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LA LECCIÓN DE DAVOS, LÍDERES DESCONECTADOS DE LA REALIDAD por Roberto Savio*

| 7 febrero, 2016

Fuente “Other News”

Los ricos y los poderosos, que se encuentran cada año en el Foro Económico Mundial (FEM), en esta ocasión se reunieron en un estado de ánimo sombrío. No sólo porque el día que se encontraron cerca de U$ 8 billones desaparecieron de los mercados mundiales de renta variable por una “corrección”, sino también porque ningún líder podía estar de excelente estado de ánimo.

La  canciller alemana Ángela Merkel está perdiendo terreno debido a la manera como manejó la crisis de los refugiados. El presidente francés François Hollande se enfrenta a un descenso en las encuestas, lo que favorece a Marine Le Pen. El jefe del gobierno español, Mariano Rajoy prácticamente perdió las elecciones. El Presidente del Consejo de Italia, Matteo Renzi se enfrenta a una grave crisis del sistema bancario italiano, lo que podría destruir la tercera economía de Europa.

Unido a esto, los líderes de China, Brasil, India, Nigeria y otras economías de los “países emergentes”, como se les llama en la jerga económica, están atravesando una desaceleración económica grave, que afecta también a las economías del Norte. La ausencia de los presidentes de Brasil y China fue un signo revelador.

Sin embargo este último Davos quedará en la historia del FEM como el mejor ejemplo de la creciente desconexión entre las élites y los ciudadanos.

El tema del Foro fue “Cómo dominar la cuarta revolución”, la tesis de que el ingeniero y economista alemán Klaus Schwab, fundador y CEO de Davos, expone en un libro publicado pocas semanas antes. La teoría consiste en que estamos frente a una fusión de todas las tecnologías, lo que cambiará por completo el sistema de producción y trabajo.

La Primera Revolución Industrial a comienzos del siglo XIX, fue la de sustituir fuerza humana por las máquinas. Luego, al final de ese siglo apareció la Segunda Revolución Industrial, que fue combinar la ciencia con la industria, cambiando totalmente el sistema de producción. Luego, a mediados del siglo pasado, en la era de las computadoras, lo digital se consagra como la tercera revolución industrial. Según Schwalb , ahora estamos entrando en la Cuarta Revolución Industrial (CRI), donde los trabajadores serán sustituidos por robots y por la mecanización.

Durante la Conferencia, el banco suizo UBS distribuyó un estudio en el que se sostiene que la Cuarta Revolución “beneficiará a quienes tienen más”. Es decir, el rico será todavía más rico. Es importante para los profanos saber que el dinero que va a los súper ricos, no se imprime especialmente para ellos. En otras palabras, es el dinero que ha sido sustraído de los bolsillos de la gente…

Davos ha provocado reacciones notables: la primera aparece en 1991 con la fundación del Foro Social Mundial (FSM), donde 40.000 activistas sociales se congregan para denunciar como ilegítima la reunión de los ricos y poderosos en Davos, que otorga a la élite una plataforma para la toma decisiones, sin ningún mandato de los ciudadanos y principalmente con el propósito de proteger sus intereses.

El FSM declaró que “otro mundo es posible”, en oposición al Consenso de Washington, formulado por el FMI, el Banco Mundial y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos. Tal Consenso declaró que, dado que el capitalismo triunfó sobre el comunismo, el camino a seguir era desmantelar al Estado tanto como sea posible, privatizar, reducir los costos sociales que son por definición, improductivos y eliminar cualquier barrera al libre mercado.

El problema fue que, para evitar el contagio político, las reglas del FSM establecían la reducción de los Foros de debate interno y el intercambio entre los participantes, sin la capacidad para actuar en las instituciones políticas. Es en 2001 que Davos sí tuvo que tomar en cuenta Porto Alegre, una alternativa peligrosa; fuera de su radar …

En el último Davos, el FSM no era un punto de referencia. Pero lo fue el otro actor, la organización internacional de ayuda Oxfam, que en cada FEM , ha presentando un informe sobre la Riqueza Mundial.

Esos informes han ido documentando la rapidez de la obscena concentración de la riqueza, al punto de crear un mundo de desigualdad no conocido desde la primera revolución industrial.

En 2010, 388 individuos poseían la misma riqueza de 3,6 millones de personas, la mitad de la humanidad. En 2014, tan sólo 80 personas tuvieron ingresos equivalentes a los de 3.8 mil millones de personas. En 2015, el número se reduce a 62 individuos. La concentración de la riqueza está en aceleración. En su informe de 2015, Oxfam predice que la riqueza del 1% irá a superar al resto de la población en el año 2016: de hecho, esto se alcanzó en un plazo de diez meses. Hace veinte años, los súper ricos del 1% poseían el equivalente a los bienes del 62% de la población mundial.

Por tanto, hubiera sido lógico esperar que los que dirigen el mundo, si observaran los fenómenos sin precedentes de una desigualdad en rápido crecimiento, habrían conectado el informe de Oxfam con el de UBS [i] y considerado el nuevo e inmenso desafío que enfrenta el actual sistema económico y político. También porque el FIR prevé la eliminación gradual de los trabajadores cualquiera que sea su función, para que pueda ser ocupada por las máquinas. Según Schwalb, el uso de robots en la producción pasará del actual 12% a 55% en 2050. Obviamente, esto causará un desempleo dramático, en una sociedad donde la de protección social ya está en brusco descenso…

En cambio, el FEM en gran medida pasó por alto el problema de la desigualdad, haciéndose eco del nivel actual de falta de interés en las instituciones políticas. Estamos bien adelantados en la campaña presidencial estadounidense, y si no fuera por un candidato, el senador Demócrata Bernard “Bernie” Sanders, el asunto habría sido ignorado o dejado de lado por los otros 14 candidatos.

Tampoco hay ninguna referencia a la desigualdad en el debate político europeo o bien, solo al margen de las declaraciones rituales. Los refugiados son ahora una cuestión mucho más urgente. Es un signo de los tiempos que las instituciones financieras, como el FMI y el Banco Mundial, están muy por delante de las instituciones políticas, con la divulgación de una serie de estudios sobre cómo la desigualdad es un lastre para el desarrollo económico y cómo su efecto social tiene un impacto muy negativo en los temas cruciales de la democracia y la participación.

La ONU ha hecho de la desigualdad en un tema central. Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Comisión Económica de las Naciones Unidas para América Latina (CEPAL), también ha publicado a tiempo para Davos, un informe muy preocupante sobre el estancamiento en el que la región está entrando e identificando el tema de la desigualdad como un problema urgente.

Pero junto a la desigualdad, también el tema tan crucial como el del cambio climático, fue en gran medida ignorado. Todo esto a pesar de que los participantes en la Conferencia de París sobre el Cambio Climático, reconocieron que los compromisos tomados por todos los países harán descender la temperatura de no más de 3,7 grados, cuando un objetivo seguro sería 1,5 grados. A pesar de este muy peligroso fracaso, los líderes en París hicieron muchas declaraciones esperanzadoras, afirmando que la solución provendrá del desarrollo tecnológico impulsado por los mercados. Por lo tanto, hubiera sido lógico pensar, que en un gran encuentro de titanes tecnológicos con líderes políticos, la cuestión del cambio climático debería haber sido una prioridad clara.

Por lo tanto, pongámonos de acuerdo sobre la lección de Davos. Los ricos y poderosos contaban con todos los datos necesarios para centrarse en los problemas existenciales para el planeta y sus habitantes.

Sin embargo, no lo hicieron. Este es un fuerte ejemplo de la desconexión entre la preocupación de los ciudadanos y sus élites. El sistema político y financiero es cada vez más auto referente, pero también está rápidamente perdiendo legitimidad a los ojos de muchas personas.

Candidatos alternativos como Donald Trump en EE.UU , Matteo Salvini en Italia, o gobiernos como los de Hungría y Polonia, nunca habrían sido posibles sin un malestar masivo. Lo que está creciendo cada vez más en el escenario es la propia democracia… ¿Estamos entrando en una etapa de Weimar mundial?

                                                                       Roma, 27  de enero

*Periodista italo-argentino. Co-fundador y ex Director General de Inter Press Service (IPS). En los últimos años también fundó Other News, un servicio que proporciona “información que los mercados eliminan”. Other News . En español: http://www.other-news.info/noticias/ En inglés: http://www.other-net.info/

 

 


[i] UBS AG es una sociedad global de servicios financieros con sede en las ciudades de Basilea y Zúrich, en Suiza.3 Es una banco privado y de inversión y sus actividades principales consisten en la gestión de riquezas (wealth management), la gestión de activos (asset management) y la banca de inversión (investment banking).4 Estos servicios se ofrecen tanto a nivel internacional a clientes privados, corporativos e institucionales, como en Suiza a clientes minoristas.

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LA OBSESIÓN POR EL CRECIMIENTO: Entrevista a Manfred Max Neef*

| 31 diciembre, 2015

Conversamos con Manfred sobre la coyuntura política actual, los debates sobre crecimiento económico, modelos de desarrollo en Chile y latinoamérica y sus propuestas sobre economía ecológica.

Realizada por la Fundación DECIDE aparecida en la revista En Torno

Buen día, Manfred. En el último tiempo hemos observado que la izquierda, o los movimientos sociales a groso modo, fueron más o menos exitosos en instalar ciertas ideas o posiciones a lo largo del siglo XX: los derechos humanos, derechos sociales, algunas reivindicaciones de género. Pero a partir de la caída de la Unión Soviética quedó bastante huérfana de ideas –de la proposición de un modelo- en el plano económico; a diferencia de lo que ocurre entre actores vinculados al mundo ambiental y a propuestas que giran en torno a la sustentabilidad, que logran escapar de los marcos de la modernidad, entendido como economías basadas en costos y beneficios.

-Bueno, parece  evidente que la economía convencional y tradicional no ha respondido a lo que debería haber respondido. De que exista una tremenda testarudez de parte de quienes son del mainstream, no quita que sea y siga siendo un fracaso tremendamente peligroso y brutal. Esta economía neoliberal mata más gente que todos los ejércitos del mundo juntos, y no hay ningún acusado, no hay ningún preso, no hay ningún condenado. Todos los horrores que estamos viendo en el mundo, gran parte de ellos, tienen un trasfondo que está anclado a esta visión de tratamiento y práctica económica.La obsesión del crecimiento, para empezar, es un disparate. Porque una elemental ley natural, que todo el mundo conoce, es que todos los sistemas vivos crecen hasta un cierto punto en que dejan de crecer. Tú dejaste de crecer, yo deje de crecer, el árbol grande deja de crecer, pero no deja de desarrollarse. Seguir forzando el crecimiento para consumir más y seguir produciendo una infinita cantidad de cosas innecesarias, generando una de las instituciones más poderosas del mundo como lo es la publicidad, cuya función es una y muy clara: hacerte comprar aquello que no necesitas, con plata que no tienes, para impresionar a quienes no conoces. Eso evidentemente no puede ser sustentable.Ahora, frente a las alternativas, desde luego para mí la más importante, es la visión de la economía ecológica. Porque a diferencia de la economía tradicional, la economía ecológica es una economía que está al servicio de la vida y tiene características fundamentalmente opuesta a la convencional. La economía convencional -que es la hija de la economía neoclásica- desde una visión ontológica, se sustenta en una visión mecánica, newtoniana: el humano, la economía y el mundo son mecánicos. Y en un mundo mecánico tú tienes sistemas que tienen partes. Partes que descompones, analizas y vuelves a armar. Del otro lado, la economía ecológica se sustenta en una visión orgánica. Los sistemas no tienen partes, sino que participantes, los cuales no son separables. Lo cual significa que todo está intrínsecamente unido y relacionado. Esto por lo demás ya es un mensaje que hace más de 90 años nos viene dando la física cuántica, pero ese mensaje ha tardado en llegar a las ciencias sociales. En este sentido, la economía ecológica o cualquier nuevo sistema económico debe en mi opinión, sustentase en cinco postulados fundamentales y un principio valórico irrenunciable. El postulado número uno: la economía está para servir a las personas y no las personas para servir a la economía. Dos: el desarrollo tiene que ver con las personas y la vida, no con objetos. Tres: crecimiento no es lo mismo que desarrollo, y el desarrollo no precisa necesariamente de crecimiento. Cuatro: ninguna economía es posible al margen de los servicios que prestan los ecosistemas. Y cinco: la economía es un subsistema de un sistema mayor y finito que es la biosfera, por lo tanto el crecimiento permanente es imposible. Y el principio valórico irrenunciable que debe sustentar una nueva economía es que ningún interés económico, bajo ninguna circunstancia, puede estar por sobre la reverencia a la vida. Si tú recorres estos puntos vas a ver que lo que hoy tenemos –en la economía neoliberal- es exactamente lo contrario. Hoy en día llegamos al extremo, comienzo del siglo XXI, que hay más esclavos de los que había antes de la prohibición de la esclavitud en el siglo XIX. Esclavos en serio, no en sentido figurado, de los cuales el 60% son niños y las demás, principalmente, mujeres.

Usted mencionaba la idea del crecimiento cero. Pero pareciera ser, cuando se le habla a gobiernos latinoamericanos, incluidos los de izquierda, que el crecimiento cero no es para nosotros: primero debemos crecer y luego podemos hablar de crecimiento cero, ¿está usted de acuerdo?

-Hay crecimientos que son necesarios y justificables, y hay crecimiento que es totalmente innecesario. Y, desde luego, no confundir crecimiento con desarrollo que son dos cosas distintas. Si usted crece para desarrollarse, se puede pensar. Pero si usted crece a raíz de agotar recursos renovables y no renovables, eso es estúpido. Fíjese usted qué es lo que ocurre en la macroeconomía convencional, es tan absurdo que la pérdida de patrimonio se contabiliza como aumento de ingreso. Si yo arraso este bosque, eso me genera crecimiento e ingreso, pero ¿cuál es el resultado? Quedamos pobres. Destruí el suelo, en ese proceso crecí, pero el resultado es que quedé más pobre. Con mis colegas planteábamos lo que se conoce como la hipótesis del umbral, que ya está completamente confirmada, y que ya deja de ser hipótesis. En toda sociedad hay un período en el cual el crecimiento económico conlleva un mejoramiento de la calidad de vida, pero sólo hasta un punto. El punto umbral. Luego del cual si hay más crecimiento empieza a decaer la calidad de vida. Hay distintos componentes de la calidad de vida, pero llegado un determinado crecimiento, la calidad de vida de la ciudad empieza a decaer, ¡pero la ciudad crece! Claro que hay países que necesitan crecer, hay países que están en la extrema pobreza, pero tiene que ser un crecimiento que efectivamente contribuya a la superación de la pobreza. Porque el crecimiento que se sustenta nada más que en el consumismo, no genera desarrollo ni mejora la calidad de vida. Hago una pregunta elemental, ¿tú crees que es necesario que hayan 185 tipos de shampoos? ¿Seríamos inmensamente más pobres si hubieran 50 tipos de shampoos? Entonces, en todo orden de cosas es lo mismo. Tú estás ocupando recursos valiosísimos para producir cosas innecesarias, eso genera crecimiento, pero no desarrollo.

La noción de “bienes comunes”, hemos trabajado en este concepto porque entendemos que viene a liberarnos del eje “bien público – bien privado” que ha perdido progresivamente el sentido que justificó su existencia en el contexto de las luchas del siglo XX.

-Para mí esas son contribuciones lingüísticas que no corresponden a la realidad. Para mí no hay ninguna diferencia entre un bien público y un bien privado: es parte de la naturaleza. Que tenga dueño, que no tenga dueño, o que tenga muchos dueños me da igual. Lo que interesa es la característica de ese bien y cuál es la función de ese bien, no el concepto de propiedad que hay detrás. Y entonces, como ya lo dije antes, se trata de entender que nosotros estamos absolutamente integrados a la naturaleza. De tal manera, que hay que entender que esos bienes son parte integral de un todo. Cualquier acto que nosotros cometamos que tiene que ver con la destrucción de ese bien, es un acto de suicidio colectivo. Tú te estás suicidando y se está suicidando la sociedad en la medida que destruyes los bienes de la naturaleza que no se pueden reponer. Por supuesto si tú cortas un árbol y facilitas que pueda volver a crecer, bueno, no hay problema, eso es lo normal, eso no es depredar. Depredar es ir mucho más allá de lo que realmente se necesita. Y en ese sentido todos los bienes son importantes y puedes decir que todos los bienes son comunes. Lo de público y privado es una cuestión leguleya que sirve para el abuso, como en el caso del agua en Chile, que es grotesco. Te compraste el agua de ese río y el vecino no puede sacar ni un vaso de agua, eso es monstruoso, te fijas. Pero eso es la parte jurídica, la parte que nosotros fabricamos, que no se corresponde a lo que debe ser nuestra relación con todos los bienes que son naturales. Luego puedes agregar la propiedad, pero debes entender que eso es parte de un todo, y si alguien tiene una propiedad, esa persona tiene una responsabilidad muy clara respecto a ese bien.Desde la izquierda, hablando históricamente, se entendió alguna vez que valía la pena reivindicar la propiedad pública en términos de recursos. En el caso de Chile, eso estaba muy claro con la nacionalización del cobre, entendiendo que detrás de eso iba a haber una redistribución, una democratización en la gestión del recurso. Pero ahora –dictadura y Concertación de por medio- vemos que de eso hubo bastante poco. Codelco, por ejemplo,  siendo una empresa pública contamina e interviene más que cualquier empresa privada.

Mucha gente se imagina que el socialismo y el capitalismo son absolutamente opuestos. Pero en términos ambientales son idénticos, como también en su relación con la tecnología. La naturaleza está ahí para ser explotada y eso es válido tanto para el socialismo como para el capitalismo. La única diferencia que hay entre los dos es en la distribución de la riqueza. En uno la distribuye el Estado y en el otro, el mercado. Izquierda y derecha a mí no me dice nada. Es una lucha histórica donde esas categorías ya cumplieron su función y ya no sirven. Hoy día yo te pregunto, ¿qué es una persona de izquierda? Hace 40 años se sabía muy bien. Ahora yo te saco 40 personas que se dicen de izquierda y les pido que en una frase digan qué significa ser de izquierda, voy a tener 40 respuestas distintas. Hoy la gente se alinea por otras cuestiones, el ambiente, el cambio climático, esas son otras preocupaciones que no vienen ni con derecha ni con izquierda. No vamos a decir que solo la derecha es culpable del cambio climático: son todos culpables del cambio climático. Entonces, hay que trabajar con nuevas categorías y no quedarse trancado en el siglo XX o, peor aún, en el siglo XIX.

Ahora, ¿cómo cree usted que se tienen que gestionar esos recursos? ¿Qué experiencias se pueden rescatar?

La única manera de hacerlo bien es en la medida de estimular y reforzar con el mayor vigor posible las economías locales, lo pequeño, el municipio, cuando mucho la región. Porque para comenzar, ahí tú tienes identidad, tú eres alguien. Porque, ¿en qué consiste ser chileno? La banderita macanuda, el himno, esa es una lesera. Tu identidad está en la ciudad donde naciste, y particularmente en el barrio donde creciste. Yo soy porteño del cerro Artillería, del paseo 21 de Mayo, ahí está mi identidad, el resto es una abstracción que no tiene más sentido. En ese sentido, las experiencias más exitosas y más interesantes son las que se están haciendo hace tiempo en Escandinavia, particularmente en Suecia. El Natural Step, el paso natural de Suecia, consiste en un gran consenso nacional que ha llevado a una economía responsable, los únicos que no están en crisis en Europa por lo demás. Y como consecuencia de eso, al movimiento de los eco-municipios hoy. Algo que empezó hace 30 años en un municipio muy pequeñito en la región del Ártico sueco, donde dijeron “bueno, nosotros somos tan pobres que no podemos esperar nada de nadie, tenemos que inventar la manera de desarrollarnos”. Y  tuvieron un éxito extraordinario, y hoy dos tercios de los municipios son así. Pero finalmente, ¿qué es un ecomunicipio? Es un municipio que tiene autonomía financiera, autonomía energética, autonomía en transporte, en educación, en cultura, autonomía completa. El 100% del impuesto que tú pagas se queda aquí, no se va al centro para que ellos decidan qué hacer con la plata. ¿Qué significa eso?, ¿cuál es el impacto psicológico que produce eso? Que tú estás viendo lo que hacen con tu plata. Si no te gusta lo que están haciendo, sabes a donde ir y a quien decirle. Aquí qué hacen con tu plata, ¿tienes idea? Cero. Aquí en Chile, acá en Valdivia, si tú quieres poner un semáforo te lo tiene que autorizar Santiago. Un chato que está en un escritorio que en su vida ha venido a Valdivia. Bueno, como esas experiencias, hay otras igualmente notables en Inglaterra, los Transition Towns, los pueblos de transición, que incluso tiene sus propios medios de pagos.

¿Cómo es eso?

-Generan sus propios medios de pagos, con su propio dinero, y ese dinero gira localmente. Todos los negocios locales compran y venden con ese dinero. Y ese dinero lo puedes convertir a moneda nacional si te vas a otra parte. Pero lo que significa es que todo lo que tú generas como excedente gira ahí mismo, y estimula ahí mismo la economía. O sea, genera un boom económico. Además no es dinero que puedas acumular con fines especulativos, porque tiene una duración limitada. O sea, es un dinero que tiene que estar activo. Esos son medios de pagos locales.

Para hacer eso, ¿cómo construimos con actores subalternos, actores sociales, alternativas que tengan posibilidades reales de disputar ese poder?

-He llegado a una conclusión hace mucho tiempo: tú no puedes confrontarlos, porque vas a perder el tiempo. Debes empezar a hacer acciones locales tú. Cuando fui candidato a la presidencia me preguntaban lo mismo, y yo decía “mire, imagínese que usted está en un potrero y a 100 metros suyo está un rinoceronte furioso, listo para atacar. Lo más estúpido que usted puede hacer es suponer que también es un rinoceronte y atacarlo, no le deja ni en polvo. Entonces, ¿cómo se puede derrotar a ese rinoceronte? La nube de mosquitos. Una nube de mosquitos puede volver loco al rinoceronte hasta que se cae al precipicio, y no puede matar a ningún mosquito, porque los mosquitos tienen dos atributos que son claves: Uno, que siempre permanecen juntos y, dos, que no hay ningún mosquito jefe, o sea, es una sociedad no descabezable. Entonces tú tienes que joder, joder y joder, ese es el rol de los movimientos sociales. Y mira como están surgiendo en España, los que están surgiendo en Inglaterra. En Inglaterra imagínate, ahora sale un sujeto de izquierda de frentón. En Estados Unidos ahora, el que está detrás de Hillary Clinton, el que está subiendo más, es un socialista químicamente puro de Vermont. Los movimientos sociales en Alemania, los Piratas. Entonces esos son los mosquitos, y esa es la única manera.

Para terminar, ¿qué está leyendo actualmente?

-Actualmente, los filósofos idealistas alemanes del siglo XVIII, especialmente a Schelling, que me ha vuelto a fascinar. Porque todo esto que ya hablamos, lo dijo él hace más de 200 años. Todo esto que es el romanticismo alemán es fascinante. Porque lo fascinante que surge en ese movimiento del este de Alemania, Leipzig, esas zonas maravillosas, es que en ese momento el ser humano descubre la naturaleza. La naturaleza es producto del romanticismo alemán. Fíjate, si tu analizas la pintura, toda la historia de la pintura, hasta ese momento la naturaleza era el telón de fondo de una persona y su retrato. Allí, por primera vez aparece una pintura de la naturaleza. Por Caspar Friedrich en Alemania, que después se extiende al resto de la pintura. En la literatura lo mismo. Más interesante todavía, recuerdo que mi gran amigo, el historiador Rafael Bernal, hizo un estudio a fondo de los cronista de la conquista de América, todos los cronistas de la conquista, siglo XVI. ¿Y sabes qué? Descubrió una cosa impresionante, no hay ningún cronista que describa la naturaleza. Cómo puedes entender tú, que alguien que viene de una zona semidesértica como Castilla o Andalucía, y de repente está frente al monte Chimborazo o al medio de la Amazonía no describa lo que ve. Lo único que describe es la fatiga, el dolor, la lucha, las dificultades, el enemigo, la batalla, pero el paisaje no existe. El paisaje y la naturaleza existen a partir del romanticismo y de la filosofía idealista, especialmente Schelling.

*Economista de la Universidad de Chile, quién elaboró ideas en torno al desarrollo sustentable, la economía ecológica y el desarrollo a escala humana- En 1983 gana el premio Right Livelihood Award, considerado el premio nobel alternativo de economía, y en 1993 fue candidato a Presidente de la República en Chile. 

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EL DESARROLLO YA NO ES UN CAMINO TRANSITABLE por Iván Greco*

| 14 diciembre, 2015

Desarrollo es una palabra que ha sido construida para transmitir una idea de prosperidad y esperanza de cara a eso que denominamos futuro. El futuro, junto con el desarrollo, fueron ejes del discurso ante la asamblea legislativa del electo presidente Argentino, Mauricio Macri. Su discurso intentó dar un claro mensaje a la ciudadanía de aparente cambio,  al pronunciarse con una promesa de desarrollismo y modernización al estilo de Arturo Frondizi, como medio “para obtener pobreza cero e ingresar al siglo XXI”.

Ahora, debemos mencionar que desde 1958, cuando Arturo Frondizi asumió la presidencia de la Nación, han transcurrido aproximadamente 60 años. Este detalle no debe pasar desapercibido porque la geopolítica regional y mundial ha cambiado mucho desde entonces. Debemos recordar que algunos de los ejes del gobierno de Frondizi fueron el autoabastecimiento de recursos no renovables (hidrocarburos)  y una apertura comercial direccionada en tal sentido, de manera que la industria petroquímica pudiera contar velozmente con los insumos necesarios para afrontar la tarea de industria “satélite” que acarreaba dicha acción.

Efectivamente, el mundo en los últimos 60 años  ha seguido un patrón de desarrollo que ha sido ininterrumpido. La extracción de recursos naturales para su utilización en los ciclos económicos y productivos se ha incrementado de manera global. Asimismo se ha avanzado en la comodificación de dichos recursos, unificando lógicas que hace un tiempo hubiesen sido inimaginables, como por ejemplo, la reproducción del sistema  productivo de alimentos que sigue los criterios de “eficiencia” de los mercados financieros. Ésta ha sido una sinfonía que no se ha detenido, buscando acrecentar en la sociedad global “necesidades no necesarias” y asimismo, la percepción del miedo de no poder satisfacer las mismas, ensanchando así la frontera del consumo y de los requisitos diarios de una manera sin precedentes en la historia de la humanidad. Para acallar esos miedos hay un opio: el consumo masivo. Todo ha sido orquestado de tal manera que pareciera que un bis debe ser solicitado a como dé lugar, a no ser, claro está, que se caiga el techo del teatro.

Quienes tuvieron el privilegio dentro de las relaciones globales y asimétricas de poder, aprovecharon al máximo las capacidades del “desarrollo”, y efectivamente obtuvieron beneficios sociales para sus pueblos, siendo estos beneficios, desproporcionadamente mayores que los de aquellos a los que no se les permitió tener dicho privilegio. Claro, en un juego de suma cero alguien debe ponerse el “equipo al hombro”. No obstante, y como consecuencia de esta concepción de “progreso”, las sociedades “desarrolladas” han perfeccionado la lógica del consumo masivo, siendo responsables del 80% de las emisiones planetarias de gases de efecto invernadero.

La perduración en el tiempo de dicho coctel de “desarrollo” está a la luz y ya no es secreto que aproximadamente el 97% del espectro científico mundial ve un peligro inminente. Este masivo consenso carece en su raíz de una ideologización particular, pues parte de una realidad de supervivencia. El mensaje es claro: este sistema de búsqueda incesante de lucro individual y de crecimiento exponencial del consumo va camino, no hacia el “fin” del mundo, sino hacia una reconfiguración sin precedentes de los sistemas del planeta en el que habitamos. La amenaza de supervivencia de la especie humana es uno de los males (¿?) menores en un contexto de contaminación avanzada de recursos tan vastos como  son los océanos y la atmósfera. La consecuente pérdida de biodiversidad hace que, mientras usted lee este artículo, una especie más habrá dejado de existir en el planeta. Dicha tendencia está correlacionada con el accionar del hombre, en especial a partir de la puesta en escena del paradigma a la lógica “Sujeto-objeto” de sometimiento de la materia y los seres que rodean a la especie humana, probablemente en consonancia con el nacimiento y afianzamiento de la revolución industrial.

Estas amenazas apocalípticas ya están acá. Tarde o temprano, llenarán de pánico a estos particulares y “evolucionados” seres, cuyas mentes están hace tiempo codificadas para acallar sus miedos de múltiples maneras: Hoy el consumo parece ser el mejor de los anestésicos, pero como sabemos, el abuso a veces puede llevar a la sobredosis.

Regresando al contexto local, este opio parece haber sido uno de los engranajes del motor que impulsó a la gente a votar por un cambio que le permitiera recuperar su capacidad de alimentar la anestesia. Capacidad que efectivamente se vio lesionada en los últimos tiempos por las políticas de un gobierno  que, pese a su discurso, tenía en la mesa los mismos platos del menú desarrollista de corte extractivo. Tal vez esa retórica patriótica haya sido el condimento particular para que se les haya otorgado el título de Neo-extractivistas.

Volviendo a las intenciones programáticas del gobierno entrante, algunas preguntas surgen. Cuál es el grado de discernimiento de estos peligros globalmente denunciados dentro de los “equipos” que ingresan a la mesa del Gabinete para ejecutar ese plan de “desarrollo”.  Es muy pronto para ver los pasos que vayan dejando en claro las respuestas a este tipo de preguntas. Hay contradicciones aparentes: se elevó a nivel ministerial la cartera de Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable al mismo tiempo que un ex gerente de la petrolera Shell (Juan José Aranguren) es el nuevo ministro de Energía y Minería. Se vislumbra una expansión de la frontera agropecuaria, otro de los sectores con gran responsabilidad en cuanto a las emisiones de CO2 a la atmósfera, ya que el ministerio de Agricultura pasó a denominarse ministerio de Agroindustria. ¿Todo un “no” mensaje?

La realidad global y local pronto será inapelable, habiéndose acabado los lugares donde esconderse. Argentina, debido principalmente a la extensión de su territorio, tiene una gran responsabilidad que trasciende sus fronteras geopolíticas, de la misma manera que el fenómeno de El Niño no tiene patria, cuando se origina en Borneo, para cambiar la temperatura a lo ancho del Océano Pacífico y  terminar afectando todo el Cono Sur con sus efectos.

Es lógico que surja cierta impotencia al analizar que llegamos 60 años “tarde” al mensaje esperanzador de la unión para el progreso común. Otros tomaron ventaja y sí lograron lo que hoy se denomina “progreso”. Pero nuevamente acá nos encontramos todos los ciudadanos globales afrontando el mismo problema  -los más pobres sufrirán la peor parte- peleando por vivir en una casa que de a poco se torna inhabitable. Es tiempo de estudiar regionalmente alternativas al desarrollo que permitan lograr los objetivos de bienestar común que muchos queremos. El nuevo gobierno no puede esquivar este bulto.

* Licenciado en Economía (UBA) y ha finalizado un programa de Maestría en Desarrollo Sustentable en la Universidad de Uppsala en Suecia.

 

 

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LA LLEGADA ES SÓLO EL COMIENZO por Ernestina Gamas*

| 31 octubre, 2015

La democracia que se inventó en Grecia tuvo el propósito fundamental  de permitir la vida en libertad por oposición a vivir bajo una dictadura. En su forma moderna  es un sistema político formal  donde se puede vivir en libertad porque el poder está dividido y porque existen los mecanismos de control para evitar excesos. También es una sistema donde debe imperar la ley. Aunque la democracia es una constante duda que las tiranías no tienen.

 El acto electoral es sólo el principio para legitimar a quienes van a dirigir los intereses de todos y que  impidan que los de unos pocos o los de las mayorías prevalezcan por encima de  los  de cada uno de  los que  integran  una sociedad. Esta legitimidad de origen es imprescindible para habilitar  a quienes van a administrar   las contradicciones que tensan la convivencia y para mediar  según las reglas entre las distintas tendencias que conducen a la discordia.

Hemos  pasado recién  la primera etapa de este acto y el resultado sorprendió a ganadores y a perdedores. A elegidos y a electores.  No se trata en este momento de confrontar posturas  irresponsablemente exitistas o irremediablemente pesimistas. Sí,  se trata ahora de afrontar una actitud cauta y  de no bajar los brazos.

Los integrantes del gobierno  están atemorizados. Lo que se juega es su futuro en libertad,  como consecuencia de  la ceguera de la ley  o la posibilidad de que en algún momento jueces y fiscales apunten su mirada para denunciar y juzgar los flagrantes atropellos que habilitó el “vamos por todo”. La falsa dicotomía entre  público y privado enmascaró una  guerra contra el patrimonio moral de la ciudadanía, mientras se  vaciaban arcas públicas en beneficio de arcas  privadas. El torreón donde se enarbolaba  la bandera de “lo nacional” para defendernos del ataque extranjerizante, sólo ocultaba los túneles por donde se escapaban las cuantiosas ganancias de coimas, sobre precios en obra pública y beneficios de negocios ilegales.  

Sólo estamos a mitad de camino. El acto electoral no ha sido totalmente consumado. Su miedo puede producir desastres y  la disgregación  de la tenue luz que algunos estamos esperanzados en  vislumbrar  y  que todos tenemos obligación de resguardar. La pregunta de la convocatoria final a las urnas es si se quiere seguir viviendo en democracia y si sabemos qué es lo que esto significa.

Si consideramos que la democracia es riesgo, tenemos que saber que no sólo basta la legitimidad de origen sino después, durante el ejercicio de los mandatos, tiene que construirse la legitimidad de ejercicio. De otra manera la democracia estará incompleta.  El camino que sigue no será fácil y al concluir el acto electoral sólo se habrá llegado al principio de una ruta minada por una cultura en descomposición y a la que hay que ayudar a reconstruir con valores y reglas que se cumplan  y que llenen la democracia de contenido.

La tarea es de todos ya que sería muy perjudicial ampararnos en el pensamiento mágico que ante el primer problema,  sólo conoce la demanda,  sin esfuerzo ni sacrificio personal.

Es una tarea de respeto a un orden jerárquico ganado por mérito. Es tarea de los intelectuales, de los que enseñan y de los que van a aprender, de jefes y de subordinados: preservar un clima de libertad  para empezar a ejercitar una conducta de no agresión.

 Con-texto colabora a continuación con la publicación de artículos que fueron escritos inmediatamente antes de las elecciones y de otros escritos después.

Parece importante leer el análisis de ambos momentos, de distintas visiones  y llegar a esta segunda etapa que sólo conduce al comienzo, con una mirada crítica que ayude a continuar un camino fuera de todo relato. Un camino duro de realidad

                                                                                  31 de octubre de 2015

*Directora de con-texto

NO BAJAR LA GUARDIA por Alberto Medina Méndez

http://www.con-texto.com.ar/?p=1835

POTENTE RUGIDO DE LA ARGENTINA MODERNA  por Ricardo Lafferriere

http://www.con-texto.com.ar/?p=1830

         

LA TENTACIÓN DE LA SOLEDAD  por Antonio Camou

http://www.con-texto.com.ar/?p=1828

LA MISIÓN DEL DÍA DESPUÉS por Alberto Medina Méndez

http://www.con-texto.com.ar/?p=1825

CLAVES PARA ENTENDER LAS PRÓXIMAS ELECCIONES EN LA ARGENTINA por Roberto Cortés Conde

http://www.con-texto.com.ar/?p=1823

NUEVA BIOGRAFÍA SOBRE LEANDRO N. ALEM por Fabiana Mastrangelo

http://www.con-texto.com.ar/?p=1820

LOS DETALLES DEL DIABLO por Antonio Camou

http://www.con-texto.com.ar/?p=1818

LA ILUSIÓN MÍTICA DEL 2015 por Francisco M. Goyogana

http://www.con-texto.com.ar/?p=1813

 

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EL DILEMA DE FRANCISCO Y SU PAPADO: SEGUIR A JUAN XXIII o A JUAN PABLO II. Verdaderas reformas o populismo. Por Carlos Gabetta*

| 12 octubre, 2015

Publicado en Perfil el 29-03-2013

El pontífice argentino tiene dos opciones: impulsar los cambios que defendió el “papa bueno”, o mantener los roles entre Dios y el César.

En un artículo anterior señalé que “no habría que asombrarse” si el sucesor de Benedicto XVI “resulta un populista al uso, en lugar de un intelectual contradictorio y enigmático”.

Y allí está. Argentino para más datos; formado en una cultura social de la que el populismo es expresión política. Apto para la tarea, ya que el codeo con la pobreza y la sencillez del cura y del obispo Bergoglio no hubo que inventarlas para el papa Francisco; vienen de lejos y parecen sinceras. Y en el debate sobre su supuesta participación durante la dictadura, es de ley acordarle crédito: nada pudo probarse ante la Justicia e irreprochables ciudadanos lo han absuelto. Al cura y al obispo Bergoglio sólo le caben las generales de la ley: la iglesia argentina colaboró como institución con la dictadura y sus atrocidades. Pero a la Iglesia siempre le han pasado esas cosas, en todo el mundo.

Finisimo olfato. Para reflexionar sobre el rumbo que elegirá este Papa, conviene recordar que el secreto de supervivencia de la Iglesia es su finísimo olfato secular, su manera de apoyar los pies en la realidad y mantener la cabeza en los posibles efectos de sus vaivenes en el mediano y largo plazo. Su mercancía, su formidable baratija, es la piedad y el premio en el Más Allá, y no pierde de vista la llegada de momentos de la historia en que ese brillo torna a ser el único consuelo para la mayoría. Tal como va el mundo, en eso estamos.

Juan XXIII y Paulo VI reinaron en tiempos de descolonización y grandes convulsiones sociales, a partir de los 60. Un momento de la historia en el que la Ilustración parecía tender a que alumbrara la igualdad, ese foco de las Luces aún no encendido. Fueron elegidos para que diesen libre curso a la “opción por los pobres” y a la Teología de la Liberación. La Iglesia siempre freno a esos sinceros seguidores de Jesucristo; sólo les soltó la mano cuando las circunstancias lo exigieron. Pero Juan XXIII encendió una mecha que provocó escándalo. Vivió poco tiempo, y su sucesor Paulo VI inició una inflexión que culminaría en Juan Pablo II.

A finales de los 80, con el neoliberalismo triunfante, desaparecido el referente soviético, aplastados o en grave crisis los pujos revolucionarios en Occidente, la manera de Juan Pablo II de mantener los pies de la Iglesia en el siglo fue un pragmático ecumenismo y un ojo en los efectos del neoliberalismo en las sociedades y en el tablero mundial; el otro en la secularización y sus efectos en la feligresía: crisis de vocaciones, avance del laicismo, masiva irrupción de evangelistas, otras corrientes cristianas y todo tipo de sectas y modas milenaristas. Esto le llevó a criticar fuertemente al capitalismo y a la globalización, pero obviando las propuestas de los teólogos de la liberación, algunos de los cuales fueron excomulgados o apartados de la Iglesia. El intento de apoyar cambios en las cosas terrenales había supuesto una peligrosa aproximación al materialismo marxista, y la Iglesia no vende razón, sino fe. San Pablo ya lo había advertido: Credo quia absurdum. La fe es un escándalo para la razón. Y viceversa.

Así, el de Juan Pablo II fue un papado confuso, pero muy adecuado a las circunstancias. Cuando concluyó, la Iglesia había ganado en imagen planetaria lo que había perdido en influencia, fieles, vocaciones y espacio mundial. Había estado del lado ganador en la guerra contra un enemigo mortal, el materialismo comunista, pero el precio era una gran debilidad ante el individualismo, la multiculturalidad, la disolución de la familia y la moral burguesas, el paganismo neoliberal; ante la creciente influencia en Occidente de otras religiones y culturas, globalización mediante.

El desconcierto. El papa Ratzinger fue un momento de desconcierto de la Iglesia; la efímera victoria del catolicismo más reaccionario e inadaptado a los tiempos. Es cierto que el lo reaccionario gana terreno en el mundo, pero el rumbo que tomarán las cosas no está nada claro. Ahora hay que surfear la tormenta, y Benedicto XVI, un Papa preconciliar que antes condujo el Santo Oficio, hizo cosas como levantar la excomunión a varios obispos del cisma ultraortodoxo lefevriano. Uno de ellos, el británico Richard Williamson, se había ratificado en su negación del Holocausto y de la existencia de las cámaras de gas… Entre otros derrapes, Benedicto provocó un grave conflicto con el islam y apenas se ocupaba de los pobres, esa abrumadora mayoría del mundo. O sea, enemistó a la Iglesia con Israel, aliado principal de Estados Unidos, y con el mundo musulmán, que provee el petróleo de Occidente; no atinó a frenar los escándalos internos y la alejó de sus fieles. Acabó “renunciando”. Vaya uno a saber.

En cambio, lo primero que hizo el papa Francisco fue elegir ese nombre. Un jesuita en sayo franciscano. Un florentino que va de pobre por la vida. Para “vender imagen”, tiene una sólida experiencia populista, como se ve. Por algo el peronismo se lo disputa a dentelladas. Pero el mundo pide cambios, en lugar de piedad y caridad. Hay demasiada desesperación y violencia; demasiado escepticismo secular como para que apoyar la mano en la frente de los pobres vaya a dar el resultado de siempre.

Al interior de la Iglesia, no bastará con que el Papa se pasee con zapatos gastados y duerma en un hotel. Deberá intentar cambios profundos en esa moderna mafia multinacional de las finanzas y los negocios, que vive con el boato y las perversiones de las monarquías premodernas. La Iglesia está metida hasta la casulla en los problemas y escándalos que sacuden a la economía mundial. Y también allí el estado de las cosas del mundo pide cambios reales en lugar de gestualidad. En Europa ya asomó el fantasma del “corralito” argentino…

De modo que ¿Juan XXIV o Juan Pablo III? La segunda opción sería más de lo mismo en la larga historia del populista reparto de roles entre Dios y el César: cambiar algo para que nada cambie; sobrevivir. Algo así como conceder el fin del celibato sacerdotal y discursear sobre la pobreza, pero alinearse con la lógica capitalista en lo que concierne a la apropiación de la plusvalía. Eso mismo hace el populismo secular.

La primera, un retorno a las fuentes cristianas, a esos esbozos abandonados de “razón antes que fe” de la Teología de la Liberación, supondría una verdadera lucha contra la inequidad en el mundo. Poner a la Iglesia del lado de quienes reclaman cambios reales en la estructura capitalista, empezando por la participación de la propia Iglesia en el sistema. Hechos concretos, en lugar de discursos y una gestualidad de cayado y zapatos viejos. Una sincera intentona de dejar a la razón el espacio de la esfera social y a la fe el de la opción individual; privada.

En cuanto a la política local, si Bergoglio era argentino, Francisco ya no lo es. Su primer gesto es elocuente: la reunión de jóvenes en Brasil le otorgaba la excusa perfecta para darse una vuelta antes de las legislativas de octubre y dejar saber sus preferencias, pero se abstuvo. Sabremos de su política hacia el país por Mario Poli, el arzobispo que eligió para la tarea.

Tanto ante las cosas del Cielo como las de la Tierra; las del mundo como las de su país, la opción de Francisco será entre el populismo o un proceso de verdaderas reformas.

Dios dirá. O la razón…


*Periodista y escritor.

 

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ANOMIA: UNA MIRADA JURÍDICA* por Román Frondizi**

| 14 septiembre, 2015

      1. Es una característica típica de los ordenamientos jurídicos estatales como el argentino, entre otros, la de ser, desde el punto de vista de la producción normativa en sentido lato, sistemas cerrados.

      Es decir, que las fuentes de producción de las normas están, todas,  exactamente individualizadas,  y que el ordenamiento jurídico puede ser  enmendado solamente  por medio de los instrumentos previstos por él mismo.

      La alternativa a ello, que no se reduzca a un mero hecho ilegal, es la revolución,  que,  si se concluye positivamente, no se limita a variar el orden jurídico, sino  crea uno nuevo y, al límite,  da vida a un nuevo estado.

      En los sistemas  así delineados,  y ello aparece particularmente evidente,  al menos en teoría, en el argentino,  no es concebible la existencia de personas físicas o jurídicas, o   de grupos o categorías de personas físicas o jurídicas, que no sean destinatarias de las normas que han sido puestas formalmente en vida por el sistema jurídico. En los casos de exención  ( sea ésta sustancial o procesal ), ella se producirá solo gracias a la determinación de una norma ortodoxamente producida por el Estado.

      Sin embargo, desde hace tiempo  y en medida siempre creciente, es  perceptible un fenómeno que no está en armonía con el esquema  recién bosquejado,  y que podría interpretarse de varios modos.

      Trátase de la existencia  de personas, grupos de personas o categorías de personas que, aún estando ciertamente  sujetos al ordenamiento jurídico y aún no gozando de exenciones en el sentido antedicho, no son tocados, sino marginalmente, por las normas vigentes. Al decir no son tocados entiendo decir, obviamente, que tales sujetos son directos destinatarios de las normas, pero que éstas, de hecho, no encuentran aplicación en relación a ellos, o encuentran una aplicación parcial o de todos modos distorsionada, o que  ellos se conducen como si estuviesen exentos de cumplirlas.

      2. ¿Cómo negar la gravedad patológica de la divergencia, ética y jurídica, existente entre los resultados razonablemente esperables del funcionamiento del orden jurídico y aquellos que de hecho él asegura?

       Está a la vista de todos la medida en la cual resultan incumplidas, (inclusive – pero no solo- por parte de la Administración Pública y de quienes a ella pertenecen), las leyes penales, tributarias, urbanísticas, 

ambientales, etc.. Los ejemplos sobran, no de ahora solamente, y conciernen desde la inconducta vial, al incumplimiento de los códigos edilicios, a la adulteración de alimentos y medicinas, a la falsificación de títulos profesionales, al pago de sobornos en los contratos celebrados por la administración, a la polución ambiental, a los atentados contra la vida, el honor, el patrimonio, etc., etc..

      Cabría preguntarse si esto es una consecuencia indeseada del pluralismo político y moral, de la interferencia entre principios generales concurrentes y contrapuestos, de la reconocida evolución de la estructura del ordenamiento, o de una revolución cultural que abandona las vías de la racionalidad por las del impulso egoísta, que desvía la atención de lo absoluto hacia lo contingente, que se concentra sobre lo efímero prefiriéndolo a lo duradero, que privilegia lo banal y lo indecoroso, que prefiere lo fácil y lo vulgar.

      Sea cual fuere la respuesta el hecho es que la crisis existe de todos modos, y sus amplias dimensiones son indicativas de una suerte de fractura entre los modelos normativos y las realidades concretas de la vida social, que está presente en las cuestiones que, incesantemente, son propuestas al examen y decisión de los Jueces.

      Estos, a mi juicio, y sobre todo en momentos de particular tensión, deben someterse única y exclusivamente a la ley – garantía de libertad- en el desempeño de su función, asegurando así su independencia, y abstenerse de asumir la tarea de mediar, a través de un desenvuelto uso de las leyes, entre las opuestas instancias políticas y sociales, tarea esta última que la experiencia nacional y extranjera ha demostrado ser sencillamente impracticable sin grave menoscabo de la división de los poderes del Estado y de la vigencia de los derechos de las personas.

      3. El fenómeno de la inobservancia de las leyes puede ser considerado desde el punto de vista de la norma o desde el punto de vista de los sujetos :

      Desde el primer punto de vista, el fenómeno puede depender :

– de una formulación imperfecta, voluntaria o no, de la norma misma, que dirigida en apariencia a la totalidad de los sujetos está estructurada de tal modo que alcanza realmente solo a algunos de ellos; 

-de que la norma, aún si bien formulada, forma parte de un contexto normativo general incompleto, de modo que su funcionamiento resulta, de hecho, limitado o anulado; o está inserta en un contexto cuya estructura coercitiva no es idónea para  asegurar la observancia de la norma;

-de circunstancias no aparentes, verificándose tan solo la percepción del fenómeno descripto.

      Desde el segundo punto de vista el fenómeno puede deberse:

–  a la inserción de los sujetos, sean individuos, grupos o categorías, en determinadas fajas,  usando esta palabra en el sentido más amplio;

–  al hecho que los sujetos, por circunstancias inherentes a ellos, o por las relaciones de cada uno de ellos con otros sujetos, están en grado de ejercer influencia sobre los órganos  encargados de ejecutar o interpretar las normas;

    –  al hecho que los sujetos pueden,  por cualquier motivo, crearse a su alrededor una situación simulada, apta para ofrecer una  justificación para que quienes deben ver no vean esa situación;

     – a circunstancias no específicamente individualizables.

      La unificación de los dos puntos de vista desde los cuales ha sido considerado el fenómeno en examen lleva a una serie de posibles cuestiones:

– podría sostenerse que se está  en presencia de una fase involutiva del derecho vigente, sin perjuicio de ver si, en el fenómeno mismo de la involución, se pueden individualizar las líneas de una futura evolución;

–  podría pensarse que es necesario tan solo un reexamen del  ordenamiento jurídico, a fin de  encontrar la razón del fenómeno considerado. Por ejemplo, podría hipotizarse la existencia de normas no escritas por sobre la producción normativa que flanqueen, siempre y necesariamente, a aquellas previstas en la constitución escrita, con la consiguiente problemática relativa a la identificación de hechos o actos de producción jurídica y a los contenidos de tales normas no escritas:

– podría afirmarse la existencia de una falla o fractura entre el Estado y el ordenamiento jurídico  de un  lado y la sociedad o parte de ella  del otro, por cuya razón, habiendo sufrido mutaciones en sentido lato la estructura de ésta, la  inmovilidad de los primeros crea obvios problemas de no correspondencia.

– podría sostenerse, en fin, que se trata de la amplificación, en medida notable, de fenómenos que han existido siempre. En este caso sería necesario examinar los motivos que han llevado a tal amplificación y, con ello, se podría ser reenviado a una de las hipótesis precedentes.

      4. Si bien no me detendré a hacer mi propia alabanza de la ley, no podría resistir a la tentación de recordar que ya en el mundo griego todo el problema de la libertad giraba alrededor del respeto a la autoridad de la ley. En la prosopopeya de las leyes del Critón la base de la argumentación estriba en que la ley es una especie de acuerdo, de contrato, entre la comunidad cívica y el individuo. Llegado a la edad de hombre, es decir, cuando ha tomado conocimiento de la vida pública y de las leyes, el ciudadano de Atenas es perfectamente libre y debe todo a las leyes de la ciudad, que lo engendraron, lo nutrieron y lo educaron. El ciudadano es un hombre libre en el sentido de que no obedece a otro hombre. Pero es esclavo de la ley. La libertad implica para él poder tomar parte en la cosa pública, y, al hacerlo, es él quien hace las leyes. Cuando, por consiguiente, obedece a la ley, no hace otra cosa que obedecer a sus propios designios, es decir, se obedece a sí mismo.

      Se vislumbra todo lo que acarrea tal concepción, en la que haría bien en inspirarse nuestra  sociedad. En primer término, que no hay verdadera libertad sin participación en la vida cívica, lo cual entraña un compromiso: el ciudadano debe tomar sus propias responsabilidades. En segundo lugar, a la ley -la Ley Suprema, en nuestro caso la Constitución Nacional- una vez votada, debe seguírsela sin restricción alguna. En una palabra, la libertad política y civil obliga a una disciplina del espíritu y de las costumbres.

      Hoy como ayer resulta claro que los excesos de la libertad por violación o desprecio a la ley conducen a la anarquía, es decir, a un estado en el que ya no existe autoridad y en el que todas las facciones terminan despedazándose mutuamente. Es bien sabido que la anarquía conduce a su vez a la tiranía.

      Los constituyentes de 1853 entregaron al pueblo argentino una Carta Fundamental sustancialmente animada, como se ha demostrado con el pasar de los años y también con la dolorosa experiencia de su incumplimiento, por un alto espíritu de civilización y por una gran sabiduría, que debería ser honrada diariamente con la más activa y fiel observancia. Su indefectible referencia al valor de la persona humana (de toda persona, aun la más desfavorecida), subordina a la afirmación fáctica de este valor toda regulación de la vida colectiva.

      La tarea de la magistratura de armonizar normas a veces aparentemente opuestas, que se reconocen, sin embargo, en la Constitución, queda confiada a una interpretación teleológica inspirada en aquel valor, no en ocasionales oportunismos, por medio de un penetrante intus legere capaz de hacer evidentes las líneas de unión de la normativa y de observarlas con tranquila paciencia.

      El Poder Judicial debe, pues, impartir justicia  ateniéndose solo a la Constitución y a la ley, contribuyendo así, de modo eficiente, a combatir la anomia que afecta a la sociedad.

      5. Habida cuenta de la naturaleza de este texto me he limitado a tratar de transmitir la percepción crítica de hechos disvaliosos, que, quizá por  la constatación cotidiana de su  acontecer, no siempre se ven a la luz de sus reales implicaciones, que, a mi juicio, son sin duda muy inquietantes. Tampoco presento soluciones sino tan solo posibles problemas, también porque carezco de una tesis que pueda considerar yo mismo como suficiente. Salvo, claro está, la absoluta necesidad de que los principales actores de la vida social – gobernantes, jueces, políticos, intelectuales, periodistas, empresarios, dirigentes – que son siempre ejemplos, buenos o malos, muy mirados por el resto de la comunidad, acentúen el rigor ético de su propia conducta. Por fin, en el caso particular de la magistratura, al auspicio ético ha de unirse el de la eficiencia técnica, de modo tal que ateniéndose con rigor a los límites de sus poderes y renunciando a recurrir a compromisos – que para algunos podrían convertirse en coartadas- sugeridos por una injustificada vocación vicaria, actúe con justa severidad y coherencia para asegurar la prevalencia de las normas.

      Recuérdese, por fin, que el ideal supremo de la República es la isonomia, el orden social fundado en la igualdad ante la ley: la virtud cívica consiste en estar educado en el espíritu de las leyes. Y, naturalmente, en cumplirlas.

*Una primera versión puede leerse en: Frondizi,R.J., “El Derecho, el Juez, la Justicia”, Editora  Platense, La Plata, 2014.

** El autor es jurista y ensayista.

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ANOMIAS por Ernestina Gamas*

| 11 septiembre, 2015

           "Toda moral de alta cultura depende en último  término de la profundidad de la internalización              de la prohibición del homicidio”                                                                                                                                                                    Peter Sloterdijk

“Sí yo hiciera mi mundo todo sería un disparate. Porque todo sería lo que no es. Y entonces al revés, lo que es, no sería y lo que no podría ser si sería”. 

 Lewis Carroll “Alicia en el país de las                                                           maravillas”

Tratemos de imaginarnos un estado pre-social. Un mundo de permanentes colisiones, sin  ley, sin tabúes. Un mundo  sin acuerdos racionales para la convivencia, carente de moral.  A través de la historia, la reflexión recurrió a ese hipotético estado de naturaleza como una plataforma desde donde proponer  la constitución del orden social.   

Teniendo en cuenta  que en la naturaleza no se registran reglas que regulen la relación de los animales, la existencia de  normas nos daría el indicio de la aparición de la cultura, con la implantación de  límites para lo permitido y por tanto castigo para lo prohibido. No se podría hablar  entonces   de una situación pre-social, ya que en toda agrupación humana, aún en sus  formas rudimentarias han existido regulaciones.   

Para  vincular la naturaleza con la cultura,  el antropólogo francés contemporáneo Claude Levy Strauss,  en su obra “Estructuras elementales del parentesco” analizó el tabú de la prohibición del incesto, situación recurrente en regiones del mundo alejadas unas de otras y en sociedades profundamente diferentes en cuanto a formas de parentesco, pero con el que se ponía límite a la posibilidad  de relacionarse entre consanguinidades muy cercanas. Esas reglas que dan origen a las prescripciones matrimoniales son una  forma muy antigua de ordenamiento social. 

La cultura entonces,  viene  a introducir un orden, esto es decir un orden moral que nos permita ser libres, siempre que nos atengamos al orden de la ley. Las sociedades modernas de la  cultura occidental,  han apostado por los valores que han creído los mejores. De ahí sus legislaciones  con sus prohibiciones fundamentales.  No se mata, no se tortura, no se persigue por creencias, no se roba.  Pero para poder ser libres, para defendernos unos de otros,  es necesaria  la ley.

La ley,  para todos por igual,  limita los excesos del poder, la discrecionalidad, los atropellos a la dignidad humana, a la libertad de expresión y de creencia. Reglas =  nomos = ley son imprescindibles  para evitar el atropello de unos hacia otros. Las reglas ponen medida, proporción, equilibrio.  Con la degradación de las reglas el riesgo es la desmesura que nos arroja por el barranco de   la  anomia.

“Para la sociología, la anomia es un estado que surge cuando las reglas sociales se ha degradado o directamente se han eliminado y ya no son respetadas por los integrantes de la comunidad……

Cada integrante de una sociedad   es una  unidad biopsicosocial que está en constante interacción  y cuyas partes no se pueden separar del entorno donde vive. Desde hace tiempo, en la Argentina  venimos transitando el camino hacia la ignorancia de las reglas y por lo tanto a su cumplimiento. La ausencia de reglas  resquebraja lo colectivo y conduce al  estado de disgregación en el que vivimos, la falta de tolerancia se torna exasperación que va formando subjetividades.   No se intercambian argumentos sino acusaciones. Desde la cúpula del gobierno los exabruptos caen como latigazos sobre espectadores cuya única defensa termina siendo  la indiferencia.  Hay castigos para  los que no comparten sus  políticas,   premios y  prebendas para los adeptos. La sociedad dividida entre amigos y enemigos.

……….Para la psicología, la anomia  es un trastorno del lenguaje que imposibilita a una persona a llamar a las cosas por su nombre”

El relato reitera que no pasa lo que pasa sino lo que  dice que pasa y dibuja un paisaje irreal  que  enrostra a los de “afuera”,  cualquier mal que nos aqueje,  enemigos del modelo y  causantes de su desestabilización.  Para ellos, “ni justicia”.

Es un relato también  retrospectivo.  Tenemos nuevos héroes que reemplazan a los que construyeron la Nación,    ahora traidores y vende patrias.

Denostados los que proyectaron la ley de educación pública, laica y gratuita, ahora  son tildados de  genocidas y extranjerizantes. Se recurre a una revisión histórica sin investigación ni debate, instalada por mercenarios  también como relato distorsionador. Estos son los nuevos contenidos que se enseñan en los programas escolares y que bajan línea desde programas infantiles con apariencia inocente. Un universo paralelo donde nada es verificable pues todo se basa en la más pura ficción que seduce  y confunde.

El 18 de enero del 2015 fue encontrado muerto en su departamento el Fiscal Alberto Nisman quien al día siguiente iba a exponer,  frente a una comisión de legisladores en el Congreso de la Nación, el resultado    de una investigación donde aparecían implicadas las cúpulas del Gobierno. El límite de la prohibición del homicidio  había sido traspasado. Pero el  relato trató hacernos creer que hay suicidas prolijos que después  de eliminarse y antes de morir,  limpian sus propias manchas de sangre. No es que este haya sido el único homicidio. Hay una larga lista de muertes dudosas perpetradas por los dueños del poder. En las últimas semanas, se difundió el asesinato en Jujuy de Ariel Velázquez. Era un joven militante radical baleado por la espalda, se sospecha que por integrantes de la Tupac Amaru, ejército paramilitar que lidera la dirigente social   Milagro Sala. Una vez más el relato dio su versión contándonos que el joven era militante de esta agrupación,  por tanto asesinado por sus enemigos radicales.

Pero nada de esto pasa.  No hay inflación pese a que los precios suben en forma escandalosa. No hay desempleo ni pobreza. Los parados estarán tomándose un año sabático y los  que revuelven la basura en plena ciudad de Buenos Aires, lo  hacen para ayudar al CEAMSE en el cuidado del medio ambiente. El relato no contesta en cuanto al aumento patrimonial de la familia presidencial, sus ministros y colaboradores. La Presidenta abusando de las cadenas nacionales, nos cuenta de un mundo feliz, de una década ganada,  de un gobierno  que se basó en la defensa de los derechos humanos y  que  fundó el país  en el año 2003 y lagrimea pensando en el pobre niño muerto en playas lejanas mientras no se conmueve con los cientos de desnutridos que abundan en este país.  

Las reglas se van desvaneciendo. Hemos caído en la desmesura, porque regla es normativa y precepto, pero también una herramienta que permite realizar mediciones. Donde hay desmesura, no hay  noción de medida No se  puede decir qué es grande, qué es pequeño, qué es mucho y qué es poco. Dádivas, fraude electoral, exacciones impositivas. Sin nada que regule o mida. Desmesura también  en las palabras para encubrir la ignorancia de ley.   

Los que no creemos en el relato aspiramos a vivir bajo el imperio de la ley. Tenemos la certeza de que al  fiscal lo mataron oportunamente y  percibimos que nada va tan bien como lo cuentan.  Condenamos todo homicidio.

 El homicidio de un Fiscal que estaba a punto de poner en el banquillo de los acusados a quienes nos gobiernan y el homicidio simbólico que eliminó la realidad.

                                                                                                                                                                                           Septiembre de 2015

*directora de con-texto y escritora

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ELECCIONES 2015: FIN DE CICLO O CONTINUIDAD por Esteban Lijalad*

| 14 julio, 2015

Publicado en El Telescopio, 9/9/2015 http://eltelescopio.com.uy/elecciones-argentinas-2015-fin-de-ciclo-o-continuidad/  

Un poco de historia

El kirchnerismo tiene una relación pendular con las urnas. Subió en 2003 con solo el 22% de los votos, por renuncia de Menem a presentarse en el balotaje. En 2005 cosechó cerca del 45%. En 2007 Cristina Kirchner alcanza la presidencia con el 46%. En 2009 apenas supera el 33%. En 2011 arrasa con el 54%, en 2013 nuevamente se acerca al piso, con un 34%.

Este vaivén desconcierta a todos, en especial a los políticos de la oposición que a veces parecen tocar el cielo con las manos, como en 2009 y 2013 y otras se arrastran cerca de la extinción. Los analistas sufren el mismo desconcierto. En 2009 proclamaban el fin del kirchnerismo y la frase usual en aquellos días era que el kirchnerismo sería abandonado por los caciques peronistas del interior, intendentes y gobernadores, porque “acompañarán a Kirchner al cementerio, pero no entrarán con él”.

La inteligencia del kirchnerismo le permitió resurgir de las cenizas. Cuando Kirchner perdió en la provincia de Buenos Aires frente al casi desconocido De Narváez, en 2009, renunció a la presidencia del Partido Justicialista y su primer acto fue reunirse en un parque con los intelectuales de Carta Abierta para pedirles que lo ayuden a modificar la conciencia de los argentinos. Al mejor estilo gramsciano Kirchner entendió que había que ganar la “batalla cultural” contra el liberalismo. Que había que reescribir la historia, generar un nuevo movimiento cultural en el cual los jóvenes pudieran militar como en la “vieja alegría” de los años 70.

Reconstruyó así algo casi olvidado: la prepotencia militante, la fe ciega en el Conductor, los cánticos, las consignas, el fervor revolucionario. Obviamente, todo al borde de la locura, como si aun estuviéramos en la Guerra Fría, el Muro estuviera aun firme y Cuba constituyera una esperanza. Esa “espumita” fue acompañada por el más formidable aparato de dominación político- económica que nadie, desde los tiempos de Perón, se atrevió a montar. Y todo cerró al morir, inesperadamente, Néstor Kirchner, en octubre de 2010.

Lo que sigue lo escribí en 2010, apenas sucedida esa  muerte:

“Desde que asumieron en 2003, los Kirchner armaron un relato épico, glorioso, sobre una generación idealista que luego de treinta años accede al Gobierno para cumplir sus sueños de liberación, de redención de los pobres, de dignidad contra los “poderes concentrados”. Su relato halla ahora su culminación perfecta al morir Kirchner. El capital político de esa muerte es incalculable: obviamente se nos escapa a todos los que analizamos al fenómeno peronista. Porque el peronismo es un fenómeno retórico de características teatrales: crea tramas con giros inesperados, que desconciertan  a los analistas. Es lo menos parecido a una socialdemocracia europea- previsible y burocrática-. La capacidad retórica de los Kirchner no les alcanzó, sin embargo, para frenar su caída estrepitosa desde 2008, ratificada en los magros votos del 2009.
Los K eran una especie en desaparición. Ya se hablaba de postkirchnerismo, de neokirchnerismo, de kirchnerismo sin Kirchner.
Entonces llegó, oportuna, la muerte.

Es obvio que no estuvo planificado, pero bastó que Néstor Kirchner muriera para que alcanzara en pocas horas la estatura de un Mito. Lo que hacen cola para despedir sus restos no parecen sus votantes: es la clase media porteña, sus jóvenes universitarios quienes protagonizan esta despedida. En instantes, el Kirchnerismo revivió, volvió a la vida gracias a la muerte de su fundador. 

Atrás quedaron sus torpezas, sus excesos, sus ostentaciones, sus denuncias desde el atril. Sus oscuros negocios, su incapacidad de diálogo, su personalismo cuasi dictatorial. 

Ahora sólo es paz y justicia lo que se derrama desde el Panteón. 

¿Qué significa esto? Tengo el peor de los pronósticos. Creo que Cristina ganará el 2011, creo que todos: el peronismo, la izquierda –menos el ya olvidado Partido Obrero- sindicatos , empresarios, intelectuales, artistas, deportistas se han abrazado en la causa común de darle vida a Kirchner, votando a Cristina. Es cierto que ella no podrá ser reelegida en 2015, pero 12 años en el poder le bastarán al kirchnerismo para asegurarse una sucesión “indirecta”, vía Scioli o algún otro. 

Ese pronóstico fue certero y ahora nos disponemos a protagonizar el drama de la sucesión, ya decidido que será Scioli su protagonista.

El escenario electoral

El escenario electoral argentino, entonces,  está servido. Todos los actores están en sus puestos, listos para participar en las PASO – las primarias obligatorias- y disponerse, después, para la gran prueba del 28 de octubre.

Hasta no hace mucho el ganador de 2013 sobre el oficialismo de la Provincia de Buenos Aires, Sergio Massa, aparecía como el enfant terrible que demolería el poder del kirchnerismo. Pero la dinámica política argentina es eso, demasiado dinámica. Y lo que ayer era la renovación, la juventud, el cambio “justo”, hoy luce desgastado, viejo, amarilleando. Su peor error consistió en no diferenciarse  demasiado a Scioli, hablando de cambio suave, no traumático y reconociendo supuestos logros del gobierno. Esto fue polarizando  a la gente, que prefirió  votar a Scioli si se trataba de mantener “lo bueno” o a Macri si preferían terminar con “lo malo”. La audacia que tuvo Massa de romper con el aparato y largarse por libre- y ganar, sorpresivamente- fue continuada por una timidez exasperante.

Mientras tanto, Scioli se dispuso a dormir la siesta esperando que el fruto cayera directamente a su canasta, creyendo que él podía encarnar el Cristinismo sin Cristina.

Pero, insisto, nada es lo que parece en Argentina. Lejos de apostar todo a una PASO entre Scioli y Randazzo- el precandidato  cristinista-, la “Jefa” pateó el tablero y envió a su Escriba Mayor, Zannini, como Candidato a Vicepresidente, en tándem con Scioli.

Rápidamente aprendió Scioli que no existe el Cristinismo sin Cristina. Ella está siempre.

Entre las diversas interpretaciones de esta jugada de la “Jefa” recojo las que me parecen más cercanas a la verdad.

  • Poner a Zannini de Vice, más que un acto de poder es un reconocimiento de que su odiado Scioli- a quien no le reconoce méritos Kirchneristas suficientes- es el candidato imbatible. Que Randazzo no le llegaba ni a la cintura. Ante esta realidad poner a Zannini de Comisario Político de Scioli, además de ser un acto de grosera factura, es una forma de controlar a quien, si bien aparece como fiel perrito faldero, es sospechado de tener un cuchillo bajo en poncho. ¿Scioli es el Cámpora de Cristina? No, por la sencilla razón que Cámpora fue un fusible que se fundió cuando Perón se decidió a romper la baraja y forzar una nueva elección, ahora con él de candidato a Presidente, sin intermediarios. Pero Cristina, simplemente no puede presentarse para un tercer período presidencial.
  • La jugada no terminó bien porque implicaba que Randazzo bajara a la Provincia, a pelear por la Gobernación. El Ministro dijo que no- un extraño acto viniendo de un kirchnerista, quizás para jugar al futuro- lo que puso más que nerviosa a la “Jefa”.
  • Tampoco es bueno el panorama para el Cristinismo en el parlamento, donde difícilmente el bloque oficialista alcance a 100 diputados, lejos del quorum, que requiere 129.
  • Y no es una buena noticia para Cristina que en los principales distritos del país – Capital, Santa Fe, Córdoba y Mendoza- no gobernará ningún peronista cristinista, sino opositores de diversas fuerzas.
  • La renuncia del General Milani parece incluirse en este módico fin de ciclo (que no es tan apabullante como la prensa opositora pintaba hace unos meses, pero que tampoco es inexistente, como insisten los oficialistas). Su prontuario no es aconsejable en épocas electorales.

La Argentina de 2016 en adelante, entonces,  no será una estancia manejada por la patrona y su capataz. Habrá que negociar en el Congreso, con gobernadores de otro palo y con jueces con ganas de revancha.

Números

Se insiste, en diversas encuestas, en que Scioli no termina de alejarse: unos seis puntos lo separan de Macri, por lo cual una segunda vuelta parece ser inevitable.  Ni Cristina ni Zannini parecen haberle provisto de lo esencial en estas cuestiones: votos. Él es el proveedor de votos, los otros le proveen sustento político.

Pero para ganar parece ser inevitable que  Scioli muestra un atisbo de “independencia”, de “peronización”, de afirmación de lo peronista frente a lo kirchnerista. Nadie imagina a Scioli pegando un golpe en la mesa y poniendo condiciones. Pero si quiere ganar necesita ampliar la base de sustentación, alejarse del núcleo duro que no le aporta votos, ensayar ciertos gestos. Como el que protagonizó en La Rioja. Dijo allí que saludaba  cariñosamente a Carlos Menem (el diablo, para el kirchnerismo) quien fue su padrino en el ingreso a la política. Ese pequeño gesto de independencia es seguramente un guiño para el 25% de menemistas que aún perduran, con su sueño de privatizaciones y desregulaciones.

La característica plurideológica del peronismo renace con Scioli. Con Cristina el “modelo” se había hecho ferozmente chavista, de izquierda, antiimperialista. Con Scioli pareciera que comienza un leve giro a la derecha. La inefable fórmula Scioli (el menemista) – Zannini (el maoísta) intenta cubrir, entonces, desde los neoliberales privatistas hasta los seguidores de Maduro y las FARC.

Cabe tan solo averiguar si el electorado argentino es lo suficientemente esquizofrénico como para aprobar esa unión contra natura.

*Sociólogo (UBA 1972) Investigador de Opinión Pública, procesos de mercado y Comunicación Social. Experto en investigación mediante el uso de encuestas. Titular de las consultoras Aresco (1984-87) Equas (1987-91) Sofres Ibope (1991-1993) Consultora Tesis (1993-2003). Asesor del Ministerio de Educación de Argentina, Área de  Evaluación de Calidad Educativa (1996-1999)- Consultor PNUD ARG. 97/025 (2002-2004) Docente de la Universidad Nacional  Tres  de Febrero  en la Maestría en Generación y  Análisis de Información Estadística (2003-2004)Actualmente Director del GOP, Grupo de Opinión Pública de Comunicaciones Sudamericanas S.A ( htpp://consultoracs.com/cs/gop/ )

 

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¿SUBSISTEN LOS APARATOS ELECTORALES? por Jorge Ossona*

| 26 junio, 2015

 Tales fueron los cambios experimentados por la sociedad argentina durante las últimas décadas que muchos de sus transformaciones subterráneas no han sido del todo estudiadas; optándose por interpretaciones propias de la sociedad industrial clausurada hace, por lo menos, treinta años. El abuso de la Historia como fuente referencial para entender procesos contemporáneos puede responder a dos designios ampliamente usufructuados en la actualidad: los mitos heroicos y gloriosos que, más allá de sus victorias o su derrotas –también convertidas, en victorias- sirven como marco legitimador para los que ejercen el poder; o bien la idea menos nociva pero inconveniente de transpolar situaciones por analogía coyuntural. El caso de los procesos electorales es bien elocuente respecto de esta última vertiente. Se parte del supuesto de una ciudadanía constituida por individuos libres e iguales que votan por múltiples razones entre las que se destacan la publicidad y la presencia actuada de los candidatos en los medios de comunicación. Los procesos electorales, pese a sus torsiones, respondieron en la Argentina a esa dinámica entre la Ley Sáenz Peña y los años 80. La sociedad era más homogénea en cuanto a su incorporación al mercado de consumo de bienes, al trabajo regular, y a la participación política. Pero a poco de inaugurarse la democracia irrumpió con crudeza un fenómeno que se venía incubando durante los quince años anteriores: la pobreza estructural resultante de una movilidad social descendente tanto en las clases medias “caídas del mapa” como en los antiguos trabajadores, industriales o no. A más de treinta años de comenzada la experiencia democrática más estable de la historia argentina el Estado administra cincuenta y dos planes de emergencia solo en el orden nacional que involucran a dieciocho millones de beneficiarios. Estos datos, evocativos de la pobreza de casi una tercera parte de la población, requieren explicar sociabilidades nuevas de fuerte impacto en la política y en los procesos electorales. Las necesidades de vastos segmentos suburbanos se han tendido a procesar a lo largo de los últimos decenios de acuerdo a sucesivas formulas pero análogas en lo relativo a la dependencia respecto del Estado. Jefaturas fuertes de colectivos de diverso tamaño -que abarcan desde familias extensas hasta comunidades étnicas y religiosas entre muchas otras- han tendido a relacionarse con el Estado subsidiario que fue reemplazando alternativamente bolsas de alimentos, de remedios y de pequeños –también de grandes, como lo prueba La Salada- espacios en la vía pública para el comercio irregular por planes y programas de urbanización barrial más estables; pero igualmente volátiles. De entre estos referentes emergen agentes vinculados a la política predominantemente municipal que los convierte en empleados formales o informales –a veces, hasta funcionarios- que los pone en contacto con alguna dependencia pública regida por algún burócrata con aspiraciones electorales. Desde allí, negocian recursos estatales que se derraman en sus respectivos grupos, y en cuya persistencia se juegan subsistencias más o menos holgadas además de su estabilidad, su honor, y su consistencia. Los denominados “punteros” proceden de ese segmento; pero su prestigio y eficacia puede determinar que también referencien a otros, aunque siempre acotados territorialmente. Sus liderazgos no residen solo en satisfacer materialidades sino también en representar pasiones que le confieren sentido a la existencia de sus miembros quienes se reconocen más como tales que como personas individuales. Para quienes operan desde los municipios, la preservación de este régimen de prestaciones y de contraprestaciones electorales define ciudadanías colectivas que se expresan tanto en actos proselitistas como en comicios. Debidamente organizados estos últimos requieren de fiscalizaciones para constatar resultados o traiciones casi siempre procedentes de la competencia dentro de la esfera dirigencial por ampliar su influencia. Las técnicas a tales efectos son múltiples y variadas; y arrancan mucho entes del acto comicial en sí, digitando, por caso, padrones obtenidos con anticipación a los plazos legales en el Juzgado Electoral provincial para diseñar estrategias de movilización e influir en el nombramiento de los presidentes de mesa, luego acompañados de fiscales generales como para que el proceso sea lo más previsible posible. Esto último, incluye la producción de conflictos allí donde las perspectivas son dudosas manipulando por la fuerza mesas y sobres para forzar el resultado esperado. La máquina social y territorial no ha hecho más que perfeccionarse durante los últimos veinte años. Es una de las consecuencias de la impresionante reestructuración social acaecida en el país. Dos ideas ampliamente extendidas sobre los procesos electorales contemporáneos deben ser, así, reconfiguradas. En los bolsones suburbanos de pobreza se opta menos por candidaturas que por la preservación de recursos de subsistencia garantizados por los “políticos” locales; léase los punteros. El voto individual no puede ser entendido sin la pertenecía de los sufragantes a colectivos más amplios debidamente “encuadrados” por los municipios. Son los dos pilares básicos de la política territorial del actual “partido de gobierno”. La robustez de los aparatos oficialistas construidos a lo largo de estas últimas décadas es sólida pero tampoco irreductible. Preservar en el tiempo la lealtad de colectivos no es tarea sencilla: la pobreza no es homogénea y registra diversos estratos en los que hay privilegiados –como los punteros, referentes y sus respectivos sequitos- y marginados dispuestos a expresar su insatisfacción con garra en tanto aparezcan operadores y referentes nuevos que bien pueden proceder de fuerzas opositoras. En la actualidad, ningún partido suscita las pasiones y devociones militantes de otrora, mucho menos sus dirigentes. Por lo tanto, también en los sectores pobres se abre un enorme campo de posibilidades para fuerzas opositoras con voluntad de ganar. Pero para ello es menester lanzarse a las calles, reunirse con grupos cruciales –no solo la marketinera técnica de tocar timbres casa por casa- y proceder a interpretar, comprender y hasta querer a los grupos a los que se dispone a representar.

                                                                                                    Junio 2015

*CEINLADI- UBA-Club Político Argentino

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HOMENAJE A NÉSTOR GRANCELLI CHA en le Club del Progreso

| 13 mayo, 2015

HOMENAJE A NESTOR GRANCELLI CHA

Palabras pronunciadas por el Dr. Román Frondizi en el Homenaje a Néstor Grancelli Cha en el Club del Progreso el día 29 de Abril de 2015

    Señor Ex Presidente de la Nación,

    Señor Presidente del Club del Progreso,

    Señor Presidente de la Fundación 5 de Octubre de 1954,

    Señoras, señores,

 

    Estamos reunidos los familiares de Néstor Grancelli Cha, sus consocios del Club del Progreso y de la Fundación 5 de Octubre de 1954, sus amigos y compañeros, para recordarlo y rendirle homenaje.

    Este mes habríamos festejado sus 95 años, pero el destino no nos lo ha permitido: Necho nos dejó el invierno del año pasado.

    Como todos sabemos quién fue, qué pensó y qué hizo Necho, el cometido que nos reúne sería muy sencillo: bastaría pensar intensamente en él un momento, guardar un minuto de recogido silencio y darnos un abrazo en su recuerdo.

    Necho nos miraría, cómplice, con brillo en sus ojos y una sonrisa amistosa y fraterna.

    Sin embargo, ocurre que de su larga, proficua y lúcida existencia surgen nítidamente diversas facetas de valor ejemplar sobre las cuales es ineludible detenerse.

    Ante todo, por justicia hacia él.

    Y luego, confesémoslo, porque ellas retemplan nuestro espíritu en estos momentos de incertidumbre.

    Y se lo agradecemos.   

     La existencia de Necho ha tenido un entrañable lado humano, que por supuesto se ha expresado,  ante todo, recatadamente pero fuertemente, en su sentimiento y dedicación hacia su familia: hacia Mirta Castelvecchi, su querida esposa  y compañera, hacia sus hijos, Silvana y Gurí, que han sido la luz de sus ojos, y hacia sus nietos, en quienes –él lo decía- cifraba la esperanza en un mundo mejor.

   Pero ese lado humano se ha definido, también, por la  lealtad a sus muchos amigos, y por su generosa tarea a favor de exiliados y perseguidos políticos, sin distinción ni de nacionalidad ni de ideología, a lo largo de siete décadas de la azarosa vida cívica nacional. A muchos dio refugio en su casa, en su quinta en Parque Leloir, en su chacra en Laguna del Sauce en el querido Uruguay.

   Por no hablar de su clara inteligencia, su juicio agudo, y su visión sintética que unía la teoría a la práctica.

    Y de una suerte de sentido juvenil, que nunca lo abandonó, prueba de que la juventud no es solo una edad sino una costumbre, que Necho supo llevar consigo.

     Se destacó, y mucho, como profesional, como empresario, como dirigente estudiantil universitario, como político, como hombre de gobierno. En sus últimos años co-dirigió junto a Ernestina Gamas la publicación on line Con-texto, y presidió la Fundación 5 de Octubre de 1954 que sostiene y propicia los ideales Reformistas y de libertad de la tradición estudiantil universitaria argentina.

    Los ejes básicos de su trayectoria, desde el punto de vista cívico, fueron la Reforma Universitaria y el desarrollo nacional en democracia.

    En el movimiento Reformista su actividad fue muy intensa, y de ella sobresalen su Secretaría en la Federación Universitaria del Litoral, en 1940, su participación en Congresos nacionales e internacionales y su Presidencia de la Federación Universitaria Argentina en 1942/ 1944.

   La defensa y promoción de los principios reformistas se unió a las luchas cívicas de duro enfrentamiento al gobierno fraudulento del Dr. Ramón Castillo, primero, y luego a la dictadura militar surgida del golpe de estado del 4 de junio de 1943, ambos de simpatías pro nazis.

    Le costaron prisión más de una vez.

    Eran tiempos de la Segunda Guerra Mundial, y Grancelli, como muchos otros jóvenes demócratas, tomó  partido por los Aliados, que enfrentaban a la barbarie nazi.

     Lo hizo a través de Acción Argentina, un grupo extrauniversitario creado en apoyo a las potencias Aliadas contra el nazismo.

     Su compromiso con la causa Aliada lo llevó a aceptar la convocatoria para formar un grupo de pilotos destinado a alistarse en la Fuerza Aérea Aliada.

    Fue de los primeros seleccionados en Rosario.

    Era menor de edad, tenía 20 años y sus padres le negaron la autorización, requisito indispensable para poder hacer el curso, viajar a una base aérea aliada en Europa y ser piloto de guerra.

   Hay dos mensajes de Grancelli que deseo recordar pues expresan, entre otros, su pensamiento  como dirigente reformista.

   Uno es la carta al gobierno militar de la Nación, de octubre de 1943.

    Fue emitida por la FUA, con la firma de su Presidente, Néstor Grancelli Cha, y de su Secretario José A. Culotta,  con motivo de la disolución, por decreto del gobierno de facto, de la propia FUA, de sus cinco federaciones, y de los cincuenta centros de estudiantes que la componían.

    La dictadura militar de aquel entonces adoptó esta medida junto con la intervención a todas las Universidades Nacionales y la posterior cesantía de miles de profesores universitarios democráticos, muchos de los cuales fueron sucesivamente encarcelados.

    Los cargos fueron cubiertos con elementos de conocida filiación pronazi o clerical, que cometieron toda clase de tropelías.

    Paradigmático, el izamiento de la bandera nacional a media asta por el gobierno provincial y la Universidad de Tucumán, cuando el régimen militar no tuvo más remedio que declararle, tardíamente, la guerra al Eje.

    En aquel documento la FUA desmintió al gobierno, que la acusaba de “subversiva” y de “comunista” -cuándo no, esta gastada muletilla!- para justificar su disolución.

    Decía Grancelli que, así, el gobierno dejaba de ser un sistema militar para ser un sistema policial, que daba una orden arbitraria de libre persecución contra los estudiantes. Desconcía a la FUA, que representaba al estudiantado y al movimiento de la Reforma Universitaria, que había retomado el abandonado sentido americano de los fundadores de la nacionalidad, en el cual todos, gobierno, intelectuales, militares, debían buscar motivos de inspiración, correctivos para el rumbo y bases ciertas de una política de grandeza moral planteada por muchachos pero digna del nombre argentino.

       Como decía Grancelli, los estudiantes de 1918, al fundar el movimiento reformista, y los de 1943, al enfrentar a la dictadura militar que usurpaba el poder, y alinearse con los Aliados contra el nazismo a nivel internacional, “…soñábamos utopías y creíamos vivir una cruzada para trasformar la sociedad”.

        El otro mensaje es el contenido en su discurso en el gran acto del 8 de diciembre de 1945 en la Plaza de los Dos Congresos, en el que hablaron, entre otros oradores, Alfredo Palacios y Alicia Moreau de Justo por el Partido Socialista, José Tamborini y Enrique Mosca por la UCR -quienes habrían de integrar la formula presidencial de la Unión Demócratica en las elecciones de febrero de 1946- y Néstor Grancelli por la juventud.

    El acto, realizado bajo la advocación de Roque Saénz Peña, y con el lema único “Por la Libertad contra el Nazismo”, reunió a una enorme multitud.

    Fue asaltado por una banda de pistoleros pertenecientes a la Alianza Libertadora Nacionalista, protegida por el Gobierno y por su Policía, que, si bien no lograron impedir su realización, asesinaron a balazos a cuatro  asistentes al mitin, dos afiliados radicales, uno socialista y otro comunista.

   El discurso de Necho fue a la vez vibrante y conceptual.

    Dijo, entre cosas, que frente a un régimen  militar que sojuzga, denigra y corrompe, la juventud levanta una vez más su rebeldía libertaria para apostrofar a la fuerza y reverenciar al derecho.

    Es la voz de una generación, la voz del surco, del taller y del aula… Es la generación del 45 que ya no puede vivir en las consignas de los viejos preceptistas retóricos y reclama una política educacional que implante la Reforma Universitaria conforme a los principios de la pedagogía contemporánea…

    Fue su última intervención  como dirigente estudiantil.

    Nos requirió, con exigencia elocuente  y duradera, repensar la Universidad  -y el país-  con espíritu crítico y constructivo.

    El tema es muy vasto y no puedo tratarlo ahora.

     Pero sí afirmo que si queremos insuflar aire fresco al espíritu de la Reforma Universitaria y al reclamo por la trasformación del país en una Nación de veras republicana, democrática, desarrollada, justa y moderna, deberemos, entre otras cosas, cuidarnos de los reaccionarios, de los utopistas y de los ociosos.

     No confundamos la tradición con cierto tradicionalismo trasnochado  que solo mira al pasado y quiere parar la historia.

    Los utopistas, aún si a veces patéticamente heroicos, desconocerán la dura realidad y no harán nada productivo, pues cualquier cosa se intente será poco para sus ambiciones.

     Los ociosos creen, en el mejor de los casos, que los problemas se resuelvan solos.

      Por el contrario, si queremos de verdad el cambio, necesitamos cumplir un gran esfuerzo por la unidad sin mezquindades, con inteligencia, comprensión de la efectiva realidad argentina, y con visión de futuro para estar junto a la gente joven, cuya incidencia será decisiva para decidir el rumbo.

      Desde el punto de vista político, nada mejor que dejar que sean sus propias palabras las que pinten a Grancelli.

       Lo sigo en sus “Razones de un militante”, escritas el año 2010.

     Afirma allí que el hilo conductor de su vida política ha sido la democracia como forma de vida civilizada, y que así lo experimentó como universitario en las filas del reformismo, como militante en la Unión Cívica Radical Intransigente, y como funcionario del Gobierno del Presidente Arturo Frondizi.

         Citando a Giovanni Sartori,   Grancelli nos recuerda que mientras las viejas y las nuevas dictaduras hacen al mundo de un solo color, la democracia  es un mundo multicolor.

         Y agrega, con Umberto Eco, que la democracia no significa que la mayoría tiene razón, sino que tiene el derecho de gobernar.

         Tampoco significa que las minorías se equivocan.

         Significa que, respetando al gobierno de la mayoría, deben expresarse en voz alta, y con la mayor energía, cada vez que piensen que el gobierno se equivoca, pues ese es el mandato que recibieron de los ciudadanos.

    De aquí que la definición de Sartori sobre el mundo multicolor y el imperativo de Eco de expresarse en voz alta, rememoren en Grancelli, como el mismo lo dice, la vocación de integración de diferentes sectores durante la experiencia desarrollista en el gobierno de Arturo Frondizi, y la Declaración de octubre de 1943 dirigida al régimen militar que disolvía a la FUA.

       Agrega Grancelli que el mundo vive cambios prodigiosos, la sociedad del conocimiento irrumpe incontenible y Argentina no debería permanecer al margen.

        Señala que hace más de cincuenta años las políticas nacionales del gobierno del Presidente Frondizi iniciaron cambios sustantivos que promovieron un fuerte impulso de progreso y modernización del país, dentro del ámbito democrático y republicano.

        Sin embargo, ese esfuerzo gigantesco, cumplido en el marco surrealista de treinta y seis tentativas de golpe de estado, fue finalmente frustrado casi totalmente por la incomprensión, las pasiones políticas y los intereses personales de una oposición ignorante y ciega, que se propuso desde el primer día derrocar al Presidente, y que no estuvo en ningún caso a la altura de los tiempos.

    Y concluye diciendo que, desde su perspectiva, entiende que las tesis de Frondizi, adaptadas a las condiciones actuales, podrían impulsar una renovada marcha en pos de proseguir la inconclusa tarea de construir la Nación.

    Hasta aquí, textual, Grancelli.

    Agregaré unas pocas palabras.

    Necho integró en un nivel de excelencia el gobierno de Arturo Frondizi.

    Admiró al intelectual y al político, una rareza entre los presidentes argentinos a excepción de Mitre, Sarmiento y Avellaneda. Estas condiciones, más su vida austera y su gran pasión por el país, sedujeron a Necho, quien lo acompañó desde el llano en la dura oposición al peronismo y durante la áspera etapa del gobierno provisional de 1955-58.

    En el gabinete de Frondizi se desempeñó como Subsecretario y Secretario de Estado con honor y eficiencia, y mereció, como todos sabemos, la estima, el reconocimiento y el afecto del Presidente.

     Grancelli practicó los valores fundamentales de la ética social y política, la tolerancia, la libertad, el pluralismo, la no violencia, la paz, la igualdad, de los cuales deriva el concepto fundante de sus ideas y de su actuación, que muchos compartimos: el de que toda concepción totalitaria, según la cual la historia tiene una meta preestablecida, carece de futuro, ya que ninguna meta está fijada de antemano, ninguna meta es definitiva.

    La historia es un producto del conocimiento y de la acción del hombre en las condiciones concretas de su existencia efectiva, y de las fuerzas sociales en su devenir dialéctico.

     Sobre estas bases, firme en los ideales y en la conducta en medio del fragor de la vida argentina, Néstor Grancelli Cha libró su lucha por la justicia y la libertad, que, por cierto, está inconclusa.

      Fortalecidos por su gran ejemplo cívico y moral, seamos capaces de proseguirla.

      Nada más.   

_________________________________________________________

BARTOLO TISCORNIA Y EL HOMANAJE A SU GRAN AMIGO NÉSTOR GRANCELLI CHA

Menuda tarea me ha tocado, Necho. Hablar después de Roman. Por eso ya no voy a hablar de vos: te voy hablar  a vos. Unas pocas palabras

Tuve un puñado de amigos de colección que ya no están. Alfredo Vítolo, el último Alfonsin, el inolvidable Cheto.    Vos ocupaste un lugar central

Aunque había algo casi irritante para uno: cada año estabas más joven

Hasta el final con ideas y acometiendo emprendimientos inclusive en internet. (con-texto, el sitio del club donde me atosigabas con ideas,)

Le diste lustre a mi Comisión Directiva como tesorero en mis dos períodos

Te hice un homenaje de tus 80 en 2002. Imprevistamente…apareció Falucho. Te acordás?  Mi speach se transformo en un diálogo entre ambos con divertidas anécdotas de las campañas de la UCRI

Pasamos gratos momentos compartiendo oficinas contigo, Silvana y Forbes

Te diré: aún es difícil convencerse de tu muerte.  Tengo la sensación de que en cualquier momento vas a aparecer,  más joven que nunca con alguna propuesta nueva

Gracias Necho por tu amistad.

Nos estamos viendo

 

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