsheimer duda de que todo esto responda a los intereses a largo plazo de Estados Unidos, más allá de algunos pequeños círculos, y se pregunta por qué Europa lo secunda. Pero la política tiene ahora solo un horizonte de corto plazo y las prioridades están condicionadas por ese enfoque.

Un buen ejemplo es cómo los estados de Europa (con la excepción de los países del norte), han ido recortando sus presupuestos de cooperación internacional.

No solo España, Italia y Portugal -y por supuesto Grecia – eliminaron prácticamente sus presupuestos de ayuda oficial al desarrollo, también Austria, Bélgica y Francia siguieron ese ejemplo. Mientras, China viene invirtiendo fuertemente en África, América Latina y, por supuesto, en Asia, en una estrategia donde el término “cooperación” no sería el más apropiado.

Pero el mejor ejemplo de la incapacidad de la UE para estar en sintonía con la realidad es el último corte en el programa Erasmus, que envía decenas de miles de estudiantes cada año a otros países europeos. ¿Se pasó por alto que un millón de niños nacieron de parejas que se conocieron gracias a esas becas y que el programa se corta en un momento en que los partidos antieuropeos están surgiendo en todas partes?

En realidad, la educación, la cultura y la asistencia médica sufren una continua reducción en el gasto público. Como dijo en su famosa frase Giulio Tremonti, quien fuera ministro de Finanzas del ex primer ministro italiano Silvio Berlusconi, “usted no come con la cultura”.

El presupuesto por persona para la cultura en el sur de Europa es actualmente una séptima parte que en el norte del continente.

En su último presupuesto, Italia, que según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) posee 50 por ciento del patrimonio cultural de Europa, decidió abrir 100 puestos de trabajo en el campo arqueológico con un sueldo bruto mensual de 430 euros. Esa cifra es la mitad del sueldo mensual de una empleada doméstica por 20 horas de trabajo semanales.

Los políticos italianos no lo dicen explícitamente, pero consideran que ya hay tal riqueza patrimonial que no hay necesidad de una mayor inversión, porque de todos modos los turistas continúan llegando al país.

En consecuencia, el presupuesto para todos los museos italianos es cercano al presupuesto del Museo Metropolitano de Nueva York. Eso es como querer vivir de mostrar la momia de un antepasado por unos billetes.

Puede afirmarse que en momentos de crisis, el presupuesto para la cultura se puede congelar porque hay necesidades más urgentes. Pero para mantener a Europa dentro de la competencia internacional, no hay necesidad más urgente que la de asegurar el futuro de sus ciudadanos. Y aun así, el presupuesto para la investigación y el desarrollo, esencial para ello, también está siendo cortado año tras año.

Examinemos la situación desde 2009. España redujo la inversión en investigación y desarrollo (I+D) en 40 por ciento, lo que se tradujo en un recorte en un porcentaje igual del financiamiento de proyectos y de 30 por ciento en recursos humanos.

Las universidades italianas sufrieron un corte global de 20 por ciento, lo que significó una reducción de 80 por ciento en la contratación y de 100 por ciento en los proyectos, mientras que 40 por ciento de los cursos de doctorado desaparecieron.

Francia redujo en 25 por ciento la contratación en centros de investigación y en 20 por ciento en las universidades. Menos de 10 por ciento de la demanda de proyectos recibe financiación por ausencia de fondos.

Desde 2011, Grecia disminuyó el presupuesto para los centros de investigación y las universidades en 50 por ciento, mientras que congeló la contratación de investigadores.

En Portugal, durante el mismo período, universidades y centros de investigación sufrieron un recorte de 50 por ciento, el número de becas para doctorados cayeron en 40 por ciento y los cursos de postdoctorado en 65 por ciento.

Es importante recordar que la Estrategia de Lisboa, el programa para el crecimiento y el empleo adoptado en el año 2000, aspiraba a hacer de la Unión Europea en 10 años más “la economía más competitiva y dinámica del mundo, basada en el conocimiento, capaz de crecer económicamente de manera sostenible, con más y mejores empleos y con mayor cohesión social”.

La mayoría de sus objetivos no fueron alcanzados en 2010, al contrario, Europa sigue retrocediendo.

La estrategia de Lisboa fijó, por ejemplo, que tres ciento del producto interno bruto (PIB) sería destinado a I+D, pero el sur de Europa dedica menos de 1,5 por ciento.

Una notable excepción es Gran Bretaña. El actual gobierno, que trabaja en estrecha sincronía con la City financiera y las empresas, financiaron con 6.000 millones de euros el proyecto “Estrategia de innovación e Investigación para el Crecimiento” con el beneplácito del sector privado.

China incrementa constantemente su presupuesto en I+D, que ahora es de tres por ciento del PIB y que planifica que llegue a seis por ciento del PIB en 2020. En tan solo siete años, China se ha convertido en el mayor productor de paneles solares, causando la quiebra de varias empresas estadounidenses y europeas.

¿Está Europa comprometiendo su futuro en la competencia internacional para complacer a los intereses de Alemania? ¿O es que la política está perdiendo la vista del bosque mientras se discute la cantidad de árboles a cortar para llegar a un compromiso entre católicos y protestantes?

Lo cierto es que se está convirtiendo la economía en una ciencia moral, y esto hace de Europa un mundo insólito.

*El autor es co-fundador y ex Director General de Inter Press Service (IPS). En los últimos años también fundó Other News, un servicio que proporciona “información que los mercados eliminan"

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TECNOLOGÍA Y SINGULARIDAD por Laura Arias*

| 25 octubre, 2014

Con respecto a la tecnología y los objetos que ofrece el mercado, nos interesa abordar no solo el efecto que producen sobre la subjetividad, más específicamente, sobre la capacidad de raciocinio y sobre las condiciones de crear y ejercer la singularidad, como así también las consecuencias que producen en el establecimiento de los vínculos interpersonales y en el encuentro cuerpo a cuerpo con el otro.

Michel Foucault en Fragmentos sobre biopolítica manifestó que«el control de la sociedad sobre los individuos no sólo se efectúa mediante la conciencia o por la ideología, sino también en el cuerpo y con el cuerpo». Sobre esta base, tratamos de pensar si este concepto es una herramienta suficiente en el contexto actual para pensar el impacto de las tecnologías sobre los niños y adolescentes  o si, más bien, en oposición  a lo que sostiene Foucault ese control lo genera el propio individuo sobre sí impidiendo una acción que genere singularidades. En ese sentido, nos interesa interrogar si la intimidad del sujeto es atacada por las redes sociales o es el individuo quien ataca su propia intimidad; si es el Estado que esclaviza o es el individuo que se esclaviza sometiéndose a los aparatos tecnológicos, con el aislamiento y la soledad que esto implica, a la vez, que el lazo social se presenta cada vez más frágil. En la actualidad,está a la orden del día la preocupación por la cifra, por la estadística, por la evaluación que apunta políticamente al control de los individuos. 

Nos interrogamos, entonces, por el surgimiento de la singularidad cuando esta es obturada por el discurso del Estado, de la ciencia y de la tecnología. Sin embargo, no desconocemos que las tecnologías pueden tener un uso para el sujeto que no necesariamente aplasta la subjetividad: es sorprendente el uso que un niño puede hacer de ellas cuando localizamos la función que tienen en cada caso. De este modo, nos preguntamos cómo se puede generar,en el interior de las instituciones, un espacio para que el niño y el adolescente puedan hacerse responsables de su propio malestar, puedan responder con su síntoma al interrogarse a sí mismo sobre el sufrimiento que están experimentando, sufrimiento que, además,afecta a un cuerpo que interpela y cuestiona al ideal, a la norma, a lo que, como dice Lacan, se pone a contramano del discurso del amo impidiendo que este marche.

Si la salud se define como el silencio de los órganos, el inconsciente, en tanto nunca calla, se presenta opuesto a la pretensión de la evaluación y la cifra, a la armonía de la así llamada salud mental; inconsciente que marca la singularidad y pone en juego un modo particular de satisfacción personal. Dar lugar a eso que no calla en los niños y los adolescentes es enfrentarnos al sufrimiento y al dolor para darle forma de modo singular, dar lugar a la herida y al dolor constitutivos de la condición humana por estructura. Buscamos pensar cómo introducir la experiencia que, en muchos casos, la tecnología parece haber alejado del hombre.

*Dra. Laura Arias

Psicoanalista, Profa. Historia de la Cultura, UCA.

 

 

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VÉLEZ SARSFIELD Y SARMIENTO DISCRIMINADOS por Francisco M. Goyogana

| 25 octubre, 2014

Como introducción al tema del título, vale expresar que un señor Marcelo Tinelli, que dice ser conductor televisivo y vicepresidente del Club San Lorenzo de Almagro, ha recibido el título de Personalidad Destacada de la Ciudad de Buenos Aires en el ámbito de la Cultura, acompañado en ocasión de la ceremonia de entrega por otras personalidades destacadas de la Cultura, entre las que se destacó la señora Moria Casán y su perrito Cristóbal.

La Legislatura porteña otorgó la distinción mencionada por ley de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a propuesta del legislador del PRO Oscar Moscariello, que resultó sancionada con veintinueve votos positivos, cuatro negativos y cinco abstenciones.

El legislador Moscariello, vicepresidente del Club Atlético Boca Juniors tuvo el acierto de señalar que culturalmente no todos sabrán valorar esta distinción, porque existe una concepción particular sobre la cultura. No obstante, quedó pendiente en la aclaración definir el concepto que corresponde a Cultura para una mejor interpretación del fenómeno aludido.

Por supuesto, si se considera que se trata de un premio cultural, el tema requeriría una revisión  particular a fin de determinar la precisión del alcance del concepto; y en el caso no específico de carácter antropológico, visto en términos amplios como que todo es cultura, se asemeja al llanto discepoliano de la Biblia contra un calefón en la vidriera irrespetuosa de los cambalaches donde se ha mezclado la vida.

Sin embargo, el mismo recipiendario de la premiación porteña, magister dixit, despejaba las incógnitas: Hay doscientas formas de interpretar la cultura, doscientas explicaciones. Me inclino por ésta (…) Significa una comprensión muy respetuosa de todos los seres humanos. Y la cultura, fundamentalmente, va contra la discriminación. No hay Hombres cultos y hombres incultos. Creo que todos tenemos diferente cultura.

La Real Academia Española de la Lengua estima al respecto que Cultura es el Resultado o efecto de cultivar los conocimientos humanos y de afinarse por medio del ejercicio de las facultades intelectuales del hombre. Esta definición es una idea y no una creencia. Y en el difícil arte de ver y acosar las ideas, arte al que se reduce el método filosófico, debe aceptar que los valores aplicados por el hombre en el juego con los elementos que constituyen el quehacer filosófico, circulan por dos niveles. En un nivel superficial, se llaman ideas. Las ideas se proponen y se discuten, se definen o se cambian. En un nivel profundo, los valores se llaman creencias. Las creencias no se discuten, simplemente se tienen. A las ideas las sostenemos. Las creencias nos sostienen. Don José Ortega y Gasset parece haberlo experimentado, tal como se desprende de lo hondo de su reflexión:  Así como el hombre conjuga corazón y cerebro en el existir cotidiano, no puede evitar que en el hacer intelectual deba fundir íntimamente el sentir al pensamiento.                             Alguna  vez Ortega y Gasset recordó que Platón llamaba thereutes al filósofo, por la razón de esa mente bien alerta que todo meditador debe mostrar. Como el cazador en el fuera absoluto, que es el campo, el hombre filósofo es el hombre alerta en el afuera absoluto dentro de las ideas, que son también una selva indómita y peligrosa. Ortega mismo se sentía cazador en su visión y acoso de las ideas. Todo ese proceso de búsqueda y aprehensión estaba inmerso en el profundo y complejo tema del conocimiento. Subyacía lo lógico demostrativo, convincente, que no admite contradicción, que se resume en el contenido de la palabra apodíctico, o bien, dicho de otro modo, en la episteme, es decir un saber irrefutable.                   La episteme, saber verdadero y concluyente sobre el mundo y la naturaleza de las cosas, sólo está, para los presocráticos, al alcance de los dioses.                                                                                           La doxa, conjetura susceptible de incesantes perfeccionamientos, es todo lo que el hombre puede elaborar acerca de ese mismo mundo y de esa misma naturaleza de las cosas: en consecuencia, la sabiduría es exclusivo atributo de los dioses.                                                       La opinión, entendida como hipótesis, es un ineludible destino humano que, no obstante, puede combatir su propia precariedad elaborando nuevas teorías, desplegando incesantemente la crítica y rebelándose contra la seducción del dogmatismo.  Y aunque no pueda alcanzar a la episteme, combatirá contra el encierro de la inmovilidad de un conocimiento falaz y estéril a fuerza de no ver sus propias limitaciones.                                                                                            En términos de rigor, sólo los pensamientos deben ser considerados como ideas. Mientras que las ideas deben responder a mecanismos dependientes de la razón, las creencias pertenecen a un orden propio del sentimiento.                                                                                Una idea es verdadera cuando corresponde a la idea que se tiene de la realidad. Pero la idea que tienen los hombres de la realidad, no es la realidad de los hombres.                                                                            La creencia es un estado de la mente o proceso mental que consiste en asentir a una proposición o conjunto de proposiciones. En la vida cotidiana, con frecuencia, la creencia es independiente de la verdad. En la matemática, la ciencia, la tecnología y en la propia filosofía, se cree únicamente lo que puede demostrarse de un modo concluyente, o que implica proposiciones verdaderas. En otros dominios, como la religión, la política y el arte, las mayoría de las personas cree acríticamente lo que se le ha enseñado: no se molestan en averiguar y es verdad o eficaz. Por tanto, el concepto de creencia es una categoría psicológica, no semántica ni epistemológica.

La creencia de la nueva Personalidad Destacada de la Cultura porteña con respecto a la inexistencia de hombres cultos y de hombres incultos, que se reduce a la posesión o pertenencia a diferentes culturas, carece, entonces, de bases rigurosas para el establecimiento de parámetros culturales.

Poco tiempo atrás, y debido a otro fenómeno de características parentales que comprometía a la concepción de Cultura, la Gazeta del Club del Progreso, que se puede consultar por Internet, publicaba un artículo que tenía por título La invención de la cultura. Ahora, ya fuera del ámbito nacional y restringido al espacio del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el otorgamiento de una distinción a una supuesta destacada personalidad cultural, merece la reflexión de que ambos hechos pudieran significar una relación temática entre las voluntades culturales del Poder Ejecutivo Nacional y la actividad legislativo del gobierno metropolitano, o bien que obedezcan a una casual circunstancia de coincidencia.

El análisis de la designación liviana de una Personalidad Destacada dentro de un cuadro de futilidad deja, en consecuencia, el camino abierto para la comprensión axiológica de las personalidades de peso que han ganado consideración en base a la seriedad de sus contribuciones. Más aún, prescindiendo de figuras actuales, para establecer los valores de personalidades precedentes en la historia y que merecen los honores del reconocimiento de quienes han resultado en definitiva herederos de sus elevados logros.

Ejemplos para aplicar un homenaje como Personalidades Destacadas de la Cultura, post mortem, existen en la Historia Argentina, como para la valorización y recuerdo a través del tiempo. Y en esa categoría, el Gobierno de la Ciudad, no haría más que retribuir ingentes servicios prestados a la Nación. Vale entonces rememorar a los hombres del pasado como verdaderos ejemplos de vida para las generaciones contemporáneas que aspiren a ser Personalidades Destacadas de la Cultura. Los prohombres argentinos, constructores de la República, tienen permanentemente una deuda para que se los recuerde y se los aleje del olvido. Gozan, además, de Derechos Humanos retroactivos, que los eximen de toda discriminación.

El 31 de marzo de 1873, Domingo Faustino Sarmiento pronunció una memorable oración fúnebre en las exequias del doctor Dalmacio Vélez Sarsfield, que en su último tramo expresó lo siguiente:

(…) Cultivó tres tramos del saber humano, penetrando hasta sus profundidades en todos ellos. De la Eneida hizo la piedra de toque para medir la inteligencia que en dos siglos habían desplegado sus traductores al francés, inglés, italiano y español, de la lengua que hablaron Cicerón y Virgilio.

El estudio del latín lo llevó del Derecho Romano, y éste a la legislación comparada de las naciones modernas. Sus Códigos y la apreciación que de uno de ellos han hecho los jurisconsultos europeos, muestran que nada más allá del punto a que él llegó había alcanzado el mundo. Era jurisconsulto tan completo en Francia, Alemania y Estados Unidos, como lo creían sus propios compatriotas en su país. La Economía Política, ciencia nueva en el mundo, y que Rivadavia le encargó estudiar especialmente, ha tenido en él uno de sus más avanzados órganos; y en las leyes que contribuyó a sancionar, en los Bancos que creó, la más fecunda aplicación de sus principios.

Un testimonio de gratitud, que quiero depositar sobre su tumba, debo a la memoria de mi amigo de treinta años, pues data nuestra amistad del sitio de Montevideo, pagando en él la parte que toca a otros dos amigos, el mártir Aberastain y el ex presidente Montt de Chile. Déboles, a cada uno de ellos sucesivamente, no obstante su superior instrucción clásica, no obstante la disconformidad de su educación con la mía –tan fuera de los caminos trillados-, haberme ayudado con su estimación en mis primeros pasos en la vida pública, dándome a mí mismo la confianza de que necesita un joven que no puede mostrar una patente universitaria para dar prestigio a su palabra o a su pensamiento. Sin estos arrimos, no obstante y a causa de sus posiciones y de la justa idea que de su propio valer debieron tener en sus tiempos y países, no creo que hubiese tenido valor para arrostrar las contrariedades que a tantos cierran el paso.

Cuando en 1868, el nuevo presidente indicó al Dr. Vélez su deseo de que tomase parte de la Administración que el voto de la Nación le confiaba, ¿ Viene Vd. Buscando el latín ¿, fue su espiritual respuesta y su cordial aceptación. Era en efecto el latín, el derecho, lo que se necesitaba, y en lo civil, eclesiástico y comercial, él lo personificaba ante la opinión y la historia de la ciencia.

¡ Que descansen en paz las cenizas de mi amigo, del gran servidor de su país ¡  Con ellas desaparece todo lo que a la fragilidad humana pertenece. Quedan con nosotros, y las sentirán las generaciones futuras, las poderosas emanaciones de su alma, hechas carne en el desarrollo comercial, en el bienestar que difunde el crédito, en la justicia que extirpa el mal por la aplicación práctica de las leyes.

Estrecha como es la vida del hombre, y limitada a una corta época y a un reducido espacio de tierra, la gloria –no lo olviden los jóvenes-, es el arte de prolongar y extender la existencia en la historia, haciendo por grandes e incuestinables servicios rendidos a la humanidad, que mayor número de hombres que los que lo conocieron, lo estimen, y que la losa que cubre sus restos no raye su nombre de entre los vivos, ni sepulte su memoria.

El Dr. D. Dalmacio Vélez Sársfield, con el asiduo trabajo de medio siglo, estas barreras naturales, y su nombre, sus trabajos y sus libros, lo harán vivir con nosotros, nuestros hijos y los de otros países, por una larga serie de años, sino por siempre, mientras haya leyes, crédito y comercio, que tanto favoreció.

¡Adiós, viejo Vélez!¡  ( 1 )

He aquí un modelo de Personalidades Destacadas de la Cultura, para tener en cuenta por parte del Gobierno de la Ciudad para designarlos en su condición ad vitam aeternam y también para que sirvan de prototipos para las Personalidades Destacadas de la Cultura que vengan en el futuro.

                                                                                   Octubre de 2014

( 1 )  Domingo F. Sarmiento, Obras Completas, Imprenta y   Litografía “Mariano Moreno”, Buenos Aires, 1899, t. XXII : pp. 5-8.

*Miembro de Número del Instituto Sarmiento de Sociología e Historia

 

 

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SOLDADO DEL NARCO «RESCATADO». UN CASO DE EXCEPCIÓN por Jorge Ossona*

| 20 octubre, 2014

 Al pie encontrarán un video que vale la pena escuchar y ver**

 Los conocedores de los territorios populares del Gran Buenos Aires saben percibir las huellas de la mano invisible del narcotráfico en los sitios menos pensados. Uno de los aspectos más sobrecogedores de esta modalidad de explotación humana es el panorama ofrecido desde hace ya varios  años  por los cementerios públicos. Allí, la secuencia del ciclo vital tiende a invertirse, pues los padres entierran a sus hijos.

    La nueva ornamentación  de sus tumbas se torna densa  en zonas en las que la ex población juvenil puede llegar a cubrir más del cincuenta por ciento de las sepulturas: las de las chicas están pintadas de rosado, y la de los varones, de celeste; a veces  combinadas con los colores  de sus  clubes de futbol. Luego, los recuerdos  de sus prácticas vitales: botellas de cerveza y de bebidas blancas, miniaturas de autos y motos “pisteras”, algún “porro” de arcilla, cuando no un revolver de juguete. Por último, las placas recordatorias de amigos, hermanos o padres desesperados e impotentes en evitar el  fatal desenlace. El campo santo devino, entonces,  es el destino de  una porción no menor de los chicos “en banda”; aunque, algunos, logren “rescatarse”. 

      Es el caso de Marco, de veintinueve años, quien  nos brindara el testimonio de su adolescencia como “soldado” –aunque él prefiere en de “correo” o “mulo”- de una banda familiar vigente entre 1999 y 2001. Actualmente, Marco es estudiante del profesorado de Educación Física y trabaja en una curtiembre. Su esposa  estudia el magisterio. Ambos tienen un hijo de cinco años.  Su caso habla  por sí mismo sobre los destinos posibles  de un adolescente en los márgenes sociales; siempre transitando por la delgada frontera entre la pobreza y la indigencia.

   Marco pertenecía a una familia de siete hermanos que residía en un populoso asentamiento lomense. Su padre, un obrero de la construcción  santiagueño,  fue un buen exponente de la crisis   de las familias patriarcales en el mundo del trabajo urbano durante los últimos treinta años. Cuando Marco nació, su rol de proveedor ya era compartido  por sus hijos e hijas mayores quienes no dejaban de cuestionarle el maltrato cotidiano  al que sometía a su esposa. Era un patriarca a la defensiva que no se resignaba a la desnaturalización  de su  autoridad. Lentamente, esta se fue trasladando a su mujer merced  a sus changas más frecuentes como trabajadora domestica o cuidadora de niños y ancianos.

    Cuando esta falleció en 1999, el padre se marcho con sus cuatro hijos mayores para ponerse al resguardo del numeroso clan de sus hermanos y primos en otro populoso barrio vecino. A los otros tres varones –de los cuales el mayor era Marco, de quince años;  seguido por otros dos de doce y nueve respectivamente -se los encomendó a una cuñada –hermana de la finada- de acuerdo a las obligaciones reciprocas de su nutrida red familiar.

   La tía de Marco estaba casada con un suboficial de la policía bonaerense quien solía alardear de sus contactos políticos y capos de “la repartición” quienes le encomendaban “trabajos especiales” muy bien remunerados. A un mes de la muerte de su hermana, su mujer la acompaño en su trágico destino; circunstancia que  este aprovecho  para montar, sin las restricciones de su familia política, la reorganización de su clan ajustándolo al negocio del narco.

   Rápidamente transformó su casa en un quiosco de venta marihuana, cocaína, y psicotrópicos diversos a cargo de sus cuatro hijos. Sus vínculos con la presidente de la Unión Vecinal del barrio lo habilito a la compra de otro terreno a cincuenta metros  del suyo  en donde edifico otra vivienda precaria: allí  se radicó el mismo junto con sus tres sobrinos.  A los dos menores, les encargo la custodia del territorio; informándole minuciosamente  los movimientos vecinales,  e instruyéndolos  a escuchar  a escondidas  lo que hablaban en sus casas. También  debían acompañar  a los compradores directos a la vivienda de sus primos devenida en  sucursal proveedora. 

   A Marco, en cambio, le encomendó la entrega de los productos en distintos puntos de la zona para lo que le compro una moto nueva y lo doto de dos revólveres de nueve y once milímetros  que debía utilizar impiadosamente si las circunstancias así lo ameritaban. El tío tenía la garra de patriarca que le faltaba a su padre: era autoritario pero se encargaba de protegerlos y los retribuía –particularmente a Marco- con buenos aportes en dinero  para comprarse ropa deportiva “autentica”, teléfonos celulares, equipos de audio, etc.; insumos necesarios  para hacerse respetar y suscitar  la admiración de otros jóvenes vecinos potenciales colaboradores.

   Pero  la autoridad del tío no tardo en exhibir una arista insospechada. Además de obligarlo a abandonar la escuela,  le exigió  su amancebamiento y la consiguiente  “entrega de su cuerpo”  para que aprendiera a “hacerse un verdadero hombre” y “aguantar humillaciones sin quejarse ni rendirse”.  El pacto secreto en el que se fundaba la nueva autoridad patriarcal seria, así,  indestructible.  A Marco solo le resto negociar que la práctica – al menos en principio, hasta que no se desarrollaran como cabales “soldados”- no se extendiera a sus hermanos. Así comenzó el año y medio  febril de su trayectoria como “transa”.

    Lo único que Marco sabía  sobre los mandantes del tío  era su dependencia respecto de “El Tordo”, un individuo  que solía visitar el barrio estacionando su lujoso auto blanco en la puerta del  corredor de tierra en cuyo perímetro se localizaban el centro proveedor y el distribuidor a cargo de Marco. A veces, hablaban largas horas: “El Tordo”, sin bajarse del auto;  y su subordinado parado  sobre la ventanilla; una escenografía que con los años Marco entendió como premeditada para afianzar su prestigio de “pesado”  ante  sus vecinos, exhibiendo su conexión con alguna zona decisiva del poder.

    Promediado el año 2000, la actividad se torno vertiginosa: transportar paquetes y bolsas hasta los destinos que el tío le encomendaba -plazas, lugares estratégicos solo conocidos por “entendidos”, viviendas particulares, almacenes, remiserías, quioscos, estaciones de servicio, etc.- se torno una tarea riesgosa y apasionante. Como debía disponerse a realizar traslados las veinticuatro horas del día, el tío  comenzó a  administrarle  dosis limitadas de cocaína que exacerbaban su osadía.

     El tráfico se intensificaba por las noches llegando a totalizar, durante los fines de semana, hasta treinta viajes. El escape abierto de la moto producía a su paso un ruido ensordecedor que alertaba sobre sus movimientos sucintándoles nuevos clientes conforme extendió su prestigio de distribuidor “de la buena”. Sus primos, encerrados en el bunker central hacían turnos rotativos de doce horas flanqueados por un pequeño ejército de  cinco “soldados”  vecinos bien pertrechados de armas  que cobraban tanto en dinero como en “especie”. Estos eran seleccionados por su comprobada ferocidad procedente de llevar en sus prontuarios un buen número de “bajas”.

    La “organización” se convirtió en una modalidad de vida atrapante  por las acechanzas, los peligros, y un cierto sentimiento de superioridad respecto de la cultura del trabajo a la que despectivamente “la gilada”. El tío insistía en “bajarle la línea” de rigor: Marco era su mano derecha y su eventual sucesor, para lo que debía continuar el llamativo aprendizaje de la “masculinidad verdadera” que, en el futuro, debía reproducir  sobre sus respectivos “soldados”. Era una moral distinta a la convencional pero convincente por la sensación de superioridad procedente de su prestigio de “pesado” abonado por las relaciones secretas con su tío; una práctica, por lo demás,  bastante habitual en la cultura carcelaria que por entonces comenzó a difundirse en los barrios con asombroso éxito.

   Los problemas se acentuaron en vísperas del estallido social de 2001. Los “soldados”  de sus primos, presumiblemente tentados por organizaciones  más recientes y dinámicas, comenzaron a “bardearlos” exigiéndoles más “merca” o “pasta base” tanto para su comercialización autónoma  como para su propio consumo. La organización, entonces,  se fue precipitando hacia su destino inevitable.  Marco recuerda tres intentos de invasión de su territorio que supieron repeler exitosamente merced a su poder de fuego superior.

   En el frente interno familiar, las relaciones con sus primos se  tenso a raíz de los celos y del despectivo mote que le solían espetar como “gato”, “mino”, o el más burlón de “mascapito”. El tío, a su vez, se empezó a extralimitar invitando a participar en sus ceremonias íntimas a colegas policías y amigos amenazando extenderlas sobre sus hermanitos. La ruptura de los códigos le advirtieron estaba siendo sometido a una ingeniosa y perversa explotación. Fue entonces que Marco decidió huir junto a los otros dos chicos.

   Muñido de sus pistolas y facas se dispuso a vivir en “situación de calle”. Termino radicándose en las adyacencias de un arroyo situado a dos kilómetros en donde confluyo con otros  adolescentes y niños desafiliados  que sobrevivían merced  a la acción solidaria de una comunidad evangélica. Una señora que les llevaba esporádicamente comida los  condujo ante el pastor.  Este, a su vez, los  re encomendó a otra “hermana en Cristo” a cargo de un comedor comunitario quien les devolvió un techo. 

   El pastor les exigió volver a inscribirse en la escuela convirtiéndose en su nuevo guía y confidente, aunque  depositario de una autoridad tan absoluta como la del desde entonces demonizado tío.  Este, poco después, fue hallado muerto en su cama de un presunto infarto cardiaco. Una banda competidora se lanzo a un ataque devastador sobre  su base territorial, asesinando a dos de sus primos. Los otros lograron huir; aunque uno murió poco después y el otro termino detenido. Años más tarde, algunos ex soldados sobrevivientes como él le aseguraron que “El Tordo” le había “soltado la mano”.

   Pese a su nueva moral religiosa, Marco siempre había guardado un oscuro rencor  por la “presidente del barrio”  a cuyo silencio cómplice responsabilizaba de todas sus desgracias. Cuando en 2009  cumplió los veinticinco  años,  retorno al asentamiento  y amenazo a la referente  -a la sazón,  concejala – en denunciarla ante los medios si no le devolvía  el predio de su familia originaria ubicada, como el resto de la vecindad,  en tierras fiscales. Marco termino recuperando lo perdido con creces; obteniendo cinco predios con sus respectivas viviendas a lo largo del pasillo que atraviesa la manzana. Allí, radico a sus dos hermanos y a dos familias de la comunidad evangélica en donde viven hasta el día de hoy.

  La historia de Marco representa un  caso excepcional del  “rescate” de un mundo cuya fuerza laboral está condenada, en la mayoría de los casos, a vivir una existencia tan intensa como  breve. El narco  implanto en la pobreza diversos regímenes  de trata de jóvenes y niños desafiliados  en un sistema  de círculos concéntricos de  mandantes familiares, vecinales, políticos, policiales y judiciales. Una suerte de Argentina inversa al país de veras progresista que fue hasta algún momento de la fatídica década de los 70: la trayectoria de Marco y la de los miles que superpueblan los cementerios públicos  así lo prueban.   

*El autor es historiador y docente

** https://www.youtube.com/watch?v=txvL-ezthmM&feature=youtu.be

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LOS CONVIDADOS DE PIEDRA VIVEN EN ORÁN, SAN MARTÍN, ANTA , RIVADAVIA por José Armando Caro Figueroa*

| 14 octubre, 2014

Nuestro sistema electoral es la causa principal de los problemas que arrastran muchos salteños. En especial, de las desventuras que sobrellevan los habitantes de Orán, San Martín, Anta y Rivadavia, entre otros Departamentos condenados por un doble unitarismo.

Me refiero, concretamente, a las reglas que transforman los votos ciudadanos en bancas legislativas. Un ingenioso sistema diseñado antaño por los “orejudos” para permitir que el Valle de Lerma en alianza con las grandes estancias transformadas en Departamentos (QUINTIAN, 212), se perpetúe en el poder.

Tales reglas, además de contravenir los principios democráticos, privan a quienes habitan en los Departamentos marginados, del derecho a decidir su presente y su futuro. Especialmente, el futuro de sus recursos naturales, de sus nuevas generaciones, y de su organización territorial y urbana.

Merced a aquel artilugio institucional, la suerte de los salteños (de todos los salteños) termina decidiéndose en conciliábulos en donde la voz cantante la llevan sectores enraizados en la ciudad Capital, que, desde antiguo, controlan la representación política del resto del Valle de Lerma y de los Departamentos menos poblados y sobrerrepresentados en nuestra Legislatura.

La ausencia de voces críticas y el uso de los resortes del Estado para disciplinar a legisladores, intendentes y concejales, completan el penoso cuadro.

El peronismo histórico

En los años de 1960/70, cuando -aunquecon altibajos y proscripciones- rigió la Constitución, Departamentos como San Martín, Orán y Anta, albergaron alternativas a la hegemonía vallista. Un tiempo en donde los líderes del peronismo local (Tomás RYAN, Hugo HEREDIA, Luis GIARDA, Eleodoro RIVAS LOBO) privilegiaron el verticalismo frente al neoperonismo (Ricardo J. DURAND), y el nacionalismo petrolero frente al federalismo.

Adviértase que por aquel entonces, la política salteña se movía en un escenario signado por la pobreza colectiva, la resignación, los vaivenes económicos, y por el sucursalismo que convertía a nuestros gobernantes en delegados mendicantes cuya suerte dependía de la benevolencia del poder porteño.

Un régimen agotado

A lo largo de los últimos treinta años resultó relativamente fácil a la “rosca” vallista cooptar tanto a los diputados y senadores de los Departamentos coaligados, como a los legisladores de los pueblos de los territorios marginados que, salvo excepciones, no encontraron modos de defender los derechos de sus representados.

Ahora, cuando buena parte de la riqueza (más del 60% de nuestras exportaciones se originan en los Departamentos marginados) se genera, precisamente, en esas áreas, y cuando se sabe que allí también radica el potencial productivo salteño (combustibles, alimentos, minerales), es fácil comprender los reclamos y la cíclica indignación de los salteños del Norte y del Sur.

La puesta en marcha de este potencial productivo a través de la ampliación de la frontera agropecuaria (San Martín, Rivadavia, Orán y Anta), así como de la explotación -por métodos no convencionales- de hidrocarburos existentes en el subsuelo del norte salteño,planteanagudos conflictos ambientales, sociales y económicos.

Y no parece lógico que ellos se ventilen y resuelvan marginando a los pobladores de esos territorios. Corresponde al conjunto de los salteños, con la participación central de las áreas ricas en recursos naturales, y no a la excluyente “rosca” vallista, decidir el destino de bosques, tierras, aguas y subsuelo. Decidir sobre el modo de distribuir esta nueva riqueza, así como sobre los mecanismos y controles necesarios para que su aprovechamiento resulte ambientalmente sustentable y socialmente justo.

Un nuevo marco institucional 

Revertir situación tan irritante reclama reformar el sistema electoral basado en los Departamentos. Para instaurar uno que,definiendo nuevos distritos electorales, garantice el principio de igualdad del valor del voto (GOMEZ DIEZ, 2014).Exige también modificar pautas impositivas (incluidas las retenciones), y descentralizar el Ejecutivo creando vice-gobernaciones dotadas de competencias y de recursos: Se trata de reasignar competencias, no de discernir prebendas.

Plantea además la necesidad de revisar el bicameralismo y el despliegue de las instituciones municipales, para crear unidades sub-regionales políticamente fuertes, culturalmente compatibles, y económicamente eficientes en términos de servicios al ciudadano y de infraestructuras de apoyo a la producción.

Si fuésemos incapaces de reformar el marco institucional vigente, lo más probable es que las grandes decisiones económicas que habrán de afectar al Norte y al Sur de Salta vuelvan a ser tomadas por la “rosca” territorial que, desdeñando ideologías, pertenencias políticas o liderazgos, controla desde hace años el gobierno y el poder en nuestra Provincia.

En tal caso, es fácil prever una irreversible fragmentación del mapa político. Sin descontar un recrudecimiento de las tensiones y conflictos como los ya vividos, sobre todo en Orán y San Martín (BENCLOWICZ, 2013).

Afortunadamente, el Documento “Consenso de Cambios para el Progreso de Salta” (Agosto-2014), aborda el desafío y abre espacios para que la fuerzas sociales y políticas del interior participen en el nuevo diseño institucional y encuentren satisfacción a sus legítimas demandas.

*Ex Ministro de Trabajo 1993/1997

 

 

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NECESIDAD Y OPORTUNIDAD DE UNA FUTURA REFORMA CONSTITUCIONAL por Daniel Sabsay*

| 14 octubre, 2014

Frente a los rumores que de manera recurrente surgen desde el oficialismo sobre una inminente reforma constitucional encaminada a posibilitar una segunda reelección de la actual titular del Poder Ejecutivo, cabe preguntarse si en la actualidad resulta necesaria y oportuna una enmienda de nuestra Ley Fundamental. Al respecto, comenzaremos recordando las disposiciones de la reforma que no han sido reglamentadas aún, para luego destacar aquéllas que no han logrado su cometido. Ello, ya sea por su inobservancia total o parcial o por su desnaturalización como resultado de una reglamentación contraria al espíritu de las instituciones que han sido objeto de la misma. De resultas de lo anterior no se ha logrado atenuar el presidencialismo pese a haber sido uno de los objetivos fundamentales que tuvo la reforma. A continuación, haremos un análisis de la reelección y su utilización en el marco del presidencialismo. Por último, haremos nuestra conclusión.

I.- LA REFORMA INCLUMPLIDA

Ante todo, debemos recordar que nuestra constitución ha sido objeto en 1994, de una modificación que comprometió a más de la mitad de su articulado.

Cabe destacar que a más de una década y media, una parte de las nuevas disposiciones no se encuentran en vigencia aún:

Así ocurre con las siguientes cláusulas:

·         art. 42: derecho de los consumidores y usuarios, cuyo último párrafo no ha sido reglamentado.

·         ART. 75, incs. 2ºy 3º: Ley-convenio en materia de regímenes de coparticipación de impuestos Nación-provincias y reglamentación de organismo fiscal federal. Cámara de origen el Senado, el 31 de diciembre 1996 venció el plazo concedido por la convención la disposición transitoria 6º para su sanción.

·         ART. 75, inc. 6º: Creación de un banco federal, sin reglamentar.

·         ART. 75, inc. 17: Regula diversos aspectos que hacen al reconocimiento de los derechos de los indígenas y que requieren necesariamente de una definición legal.

·         ART. 75, inc. 19: Leyes de organización y de base de la educación y leyes en materia cultural.

A ello se agrega la inobservancia de las disposiciones relativas al fomento de un federalismo de concertación ubicadas principalmente en el título sobre gobiernos de provincia. Es decir que el programa constitucional previsto para revertir lo que podríamos denominar la “desfederalización” argentina no ha sido ni siquiera iniciado. Existen inobservancias flagrantes como ocurre en materia de autonomía municipal (art. 123 CN), ya que pese al claro mandato del constituyente reformador, a la fecha no les ha sido concedida su autonomía a los municipios de tres de las más importantes provincias, Buenos Aires, Santa Fe y Mendoza. Además, debemos destacar la falta de puesta en marcha del federalismo fiscal que se deriva de las disposiciones incumplidas que hemos señalado precedentemente.

II.- EL PRESIDENCIALISMO NO SE HA ATENUADO

Recordemos que la reforma fue precedida del Pacto de Olivos, instrumento firmado por los ex presidentes Alfonsín y Menem, como paso previo a la concreción de la reforma constitucional. El acuerdo se sustentó en dos pilares básicos, por un lado, asegurar la reelección del presidente y por el otro “atenuar el presidencialismo”. Esta expresión alude a la incorporación de disposiciones aptas para superar el “hiperpresidencialismo” –recurriendo a la expresión de Carlos Nino y de Juan Linz-, que ha debilitado peligrosamente el principio de separación de poderes fortaleciendo el papel del Ejecutivo a expensas de los otros dos poderes. Así las cosas, la ley declarativa de la necesidad de la reforma contenía un artículo denominado “Núcleo de Coincidencias Básicas” en el que estaban contemplados los cambios acordados en el pacto. El objetivo de “atenuación del presidencialismo” perseguía revertir la evolución institucional ocurrida en nuestro país que permitió, en abierta contradicción con lo que establecía nuestra constitución hasta la reforma de 1994, que el Presidente de la Nación dictara actos de contenido legislativo, a través de tres modalidades diferentes.

Son ellas, los decretos de necesidad y urgencia, los decretos delegados y la promulgación parcial de leyes. Frente a tamaña enormidad la Corte Suprema de Justicia de la Nación se vio obligada a elaborar “stándares” de interpretación susceptibles de limitar la desmesura del desempeño presidencial en la materia. Sin embargo, con el tiempo la situación lejos de mejorar tendió a empeorar hasta que se llegó al record con el dictado por parte del ex presidente Menem de más de 500 DNU’s en el transcurso de los dos períodos en que fue el titular del Poder Ejecutivo, convirtiéndolo en una suerte de Poder Legislativo alternativo.

Frente a este estado de cosas, el constituyente reformador de 1994 consideró necesaria la incorporación al texto de la Ley Fundamental de los tres institutos a que hemos hecho referencia, de modo de establecer, por una parte, la regla general según la cual, las tres herramientas le están prohibidas al primer mandatario. Por otra parte, se le debían conceder excepcionalmente estas facultades pero rodeadas de un esquema apropiado de controles que impidieran que se continuara con los abusos. Así las cosas, de los artículos 76, sobre delegación legislativa de facultades, 80 sobre promulgación parcial de leyes y 99, inc. 3 sobre decretos de necesidad y urgencia, surge un esquema de fiscalización a cargo del Congreso, que reposa fundamentalmente en una Comisión Bicameral Permanente a ser creada por una ley dictada por la mayoría absoluta de miembros de ambas Cámaras.

Recién en julio de 2006 se sancionó la ley 26.122 -Régimen Legal de los Decretos de Necesidad y Urgencia de Delegación Legislativa y de Promulgación Parcial de Leyes -, reglamentaria de la Comisión Bicameral Permanente. El dictamen de la comisión es obligatorio, pero, no vinculante respecto del pleno de las Cámaras. Conforme su artículo 1º, el objeto de la ley es regular el trámite y los alcances de la intervención del Congreso respecto de los decretos que dicta el Poder Ejecutivo en ejercicio de facultades legislativas: de necesidad y urgencia; por delegación legislativa, y de promulgación parcial de leyes. Además de la injustificada demora para cumplir con el mandato constitucional, el contenido meramente formalista de la ley 26.122 no hace más que ratificar una ausencia de capacidad manifiesta por parte del Poder Legislativo para ejercer su rol de órgano controlador respecto del ejercicio de facultades que, en definitiva, le son propias en un Estado de Derecho.

Los cuestionamientos más significativos a la norma reglamentaria son: a) la falta de plazo expreso para que las Cámaras se expidan acerca de la validez del decreto; b) la necesidad del acuerdo de ambas Cámaras para que sea posible su rechazo; c) la derogación del decreto, en el caso de declararse su invalidez, sin excepciones. Con relación a la primera cuestión, la constitución establece que el Congreso debe debatir expresamente los decretos de necesidad y el artículo 82 prohíbe la sanción tácita o ficta de las leyes. Por lo tanto, el constituyente reformador ha rechazado el acuerdo tácito –silencio- del legislativo. Por su parte, la ley 26.122, dice que las Cámaras deben darle "inmediato y expreso tratamiento" y que "el rechazo o aprobación de los decretos deberá ser expreso, conforme lo establecido en el artículo 82 de la Constitución Nacional". El silencio del Legislativo no puede interpretarse por mandato constitucional como expresión de su voluntad. El Congreso debe expedirse en términos expresos.

A partir del momento que el acuerdo tácito está prohibido, el no tratamiento por parte del Congreso sin que exista un plazo determinado por la ley para ello opera en los hechos como una suerte de aprobación. Esto supone admitir –en la práctica- la aprobación tácita, porque el decreto continúa vigente sin solución de continuidad hasta tanto no sea rechazado expresamente por el legislador. Si a esto le sumamos que el rechazo debe ser expreso, se le permite al Ejecutivo legislar por medio de decretos de necesidad y urgencia, sin plazo en caso de silencio del legislador y permitiéndose así la consolidación de derechos.[1] Con respecto al segundo punto indicado, la ley prevé en su artículo 24: El rechazo por ambas Cámaras del Congreso del decreto de que se trate implica su derogación de acuerdo a lo que establece el artículo 2º del Código Civil, quedando a salvo los derechos adquiridos durante su vigencia. Por lo tanto, sólo si ambas cámaras rechazan el decreto, éste queda derogado. Pero, a contrario sensu, si una sola de las cámaras lo aprueba, el decreto es válido, por la simple resolución afirmativa de una de ellas, lo cual desvirtúa la homogeneidad de criterio que exige toda decisión del Congreso, como poder político.

El último punto que señalamos, esto es, la derogación del decreto en el supuesto de ser rechazado, es el corolario de la fragilidad del sistema de control establecido por la ley. En efecto, si partimos de la prohibición expresa contenida como principio general para que el Presidente ejerza facultades legislativas y, como consecuencia de ello, el vicio de nulidad absoluta e insanable que conlleva la falta de observancia de los requisitos impuestos por la Constitución, la no aprobación del decreto por parte del Legislativo debería haber implicado su nulidad. Sin embargo, el Congreso optó, de modo general, por su derogación en todos los casos, dejando a salvo derechos adquiridos durante su vigencia. Con ello, su intervención queda reducida a un mero ritualismo, que enmascara un evidente renunciamiento a su función de control y a la titularidad de la potestad legislativa.

Así las cosas, ha fracasado una de las herramientas concebida por el constituyente reformador para controlar y evitar el ejercicio de facultades impropias por parte del Presidente. Desafortunadamente el análisis de lo que ha acontecido con los restantes institutos incluidos con el mismo objeto arroja un resultado semejante. Nos referimos al Jefe de Gabinete de Ministros, a ciertos organismos específicos de control como el Consejo de la Magistratura, para sólo señalar dos de las cláusulas de esta naturaleza.

III.- EL REELECCCIONISMO Y SUS CONSECUENCIAS SOBRE LA FORMA REPUBLICANA DE GOBIERNO

Tratamos este punto en razón de que todas las voces del oficialismo que han planteado la necesidad de la reforma han hablado igualmente de la reelección de la actual Presidenta de la Nación como el sustento de su necesidad.

III.1.- LA PERIODICIDAD DE LA RENOVACIÓN DE AUTORIDADES EN EL MARCO DEL ESTADO DE DERECHO

Esta temática de por sí merece una consideración especial pues su modo de tratamiento hace a la salud de las instituciones democráticas en su conjunto. Consideramos que esto es así dado que una de los objetivos más caros que se persigue por medio del Estado de Derecho, consiste en la limitación de las prerrogativas de los gobernantes, tal la razón de ser de la separación de los poderes, como así también del carácter temporal del ejercicio de los cargos electivos. Todos estos principios están íntimamente vinculados ya que tienen como meta el impedir que una democracia pueda convertirse en alguna forma de autocracia, como resultado de la personalización del poder. Esta grave anomalía corroe el imperio de la ley, la vigencia de los derechos humanos y de los valores de libertad, igualdad y justicia y por ende, la seguridad jurídica. Por ello, las constituciones de los países democráticos, en función de las características que presentan cada una de las sociedades en las que ellas rigen, contienen cláusulas limitativas del tiempo de los mandatos, como así también de la sucesión en el ejercicio de los mismos.

En el sistema presidencialista –forma de gobierno que adopta la ley fundamental argentina-, este tema es tratado con particular cuidado. Ello así, en razón de que el poder ejecutivo es unipersonal, nota que pareciera apartarse de las características de control y descentralización en el ejercicio del poder que deben predominar en una democracia. Un poder del Estado titularizado por un único ocupante conlleva una gran acumulación de potestades en las manos de una sola persona. Tal el motivo por el cual las constituciones latinoamericanas han tendido a limitar las reelecciones presidenciales, ya sea de manera absoluta o impidiendo el número de oportunidades en que ellas pueden tener lugar de manera consecutiva. De este modo se ha querido abreviar en el tiempo potenciales experiencias autoritarias en la titularidad del ejecutivo.

La alternancia en el ejercicio del poder -insistimos- constituye uno de los principios fundamentales de la democracia. Su razón de ser se basa en la necesidad de evitar todo continuismo al frente del gobierno que importe una personalización del poder contraria al espíritu del Estado de Derecho. Este requisito adquiere particular importancia cuando se hace referencia al Poder Ejecutivo. Es precisamente en el interior del órgano administrador donde la inobservancia de esta regla puede provocar las situaciones más reñidas con los principios republicanos. El fenómeno se acentúa en el presidencialismo, ya que esta forma de gobierno sólo reconoce mecanismos absolutamente excepcionales para el acortamiento de los mandatos presidenciales que se encuentran en curso de cumplimiento.

Gros Espiell advierte que “el continuismo indefinido -aún en el caso de que existan elecciones periódicas y teóricamente libres y puras y que el resto del sistema constitucional con sus correspondientes contralores políticos y jurisdiccionales funcione normalmente- genera peligrosos elementos personalistas y autocráticos que afectan negativamente la existencia de una democracia real”; nuestro autor agrega que “la no alternancia en el mando, en sí misma y por las necesarias consecuencias que provoca, hace peligrar la realización de comicios libres y sin fraude” ("Alternancia en el Gobierno" en: "Diccionario Electoral" I.I.D.H.-CAPEL, San José de Costa Rica, 1989).

III.2.- RESPUESTA A LOS ARGUMENTOS OPUESTOS A LA LIMITACIÓN CONSTITUCIONAL DE LA REELECCIÓN DE LOS GOBERNANTES

El análisis que realizamos en el punto anterior ha sido cuestionado a través de diferentes argumentos. Ellos se centran en la consideración de que toda limitación a la reelección de los gobernantes, importa un cercenamiento del derecho político del que es titular todo ciudadano de poder hacerse elegir para acceder a un cargo de gobierno. Esta postura manifiesta que esas limitaciones constituyen violaciones al principio de igualdad contemplado en el artículo 16 de la constitución federal. Dentro de esta línea de pensamiento se sostiene, también, que a través de las mismas se provocan actos de discriminación, de resultas de los cuales los afectados son objeto de proscripción. Estos razonamientos buscan su razón de ser en la letra de varios de los tratados internacionales contemplados en el inciso 22 del artículo 75 de la constitución federal. A continuación señalaremos los motivos que tornan insustentable dicha argumentación.

Respecto a lo relacionado con el principio de igualdad, una jurisprudencia constante de nuestro máximo tribunal considera -como recuerda la Cámara Nacional Electoral en el considerando 4º de la causa “Lascano, J. H. s/acción de amparo” (Expte. Nº 2991/98)- “que la garantía de la igualdad ante la ley consagrada por el art. 16 de la Constitución Nacional no obsta a que el legislador contemple en forma distinta situaciones que considera diferentes, con tal que la discriminación no sea arbitraria ni importe ilegítima persecución o indebido privilegio de personas o grupo de personas, aunque su fundamento sea opinable (CSJN 310: 849, 943, 1080; 311: 1042, 1451, 2781; 312: 812, 840), y consiste en que todos los habitantes de la Nación sean tratados del mismo modo siempre que se encuentren en idénticas condiciones, de forma tal que no se establezcan excepciones o privilegios que excluyan a unos de los que se concede a otros en iguales circunstancias (CSJN, 312: 826, 851, 1082; 313: 1333)”. La claridad de la doctrina que se deriva de nuestra cita, con la cual coincidimos absolutamente, nos inhibe de toda aclaración al respecto.

En materia de derechos políticos debe distinguirse claramente entre el sufragio activo y el sufragio pasivo. Respecto al primero el derecho vigente debe asegurar a todos los ciudadanos su calidad de electores, siempre que no se dé alguna de las causales excepcionales de edad, nacionalidad, incapacidad, etc., de manera de poder sufragar en los distintos comicios de elección de autoridades. Mientras que en lo que hace al derecho a ser elegido, pueden darse requisitos distintos de fuente constitucional según cual sea el cargo que se aspire ocupar. Por ejemplo, en el caso objeto de análisis se trata de evitar que, un mismo titular pueda acceder al poder ejecutivo de manera continuada e ilimitada en el tiempo. Pues bien, el límite de tiempo acá actúa como uno de los elementos que definen el perfil institucional del órgano en cuestión, el que ha sido establecido en aras de satisfacer el interés general de la comunidad. El mandato constitucional de ningún modo está dirigido a proscribir, sino que ha puesto el acento en el interés general de los ciudadanos a ser gobernados de conformidad con los postulados de la democracia, y no en el de ellos como potenciales candidatos a ser electos y reelectos para un determinado cargo.

En relación con las nociones de igualdad y de discriminación de acuerdo con lo estipulado en los tratados internacionales con jerarquía internacional (art. 75, inc. 22 C.N.), la Corte Interamericana de Derecho Humanos ha determinado que “la noción de igualdad se desprende directamente de la unidad de naturaleza del género humano y es inseparable de la dignidad esencial de la persona, frente a la cual es incompatible toda situación que, por considerar superior a un determinado grupo, conduzca a tratarlo con privilegio; o que, a la inversa, por considerarlo inferior, lo trate con hostilidad o de cualquier forma lo discrimine del goce de los derechos que sí se reconocen a quienes no se consideran incursos en tal situación de inferioridad. No es admisible crear diferencias de tratamiento entre seres humanos que no se correspondan con su única e idéntica naturaleza” (CIDH, Opinión Consultiva 4/84). Más adelante la Corte sostiene que “sin embargo, por lo mismo que la igualdad y la no discriminación se desprenden de la idea de unidad de dignidad y naturaleza de la persona, es preciso concluir que no todo tratamiento jurídico diferente es propiamente discriminatorio, porque no toda distinción de trato puede considerarse ofensiva, por sí misma, de la dignidad humana”.

Por último, en lo relativo a la invocación de los tratados sobre derechos humanos, se debe tener en cuenta que éstos “al obligar a la efectividad de los derechos políticos en jurisdicción interna de los estados, prevén el derecho electoral activo y pasivo para impedir su cercenamiento, pero no tienen -ni por lejos- la finalidad de prescribir cómo han de ser las estructuras concretas de poder ni son hábiles, por ende, para autorizar o vedar la reelección. Que quien está -o ha estado- en ejercicio del poder pueda o no pueda ser reelecto, abre un espectro de modalidades y de variantes que cada estado queda en disponibilidad para asumir a criterio -siempre razonable- de lo que su derecho interno -en primer lugar, su constitución- decide. Tales tratados regulan derechos políticos y electorales, pero no diseñan una estructura de poder. Las normas constitucionales que vedan o limitan las reelecciones no lastiman ni el derecho a ser elegido de quienes no pueden serlo, ni el derecho a elegir de los que desearían la reelección, ni los derechos humanos emergentes de tratados internacionales, ni el poder electoral del pueblo que confiere legitimidad de origen a los gobernantes, ni la igualdad constitucional prohibitiva de discriminaciones arbitrarias, ni el derecho de los partidos a proponer candidaturas al electorado” (Bidart Campos, G. J., El Derecho, 153: 1041).

IV.- CONCLUSIÓN

            Lo expuesto pone de manifiesto que ante el incumplimiento, falta de observancia, de reglamentación en abierta contradicción con mandatos constitucionales, gran parte de la reforma no se ha puesto en marcha todavía. Que por consiguiente todos los esfuerzos deben concentrarse en revertir tan anómala situación y no en pensar en nuevas modificaciones a nuestra constitución, ya que de hacerlo ello resultaría totalmente inoportuno.

            Tampoco nos parece que la reforma sea necesaria, menos aún si su fundamentación se apoya en el logro de una nueva reelección de la actual titular del Poder Ejecutivo. Consideramos que toda enmienda constitucional debe apoyarse en motivos de orden institucional que apunten a satisfacer el interés general. Por el contrario, nos oponemos a que la persecución de motivos personales puedan motivarla, menos aún cuando lo que se quiere es continuar con el reeleccionismo, el que en el marco del presidencialismo atenta contra la alternancia y la igualdad en el ejercicio y en el acceso, respectivamente, de los cargos públicos. Además, a través de una personalización patológica en el ejercicio del poder, produce efectos destructivos sobre los caracteres básicos en los que se asienta la forma republicana de gobierno.

*Profesor titular de Derecho Constitucional de la Facultad de Derecho y Director de la Carrera de Especialización en Derecho Constitucional de la UBA.

 

 

 

 

 


[1] Artículo 21: Elevado por la Comisión el dictamen al plenario de ambas Cámaras, éstas deben darle inmediato y expreso tratamiento.

Artículo 22: Las Cámaras se pronuncian mediante sendas resoluciones. El rechazo o aprobación de los decretos deberá ser expreso conforme lo establecido en el artículo 82 de la Constitución Nacional.

Cada Cámara comunicará a la otra su pronunciamiento de forma inmediata.

 

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EL CLARÍN TRUCHO, UN PLAGIO GROSERO, por Ariel Dulevich Uzal*

| 14 octubre, 2014

Publicado en Clarín  Edición Impresa  –   Sección Opinión   –   Lunes, 6 de octubre de 2014  –   Página 18

Cuando el sectarismo fanático obnubila la razón, los exabruptos que provoca se transforman en boomerang, de efecto decididamente inverso al buscado.

El Clarín “trucho” de La Cámpora, más allá de reconocer que el ciclo de autoritarismo y corrupción “K” concluye inexorablemente en 2015 –tal vez único rasgo de veracidad y realismo de sus ocho páginas–, intenta con la torpe artimaña renovar su agotada campaña del “Clarín miente”, insistiendo en convertirlo en su peor enemigo. En tanto, cabe agregar, la calidad de adversario propia de la democracia, es desconocida para el criterio rayano en el fundamentalismo que caracteriza a estos militantes.

Pero la consecuencia para la opinión pública en general –obvia destinataria de la dispendiosa maniobra–, se vuelve contra sus autores quienes han sistematizado la mentira como instrumento de gobierno al mejor estilo “goebbelsliano” del “miente que algo quedará”. Desde la cotidiana falacia del INDEC, hasta las imposturas de la Presidenta que transitan la incoherente contradicción de denunciar amenazas de ISIS y casi simultáneamente de EE.UU., o llamar delincuentes a quienes realizan operaciones de bolsa autorizadas por la ley; o convertir en victimarios a las víctimas de los criminales atentados contra las entidades judías.

Si Cristina Kirchner y los jóvenes de La Cámpora que lidera su hijo, quienes mejor interpretan su impronta, resultan manifiestamente ante el sentido común de la ciudadanía, auténticos cultores de la mentira aplicada sin límites en la dicotomía intolerante “amigo-enemigo” que predican, reconociendo en este marco a Clarín como su peor pesadilla; ahora a “contrario sensu” –parafraseando a los juristas–, el plagio grosero e impúdico del diario denostado hasta el cansancio y sus principales plumas, provoca de manera espontánea y aún subliminal, a través de las defensas cívicas que nutre nuestros juicios críticos, la consecuencia antagónica. Si ellos son la imagen emblemática de la mentira; Clarín resulta el mejor exponente de la verdad.


*Educador
aduzal@fibertel.com.ar

 

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BUENOS AIRES, CIUDAD DE TRANVÍAS Y DE TANGO por Carlos Manus

| 12 octubre, 2014

 

Los tranvías a caballo comenzaron a circular por Buenos Aires en el año 1863 como complemento del ferrocarril . Cuando pasaron a utilizarse como transporte urbano, las primeras líneas fueron la “Tramway Central”, propiedad de Julio y Federico Lacroze, y la “Tramway 11 de Septiembre” de Agustín, Teófilo y Nicanor Méndez, ambas inauguradas el 27 de febrero de 1870. En 1880 aparecen las grandes compañías como la “Tramway Anglo Argentino. Los tranvías a caballo desaparecieron en 1910.

El 25 de octubre de 1892 se ensaya el primer tren eléctrico en la ciudad de La Plata y las primeras líneas se instalan cinco años después. El 22 de abril de 1897 se inauguró un servicio de tranvía eléctrico que recorrió la avenida Las Heras desde Canning (hoy Scalabrini Ortiz) hasta Plaza Italia, en un vehículo que se desplazaba a 30 kilómetros por hora.

El 4 de diciembre de 1897 se inauguró una línea que unía la avenida Entre Ríos con el barrio de Flores. Comenzando a aumentar el tránsito del tranvía que llegó a los barrios a un módico precio de diez centavos el boleto, convirtiéndose en un simpático servicio popular.

Los tranvías eléctricos crecerían hasta que Buenos Aires fuera conocida como “la ciudad de los tranvías”, con la mayor relación mundial entre habitantes y kilómetros de vías. (“Tiempo libre en el Centenario” de Alejandro Poli Gonzalvo. La Nación, 7 de mayo, 2010).

Entre las cinco y las siete de la mañana se expendía el “boleto obrero” al precio de cinco centavos. Cuando se compraba el boleto obrero de ida y vuelta al costo de diez centavos el regreso debía efectuarse después de las 4 de la tarde. El 11 de noviembre de 1949 se abolió ese boleto.

En la madrugada del 12 de julio de 1930 cayó al Riachuelo un tranvía con un pasaje de 60 obreros que se dirigían a sus trabajos y que – salvo cuatro que sobrevivieron- encontraron una muerte horrible porque, debido a la intensa niebla, el motorman (conductor) no advirtió que el puente había sido levantado para permitir el paso de una chata petrolera. El 8 de abril de 1943 -¡trece años después!- la justicia ordinaria fallaba el juicio de indemnización promovido por sus deudos reconociéndoles sumas variables entre 1.500 y 2.000 pesos.

En Los perduellis1 se indigna José Luis Torres: “¡Mil quinientos pesos por la vida de un hombre! ¡Y trece años para hacer el bárbaro justiprecio! ¿Y la sangre, y el dolor y las lágrimas? Todo eso nada importa mientras prosperen los negocios de los monopolios y de los millonarios envilecidos y envilecedores.” 2

1 En la Antigua Roma se llamaba perduellis al enemigo interno de la patria. El crimen de perduellio y el de peculado (apoderamiento ilegítimo de bienes del estado) eran castigados con la pena de muerte. (Derecho Penal Romano, tomo I, pág. 74).

2 Torres, José Luis. Los perduellis. Editorial Freeland. Buenos Aires, 1973, pág. 116.

Durante la manifestación del 17 de octubre de 1945, desde el balcón de la Casa Rosada el coronel Juan Domingo Perón anunció a los manifestantes que había renunciado a sus puestos en el gobierno y el ejército y que había dejado firmado el decreto estableciendo el aguinaldo. En su oposición cerril a todo lo que proviniera del gobierno, aunque significara un propio beneficio, los tranviarios desfilaron por la ciudad vestidos con sus grises uniformes portando carteles en los que se leía “No queremos el aguinaldo”.

Durante la gestión del presidente Arturo Frondizi, alegando obsolescencia del material y déficit presupuestario, mediante el Decreto 5565 (30/6/1961) se suprimió el servicio de tranvías en la zona céntrica de la ciudad3, eliminándose así un medio de transporte no sólo tradicional y pintoresco, tal como tienen muchas ciudades en Europa y en Estados Unidos, sino también un sistema de movilidad popular, económico y que no contaminaba el medio ambiente. Aunque la fecha establecida para dar por finalizado el último servicio fue el 26 de diciembre de 1962, las últimas líneas rodaron hasta el 19 de febrero de 1963, fecha en que se extinguieron definitivamente los tranvías en la ciudad de Buenos Aires.

3 Zavala, Juan Ovidio. Racionalización para el desarrollo. Editorial Depalma, Buenos Aires, 1991, pág. 215.

El tranvía en el tango

Recuerda Alberto Mastra en “Miriñaque”: … Cuando los novios se sentaban a tres metros,/ era el fonógrafo la moda antes del dial,/ cuando en Victoria se paseaba por el centro,/ había una línea solamente de tranway…

Cuenta Cátulo Castillo en “Milonga del mayoral”: Soy el criollo mayoral, que va,/ que va tocando en la vía, tará rarí,/ su cornetín de alegría, que da la señal/ de que ya viene el tranvía…

En “El mayoral del tranvía” dice Francisco Laino: Soy mayoral del tranvía/ que por las calles serenas,/ llevé blancas azucenas/ despertando simpatías…/ Con ese tarí… taría…/ de mi modesta corneta/ brindé a las mozas coquetas/ un madrigal de alegría/ (…) Yo soy el pasado que quiere volver,/ a ser lo que ha sido, reliquia de ayer./ (…) Con ese tarí… taría…/ en el viejo Buenos Aires/ dejó preciosos donaires/ el mayoral del tranvía.

En “Talán, talán” expresa Alberto Vacarezza: “Talán, talán”: Talán, talán, talán…/ pasa el tranvía por Tucumán./ “Prensa”, “Nación” y “Argentina”/ gritan los pibes de esquina a esquina…

Alberto Tagini memora en “El cornetín del tranvía”: … Así cruzaba el tranvía/ la Buenos Aires baldía/ de los románticos días…

Y en “Cornetín” Homero Manzi y Cátulo Castillo expresan: Tarí, tarí./ Lo apelan Roque Barullo/ conductor del Nacional./ Con su tramway, sin cuarta ni cinchón,/ sabe cruzar el barrancón de Cuyo./ El cornetín, colgado de un piolín,/ y en el ojal un medallón de yuyo/ (…) Talán, tilín,/ resuena el campanín/ del mayoral/ picando en son de broma/ y el conductor/ castiga sin parar/ para pasar/ sin papelón la loma…

En “Tiempo de tranvías” evoca Héctor Negro:

Tiempo de tranvías tropezando el empedrado.

Patios que se abren a la luna y al parral.

Mágicos zaguanes con temblor de besos largos.

Penas de ginebra que tanguean en el bar.

Vuelven esos ecos de las mesas de escolaso.

Noches con la barra en la esquina fraternal.

Sábado y milonga que promete el club de barrio

y el domingo, lleno de ese fútbol sin igual.

Tiempo de tranvías,

que allá se desbarrancaron.

De los carnavales

que fueron de otra ciudad.

Te vieron mis ojos pibes

Encendidos y asombrados.

Te canta mi tango nuevo,

con ganas de recordar.

Tiempo lindo de tranvías,

que fueron de otra ciudad…

Fueye de Pichuco cuando el gordo era muchacho.

El violín de Gobbi y la orquesta de Caló.

Barras milongueras de Pugliese en cada barrio.

Tangos del 40 que canté con otra voz.

Era mi Corrientes colmenar de tango vivo.

Era cada ochava la promesa de un cantor.

Tiempo de tranvías, de las calles con silbidos.

Sé que ya el olvido no podrá jamás con vos.

Tiempo lindo de tranvías,

que fueron de otra ciudad…

Carlos A. Manus

Mayo, 2010

Referencias:

Aresti José Pedro y Alberto Rasoreé. Tranvías en Buenos Aires. Buenos Aires Antiguo.

Asociación Amigos del Tranvía y Biblioteca Popular Federico Lacroze (www.tranvia.org.ar).

www.todotango.com

Buenos Aires, ciudad de tranvías y de tango

Los tranvías a caballo comenzaron a circular por Buenos Aires en el año 1863 como complemento del ferrocarril . Cuando pasaron a utilizarse como transporte urbano, las primeras líneas fueron la “Tramway Central”, propiedad de Julio y Federico Lacroze, y la “Tramway 11 de Septiembre” de Agustín, Teófilo y Nicanor Méndez, ambas inauguradas el 27 de febrero de 1870. En 1880 aparecen las grandes compañías como la “Tramway Anglo Argentino. Los tranvías a caballo desaparecieron en 1910.

El 25 de octubre de 1892 se ensaya el primer tren eléctrico en la ciudad de La Plata y las primeras líneas se instalan cinco años después. El 22 de abril de 1897 se inauguró un servicio de tranvía eléctrico que recorrió la avenida Las Heras desde Canning (hoy Scalabrini Ortiz) hasta Plaza Italia, en un vehículo que se desplazaba a 30 kilómetros por hora.

El 4 de diciembre de 1897 se inauguró una línea que unía la avenida Entre Ríos con el barrio de Flores. Comenzando a aumentar el tránsito del tranvía que llegó a los barrios a un módico precio de diez centavos el boleto, convirtiéndose en un simpático servicio popular.

Los tranvías eléctricos crecerían hasta que Buenos Aires fuera conocida como “la ciudad de los tranvías”, con la mayor relación mundial entre habitantes y kilómetros de vías. (“Tiempo libre en el Centenario” de Alejandro Poli Gonzalvo. La Nación, 7 de mayo, 2010).

Entre las cinco y las siete de la mañana se expendía el “boleto obrero” al precio de cinco centavos. Cuando se compraba el boleto obrero de ida y vuelta al costo de diez centavos el regreso debía efectuarse después de las 4 de la tarde. El 11 de noviembre de 1949 se abolió ese boleto.

En la madrugada del 12 de julio de 1930 cayó al Riachuelo un tranvía con un pasaje de 60 obreros que se dirigían a sus trabajos y que – salvo cuatro que sobrevivieron- encontraron una muerte horrible porque, debido a la intensa niebla, el motorman (conductor) no advirtió que el puente había sido levantado para permitir el paso de una chata petrolera. El 8 de abril de 1943 -¡trece años después!- la justicia ordinaria fallaba el juicio de indemnización promovido por sus deudos reconociéndoles sumas variables entre 1.500 y 2.000 pesos.

En Los perduellis4 se indigna José Luis Torres: “¡Mil quinientos pesos por la vida de un hombre! ¡Y trece años para hacer el bárbaro justiprecio! ¿Y la sangre, y el dolor y las lágrimas? Todo eso nada importa mientras prosperen los negocios de los monopolios y de los millonarios envilecidos y envilecedores.” 5

4 En la Antigua Roma se llamaba perduellis al enemigo interno de la patria. El crimen de perduellio y el de peculado (apoderamiento ilegítimo de bienes del estado) eran castigados con la pena de muerte. (Derecho Penal Romano, tomo I, pág. 74).

5 Torres, José Luis. Los perduellis. Editorial Freeland. Buenos Aires, 1973, pág. 116.

Durante la manifestación del 17 de octubre de 1945, desde el balcón de la Casa Rosada el coronel Juan Domingo Perón anunció a los manifestantes que había renunciado a sus puestos en el gobierno y el ejército y que había dejado firmado el decreto estableciendo el aguinaldo. En su oposición cerril a todo lo que proviniera del gobierno, aunque significara un propio beneficio, los tranviarios desfilaron por la ciudad vestidos con sus grises uniformes portando carteles en los que se leía “No queremos el aguinaldo”.

Durante la gestión del presidente Arturo Frondizi, alegando obsolescencia del material y déficit presupuestario, mediante el Decreto 5565 (30/6/1961) se suprimió el servicio de tranvías en la zona céntrica de la ciudad6, eliminándose así un medio de transporte no sólo tradicional y pintoresco, tal como tienen muchas ciudades en Europa y en Estados Unidos, sino también un sistema de movilidad popular, económico y que no contaminaba el medio ambiente. Aunque la fecha establecida para dar por finalizado el último servicio fue el 26 de diciembre de 1962, las últimas líneas rodaron hasta el 19 de febrero de 1963, fecha en que se extinguieron definitivamente los tranvías en la ciudad de Buenos Aires.

6 Zavala, Juan Ovidio. Racionalización para el desarrollo. Editorial Depalma, Buenos Aires, 1991, pág. 215.

El tranvía en el tango

Recuerda Alberto Mastra en “Miriñaque”: … Cuando los novios se sentaban a tres metros,/ era el fonógrafo la moda antes del dial,/ cuando en Victoria se paseaba por el centro,/ había una línea solamente de tranway…

Cuenta Cátulo Castillo en “Milonga del mayoral”: Soy el criollo mayoral, que va,/ que va tocando en la vía, tará rarí,/ su cornetín de alegría, que da la señal/ de que ya viene el tranvía…

En “El mayoral del tranvía” dice Francisco Laino: Soy mayoral del tranvía/ que por las calles serenas,/ llevé blancas azucenas/ despertando simpatías…/ Con ese tarí… taría…/ de mi modesta corneta/ brindé a las mozas coquetas/ un madrigal de alegría/ (…) Yo soy el pasado que quiere volver,/ a ser lo que ha sido, reliquia de ayer./ (…) Con ese tarí… taría…/ en el viejo Buenos Aires/ dejó preciosos donaires/ el mayoral del tranvía.

En “Talán, talán” expresa Alberto Vacarezza: “Talán, talán”: Talán, talán, talán…/ pasa el tranvía por Tucumán./ “Prensa”, “Nación” y “Argentina”/ gritan los pibes de esquina a esquina…

Alberto Tagini memora en “El cornetín del tranvía”: … Así cruzaba el tranvía/ la Buenos Aires baldía/ de los románticos días…

Y en “Cornetín” Homero Manzi y Cátulo Castillo expresan: Tarí, tarí./ Lo apelan Roque Barullo/ conductor del Nacional./ Con su tramway, sin cuarta ni cinchón,/ sabe cruzar el barrancón de Cuyo./ El cornetín, colgado de un piolín,/ y en el ojal un medallón de yuyo/ (…) Talán, tilín,/ resuena el campanín/ del mayoral/ picando en son de broma/ y el conductor/ castiga sin parar/ para pasar/ sin papelón la loma…

En “Tiempo de tranvías” evoca Héctor Negro:

Tiempo de tranvías tropezando el empedrado.

Patios que se abren a la luna y al parral.

Mágicos zaguanes con temblor de besos largos.

Penas de ginebra que tanguean en el bar.

Vuelven esos ecos de las mesas de escolaso.

Noches con la barra en la esquina fraternal.

Sábado y milonga que promete el club de barrio

y el domingo, lleno de ese fútbol sin igual.

Tiempo de tranvías,

que allá se desbarrancaron.

De los carnavales

que fueron de otra ciudad.

Te vieron mis ojos pibes

Encendidos y asombrados.

Te canta mi tango nuevo,

con ganas de recordar.

Tiempo lindo de tranvías,

que fueron de otra ciudad…

Fueye de Pichuco cuando el gordo era muchacho.

El violín de Gobbi y la orquesta de Caló.

Barras milongueras de Pugliese en cada barrio.

Tangos del 40 que canté con otra voz.

Era mi Corrientes colmenar de tango vivo.

Era cada ochava la promesa de un cantor.

Tiempo de tranvías, de las calles con silbidos.

Sé que ya el olvido no podrá jamás con vos.

Tiempo lindo de tranvías,

que fueron de otra ciudad…

Carlos A. Manus

Mayo, 2010

Referencias:

Aresti José Pedro y Alberto Rasoreé. Tranvías en Buenos Aires. Buenos Aires Antiguo.

Asociación Amigos del Tranvía y Biblioteca Popular Federico Lacroze (www.tranvia.org.ar).

www.todotango.com

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ALBINÍSIMAS por Albino Gómez

| 12 octubre, 2014

Publicadas en La Prensa

UN GRAN PLACER 

Escuchar el silencio.

 

NO DAR TANTAS EXPLICACIONES

Porque los amigos no las necesitan, los enemigos no las creen y los estúpidos no las entienden.

 

NO ATENDER CIERTOS LLAMADOS

Por ejemplo, el del pasado, porque no tiene nada nuevo que decirte.

 

CONDUCTA ADECUADA

Si hacés un favor nunca lo recuerdes. Si lo recibís, nunca lo olvides.

 

AMÉ MUCHO A MI MASCOTA

Era  una perrita “golden”, y cuando le preguntaba cómo me veía, me decía: ¡GUAU!

Obviamente me levantaba el ánimo. Porque los perros no mienten.

AVISO

“Busco mujer con buena ortografía  para tener una buena relación textual”

NO BASTAN LOS BUENOS MODALES

Porque peor que hablar con  la boca llena es hacerlo con la cabeza vacía.

 

 

 

 

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EL MISTERIO DE LA PERSONALIDAD DE GETÚLIO VARGAS por Alberto Ferrari Etcheberry*

| 11 octubre, 2014

Lira Neto: Una biografía que ayuda a develarlo

Gosto mais de ser interpretado do que de me explicar.

Getúlio Vargas

Ningún tema en la bibliografìa sobre Brasil ha recibido tantos estudios como el varguismo, la llamada  Era Vargas,  habitualmente considerada la etapa fundamental para entender la historia contemporánea del país.  Cabe justificar, entonces, porqué  escribo este artículo, motivado por la lectura de    “Getúlio”  de Lira Neto, aunque no me limitaré a ese libro. ( Lira Neto: dos tomos, el primero  1882-1930  y el segundo 1930-1945,  recién aparecidos  y  con  un tercero que su autor anuncia para el año próximo, a los 60 años del suicidio de Getúlio Dornelles Vargas. )

Alguna vez  Lula  explicó que la particularidad de su patria era que  todo había sido hecho por una única  clase, lo que explicaría que a menudo se recuerde la capacidad  para cambiar  sin cambiar de las elites brasileñas dejando inalterado  lo esencial,  como describió  Tomasi di Lampedusa  en  Il Gattopardo .( "Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi")

Se lo dijo expresamente respecto de Vargas: “ Getúlio, ministro de Hacienda  del  gobierno que derrocó, muestra que  Brasil tiene una increíble capacidad para cambiar sin cambiar mucho, para dejar que todo quede como está.”

No parece sin embargo que  el varguismo se agote en el gatopardismo. Y mucho menos en relación al presidente Washington Luis y sus antecesores.

Fernando Henrique Cardoso (FH)  siendo presidente (1994-2002) , aseguró, como sociólogo, que con su gobierno había terminado  la Era Vargas, iniciada con la revolución de 1930.  FH se refería – cito su descripción en Folha – a su política de estrecha vinculación de la economía brasileña con el sistema financiero internacional, de apertura comercial, de limitación de la actividad del estado en las relaciones económico-sociales, de la valorización del real atado al dólar como instrumento contra la inflación, hasta la devaluación del real por una “decisión  solitaria” y personal,  inmediatamente posterior a su reelección. Todo eso era el fin de la Era Vargas  – “que traba el presente y retarda el progreso de la sociedad brasileña”, como FH había anunciado al asumir la presidencia en 1995. Pero ya en el año 2001 Luis Verissimo en “ O último Bragança e o primeiro Silva “, lo acotaba y lo contradecía:  “ En su propia valoración el gobierno de Éfe Agá (F.H, esto es Cardoso) acabó con la era Vargas … si Lula venciera en las elecciones  también F.H. puede pasar a la historia de una Era que tiene la edad de Brasil: la Era Braganza. … todos los presidentes de la República fueron herederos políticos de los Braganza, prototipos de la gran esperanza brasileña de simular una Historia para no tener que hacerla … F.H. era lo mejor que nuestra oligarquía esclarecida podía producir. Su fracaso significa el fin del ideal ciceroniano de la casta iluminada… Ni Vargas ni cualquier otro pseudo o pretendido populista escapó al molde de la Era. Todos eran de ese linaje, aunque no lo quisieran. O supieran. Una improbable (sic) victoria de Lula no significará, claro, la toma del poder por la "clase peligrosa". El también  dependería  de una casta intelectual a su lado y de la buena voluntad del patriciado, y ni hablar del  Congreso y del "mercado", para poder gobernar. Pero será el primer presidente que no tendrá  "Braganza" implícito en su nombre. El primer Silva auténtico…” (Luis Fernando Veríssimo,  20/08/2001)

Lo “improbable” se hizo realidad y sigue vigente,  acusado por  FH  y sus amigos de retorno al nacional desarrollismo varguista, cuando no simplemente de populista; término que, declaro, no entiendo; y menos cuando la política liderada por Lula, tan contradictoria con la de FH, ha incorporado 40 millones de brasileños al consumo de clase media y transformado el noreste,  abandonado por todos y también  por Vargas.

De todos modos no está allí  la razón por la cual se justifica este artículo.  Tampoco porque yo pretenda sumarme  a  la, a mi juicio, exagerada y apresurada tesis de la similitud entre varguismo y peronismo y, más concretamente, entre Vargas y  Perón : ¿alguien puede imaginarse un suicidio de Perón?

Este libro del periodista Lira Neto ha recibido una multitud de elogios en Brasil, pese a algunas severas críticas de historiadores profesionales que lo acusan de  presentar como nuevos hechos y documentos que ya eran conocidos.

Sea como fuere, en una clara narración, Lira Neto se basa en un caudal formidable de informaciones, uniendo  fuentes privadas  (la biografía de su hija Alcira Vargas)  al diario personal de Vargas y a la correspondencia de su archivo, que desde el Getúlio más íntimo se acercan a lo que se ha llamado reiteradamente  el “misterio”  de Vargas y  que a mí me permite pergeñar  respuestas a interrogantes que,  creo, se vinculan a la comprensión de Brasil y de  los brasileños.   

¿Cómo fue posible que de una aldea fronteriza de las misiones jesuitas  de Rio Grande del Sur, frente  al río Uruguay ( São Borja, hoy de no más de 70.000 habitantes) que era y es un símbolo de la cultura terrateniente y ganadera  gaúcha,  similar a Corrientes, surgiera el más importante  proyecto industrializador brasileño,  apoyado en los trabajadores urbanos?  São Borja (unido hoy por un  puente a Santo Tomé, Corrientes)  no fue sólo la cuna y la escuela del estanciero Getúlio y de su familia sino también las de su principal discípulo y continuador, el también estanciero Joâo Jango Goulart. Con ver el mapa del Brasil creo que basta para sorprenderse  que desde ese pequeño punto marginal, tan influido por y tan parecido a la provincia argentina de Corrientes  y al Uruguay anterior a José Battle,  naciera la historia que hoy simbolizan San Pablo y el ABC paulista. “Sâo Borja, al mismo tiempo ruda y con pretensiones aristocráticas en sus grandes estancias, no tenía escuela secundarias” pero favorecía el enriquecimiento desde abajo de quien tuviera audacia y coraje, como ocurrió con el padre de Getúlio,  para afrontar  la vida política,  de alto costo físico, como que con habitualidad llegaba hasta el degüello de los adversarios,

Boris Fausto, uno de los principales historiadores del Brasil, da una clave para comprender a  Getúlio : “En una de las páginas de su diario, escrito entre 1930 y 1942, Getúlio Vargas anotó:

“Me gusta más ser interpretado que explicarme”

Fausto resume su opinión sobre el trabajo de Lira Neto: “Su libro contribuye significativamente para la comprensión  del personaje…El estilo periodístico del autor concreta un  texto fluido  que evita, al mismo tiempo, los recursos fáciles y la banalidad. En base a una impresionante investigación, Lira Neto narra, con brillo y riqueza de detalles, la historia de la vida personal y de la vida pública de Getúlio…”

Rio Grande do Sul

La vida personal y la vida pública: ante todo,  Vargas es un típico riograndense.

El estanciero Getúlio llega casi cincuentón a la primera plana de la política nacional. Su experiencia  personal y política ejemplifica la riograndense : poco valor a la vida, siempre  violenta y  con predominio de odios y venganzas entre los verdaderos clanes que eran las familias.  Sâo Borja era un feudo de la familia Vargas, bajo el dominio del padre, el general “honorario” Manuel Vargas, simple soldado en la guerra del Paraguay  que por su arrojo  subió a cabo, sargento,  teniente y  finalmente capitán. Los recuerdos de esa guerra alimentaron las fantasías  y los juegos del joven Getúlio,  aunque  el enemigo acérrimo del clan de su padre era el clan de la familia de su madre, los Dornelles.

Rio Grande es la región menos brasileña del Brasil, donde aun se reprocha al Imperio la derrota en la guerra contra la Argentina , 1825-1827 simbolizada por la  batalla de  Ituzaingo ,  por la pérdida  de la provincia Cisplatina (Uruguay) y, con ello, el acceso al Rio de la Plata, obsesión imperial, pese  a que debió recurrir a mercenarios europeos.  Rio Grande es el estado que recibió menos esclavos africanos; poblado por colonos azorianos y más tarde por alemanes e italianos. Durante una década, 1835-1845, guerra de los Farrapos es una república independiente,  teatro de aventuras y hazañas de Garibaldi, que incluyeron al Uruguay y a la Argentina, cuyo historiador es precisamente Lindolfo Collor, ( conocido como “el alemán” porque sus padres lo eran) el primer ministro de Trabajo de Vargas.  Los riograndenses no olvidan esa república: la Constitución estadual  de 1891 mantuvo como insignia  el  “pabellón tricolor de la malograda República de Rio Grande”, y aun es así,  y rindió homenaje a su jefe Bento Goncalves y a “sus gloriosos compañeros de la cruzada de 1835”.

Tampoco hubo paz después del negociado fin, sin vencedores ni vencidos,  de esa Revolución Farroupilha o República de Piratini , su capital, “el mito fundador del gaúchismo”. De 1893 a 1895,  la guerra civil de la  Revolución Federalista, (“la mayor y la más sanguinaria de todas  las guerras civiles brasileñas”, dice Lira Neto,  cuyos 10.000 muertos equivalían a un tercio de la población masculina de Porto Alegre )  y que  enfrenta a los Vargas con los Dornelles.  Como había ocurrido con  Fructuoso Rivera  y Manuel Oribe durante  la Farroupilha  la guerra estaba centrada en dos partidos que expresaban los íntimos vínculos con Uruguay, cuyas tierras eran apetecidas – y  compradas – por los ganaderos riograndenses  Aparicio Saravia,  jefe del Partido Nacional uruguayo (blancos) es de familia brasileña (Saraiva) y, a la muerte de su hermano Gumersindo lo reemplaza como jefe de los federalistas riograndenses (Maragatos) derrotados por los republicanos del PRR (pica pau) de Julio (Prates) de Castilhos, quien habría recibido la cabeza del degollado Gumersindo como trofeo de guerra.

El  sucesor de Julio de Castilhos  es Borges de Medeiros, quien  mantendrá el férreo liderazgo sobre el PRR y de hecho gobernará sin límites un cuarto de siglo. En 1923, una nueva sublevación federalista,  que sumaba algunos disidentes del PRR, dirigida por el diplomático Joaquin Francisco de Assis Brasil (fue varias veces representante brasileño en Buenos Aires)  termina en un acuerdo – la transacción  no era incompatible con las matanzas – que concluye con las reelecciones de Borges de Medeiros. Lo sucederá Getúlio con la misma  política y eso abre el escenario  nacional para el PRR :   Getúlio  es ministro de Hacienda del presidente Washington Luis (Pereira de Souza) ;  y luego permite el frente único gaúcho que abrirá el camino a la revolución de 1930 que lo derrocará y a la presidencia de Vargas.

 

El positivismo comtiano castilhista

Una raíz principal de Getúlio es el positivismo de Augusto Comte.

Julio de Castilhos era el jefe indiscutido del PRR.  Mal orador ( tartamudo) hace de su periódico el Corán del PRR, continuando y profundizando  el positivismo comtiano que con Benjamin Constant  (Botelho de Magalhaes) y la juventud militar había dado la sustancia al golpe militar que derrocó a la monarquía, estableciendo la república en 1889, un año después  de la abolición de la esclavitud sin indemnización, base social del Imperio. La República adopta e inscribe en su bandera, hasta hoy, los principios comtianos : “Ordem e Progresso”, resumen de la frase completa de Comte  inscripta en Río en el monumento al presidente y general el “Mariscal de Hierro” Floriano Peixoto:  “el amor por principio, el orden como base y el progreso como fin”

El republicanismo brasileño fue diferenciando dos sectores: uno, liberal, influenciado por la experiencia norteamericana y otro autoritario de raíz positivista, cuya primacía de la educación  dominó la enseñanza militar, fortaleciendo el espíritu de cuerpo  con la instauración de la república como su misión histórica. Durante el Imperio – y también después – la carrera militar, especialmente en el Ejército,  era elegida por los hijos de las clases medias urbanas,  por  razones laborales y de ascenso social,  que fueron muy receptivos al discurso comtiano.  Proclamada la república, muy rápidamente la influencia positivista separó la Iglesia del estado, estableció el casamiento civil, y la reforma educacional de Benjamin Constant  y  eliminó los feriados religiosos, aunque en un clima cultural y político ya preparado por la llamada  “Cuestión religiosa” , el ataque frustrado a la dominante presencia masónica que terminó con dos obispos católicos encarcelados.

Pronto  el centro positivista  brasileño pasa a Rio Grande del Sur con su jefe Júlio de Castilhos, que impone el programa (1890) del Partido Republicano Histórico de Rio Grande del Sur (PRR)  en la constitución estadual de 1891 que él redacta ( sancionada en una fecha simbólica, el 14 de julio de 1891 y  publicada en honor de Comte en el centenario de su muerte)  y que es ejemplo del  positivismo autoritario.

El régimen republicano debía asentarse en las verdades científicas para asegurar el orden y lograr el progreso. Castilhos  sostenía que la sociedad debía regirse por las leyes de las matemáticas y la biología, una “dictadura científica”, pues el poder debería venir del saber y no del voto, un “Ejecutivo hipertrofiado” con  la   “tarea suprema” de modernizar a la sociedad, regenerar el Estado y educar a los habitantes para la vida en común, incorporando al proletariado desprotegido por medio de la “tutela benéfica del estado”. Esos son  principios que se incluyen en la Constitución de Rio Grande, como el  voto descubierto, la austeridad, la reelección indefinida, la designación del vicepresidente por el Presidente del estado,  el Legislativo reducido a una breve función deliberativa y  presupuestaria y otras medidas típicamente positivistas como la eliminación de restricciones para el ejercicio de toda profesión  y la prohibición  del anonimato en la prensa, sin  respeto alguno al voto, considerado un “dogma metafísico”, siguiendo la enseñanza de  Comte:  “toda elección  de los superiores por los inferiores es profundamente anárquica”. En suma :una dictadura republicana comtiana.

Getúlio a los 18 años elige la  carrera militar y es registrado  como de tez blanca, de ojos oscuros, que sabe leer y escribir, imberbe, de un metro y 50 centímetros  de altura. Lira Neto exagera: “prácticamente un enano”  aunque, dice, en párrafo dudoso, que luego crecería, sin llegar al metro sesenta, lo cual no  era un obstáculo, tal vez por la preeminencia dada en las escuelas militares al estudio de Comte. Expulsado por haber adherido a un motín estudiantil, pasa luego a la facultad libre de derecho de Porto Alegre y se gradúa de abogado. Poco después pronuncia su primer discurso, representante estudiantil, en las exequias de Júlio de Castilhos (1903)  pese a que no poseía la voz estentórea  tradicional: “Júlio  de Castilhos para Rio Grande es un santo. Es santo porque es puro, es puro porque es sagrado, es grande porque es sabio…él fue el hombre puro de la República, el Evangelizador de un  pueblo,  y su cuna es la Jerusalén de los elegidos…no sembró en tierra estéril y sus bellas enseñanzas serán continuadas”. Getúlio ratificará  su compromiso político poco después (1906) con motivo de la visita a Porto Alegre del presidente  Affonso Pena y del poderoso senador  riograndense, virtual presidente,   Pinheiro Machado: “conservar mejorando”, divisa del PRR que le permite a Getúlio definir al político ideal: “Conservador progresista”. Al año siguiente para defender en las elecciones lo que los adversarios, incluyendo una disidencia del PRR,  llamaban el “castilhismo positivoide”, se funda el Bloque Académico Castilhista en cuyo nombre Getúlio habla ante Pinheiro Machado, definiendo una conducta que sostendrá toda su vida  : hay que  “esperar la marcha de los acontecimientos colocándose al frente para guiarlos”. El Bloque lanza O Debate (jornal castilhista)  contra los “degenerados” opositores y defiende la necesidad de un estado que dicte y haga cumplir  las normas, “conducido por gobiernos fuertes y capaces que guíen los destinos colectivos.” El oficialismo gana las elecciones con las habituales acusaciones de fraude que abren para Getúlio  la carrera pública, que a su llegada una multitud celebra en Sâo Borja, donde su padre administra el pueblo y sus negocios ganaderos.  Pronto será diputado estadual, en un cuerpo en el que no se podía contradecir al jefe Borges de Medeiros. Practicará la abogacía en escala pueblerina.  Conocido como “eterno enamoradizo”  en 1911 elige para su matrimonio a una joven de 14 años. No hay casamiento religioso, siguiendo la trinidad positivista (Humanidad, Tierra, Universo) y sus convicciones anticatólicas, manifestadas en el nombre del primer hijo: Lutero.

La violencia

La violencia riograndense no era sólo verbal. Una familia rival del clan Vargas  denuncia al mayor de los hijos, el “coronel” Viriato, intendente de Sâo Borja, por “estuprador  habitual como es público.” Borges de Medeiros envía un investigador, eligiendo debilitar su relación con los Vargas.    Viriato tiene una larga historia de violencias, incluyendo muertes,  desde adolescente,  negocios turbios, contrabandos, robo de archivos judiciales invadiendo la  casa de un juez, ejecuciones de rivales por sus sicarios incluyendo la expulsión de la ciudad de un personaje mítico,  bautizado por Rui Barbosa como La hiena de Cati, invasor del territorio uruguayo con degüellos, estupros, robos, que el gobierno brasileño debió resarcir. La denuncia la hace un médico, que fuera  amigo de los Vargas, quien es asesinado en su consultorio. Viriato es procesado y huye a Corrientes, Santo Tomé. Su defensor es Getúlio.

Al mismo tiempo hay un conflicto nacional: Pinheiro Machado, postula  al saliente  presidente mariscal  Hermes de Fonseca para senador por Rio Grande, en medio de graves y grandes convulsiones opositoras en Río, que culpan a ambos por la calamitosa situación financiera. Pinheiro Machado es asesinado. Getúlio habla en su homenaje y el resultado lugareño es un arreglo que devuelve a los Vargas, vencedores en las elecciones,  al aprecio del  jefe Borges, quien le ofrece a Getúlio la jefatura de la policía estadual. No la acepta y vuelve a Sâo Borja. 

 

El Ejército en Río Grande

La presencia  militar es otra característica riograndense. Además de la fuerza militar estadual ( que Vargas después de 1930 eliminará) el principal cuerpo del ejército federal está radicado en Rio Grande, como que  la frontera con la Argentina es la de mayor importancia estratégica. También en los años veinte, se producen los levantamientos de jóvenes oficiales del ejército: el tenentismo, que en 1924  incluyen el del gaúcho Luis Carlos Prestes que dará lugar  a la legendaria Columna Prestes-Miguel Costa (nacido en la Argentina) que recorre por el interior brasileño 25 mil kilómetros  durante más de  dos años en combates con el Ejército y  fuerzas militares y civiles  estaduales, sin poder ser derrotada.  

El tenentismo es el otro factor que enmarca a la revolución de 1930, una alianza o apoyo en buena medida  generado  por  el joven gaúcho Oswaldo Aranha, quien con desacuerdos y rupturas  acompañará a Gétulio hasta su suicidio. Salvo el capitán Prestes, ya de hecho comunista, sus compañeros  se sumarán a la revolución y al gobierno provisorio de Vargas.

El misterio de Getúlio

No sorprende que haya un generalizado consenso en cuanto al misterio de la personalidad de Gétulio, ignorando  su arraigada formación en el positivismo castilhista.  

Como jefe del Gobierno Provisorio Getúlio expone en Belo Horizonte su principal programa de gobierno  en 1931, junto con  O.Aranha en un homenaje al federalista  y liberal Raul Pilla. Vargas recurre a una explicación que reiterará frecuentemente, de raíz castilhista: “aprovechando la suma de poderes que la Nación confirió al gobierno provisional  y que le permiten realizar con relativa facilidad reformas radicales  imposibles de ejecución en períodos de normalidad constitucional”.  Concreta: el problema máximo es el siderúrgico. Minas Geraes es el hierro y la edad del hierro será la independencia  económica, nacionalizando la industria siderúrgica, que liberará al maquinismo de la agricultura de la dependencia del extranjero. Sería un error  repudiar el capital extranjero pero la defensa nacional exige nacionalizar  la propiedad y el dominio de las riquezas naturales. Aranha homenajea calurosamente a Assis Brazil y a Pilla quien, respaldando el frente único gaúcho, subraya, en contraste conceptual,  que “prometemos al Brasil una democracia liberal”, presagio de la ruptura que se producirá al año siguiente con el levantamiento paulista.

 El positivismo brasileño castilhista es nacionalista,  favorable al intervencionismo estatal  y socializante o, al menos, partidario de la inclusión del proletariado en la sociedad moderna. Lo que era una propuesta vaga en Castilhos  la precisará  Vargas  después de la revolución con Lindolfo Collor, primer ministro de Trabajo (1930)   y particularmente en la dictadura plena del Estado Novo (1937). El  análisis del “Patriarca”, como se llamaba a Castilhos, le permite al joven Getúlio saludar al presidente Penna con un presagio certero: “el futuro considerará a Vuestra Excelencia un conservador progresista” y una precursora defensa de la industrialización.

Aunque pequeño, el grupo positivista en la Constituyente de 1891 impuso el presidencialismo como lo más cercano  a la dictadura,  compartiendo el rechazo de Comte  al parlamentarismo; lo hace  enfrentando al republicanismo civil  y liberal paulista, crítico de Constant y de los militares, expresión de la expansión  del café y de la gran propiedad agraria que definió al segundo Imperio, liberado con la inmigración de la necesidad de la mano de obra esclava, que había sido asegurada por el Imperio.

Silvio Romero definió:  “el ejército ha gobernado a la república y el sectarismo positivista  dirige al ejército”.  Es la tesis de Comte:  el gobierno debe ser republicano y no monárquico, la república debe ser social y no política y la república social debe ser dictatorial y no parlamentaria.

El positivismo logra la aceptación de su saludo:“saude e fraternidade” y del calendario de 13 meses cuyos nombres son los de  grandes figuras occidentales de las ciencias, la filosofía, la religión y la industria: comienza con Moisés (mes 1) y termina (mes 12) con  Federico el Grande y el fisiólogo Bichat (mes 13).

El nacionalismo del positivismo brasileño seguía el principio comteano de la Humanidad por  encima de la Patria pero su preocupación era un cosmopolitismo que afectara  la unidad cultural.  Vargas, con la experiencia riograndense,  lo instrumentará  en su dictadura estableciendo cuotas de inmigrantes permitidos calculadas sobre la cantidad existente ya integrada.   

El sector ortodoxo del positivismo  en “A incorporação do Proletariado na Sociedade Moderna” alentaba  medidas  para la “cuestión social” muy significativas para una sociedad que no había aun completado dos años sin esclavitud.  Proponía ingresos fijos con gratificación variable, jornada laboral máxima de siete horas, descanso dominical y en días de fiesta nacional, licencia por enfermedad, prohibición de renuncia o cesantía luego de siete años de empleo, jubilación a los  63 años, licencia por enfermedad, vacaciones pagas.  Teixeira Mendes las propone en 1912 como ley pues  la Constitución  establecía que la enumeración de derechos no implicaba a los no incluidos. Como es obvio, dada la época, nada se aprobó. aunque quedó como una expresión del alcance conceptual   del positivismo brasileño que se concretará con Vargas después de 1930.

El “Apostolado” positivista también establecía que toda industria de utilidad social que no pudiera ser ejecutada por la iniciativa individual sin monopolios ni privilegios, deberá ser realizada por la Unión o por los estados. Floriano, más realista,  amparó la actividad nacional, preferentemente  industrial y urbana,  concretando una tendencia que se tornaría habitual en los gobernantes positivistas,

Fue, sin embargo, Getúlio  el primero que alentó un  Estado intervencionista . Seguía así a Júlio de Castilhos que lo había buscado dentro de los límites de la estructura agropastoril riograndense, enfrentado en la cuestión ferroviaria al presidente Prudente de Morais, que es quien inicia el ciclo liberal que desaloja a la clase media base del positivismo. Castilhos   afirma una política de estado intervencionista que será acompañada por los militares, y seguida por su sucesor Borges de Medeiros, quien durante la primera guerra, siendo estadual el gravamen a las exportaciones, restringe y prohíbe la exportación de alimentos en resguardo del consumo popular, citando expresamente a Augusto Comte  para “promover definitivamente al proletariado en la sociedad moderna,  considerando al salario como el equivalente de la subsistencia y no como recompensa al trabajo humano.”

La formación social en Rio Grande es muy distinta a la del resto de Brasil, sin monocutivo latifundista ni ganadería al estilo nordestino. No hubo casa grande e senzala sino el patriarcalismo doméstico,  igualitario e informal, del violento señor rural, amigo de sus servidores  modestos con  quienes repartía las vicisitudes de la guerra y de la paz. La similitud con el campo uruguayo o con Corrientes es clara. El cuadro de Rio Grande se completa con la presencia militar permanente  con su oficialidad positivista,  para justificar el arraigo castilhista  y sus valores que predominarán nacionalmente con Vargas a partir de 1930, con la participación predominante de riograndenses y del tenentismo.

Getúlio ya al comienzo (1932)  proclama su definición castilhista:  “Al jefe del gobierno provisional  le incumbe  auscultar los sentimientos del pueblo brasileño, oir el parecer de los líderes revolucionarios  que más fielmente los interpretan y actuar de acuerdo con la mayoría de la opinión  y, muy principalmente, en el sentido de satisfacer las necesidades vitales del país. El período dictatorial ha sido útil permitiendo la realización de ciertas medidas salvadoras, de tardía o difícil ejecución, dentro de la órbita legal. La mayor parte de las reformas iniciadas y concluidas no podrían ser hechas en un régimen en el que predominaran  los intereses de las conveniencias políticas y de los mandatos partidarios”. Esta descripción típicamente positivista de 1932 se acentuó aún  más con el Estado Novo (1937) , esto es, la vinculación al positivismo castilhista,  nacionalista, autoritario y si se quiere socializante, patrocinando el ingreso al área política de las clases trabajadoras bajo la tutela estatal: “la república debe ser social y no política”

Familia

Para el ideario positivista comteano  la unidad básica de la sociedad  no es el individuo sino la familia, la base de la civilización. En los actos de Getúlio la familia está siempre en un  primer plano. Parecería que su formación positivista encastrara con la cultura riograndense, los clanes familiares que lo marcan,  tanto  los Vargas como los Dornelles.

Durate  toda su vida política recurre a sus hermanos. Su destitución en 1945 se produce como reacción a que designara  Jefe de Policía a su hermano Benjamín. Ocurrirá lo mismo con la crisis final de su segundo gobierno que lo llevara al suicidio y aun parece también una manifestación de esa seguridad familiar la conducta del jefe de su custodia, hijo de esclavos criado en la casa de los Vargas, responsable del atentado a Carlos Lacerda y de la muerte de su guarda espaldas militar, que precipitó la crisis final.

Ni siquiera su hermano Viriato, desalmado delincuente, alejó a Getúlio del compromiso familiar.

La relación con su esposa Darcy, aunque convertida con los años en convivencia formal, manifestó similar respeto.  En  sus cuadernos íntimos,  que  Lira Neto recorre asidua e inteligentemente,  Getúlio vuelca sus profundos sentimientos por su amante,  joven de 24 años casada con un colaborador cercano en la presidencia, en una relación que duró varios años, con encuentros sigilosos  en su escondido “nido de amor” , a los  que siempre trató de ocultar para no agredir a su mujer o a sus hijos, en un ambiente  social y político en  el que  una situación de esa naturaleza era habitual. No oculta Getúlio a su confesionario escrito ni las expresiones de amor, casi adolescentes, ni tampoco la desazón, al borde de la enfermedad, provocada  por el viaje definitivo a Europa  de la “bien amada”.

También en la relación de Getúlio con la “bien amada” , que “interrumpió tres años y medio de vida regular” como escribió en su diario, es probable que Getúlio haya recibido n  la influencia de Comte  quien, felizmente casado, encuentra  a Clotilde de Vaux,  una trágica relación que con su muerte lleva a Comte a  la elaboración de una religión de la mujer.

“Antes la muerte que la deshonra.”

Tampoco el sentido de la muerte me parece ajeno a la formación positivista de Getúlio. Su suicidio de agosto de 1954 concreta un pensamiento constante en Vargas anterior  a la revolución de 1930, considerándolo la inevitable consecuencia del error y del fracaso. El suicidio es una posibilidad  que integra la acción política. 

 Corroborando las hesitaciones que tuvo al aceptar la revolución en 1930, explicó su decisión de unirse a las tropas en la “incierta aventura”: deseo hacerlo porque es mi deber, decidido a no regresar vivo a Río Grande si no como vencedor”.  Y lo ratificó después del triunfo, ya presidente provisorio: “ Cuantas veces desee la muerte como solución de la vida. Y al final, después de humillarme y casi suplicar para que los otros no sufriesen, sintiendo que todo era inútil, me decidí por la revolución yo, el más pacífico de los hombres, decidido a morir. Y vencí…entré de botas y espuelas (en San Pablo) para al otro día tomar posesión  del Gobierno en Catete, con  poderes dictatoriales…”

Durante la revolución paulista de 1932 lo reiteró: mi  sacrificio personal está en el campo de las posibilidades.

En 1938  como consecuencia del ataque del integralismo al Palacio presidencial entró en crisis la relación con la Alemania nazi :  “si fuera eliminado a traición o por sorpresa, no sería un modo de salir dignamente de la vida?

Cuando decidió apoyar a los países que constituirían el Eje anotó que no podría aceptar un posible desastre. “No sobreviviría con eso en la conciencia.  Y si perdemos? Seré señalado como el responsable. Sólo el sacrificio de la vida podría rescatar el error de un fracaso”. Lo reiteró durante la segunda guerra mundial. En abril de 1945, seis meses antes de ser derrocado,  escribió lo que sería un esbozo de carta testamento, volviendo a la imagen del sacrificio personal.

La carta testamento que acompaña a su suicidio no es un arrebato: tuvo una preparación minuciosa, con la colaboración de sus asesores íntimos.  Fue, sin duda, un acto político que buscaba un resultado político. Lo tuvo: con el levantamiento popular que provocó, impidió el intento de volver hacia atrás la historia.

Esa actitud  ante la muerte define, a mi juicio, la personalidad  y los claroscuros de Getúlio: un político, que tenía claro lo que buscaba y que anteponía los fines a los instrumentos para lograrlos. Se lo ha calificado de ambiguo, calculador,  hábil,  ladino, astuto, contradictorio, ambivalente; Lira Neto es más preciso : “un impresionante sentido de la oportunidad  y un casi  increíble talento para  conjugar el ocultamiento, la estratagema y la prudencia.”

Lo que está claro, además, que Vargas no tuvo lo que habitualmente se entiende por carisma: bajo, gordito, leía sus discursos, sólo al final practicó un deporte: el golf. Algo así como lo opuesto a Perón.

Es  difícil enumerar quienes fueron los que lo acompañaron desde su comienzo hasta el final, tal vez con la relativa excepción de Oswaldo Aranha.  Amigos  terminaron  perseguidos, adversarios duros llegaron del exilio para ser sus colaboradores: también un anti Perón; pienso en Bramuglia, Mercante, Reyes, Gay,  Jauretche. Getúlio no tuvo traidores al nivel de un Teisaire.

Es cierto que esa amplitud parece una característica brasileña, heredada de una élite dirigente formada en el imperio esclavócrata,  luego continuada  con una república y una cultura en la que el voto popular estuvo ausente, hasta como reivindicación, prohibido  o muy restringido hasta la Constitución de 1988.  Pero también lo es que en Vargas es algo más, cuenta Lira Neto:

            “Tiene usted enemigos, le preguntó un día el biógrafo Emil Ludwig a Getúlio. Debo tenerlos, pero no tan fuertes como para que no pueda tornarlos amigos, respondió Getúlio.  Y amigos?, insistió Ludwig. Claro que los tengo, pero  no tan firmes que no  puedan tornarse enemigos”, replicó Getúlio.

Adj:

–          opiniones de Fernando Henrique Cardoso y de Lula sobre el primer tomo del libro de Lira Neto.

–          Carta testamento de Vargas

Afe 021213

*Director del Instituto de Estudios Brasileños de la UNTREF

 

 

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